Sentí como la adrenalina se
extendía por todo mi cuerpo, el corazón me iba a mil, ¿quién era esa mujer y
que quería de mí? Pronto me respondí a esa pregunta. Justin. Escondí a Jazzy
detrás de mí para que no pudiese ver lo que ocurría siendo tan pequeña le podía
causar algún trauma y eso jamás me lo perdonaría.
Respiraba entrecortadamente casi
jadeando, estaba nerviosa, las piernas me temblaban, no hacía más que sudar. Mi
mente no paraba de buscar una solución para todo esto. Estaba armada, no sabía
si la pistola estaba cargada o no pero lo mejor era hacerle caso en lo que me
pidiese.
—
¿Qué quieres? —tartamudeé.
—
Tienes algo que me pertenece. —su intensa mirada me atravesó de lado a lado.
—
Justin. —susurré.
—
Exacto. —rio— te explico…
—
Por lo menos deja a la niña. —no creía conveniente que
Jazzy escuchase todo eso.
—
Sabes que no puedo.
—
Jazmyne cariño, tápate los oídos, ¿vale? —le pedí.
—
No me gusta este juego, ¿hemos perdido?
—
No, tápatelos. — le sonreí con un nudo en la garganta.
—
Supongo que no lo sabrás. —empezó su relato una vez que
la pequeña me había hecho caso— pero hace bastantes años atrás yo estaba con
Justin, él aún no había saltado a la fama, estábamos bien por ese entonces.
Pero se tuvo que mudar a Atlanta y llegaste tú. —me apuntó con la arma— tenía
ganas de conocerte.
—
¿Qué culpa tengo yo de eso?
—
¿De qué?
—
De que se olvidara de ti. —tragué saliva.
—
Justin no se ha olvidado de mí, tú lo ciegas. — ¿en qué
mundo vivía esa pava? — he visto que no estáis en vuestro mejor momento y que
mejor que actuar ahora. He estado esperando mucho tiempo.
—
Estás loca. —negué con la cabeza a punto de llorar.
—
Quiero que lo dejes y te vayas bien lejos.
—
No.
—
No me tientes. —me amenazó con odio.
—
No. —repetí.
—
Por tú bien, llámalo y déjalo. —me amenazó con la pistola.
No tenía ni idea de lo que era
capaz de hacer esa tía y tampoco quería probar suerte, no por mi bien, si no
por el de Jazzy. Tal vez si la pequeña no estuviese delante las cosas hubiesen
sido distintas. Justin es mi vida y sin él a mi lado después de todos estos
meses y después de todo lo que hemos pasado nada tendría sentido. Tan sólo si
Jazzy no pudiese ver ni oír, haría cualquier cosa por salvar este momento, por
no tener que llamar a mi novio y con todo el dolor del mundo dejarlo y que él
probablemente me empezaría a odiar. Tenía que pensar algo rápido, esto no podía
acabar aquí. De la flaqueza tenía que sacar fuerzas y dejar a Justin.
Con las manos temblorosas saqué
mi móvil del bolsillo izquierdo del pantalón. Lo desbloqueé y de memoria marqué
el número de Justin. Aunque él no me pudiese oír no podía parar de disculparme
en mi mente, supongo que me hacía sentirme diminutamente mejor. Por órdenes de
la psicópata que tenía enfrente de mí puse el móvil en altavoz. Ahogué un
enorme sollozo y respiré profundo mientras esperaba a que Justin cogiese el
teléfono.
—
LLAMADA TELEFÓNICA —
—
Gracias a dios que has
llamado, ____, ¿qué pasa? Dame una explicación por favor, estoy muy preocupado,
¿dónde estás? Iré a buscarte, pero tan sólo…
—
Justin…— ahogué otro sollozo.
Era incapaz de dejarlo. Negué con la cabeza, no lo haría. Pero pronto, la loca
que tenía enfrente descubrió mi punto débil. Jazzy. Apuntó hacia ella con la
pistola y se me desmoronó el mundo— sobre
lo que pasó anoche…
—
He sido un completo
idiota, perdóname, sé que me quieres y que jamás me dejarías por él ni por
nadie y…
—
No, tenías razón. —cerré los ojos por el
dolor que me causaba decir esas palabras— no
te quiero, sólo he estado ahí por… fama. Y Harry es mi nuevo objetivo. —mentí.
