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Del pasado no se vive, se aprende |
Estallé a carcajadas, me encantaba estar así con
él, era tan mágico. Mis risas cesaron cuando alguien entró en la habitación.
-
¿Papá?-
me incorporé rápidamente a la cama al ver mi padre ahí.
-
No he
visto nada.- volvió a cerrar la puerta mi padre.
-
Mierda.-
me llevé las manos a la cara y me levanté de la cama.
-
Menuda
situación.- Justin se estaba poniendo rojo.
-
Me
voy a casa.- besé la frente de Justin y me dirigí a la puerta- te amo.
-
Te
acompaño.- Justin se levantó de la cama- ¿te veré mañana?
-
Eso
espero.- le di un corto beso antes de llegar al recibidor.
-
¿Tú
también te vas?- apareció Pattie de la nada.
-
¿Mi
padre se ha ido?- pregunté confusa, ya que pensaba que me esperaría.
-
Sí,
con tu hermano.- dijo mirándonos a mí y a Justin raro. Vale… estaba segura de
que mi padre le habría contado algo.
-
Pues
yo también me voy entonces.- señalé a la puerta- dile a los chicos que nos
vemos mañana, te quiero.- abracé a Justin y él me besó la frente- adiós
Pattie.- la abracé luego a ella.
-
Adiós
cielo, mañana te veo.- besó mi mejilla.
Entré en casa, dejé las llaves en el cuenco del
recibidor como siempre hacía y subí directamente a mi habitación. No quería
toparme con mi padre porque en esos momentos me daba vergüenza hablar con él
por cómo me había visto con Justin, era algo incómodo.
Me quité la ropa, la dejé en el cesto del baño y
me puse el pijama que estaba debajo de la almohada. Antes de ir a dormir tenía
que ir a la cocina ya que tenía sed y luego me pasaría por la habitación de mi
hermano para darle las buenas noches. Bajé las escaleras rápido, corrí hasta la
cocina, todo para evitar a mi padre, pero lo bueno es que papá estaba en la
cocina. Le sonreí tímidamente, las mejillas me empezaron a arder, me estaba
poniendo roja. Mi padre me miró serio y se apoyó en la encimera de la cocina.
-
Hola,
¿quieres un sándwich?- me preguntó mientras yo me servía un vaso de agua.
-
No
tengo hambre.- le di un sorbo al agua.
-
Oye,
Justin me cae bien.- me dijo de sopetón.
-
Eh…-
me quedé algo cortada- sí, Justin es genial- y entonces en mi cabeza empezó a
rondar una pregunta que siempre le he querido hacer a papá, pero nunca me he
atrevido, ¿sería este el momento?- Papá, me preguntaba, ¿por qué no te volviste
a casar después de mamá?
-
Aaaaaah…-
pensó un rato- no lo sé, supongo que no he conocido a la mujer indicada, ¿por
qué me lo preguntas?
-
No
sé, creía que no te gustaba eso de casarte.- me encogí de hombros- ¿crees que
tiene algún sentido?
-
Claro,
el matrimonio tiene un sentido, pero cuando seas mayor, mucho mayor.
-
Tranquilo
papá, no me casaré hasta los veinticinco.- le posé mi mano en su hombro.
-
Uf…-
suspiró, pero luego me miró raro.
-
Treinta.-
dije al ver a mi padre tan inseguro, pero papá volvió a mirarme raro-
¿Cuarenta? ¿Ochenta? ¡Papá! Quiero ir caminando al altar, no en silla de
ruedas.
-
Imagino
que no querrás casarte por obligación, porque habrás tenido cuidado.
-
¿Qué?-
dije confusa.
-
Ya
sabes de lo que te hablo, hay cosas que debes saber cuándo te ves implicada
físicamente con…
-
Vale,
no me sueltes la charla.- hice una mueca- si es por lo de hace un rato con
Justin no… te preocupes.
-
Oye,
yo me siento tan incómodo como tú.
-
Eso
lo dudo.- era prácticamente imposible que estuviese más incómodo que yo- Y
tranquilo, mamá ya me dio la charla hace unos cuatro años.
-
Bueno,
hace cuatro años tú no tenías novio.- que cabezota.
