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domingo, 16 de marzo de 2014

Nothing like us {66}

¡Felices juegos del hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte!
     Quédate, por favor.
     No puedo cielo, tengo que seguir trabajando. –otra vez, la misma excusa- sé lo que vas a decir y, no es una excusa.
     Últimamente sólo dices eso. –reprimí una lágrima- creía que este tour nos iba a unir más, que pasaríamos más tiempo juntos y lo único que ha pasado es que nos hemos distanciado, antepones el trabajo a todo y yo ya no sé qué hacer.
     Entiéndeme. –cogió mi cara entre sus manos.
     Te entiendo, Justin te llevo entendiendo dos meses pero tú no me entiendes a mí. –me sentía realmente mal- sigue siendo mi cumpleaños, sólo te pido que pases el resto del día conmigo, te necesito.
     Pero cielo, he venido.
     Para unos premios. –acaricié sus manos a punto de estallar en llanto- lo que es, más trabajo.
     ¿De veras crees eso?
     Ya no sé qué creer.

Como podéis imaginar Justin y yo estábamos discutiendo, de nuevo. Últimamente siempre lo hacíamos, por no decir que habíamos empezado a discutir desde principios del tour. Y como comprenderéis estaba asustada, cabreada y hecha polvo. Tenía miedo de que Justin y yo no estuviésemos destinados a estar juntos y que la convivencia acabase con nosotros. Anteriormente ya habíamos convivido varias veces juntos pero ahora estábamos sometidos a presión, estrés, mucho trabajo y mucha, muchísima fama lo que conllevaba a no tener ni pizca de intimidad.

Me dejé caer en la cama, apoyé los codos en mis rodillas, sostuve mi rostro entre mis manos y observé a Justin. Pero no dijo nada, sólo se quedó ahí, observándome también. Sólo le estaba pidiendo que aplazase lo que tenía que hacer, tan sólo quería que pasase el día de mi cumpleaños conmigo, no lo quería pasar con una panda de desconocidos famosos. No era tanto pedir, ¿no?

     Te compensaré, te lo prometo. –se arrodilló ante mí.
     Vete.
     _____. –suspiró frustrado.
     Vete, se me pasará. –siempre se me pasaba.
     Te quiero y lo siento, lo siento muchísimo, pero es que entre el tour, la nueva música, la película, no tengo tiempo. Y sé que te debería regalar todo el tiempo que tengo a ti pero, así es mi mundo.
     Así es como quieres que sea, te matas a trabajar Justin y no paras, y eso a la larga te acabará dañando. –le miré con lágrimas en los ojos- tus fans siempre van a estar ahí pero…
     ¿Tú no? –me miró ahora sorprendido.
     Llámame cuando llegues, ¿vale? –evadí su pregunta.
     Vale.
     Te quiero.
     Y yo. –besó cautelosamente mis labios.

Algo entre los dos se había roto. No estábamos mal, pero tampoco estábamos bien. Jamás hubiese querido insinuarle algo así a Justin, porque yo siempre voy a estar para él pero es lo que me salió en ese momento, como a él le salió irse, pero eso no fue lo que acabó con nosotros, ¿o sí?


***


 Toc-toc. 

Alguien llamaba a la puerta y no tenía gana alguna de abrir. Estaba completamente destrozada debido a la marcha de Justin. Los ojos me escocían de tanto llorar, mi cabeza echaba humo de tanto pensar, mi cuerpo estaba cansado de tanto dolor y mi almohada estaba cansada de escuchar mis gritos ahogados.

Toc-toc-toc.

¡Qué pesadilla! ¿Tampoco me iban a dejar llorar a solas? Me levanté de la cama sin gana alguna, arrastrando los pies hasta la puerta, mientras intentaba borrar el dolor que se dibujaba en mi cara con una sonrisa forzada. ¿Por qué finges? Me pregunté una y otra vez en el corto trayecto que hice. Estaba mal y no quería aparentar estar bien, ya no, estaba cansada de fingir que todo estaba bien y que poniendo una sonrisa y esperando a que pasase el tiempo cualquier problema que tuviese se iba a arreglar. Necesitaba reaccionar.