—
¿Qué? No, no te creo.
Estos meses no han sido por fama, nuestra amistad no ha sido por fama, tú no
eres así. —dijo nervioso.
—
No era así, nuestra
amistad fue real, pero aquí se acaba todo Justin te dejo. —las lágrimas rodaban
mejillas abajo y el nudo de mi garganta aumentaba por segundos— supongo que lo siento, no me odies.
—
No se puede acabar aquí. —me exigió.
—
Olvídate de mí Justin, te
mereces a alguien mejor.
—
No, yo te quiero a ti.
Vuelve conmigo por favor, te perdono, te lo perdono todo, pero…
Hice ver que finalizaba la llamada
con Justin pero en realidad sólo lo silencié a él. Haciendo que lo que fuese
que estuviese diciendo no se pudiese escuchar pero en cambio él si podía
escuchar lo que sucedía al otro lado del móvil. Volví a guardar el móvil en mi
bolsillo dejando el micrófono en la parte superior para que pudiese oír bien.
Hoy, no estaba dispuesta a perder a Justin.
—
¿Y ahora qué? Ya lo he dejado, ya tienes lo que quieres. —grité.
—
Buena actuación. —delató mi mentira.
—
¿Me vas a retener el resto de mi vida en los almacenes de
las afueras de Stratford? —delaté nuestra posición.
—
Sólo desaparece, por vuestro bien.
—
Justin me encontrará algún día esté donde esté, me
quiere. —le restregué eso por la cara.
—
En ese caso yo me encargaré de que eso no suceda. —volvió
a alzar su arma.
Así que era ahora o nunca. Estaba
segura de que Justin había escuchado toda la conversación, era prácticamente
imposible que no estuviese de camino, aunque bueno, estamos hablando de Justin.
Sacudí la cabeza quitándome de la mente todo lo que podía salir mal. Esto
saldría bien. Tenía que salir bien. Aunque algo era evidente, hoy alguien
acabaría perdiendo a alguien.
Coloqué mis manos sobre las de
Jazzy y destapé sus oídos, era hora de que ella saliese de ahí, su hermano no
tardaría en llegar y lo mejor era que Jazmyne estuviese fuera cuando él
llegase. Me giré hacia ella y le sonreí entre lágrimas. Le gesticulé un ‘vete’ que ella no entendió. No quedaba
tiempo.
—
¡Jazmyne vete! —la empujé hacia la puerta— sube al coche
y espera a Justin él vendrá, pero corre, vete. —grité desesperada.
—
Tengo miedo. —sollozó.
—
Jazmyne hazme caso y vete ahora mismo, Justin está fuera,
sólo espera en su deportivo, ¡corre! —volví a gritar.
La niña me hizo caso y salió
corriendo hacia la puerta. Eso pilló totalmente desprevenida a la ex novia de
mi ex novio o mi novio, no sé muy bien que decir en estos momentos.
—
Si vas a secuestrar a alguien primero infórmate de contra
quien te enfrentas. —dije mientras le pegaba una patada en la mano haciendo que
la arma se deslizase lejos.
Esta era mi única oportunidad.
NARRA JUSTIN:
Estaba en estado de shock por
todo lo que acababa de escuchar. No fue hasta que Harry me zarandeó unas
cuantas veces que pude reaccionar por mi propia cuenta. Esto tenía que ser un
sueño, no me podía estar pasando esto. Ni Jazzy, ni ____, ni yo nos merecíamos
esto y mi familia tampoco. ¿Debía informarles? ¿Debía preocuparles? El fuerte
tirón de brazo de Harry contestó pronto a mi pregunta. No. Sin darle
explicaciones a nadie desaparecimos a toda prisa en el coche negro con
cristales tintados.
No paraba de removerme incómodo
en el coche, estaba alterado. Si estuviese conduciendo yo probablemente ya
hubiésemos tenido un accidente. Por suerte en el momento que ____ me llamó
estaba hablando con Harry, él escuchó toda la conversación y él reaccionó más
rápido que yo. La llamada se había cortado hace un rato. Lo poco que sé es que
Jazzy está con ____, o si más no estaba.
—
Tranquilízate, van a estar bien. —me animó Harry.
—
No, no lo van a estar, ni siquiera sabemos quién está
detrás de todo esto, si está armado, si me busca a mí, si las buscaba a ellas.