-
Bueno,
no creo que en lo esencial haya cambiado.- me encogí de hombros.
-
Así
que estáis tomando precauciones…- oh dios papá, ¿enserio tenemos que hablar de
esto?
-
Vale papá, no te preocupes por eso, Justin
es de la vieja escuela.
-
Vieja
escuela, genial. ¿Y eso qué es, algo en clave?- preguntó liado.
-
¡Oh
por dios papá! ¡Qué soy virgen!- fui directa al grano.
-
Ah
tatatatatatatatata, vale. Virgen. Ahora Justin me cae mucho mejor que antes.
-
Vale…-
alcé los pulgares hacía arriba- ahora, después de esta conversación tan
incómoda, voy a dormir.- besé su mejilla y lo abracé levemente- buenas noches.
-
Buenas
noches hija.- me revolvió el pelo- nunca hemos tenido esta conversación.
-
¿Qué
conversación?- reí.
Vale, eso sí que era una conversación rara,
bastante rara. Reí a carcajada limpia mientras miraba a mi padre, ¿qué
acababa de pasar? Mi padre hablándome de… ¿relaciones sexuales? Vale, vale,
vale, eso no acababa de pasar. Sacudí la cabeza como si así pudiera olvidarme
de esa conversación aunque no había sido tan mala, solo incómoda, muy incómoda.
-
¿Es
el de hoy?- dije cogiendo el periódico que estaba encima de la encimera.
-
No es
el de hace unos cuantos días.- me miró extrañado- ¿desde cuándo tú, lees
periódicos?
-
No-no
sé.- dije impactada al ver la noticia de la portada del periódico- ¿lo has
leído?- le mostré el periódico.
-
No he
tenido tiempo, _____(tu nombre), ¿qué pasa?- dijo cogiendo el montón de
papeles.
-
Es el
periódico local, esto ha pasado aquí.- me llevé las manos a los labios y miré a
mi padre aturdida.
Ese periódico era de hace tres días, la noticia de
la portada hablaba sobre un accidente de coche que había habido a las afueras
de Atlanta, en una carretera. Un hombre borracho conducía un camión por esa
carretera, iba por el carril contrario, perdió el control y chocó contra un
coche. El coche lo conducía una mujer, su hija también iba dentro. La niña
murió en el accidente y la madre estaba en estado grave, en la Unidad de
Cuidados Intensivos. Me entraron unas terribles ganas de llorar al leer eso. Mi
madre también murió en un accidente de coche, y se me hacía horrible leer esas
cosas y volver a revivir esos momentos.
-
_____(tu
nombre), ¿estás bien?- dijo mi padre preocupado.
-
S-sí.-
balbuceé- solo que es horrible, el hombre que conducía el camión, ¿en qué
pensaba? ¿Está loco o qué?- dije enfurecida- Seguro que ha roto una familia, el
muy…
-
Oye.-
me abrazó mi padre- tranquilízate, sé que no es nada agradable leer eso pero no
te pongas así, son cosas que pasan.
-
Pues
no deberían pasar por culpa de un borracho de mier…
-
¡_____(tu
nombre)! ¡Ya basta! Por favor…- me pidió- tranquilízate, ve a dormir y no
pienses en eso, ¿sí?- me cogió por los hombros y me sacudió levemente para que
le mirase.
-
Sí,
voy a la cama.- fui arrastrando los pies hasta la puerta de la cocina.
-
Prométemelo.-
me miró alzando una ceja.
-
Eh…-
dudé- te lo prometo.- sonreí levemente, un poco más tranquila.
-
Buenas
noches cielo.- me sonrió.
-
Buenas
noches papi.
Antes de ir a dormir fui a la habitación de mi
hermano para darle las buenas noches.
Abrí lentamente la puerta para no hacer ruido ya que pensaba que Alex
estaría dormido. Me acerqué lentamente a su cama y vi que estaba tapado de
arriba abajo con las sabanas. Lo quise destapar pero él hizo fuerza para que no
pudiese.
-
¿Qué
haces?- dije extrañada.
-
¿No
eres un monstruo?- se destapó poco a poco.
-
Pues
no sé, creo que no.- fruncí el ceño- ¿tienes miedo?