     ¡Hola princesa! –apareció Harry- ¿cómo está la cumpleañera? –me apoyé en marco de la puerta e hice un puchero- ¿qué te pasa? –me miró preocupado.
     Harry…

Me abalancé sobre él y me eché a llorar como una niña perdida y desorientada. No quería pasar ese mal trago sola, necesitaba desahogarme, necesitaba que alguien me escuchase y me apoyase, necesitaba a un amigo. Y Harry era lo más parecido a uno en esos momentos. Después de pasarme un buen rato llorando a lágrima viva, invité a Harry a pasar, nos acomodamos en la cama y estuvimos un buen rato en silencio.


     Es un chico muy liado, con muchas fans y mucho trabajo, es comprensible _____.
     Es mi cumpleaños Harry, no pido tanto, me he aguantado hasta ahora. –volví a pasarme la manga por la nariz.
     ¡No seas guarra! –me hizo reír mi amigo- deberías hablarlo mejor con él.
     Lo intento, pero no me da las explicaciones que necesito. –suspiré- ni siquiera sé qué ha ido a hacer y con quien.
     ¿No confías en él?
     Claro que confío, pero a veces creo que me oculta cosas. –anteriormente lo hacía aunque según él eran para no hacerme daño.
     Entonces no confías plenamente. –me corrigió.
     Como sea. –puse los ojos en blanco- lo siento.
     ¿Por? Me he perdido.
     Porque es tu cumpleaños y te estoy dando la chapa con mis problemas. –le miré.
     También es el tuyo.
     Deberías salir con los chicos, estaré bien.
     Ni pensarlo. –rio irónicamente- o salimos los dos o ninguno.
     No tiene sentido Ha…
     Los dos o ninguno. –apoyó su codo en la almohada y con la mano sostuvo su cabeza- tú eliges. –me miró fijamente.
     No saldré.
     ¿Por? Porque has discutido con tu novio por culpa de él y en vez de celebrar tus dieciocho prefieres encerrarte en casa para autodestruirte pensando.
     No me lo pasaré bien, estaré pensando en él y todo esto toda la noche. –me incorporé.
     Me emborracho contigo. –uy, eso sonaba muy convincente- invito a la primera ronda.
     ¡Hecho! –reí.
     En unas horas te quiero lista. –se levantó de la cama.
     ¿Sólo venías a esto? –le acompañé hasta la puerta.
     Si quieres me ducho contigo.
     Harry.
     Vale, eso sobraba, lo siento.
     ¿Qué me pongo? ¿Me arreglo mucho o no?
     Los chicos me han dicho que nos arreglemos. –se encogió de hombros- son unos pijos.
     Y lo que te gusta a ti.
     Y a ti.
     Va tira, adiós pesado. –riendo, le cerré la puerta en las narices.

En realidad salir me vendría bien, despejarme, disfrutar, olvidarme de todo un poco. No pintaba mal. En menos de un minuto ya estaba dentro de la ducha, obviamente aún no había elegido la ropa que me pondría y eso me llevaría bastante, como siempre. Me tomé mi tiempo con la ducha, me relajé y disfruté de esa pequeña lluvia artificial, pensé generalmente en todo; los premios, mi cumpleaños, la alfombra roja, la pelea con Justin, la ida de Justin, la salida de esta noche, etc. No llegué a ninguna conclusión. Pero si pensé algo mejor las cosas. Justin había venido, eso era lo importante, me había dado una sorpresa muy bonita y por unas horas habíamos estado como siempre. Pero llegó el trabajo y valoro muchísimo el detalle pero sólo lo necesitaba conmigo el día de mi cumpleaños entero, sólo un día, ¿qué tan importante tenía que hacer? ¿Y porque no me lo había contado? No me hubiese enfadado, sólo quiero una explicación, pero a saber.  Yo tampoco me he portado del todo bien con él, pero estoy enfadad, es normal, ¿no?