No me puedo tranquilizar. Son mi vida.
—
Estoy tan nervioso como tú y no te imaginas el nudo que
tengo en la garganta. —se sinceró el nuevo amigo de ____— pero en lo único que
puedo pensar y rezar es en que esté bien, estén. —rectificó.
—
¿Por qué te importa tanto?
—
Simplemente por qué me importa.
Nos miramos por unos segundos. No
sabía cómo interpretar eso, conocía a ____ de dos días y estaba poniendo mucho
en riesgo, prácticamente eran desconocidos. Supongo que eso dice mucho de
él. Sacudí la cabeza centrándome en lo
importante, mis dos chicas. No tenía ni idea de lo que estaría pasando en estos
momentos pero no creo que fuese nada bueno. Por suerte habíamos llegado a nuestro
destino. Conocía bien el terreno, cuando era pequeño mi madre me solía llevar a
los campos de al lado de los almacenes para volar cometas, siempre me
escabullía y curioseaba por los almacenes así que eso era una ventaja.
Harry disminuyó la velocidad, nos
fijamos en cada uno de los almacenes, buscando alguna señal que nos diese una
pista de donde se ubicaban mi hermana y mi novia. Almacén uno, dos, tres,
cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce y trece… donde estaba
mi deportivo aparcado en diagonal y otro coche el cual desconocía.
Desesperadamente me desabroché el
cinturón, ni siquiera pude esperar a que el coche parara del todo,
prácticamente me lancé hacia el asfalto. Eché a correr hacia la puerta del
almacén, Harry venía detrás. Parecía que no había ni una sola alma allí. Pronto
empecé a pensar que todo esto podría ser un señuelo o que ____ y Jazzy podrían
estar en cualquiera de la centena de almacenes que había allí. Pero estaba
equivocado.
—
¡¡Jazzy!! —corrí a grandes zancadas hacia mi hermana—
¿qué ha pasado? ¿estás bien? ¿te han hecho daño? ¿por qué lloras? —la abracé
con todas mis fuerzas dejando ir un suspiro de alivio.
—
Estoy bien. —sollozó— ¿hemos ganado ya? —me preguntó a
punto de llorar— no me gusta este juego.
—
¿Q-qué juego? —la miré a los ojos preocupado.
—
____ me ha dicho que estábamos jugando a policías y a
ladrones y que nosotras éramos las ladronas y que si ganábamos me llevaría a
comer mi helado favorito.
—
Claro que te llevará cariño. —sonreí amargamente— ¿dónde
está ____?
—
Dentro.
Harry y yo nos miramos. Se podía
ver a la legua que estaba deseando entrar ahí dentro para ayudar a ____. Me
frustraba todo esa situación. No entendía porque había puesto tanto interés en
ella. Sí, ____ se hace querer fácilmente, pero, ¿hasta llegar a este punto?
¿Qué había visto en ella que tan fascinado le había dejado? Tal vez ha sido la
única persona a parte de mí que ha descubierto lo increíble que es y no quiera
perderla. Es una teoría poco sostenible, pero ¿qué más le impulsaría a poner tanto
en riesgo? Sinceramente, no creo que hubiese otra teoría.
Harry vaciló en avanzar, le
fulminé con la mirada. Agradecía mucho que hubiese venido hasta aquí y que se
preocupase tanto, pero era yo quien debía ayudarla y no él. Se ha metido en
todo este lio por mi culpa y yo la sacaré de esto. YO soy su novio y no él. Es
simple. Así que le pedí que se quedara con Jazmyne mientras yo iba en busca de
mi novia. A regañadientes aceptó, pero él sabía que era lo correcto. Quiera o
no ella me quiere a mí y a quien agradecerá de ver ahí en estos momentos es a
mí.
Abracé fuertemente a mi hermana
prometiéndole que traería a ____ de vuelta conmigo. Eso la tranquilizó un poco.
La pobre no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Sólo creía ser parte de un
juego, un juego bastante peligroso. Dejando a mi hermana a cargo de Harry eché
a correr en busca de _____.
Crucé la puerta la cual me
llevaría hasta mi novia. Prácticamente arrastraba los pies por el suelo, me
costaba caminar. Estaba cansado tanto físicamente como emocionalmente. Eso era
demasiado para mí, definitivamente no quería una vida así. ¿Desde cuándo las
personas que más quería tenían que verse implicadas a tan grandes riesgos?