-
Sí…-
me puso ojitos de cachorrito- en el coche tus amigos han explicado historias de
miedo.
-
Están
todos locos.- suspiré- ¿quieres que me quede a dormir contigo?
-
Sí
por favor.- se abrazó a mí.
-
Venga
enano, no pasa nada.- besé su frente mientras me acorrucaba en su cama.
Alex se abrazó a mí cómo si yo le pudiese proteger
de cualquier mal, le acaricié el pelo para tranquilizarlo y poco a poco se fue
durmiendo. Hacía tiempo que no dormía con él, apenas lo veía ahora con todo eso
de empezar a preparar mi disco y tal era imposible tener tiempo para otra cosa,
encima de aquí poco empezaría las clases, quedaban ocho días concretamente, las
vacaciones se estaban acabando y mi pesadilla empezaría el lunes 15 de
septiembre.
-
Día siguiente –
Me removí en la cama incómoda, una luz acababa de
dejarme ciega y eso que tenía los ojos cerrados. Al cabo de unos segundos
volvió a suceder lo mismo, seguro que era mi hermano haciéndome fotos o algo
por el estilo.
-
Para
de hacerme fotos.- gruñí, pero volvió a pasar- te he dicho que pares Alex.- ese
flash otra vez- oye, me estás cabreando.- abrí los ojos y me incorporé a la
cama.
Pero ahí no había nadie, estaba yo sola en la
habitación de mi hermano. Y lo que yo creía que eran flashes de una cámara eran
los relámpagos de una terrible tormenta. Me masajeé la frente, empezaba a pensar
que me estaba volviendo loca.
-
Buenos
días.- besé su mejilla.
-
Buenos
días.- me sonrió.
-
¿Y
Alex?- pregunté al no ver mi hermano.
-
Hoy
empieza los entrenos de béisbol.- me comentó mi padre.
-
¿Con
la que está cayendo?- fruncí el ceño.
-
Sí,
el entrenador me ha dicho que no se suspendían los entrenos.- se encogió de
hombros papá.
-
Todos
locos.- negué con la cabeza.
-
¿No
desayunas?
-
No
tengo hambre.- sabía que mi padre protestaría por eso- desayunaré con Justin.-
añadí.
-
Más
te vale.- me amenazó con el dedo.
-
Pues
me voy.- señalé hacía la ventana.
-
Eh,
eh, eh.- me paró mi padre.
-
Sí
papá, he llamado a Liam.- puse los ojos en blanco.
-
Hoy
estás de buen humor.- dijo irónico- ¿podrías hacerme un favor?
-
Claro,
dime.
-
¿Podrías
pasarte por el supermercado y comprar unas cosas?- me pidió papá.
-
Sí.-
le sonreí.
-
La
lista está en la nevera.
-
Vale.-
quité el imán que aguantaba la lista- adiós papá, te quiero.- besé su mejilla.
-
Gracias
cielo.
Salí a la calle y empecé a correr, el cielo estaba
oscuro, diluviaba y los relámpagos y truenos no paraban. Por suerte Liam estaba
en la puerta de casa, abrí la puerta y de un salto me metí dentro del coche. Por sorpresa dentro del coche estaba Justin
algo mojado, como yo que para lo poco que había corrido me había mojado
bastante.
-
¡Liam!-
hicimos un saludo de manos.
-
¿Qué
tal enana?- me sonrió.
-
Conmigo
no tienes un saludo de manos.- se hizo el ofendido mi novio.
-
Un
saludo de manos no, pero esto sí.- besé sus labios lentamente.
-
Mmm,
eso me gusta más.- sonrió en mis labios y volvió a besarme.
-
Chicos,
siento interrumpir pero… ¿a dónde os llevo?
-
Oh… a
algún supermercado.- le contesté a Liam- mi padre me ha pedido que haga unas
compras.
-
¿Alguna
preferencia?- me preguntó mi guardaespaldas.
-
Eh,
no. El que quede más cerca del estudio.
-
Vale.-
me miró por el retrovisor sonriéndome.
-
¿Te
dijo algo tu padre?- me dijo por lo bajini Justin.
-
Uf…-
negué con la cabeza riendo- me soltó la típica charla.