Después de ducharme empecé a elegir la ropa que me pondría, ¿Vestido? ¿Falda? ¿Pantalón? Tenía centenares de prendas a escoger y como siempre estaba indecisa. Y aunque me llevó tiempo conseguí encontrar el modelito perfecto. Me hice algunos tirabuzones en el pelo y me maquillé. Un maquillaje discreto quitando mis despampanantes labios carmín. (http://www.polyvore.com/broken/set?id=115830652)


     ¡Ya voy! –alguien había llamado a la puerta- ¡un segundo! –grité mientras cogía el bolso y seguidamente corría hacia la puerta.

Esperaba encontrarme a Harry o a los chicos o incluso a Justin o a mi padre o a mis amigos, esperaba encontrarme a alguien, pero nadie apareció. Llegué a pensar que había sido fruto de mi imaginación pero un sobre y un fino paquete justo delante de la puerta me confirmaron que efectivamente alguien había llamado a la puerta y, había dejado eso ahí. Me agaché y lo cogí cautelosamente mirando hacia todas partes. No había absolutamente nadie.

     ¿Es una carta de Hogwarts? –me pregunté a mi misma- ¡¡oh dios mío, voy a ir a Hogwarts!!

No, no iba a ir a Hogwarts. Pero esa carta era mejor que la invitación a Hogwarts, esa carta me llevaría hacia mi felicidad, me llevaría hacia Justin. Lo supe en cuanto vi la letra, era la suya y mis dudas desaparecieron al ver sus 282574785 ‘swags’ escritos. Estaba confundida, ¿no tenía que haberse ido? ¿Y si lo que me encontraba al final de ese juego no era él? ¿Lo había pasado tan mal para nada? ¿Justin había cambiado de opinión o lo tenía claro desde un principio? La única forma de responder a todas esas preguntas era seguir las indicaciones que Justin me había dejado escritas, la carta decía así:

“Feliz cumpleaños shwaty, hoy es un día muy especial para ti, para mí, para toda tu familia, para todos tus amigos y para todos tus fans. Espero no haberte hecho enfadar mucho y si lo he hecho que esto te cambie el humor. El idiota de tu novio te ha preparado un juego. Sé que amas el videoclip de One Less Lonley Girl, así que he intentado que se parezca lo máximo posible, pero el hairflip no vuelve –reí como una posesa- el primer regalo te lo he puesto fácil, es el paquete que viene junto a la carta, ábrelo y luego sigue las flechas.
Te quiere, tu Justin (únicamente tuyo y sólo tuyo)

Abrí el paquete con delicadez y me encontré con una preciosa Tablet negra de Apple. ¡Madre mía! No quiero imaginarme los otros regalos si esto empieza con una Tablet. La desbloqueé y me encontré con un bonito fondo de pantalla de los dos, al segundo de haberla desbloqueado recibí un mensaje. Lo abrí y me encontré con un precioso y divertido video de Justin. Click aquí 

Empecé a reír a carcajada limpia, me faltaba el aire, Justin sabía cómo desenfadarme y cómo hacerme sentir la persona más especial del mundo. Solté alguna lagrimilla, pero evité llorar, ya sabéis, el maquillaje. Después de ver el video seguí los papeles con flechas moradas que me llevaron hasta el recibidor del hotel.
Di varias vueltas sobre mí misma, no tenía ni idea de dónde ir ni qué hacer, las flechas se habían acabado. No dudé en llamar a Justin. A la chica del video de OLLG se lo puso más fácil.

     Justin sé que no me vas a coger el teléfono –y no lo hizo- y no sé porque te llamo, pero ¿dónde se supone que tengo que ir? Me estoy estresando y es sólo la primera prueba, no sabes preparar un juego de pistas cielo, aunque valoro mucho el esfuerzo. –y colgué, parecía una maldita loca hablando sola.