Jamás lo hubiese imaginado y si pudiese volver al pasado y rectificar mi
decisión lo haría. Amo a mis Beliebers, pero no estoy dispuesto a que mi
familia pase por esto. Simplemente me supera. Nos supera a todos. Incluso a
____. Siempre ha querido ir de fuerte y lo es, pero nadie, absolutamente nadie
aguanta esto.
Después de unos segundos de estar
allí dentro pude escuchar unos débiles gritos. No eran gritos de socorro, ni de
terror o incluso de risas. Podía reconocer perfectamente esos gritos.
Precisamente los había oído anoche. _____ se estaba peleando, no sé contra qué
o contra quién pero no me iba a quedar de brazos cruzados. Corrí en hacia los
gritos como un poseso. La adrenalina había borrado toda muestra de cansancio en
mí, tenía las pupilas dilatadas y el pulso a mil por hora.
Como había deducido me encontré a
mi novia y a otra chica peleándose, siendo directo y claro, a hostia limpia.
Corrí hacia ella agradeciéndole a Dios que estaba sana y salva. Seguramente
tendría algunas magulladuras pero nada grave. Era el momento de acabar con todo
eso.
—
_____ para, vamos. —cogí a mi novia por la cintura
levantándola del suelo para acabar con la pelea— por favor, estoy aquí,
vayámonos y acabemos con todo esto. —le pedí.
—
¡LA MATO! ¡ZORRA! ¡VUELVE A PONERLES UN DEDO A MI FAMILIA
Y TE MATO! —dios mío, _____ en una pelea da miedo, muchísimo miedo.
—
Tranquilízate, estoy aquí, ¿estás bien cielo? —la abracé
con todas mis fuerzas— necesito una explicación, ¿qué es todo esto?
—
Llama a la policía Justin. —me dijo aterrorizada, por fin
dándose cuenta de que estaba allí— corre. —me empujó temblorosa.
—
¿Qué pasa? —la zarandeé sin entender.
—
¡QUÉ CORRAS TE HE DICHO! —me gritó mientras me empujaba
hacia adelante corriendo ella también.
Le hice caso y la seguí. No
entendía el porqué de su reacción. Hace unos segundos parecía tan segura de sí
misma en esa pelea. Y ahora parecía tan débil e insegura. Tenía miedo. Y yo no
la podía tranquilizar o proteger si no me contaba a qué le tenía miedo. Daría
mi vida por ella. Y ella parece aún no darse cuenta. Pero pronto entendí.
Aunque sinceramente hubiese preferido no entender. ____ miró hacia atrás
temblando. Y parando en seco. Paré al poco que ella. No me iba a ir de ahí sin
mi chica.
—
Alguien puede salir herido, deja eso en el suelo. —le
dije a la cara familiar que tenía delante. La persona la cual me había hecho
sufrir estas interminables horas.
—
¿Pensabas irte sin decirme nada? ¿Sin darme una
explicación? —me preguntó rota.
—
Pregúntame lo que quieras. —me puse delante de ____ para
que no sufriese ningún daño.
—
Justin… —oí sollozar a ____— vámonos de aquí. No quiero
que te pase nada.
—
Te fuiste, sin darme explicaciones, no volviste a
llamarme. — la reconocía, era María, fue una de mis novias cuando vivía en
Stratford.
—
Lo siento… —musité— baja el arma. —le volví a pedir— por
favor, estoy aquí por ti.
Esas palabras parecieron
funcionar. La chica que tenía enfrente se dejó caer al suelo estallando en un
llanto. Esto no estaba bien. Quise acercarme a ella pero ____ me lo impidió. Lo
único que ella quería era salir de aquí y dejar toda esta mierda a un lado. Y
eso hubiese sido lo mejor para todos. Pero la chica que tenía delante estaba
llorando, por mí. Se suponía que le había hecho daño. Sí, sé que ella a mí y a
mi familia le había hecho el doble. Pero, ¿y si sufría algún desorden
psicológico? ¿Y si hacía alguna tontería? No podía dejarla ahí.
Sé que ____ sí. Digamos que ella
es más fría, más rencorosa y más vengativa con las personas que le hacen daño.