-
¿Y
qué tal?- se le escapó la risa.
-
Horrible,
incómodamente horrible.- me tapé la cara con las manos y empecé a reír- y tú
madre, ¿te dijo algo?
-
La
típica charla también.- me abrazó por los hombros- fue muy, muy, muy, muy
incómodo.- estalló a risas.
-
Bueno,
alguna vez tenía que pasar.- me encogí de hombros.
-
Sí.-
me regaló una de sus sonrisas y luego besó mi frente.
-
_____(tu
nombre), ya hemos llegado.- me avisó Liam.
-
Vuelvo
en unos minutos.- les sonreí.
-
Te
acompaño.- me dijo Justin.
-
Si
vienes tú tardaremos horas.
-
Vamos,
no exageres.- me puso cara de cachorrito.
-
Está
bien.- lo besé antes de salir.
Salimos del coche corriendo, Liam había aparcado
enfrente del supermercado así que no nos mojamos demasiado. Cuando entramos,
muchas de las personas que había ahí se giraban para vernos, era algo incómodo,
no sé, las personas famosas también comen y van a supermercados para comprar,
no sé, digo. Justin rio, al parecer me había leído el pensamiento, me cogió de
la mano y empezamos a buscar todo lo que estaba en la lista.
-
¿Y si
nos separamos?- propuso- acabaremos antes.
-
Sí,
mejor.- dije rompiendo la lista en dos- tú busca esto.- le di una mitad- yo
buscaré esto otro.
-
Nos
vemos en caja.- rio.
-
Qué
raro se me hace esto.- hice una mueca.
-
¿Por
qué?- rio de nuevo.
-
Parecemos
un matrimonio.- estallé a carcajadas.
-
Pronto
shwaty, pronto.
-
Tú
flipas.- lo empujé amistosamente.
Cada uno fue por su lado, a mí personalmente me
costaba encontrar las cosas ya que no conocía para nada ese supermercado, hasta
una vez me metí en la sección de juguetes. Empecé a mirar los precios, tal vez
le podría comprar algo a Alex pero todo parecía bastante caro. Mientras
recorría las estanterías llenas de todo tipo de juguetes encontré a un niño de
más o menos cinco años abrazando a una muñeca contra su pecho. Le acariciaba el
cabello, parecía triste. Me quedé observándolo, ¿para quién sería esa muñeca? O
¿qué tanto aprecio le tenía?
El niño se giró hacia una señora que estaba cerca
de él y le tiró de la falda para que le prestase atención.
-
Nana,
¿estás segura que no tengo suficiente dinero para comprar esta muñeca?- le
preguntó preocupado.
-
Oh
pequeño, sabes que no es suficiente.- le acarició el pelo la señora mayor-
quédate aquí mientras acabo de comprar otras cosas ¿sí?- le sonrió con
compasión.
La verdad es que tras haber escuchado esa
conversación sentía la necesidad de saber por qué quería tanto esa muñeca, no
era por ser cotilla, sentía que debía hacerlo, tal vez lo pudiese ayudar.
Finalmente decidí ir a hablar con el niño, fui en dirección hacia él y me
agaché para estar a la misma altura.
-
¿Para
quién es esa muñeca tan bonita?- le sonreí amablemente.
-
Es la
muñeca que mi hermana quería que le regalaran, le gustaba mucho.- le acarició
el pelo nuevamente- estaba segura de que papá le regalaría esta muñeca.
-
No te
preocupes, estoy segura de que tú papá le regalará esta muñeca.- le revolví el
pelo, solo intentaba tranquilizarlo.
-
No, mi padre no se la podrá llevar en donde
ella está ahora.- me miró más triste aún- le tengo que dar la muñeca a mi
madre, así ella se la podrá dar cuando valla para allá.
-
Bueno
cielo, no estés triste, tu hermanita tendrá la muñeca.- intenté sonreí, pero me
salió una mueca rara, no podía ver a un niño tan pequeño así de triste.
-
Mi
hermana ha tenido que irse para siempre.- los ojos se le llenaron de lágrimas-
y mi mamá también lo hará dentro de poco para estar con ella.- afectada, le
limpié una lágrima que le caía por la mejilla- había pensado que mi madre podía
llevarse la muñeca para así dársela a mi hermana.