Por instinto femenino me dirigí hacia la entrada del hotel, justo en el cristal me encontré otro sobre dorado. Lo abrí con delicadeza para no romperlo y empecé a leer.

“Te adelanto una cosa, hay muchos regalos, grandes, pequeños, ¿dónde los guardarás y cómo irás a cada lugar?”

Dentro del sobre había unas llaves, ¡UNAS LLAVES DE COCHE! Con un llavero plateado en forma de medio corazón roto con el nombre de Justin. No me lo podía creer, ¿Me estaba regalando un coche? ¿Enserio? No podía aceptar eso, era demasiado, enserio.

Salí del hotel, esperaba encontrarme un coche en la entrada con un botones esperándome, pero lo único que me encontré fue un cúmulo de paparazzi y fans y yo sin guardaespaldas, genial. Me abrí paso como pude, saludé a algunos fans y dejé que los paparazzi me fotografiaran mientras me dirigía al parking del hotel. Para encontrar el coche pulsé decenas de veces el botón de abrir hasta que un flamante Audi blanco respondió.

Era impresionante, ¿cuánto dinero se debía haber gastado Justin? Enserio, me hubiese conformado con un coche más sencillo, pero no, Justin y su afición por gastar dinero.

Entré en el coche y me encontré otro sobre dorado en el asiento de copiloto y una taza de chocolate caliente con nata en el posavasos del coche. Como me conoces sonreí inocentemente al imaginarme a Justin comprándome la taza en  el Starbucks. Abrí el sobre y me encontré el siguiente mensaje:

“Te presento a tu nuevo coche swag. No me creo que hayas entrado en él, así me gusta swag. Te he dejado tu bebida favorita en el  swag posavasos ¡disfrútala y no manches el coche! Swag. Al grano, no sueles saber muy bien en que día vives, ¿sabes dónde encontrar la solución? Swag.

¿En el móvil? ¡Y yo que sé! Maldita sea la imaginación de Justin, ¿dónde me quiere llevar? ¿Me va a regalar un móvil nuevo? Arranqué el coche con miedo, no sabía muy bien cómo llevarlo, pero le pillé el truco rápidamente. Me fui paseando por toda la ciudad de california, pensando, pensando, pensando y pensando. Me paré en varios sitios pero ninguno fue el acertado hasta que di con un enorme centro comercial y ahí caí. Justin y yo siempre decimos que los centros comerciales tienen la solución para todo. Así que estacioné el coche y entré.

La Tablet que llevaba debajo del brazo sonó, tenía un nuevo mensaje con el siguiente gif de Justin: 

¡La tienda de fotos! ¡Claro! Me recorrí todo el centro comercial hasta encontrarla. Al entrar me recibió un amable hombre de unos cuarenta años.

     Buenas tardes, _____ _____. –eso no era una pregunta- tengo varias cosas para usted.
     Oh. –sonreí.

De debajo del escaparate sacó un sobre dorado y dos enormes regalos más envueltos en papel de regalo dorado también. Abrí el más pequeñito, era un adorable calendario con fotos de Justin y mías, una por cada mes y en cada mes estaban marcadas las fechas importantes como cumpleaños, aniversarios, fiestas, etc. El otro regalo era un enorme tablón de fotos de Justin y mías, lleno de post-it con frases, citas de nuestras canciones, fechas, locuras que habíamos hecho, sueños que nos quedaban por cumplir, viajes, etc. Era todo precioso y original.

Abrí el cuarto sobre, ¿cuántas más vueltas me haría dar?

“Espero que te estén gustando los regalos, no pensé que llegarías tan lejos ¡sabía que lo conseguirías cielo! –Menudo idiota- ¡Qué siga el juego!