Si eres importante para ella te aparte de su vida y te deja en el olvido por su
puto orgullo. Imaginad que debería sentir por esa chica que la había destruido
tanto en tan solo unos minutos. Sabía que estaba llena de rabia, odio y dolor y
también sabía que si ayudaba a María ella se enfadaría. Pero si no lo hiciese
ya no sería yo.
La miré con una mirada dura,
reclamándole que me dejase ayudarla. Y lo más sorprendente es que me dejó.
Soltó mi brazo, se dirigió hacia la chica, cogió la pistola del suelo y se
marchó sin decir nada. Me odiaba.
NARRAS TÚ:
Le odiaba. Le odiaba con todas
mis fuerzas. Tenía ganas de matarlo. De estrangularlo. Había dado mi vida por
él. Imbécil de mierda. No me merecía. Eso me había superado. ¿Cómo se atrevía a
ir con ella? Que estaba aquí por ella, que lo sentía. Eso debería habérmelo
dicho a mí.
—
¡Vaya días de mierda! —grité abriendo la puerta de una
patada y sollozando descontroladamente.
No entendía nada. Estaba ayudando
a una persona que había ‘secuestrado’ a su hermana y que además había intentado
hacerme daño. Hacernos daño. Era increíble. No cabía en mi asombro. Me derrumbé
en el suelo exhausta. Cansada tanto físicamente, como emocionalmente.
Necesitaba alejarme de todo esto. Olvidarlo. Olvidarlo todo. Tal vez debería
irme a Nueva York con mi familia. Quedarme aquí no estaría bien. La prensa
seguía hablando, mi relación con Justin no era la mejor, por no decir que no
sabía si quiera si había relación o no. Cambié de opinión pronto. Unas manitas
rodearon mi cuello.
—
¿Vamos a comer helado? —escuché la linda voz de Jazzy.
—
¡Mi amor! —la estrujé contra mí recuperando parte del
buen humor— tendremos que avisar a Jaxon, ¿no?
—
No, siempre se come parte de mi helado. —frunció el ceño.
—
Está bien, está bien. —reí secando mis lágrimas.
—
_____. —escuché la voz de Harry detrás de mí.
—
Harry. —ayudó a levantarme del suelo y lo estrujé con
todas mis fuerzas.
—
¿Estás bien? —me observó detenidamente— estaba muy asustado.
—dijo tembloroso.
—
Ya está todo bien. —sollocé.
—
¿Justin?
—
Estará bien. —asentí mientras las lágrimas empezaban a
caer.
Al poco salió Justin con María. Sentí
una terrible punzada de celos y odio. Limpié mis lágrimas y subí al deportivo
de Justin. Harry, Jazzy y yo iríamos a casa. Y Justin, no tengo ni idea de lo
que haría él. No sabéis hasta qué punto estaba de enfadada. Me faltó poco para
montar un escándalo como el de anoche. Pero me contuve. También tuve que
contenerme para no arrancarle el pescuezo a esa degenerada.
Me hice una coleta para disimular
los pelos de loca que llevaba. Y sin siquiera dejar que Justin me abrazase o me
besase arranqué el coche desapareciendo completamente de su vista. Durante el
camino a casa bromeamos y reímos con Jazzy. Afortunadamente se lo había tomado
como un horroroso juego y no tuvimos que darle muchas explicaciones más. Volvía
a estar contenta y bien, algo asustada aún pero, bien.
Todo se complicó al llegar a casa.
Todo el mundo estaba agitado, alterado, sorprendido y sin palabras a toda esta
situación. Querían tomar medidas de seguridad. Querían denunciar a la chica. Pero
estaba con Justin y no daban señales de vida. Aún más agitación y más
alteración. Todos agradecieron mi acto de valentía. Aunque me regañaron por no
haber avisado, pero me comprendieron.
—
Es una locura. —sollozó Erin.
—
Por favor. —llamé la atención de todo el mundo— sólo os
pido que lo habléis con Justin, que hagáis lo que tengáis que hacer y que
olvidemos el tema. Por el bien de Jazzy y el mío. Sólo quiero que el resto de
navidades me compensen este mal trago, por favor. —les pedí a punto de llorar.
—
Tranquila. —me abrazó Harry.
—
Tienes toda la razón ____. —me abrazó también Jeremy
dándome todo su apoyo.