-
Y-yo,
lo-lo siento.- tartamudeé, mi corazón había dejado de latir. Le acaricié el
brazo aguantándome las ganas de llorar.
-
Le he
pedido a papá que le diga a mamá que no se vaya hasta que vuelva del
supermercado.- suspiró preocupado- le daré a mamá una foto mía para que no se
olvide de mí. Yo no quería que mamá se fuese, la quiero mucho.- sollozó.
-
Oye,
oye.- lo abracé- ¿sabes? Tú madre se va para cuidar a tu hermana, la pobre
estará solita y también la necesitará.- le acaricié el pelo varias veces- mi
madre también se fue hace tiempo, y es cómo si aún estuviese aquí.
-
¿Cómo?-
dijo incrédulo.
-
Pues
porque sigue viva aquí.- señalé mi corazón mientras me caía una lágrima.
-
No
llores.- dijo entristecido mientras me sacaba la lágrima.
-
No
lloro si tú no lloras ¿hecho?- le tendí la mano.
-
Mmm,
vale, hecho.- me dio un apretón de manos.
Le sonreí algo mejor, todo lo que me acababa de
contar ese niño me parecía una barbaridad. Con más o menos cinco años había
perdido a su hermana y estaba a punto de perder a su madre. Debía ser muy duro,
yo más o menos ya había pasado por esa situación y lo quería ayudar, me sentía identificada
y hubiese agradecido que alguien me hubiese ayudado de alguna manera para poder
haberme sentido mejor.
El chico seguía mirando a la muñeca con ojos tristes,
estaba inquieto. No tenía suficiente dinero para comprarla, así que yo le
ayudaría. Me saqué la cartera del bolsillo disimuladamente y cogí algunos
billetes.
-
¿Y si
contamos de nuevo tú dinero? Solo para estar seguros de que tal vez tienes el
suficiente para comprar la muñeca.
-
¡Vale!-
contestó entusiasmado.
Me dejé caer en el suelo y sin que se diese cuenta
mientras lo contábamos coloqué los billetes junto a su dinero. Sabía que si le
ofrecía el dinero no me lo aceptaría. Después de contarlo todo, nos dimos
cuenta de que había dinero suficiente para comprar la muñeca y hasta sobraba un
poco. La cara de aquel chico cambió por completo, ahora se le veía mejor, algo
más feliz por saber que podría comprar la muñeca. Y yo me sentía mucho mejor
por haberle podido ayudar.
-
Con
el dinero que ha sobrado le compraré una rosa blanca a mi mamá, le encantan.-
dijo contento.
-
Estoy
segura de que estará feliz.- le acaricié el hombro- tiene que estar muy
orgullosa de tener un hijo como tú, yo lo estaría.
-
Ben, vámonos.-
apareció la señora.
-
Sí.-
la miró sonriente. Se acercó a mí y me dio un fuerte abrazo- gracias, muchas
gracias.
-
Espero
verte pronto.- me despedí con la mano.
-
¿Sabes?
Si tengo dinero suficiente…- escuché que le decía a la mujer mientras se
alejaba.
Alguien apoyó sus manos sobre mis hombros, levanté
la cabeza para ver quién era y vi el perfecto rostro de mi novio. Le sonreí
como pude mientras él me daba un beso en la frente. Me ayudó a levantarme del
suelo y me dio un fuerte abrazo mientras nos balanceábamos de derecha a
izquierda.
-
Eres
increíble.- besó mi frente.
-
¿Por
qué dices eso?- fruncí el ceño.
-
Lo he
visto y escuchado todo.- me sonrió tiernamente.
-
Necesito
irme de aquí.- lo abracé.
-
Vámonos,
le diré a Kenny que compre lo de la lista.
-
No
hace fal…- intenté negarme.
-
Soy
tú novio, acepta mi ayuda, solo quiero verte feliz y que sonrías.- cogió mi
cabeza para que así le mirase a los ojos.
-
Gracias,
te quiero.- le susurré.