La Tablet volvió a vibrar y un nuevo gif de Justin apareció en ella: 

¡Lolly! ¿La tienda de chucherías tal vez? Salí de la tienda dando gracias al hombre que me había entregado los regalos y después de dejarlos en el coche volví al centro comercial, entré en la tienda de chuches y me recibió una pequeña niña.

     ¿Eres _____? –me preguntó sorprendida.
     Si cielo, soy yo. –le sonreí mientras me agachaba con cuidado debido al corto vestido.
     Justin me ha dado esto para ti. –me entregó una piruleta, una caja de bombones en forma de corazón y un sobre.
     ¡Oh, muchísimas gracias cariño! –seguro que era la hija de la dueña.
     ¿Me puedo hacer una foto contigo? Me gusta mucho tu voz, eres muy guapa y me gusta también Justin.
     Justin es mío, eh. –bromeé- claro que si cielo. –su madre nos hizo una foto mientras yo la cogía en brazos.
     ¡Muy guapas!
     Muchas gracias por la piruleta y los bombones. –les sonreí.
     ¿Vendrás de nuevo? –me preguntó esperanzada la pequeña.
     ¡Claro! Y te traeré un disco firmado. –le revolví el pelo- pero ahora me tengo que ir peque.
     ¡Sí! –me sonrió contenta- adiós. –se despidió enérgicamente con las manos.
     Adiós cielo. –le mandé besos.

Abrí el quinto sobre y leí el siguiente mensaje:

“Unos dulces para la más dulce. Cuidado con el sol cielo, no te vayas a derretir. Swag.  ¿Crees que estás llegando al final? Esto sólo acaba de empezar. ¡Felices juegos del hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte!

Mi libro favorito. ¡La librería! Que bien me conocía Justin, había acertado con cada uno de los regalos, estaba impresionada. A toda prisa me dirigí hacia la librería del centro. Al entrar sonó una campanilla anunciando mi llegada. La librería era pequeña pero acogedora y llena de estanterías repletas de libros. Una mujer de unos treinta salió a recibirme.

     ¡_____! –me nombró como si me conociera de toda la vida.
     Hola. –reí.
     Tengo algo para ti. –me señaló divertida.
     No me lo esperaba. –dije irónicamente.
     Un joven muchacho…
     Justin. –le sonreí.
     Justin, me ha dejado esto para ti.

Me sacó varios paquetes y de nuevo un sobre dorado. Opté por abrir primero los regalos. El primer paquete contenía decenas de libros, entre ellos mis favoritos como Los Juegos del Hambre, Cincuenta Sombras de Grey, Cazadores de Sombras, etc. Otros, en cambio, no me los había leído jamás. Abrí el siguiente paquete, estaba repleto de películas, mis favoritas, de terror, románticas, dramas, comedias, de todo tipo, vamos. Por último, abrí el tercer paquete, había un libro y una película. Los dos tenían como portada una foto de Justin y mía, ¿qué se suponía que era? El sobre contestaría a mi pregunta:

“Libros, películas rellenarán una preciosa estantería. ¿Te has fijado? Te he dejado nuestra historia, léetela, dicen que son mejores los libros que las películas.”

Oh dios mío, me iba a poner a llorar ahí mismo, me superaba, ¿cómo había hecho todo eso? Enserio, no podía parar de preguntármelo, estaba asombrada, alucinada, sin palabras, quería ver a Justin ya y abrazarlo y besarlo y, y, y no sé.

Le di las gracias a la mujer y me fui, estaba cargada de cosas y tenía que volver al coche para dejarlas, pero antes de poder tomar el camino hacia el coche me di cuenta que Justin me había dejado un camino indicado por flechas. Mi curiosidad era más grande que todo el peso que llevaba así que seguí las flechas. Y llegué a la tienda de animales. ESO. NO. IBA. EN. SERIO. Entré como una loca, ¿me iba a regalar un perro?