—
Es tarde, lo mejor será descansar y esperar a saber algo
de Justin. —dijeron los adultos dejándonos solos a los chicos y a mí en el
salón.
Miradas preocupantes se posaron
sobre mí. Tenía los ojos hinchados por haber estado llorando toda la tarde, mi
nariz estaba completamente roja, las bolsas se empezaban a notar en mis
pómulos. Mi aspecto era preocupante, pero estaba peor por dentro.
—
Justin es un tremendo gilipollas. —Caitlin fue la primera
en opinar— cuando le vea juro que le…
—
Caitlin… —la paró su novio.
—
¡No Chaz, ya no me callo nada! —estalló.
—
Chicos, es mejor que vayamos a descansar también. —había
mucha tensión y es lo que menos necesitaba.
—
Estamos aquí para lo que necesites ____. —me apoyaron
todos.
—
Gracias. —les sonreí abrazándolos uno a uno.
***
Me desperté sudorosa y gritando. Había
tenido una pesadilla. Una pesadilla horrible. Había soñado con la muerte de
Justin. Las lágrimas recorrían mis mejillas. ¿Y si algo malo le había pasado? Necesitaba
verlo, besarlo, saber que estaba bien. No aguantaba más sin él. En esos
momentos me daba igual lo que hubiera hecho hoy, sólo lo quería ver bien. Conmigo.
Y entonces sentí unos brazos
rodear mi cintura. Un perfume familiar llegó a mi olfato. Era Justin. Mi
Justin. Me giré para ver que estaba bien. Ningún rasguño, ningún moratón, todo
parecía estar en orden. Lo abracé, lo besé, lo acaricié. Y acabé llorando como
una estúpida, como él.
—
Estoy aquí pequeña. Tranquila, todo ha pasado. —acarició
mi pelo.
—
Justin… —musité.
—
Lo siento. —sollozó entre lágrimas— perdóname, no he
estado ahí cuando me necesitabas más. Lo siento ____. —hundió su cara en sus
manos y lloró desconsoladamente.
El mundo se me vino abajo.
—
Justin, te quiero y nada de lo que hagas o digas va a
cambiar eso. —limpié sus lágrimas— simplemente quiero olvidar todo esto. Pero tienes
que ayudarme. Te necesito y no puedo perderte una vez más sino, me muero
Justin, me muero.
—
Gracias por todo lo de hoy, nunca pensé que me quisieses
tantísimo para arriesgar así tu vida.
—
Tú eres mi vida. —lo besé. Estos dos días sin probar sus
labios se me habían hecho eternos.
—
Entonces, ¿estamos juntos?
—
Nunca lo hemos dejado de estar. —le volví a besar.
—
No te merezco.
—
Ya. —reí animadamente.
—
_____ hablo enserio. Eres mi jodida vida. Sin ti nada de
esto tendría sentido. No quiero una vida de fama y dinero. Quiero una vida
junto a ti. Prométeme que te casarás conmigo, que serás la…
—
Justin, ¿me estás pidiendo que me case contigo? —lo miré
en la oscuridad.
—
Sólo que nos prometamos. —me miró nervioso.
___________________________
HOLA, ESTOY VIVA. Pues hoy me voy
a enrollar. Empiezo. No he podido subir antes uno, porque he empezado las
clases, estoy en bachillerato, (a dos años de la universidad) y me están
metiendo mucha caña. Cada día vengo con deberes, trabajos y sólo acabo de
empezar, llevo dos semanas. Como comprenderéis cuando acabo de hacer todos esos
deberes, por las ocho o nueve de la noche estoy cansada y mi mente no da para
más. Hoy tenía la tarde libre y me he dedicado a escribir. Lo siento si tardo
mucho pero entendedme. No voy a dejar la novela ni abandonaros, tenedlo claro.
Segundo punto de hoy JAJAJA.
¡¡QUE ADORO VUESTROS COMENTARIOS, JODER!! Si es que sois lo más mejor. ¡¡Y
90.000 VISITAS!! Estoy flipando. Muchas gracias a todas sin vosotras esto, no
sería posible. Que sepáis que leo todos los comentarios. Así que comentad y así
me dais más ganas e inspiración para subir más rápido porfi.
Y que creo que el capítulo me ha
quedado algo mal, es que no estaba muy inspirada. Decidme que os parece cielos.
OS QUIERO MUCHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.