Salimos del supermercado sin comprar nada, el
coche de Liam seguía aparcado en el mismo sitio, no había dejado de llover. Justin
me abrazó por la cintura y me apretó contra él, lo necesitaba, lo necesitaba y
mucho. Me abrió la puerta y subimos al coche.
-
¿Y
las compras?- preguntó Liam extrañado.
-
Eh…
Un imprevisto.- me encogí de hombros.
-
¿Os
llevo al estudio?
-
No.-
respondí- cambio de planes.
-
Alice
y Scooter nos matarán.- me susurró Justin.
-
Llévanos
al viejo mirador.- le sonreí a Liam.
-
Sois
muy raros.- rio y puso el coche en marcha.
El viaje duró unos diez minutos y la lluvia no
paraba. Cuando llegamos al mirador Liam nos dejó ahí, le pedí que se quedara
por allí cerca por si necesitábamos ayuda o algo. Nos sentamos en uno de los
bancos del mirador y aunque estaba diluviando nos quedamos allí, abrazados el
uno con el otro.
-
Te
quiero ¿sabes?- besé su mejilla y contemplé su rostro, estaba completamente
empapado- no cualquiera estaría aquí conmigo en medio de un diluvio y, encima
siendo “Justin Bieber”.
-
Sabes
que voy a estar contigo hasta el final.- besó mi cabellera- ¿estás bien?
-
¿Te
digo una de las grandes mentiras de la historia o te digo la verdad?
-
Prefiero
la verdad.- rio- pero también quiero saber cuáles son esas mentiras, así en el
futuro te entenderé mejor.
-
La
primera gran mentira de la historia es: Estoy bien, y su verdad sería: No estoy
bien, ayúdame por favor.- Justin me miraba interesado- la segunda: Estoy un
poco cansada, su verdad: Ya no aguanto más. Tercera: Lárgate, verdad: Muéstrame
que te importo lo suficiente para quedarte.- mi novio asintió, parecía que le
estaba dando clases- Cuarta: Simplemente, soy fría, su verdad: No quiero que
veas mis heridas. Quinta: Ya comí, su verdad.- tragué saliva porque sabía que a
veces yo misma utilizaba esa mentira- Muero de hambre, pero no quiero engordar.
-
Estás
perfecta.- me miró mal Justin.
-
¿Por
qué dices eso?- fruncí el ceño- yo no digo esa mentira.
-
Mientes
de nuevo.- alzó una ceja- pequeña mentirosa.
-
Idiota.-
lo besé- Sexta y última: Ya estoy mejor, lo prometo, su verdad: Nunca había
estado tan mal.
-
Vaya,
ahora entenderé mucho mejor a las mujeres.- rio- gracias por esta clase señora _____(tu
apellido).
-
Se-ño-ri-ta.-
marqué cada sílaba.
-
Ahora
quiero la verdad.
-
Supongo
que has escuchado la historia de Ben.- así era como se llamaba el niño, Just
asintió- pues no sé me he sentido un poco, bastante identificada y me ha
llevado al pasado, siento la necesidad de ayudar a ese niño, no sé. Estoy mal
Justin, echo de menos a mi madre y… no sé qué me pasa, pensaba que lo había
superado.
-
Es
algo que cuesta superar cielo, tú madre era, es y será alguien muy importante
para ti, siempre la tendrás presente. Pero del pasado no se vive, se aprende y
lo que tú has aprendido de esto servirá para ayudar a otras personas, como Ben.
-
¿Cómo
consigues hacerme sentir tan bien cuando hace un minuto estaba destrozada?
-
Te
amo.- empezó un dulce y largo beso.
___________________
Jelooooooooou, aquí tenéis el capítulo, no he
tardado tanto como otras veces, me estoy superando, prometo subir pronto, estos
días tengo muuuucho tiempo libre, así que supongo que en tres días o más o
menos habrá nuevo capítulo. O tal vez tarde más y haga una maratón, ya veré.
Creo que este capítulo me ha quedado algo
dramático y cursi, a ver que os parece.
Por cierto, a la derecha del blog he puesto mi
twitter y mi ask, seguidme y os seguiré, y bueno en ask pasaos y preguntadme lo
que queráis.
Gracias a
las que comentáis siempre, enserio sois las mejores, os quiero chicas.