     ¿Tiene un perro para mí? –pregunté desesperadamente.
     Eh… -la dependienta me miró con cara extraña- no… pero tengo otra cosa.
     ¿Enserio no han comprado un perro para mí? –hice un pucherito.
     No, enserio. –rio- pero tenga este sobre. –me sonrió amablemente.
     Jo, gracias. –dejé las cosas en el suelo y abrí el sobre encontrándome con estas fotos:



“No te he comprado un perro, pero te dije que intentaría que se pareciese al videoclip de OLLG. Princesa quedan dos regalos. ¡Ánimo! Swag.

Salí de la tienda y volví a seguir las últimas flechas. Me condujeron a una joyería. Otro regalo caro, ¡viva al derroche! Entré desesperada por acabar el juego, no me andaría con rodeos.

     Lo que sea que tenga para mí, por favor. –el dependiente me miró con cara rara- lo siento tengo prisa. –dije jadeando de cansancio.
     Claro señorita _____. -¿Por qué todos conocen mi nombre?- aquí tiene. –me entregó una caja y un sobre- esta vez, antes de abrir el regalo lea la carta.  

Parecía y era caro. Abrí el sobre dorado y leí lo escrito:

“Lo que hay ahí dentro no sólo sirve como joya, piensa cielo. Te estoy esperando.”

Abrí desesperadamente la caja y dentro me encontré una llave como colgante. ¿Una llave? ¿Se refría a su perfume? ¿Me esperaba en la perfumería? No creo, ese era el penúltimo regalo, así que era poco probable. Volví a dar las gracias al dependiente y me fui al coche a dejar todo lo recogido.

Me senté en el coche, se había hecho de noche. Tenía que pensar rápido, me había ido sin avisar a los chicos, quería ver a Justin ya y quería salir esta noche. Encendí las luces del coche y empecé a buscar pistas por todos los sobres y regalos. Esa llave abría algo, ¿pero qué? De repente la radio se encendió sola, había un mensaje para mí.

“Esta canción va dedicada a _____ _____ de parte de Justin. Feliz cumpleaños ____, ¡disfrútala!”

Y empezó a sonar Fall. Amo a Justin. Empecé a llorar como una posesa. Me daba igual si se me corría el maquillaje, si los paparazzi me hacían fotos, me daba exactamente igual todo. Cuando acabó la canción paré de llorar y me fijé que había un post-it en la radio. Allí estaba escrito el nombre de una dirección. Así que me dirigí hacia allí inmediatamente.

Llegué en unos diez minutos. Había llegado a una enorme casa en un barrio rico de California. ¿Mi llave abría la puerta de esa casa? Tal vez la dirección estuviese mal o yo me había equivocado. Lo tenía que comprobar.

Salí del coche y me dirigí a la inmensa puerta de acero. Introduje la llave en ella y…

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HOLA, SÍ ESTOY VIVA, LO SIENTO, LO SIENTO, LO SIENTO. A ver, hoy tengo que dar explicaciones. Llevo muchísimo sin subir, un mes y jamás había tardado tanto. Y he leído todos los comentarios chicas, y lo siento. Sé que tengo una novela y la tengo que seguir porque en parte es una responsabilidad pero tengo una vida. Y si no hay inspiración o tengo problemas en casa o exámenes o fiestas o lo que sea no puedo escribir. Y lo siento, enserio, me gustaría complaceros a todas y hacer un capítulo por día pero es que estoy en una situación difícil y lo comparto con vosotras porque confío en que me entendáis. He tenido muchos exámenes y era estudiar, estudiar y estudiar. Intentaba abrir el Word para escribir pero estaba exhausta e imposible. Intentaré hacer maratón por semana santa, lo intentaré con todas mis fuerzas, enserio. Pero bueno, aquí tenéis el capítulo, espero que os guste, comentad, dadme ánimos y decidme que os ha parecido ¿vale? Pero comentad enserio.


Nada, que os quiero mucho y gracias por serme fieles y seguir leyendo la novela a pesar de todo, os quiero mucho, sois amoooooooooooooooooooor.