Nuestros futuros hijos Sr. Bieber |
Habíamos quedado en la casa de
madera dónde se alojaban los abuelos de Justin y Pattie ya que era la más
espaciosa para cenar todos juntos y, como de costumbre llegábamos tarde. Y lo
mejor es que no teníamos ninguna buena excusa para nuestra demora. Seguramente
se enfadarían un poco, nos habían dejado muy claro que esta noche querían
puntualidad y no lo estábamos siendo para nada.
— Pues les decimos que por
el camino nos han atacado unos mapaches.
— Que no Justin, que no.
–me volví a negar ante esa estúpida idea- ay, estate quieto. –me quejé mientras
intentaba hacerle bien el nudo de la corbata.
— Me encanta la cara que
pones cuando te concentras. –bajó sus manos por mis muslos.
— Pues no hagas que me
desconcentre. –reí mientras él besaba continuamente mi frente- ale, listo.
— Tú turno. –subió de un
tirón la cremallera de mi vestido.
— Que bruto. –me quejé-
como esta noche seas igual de bruto para todo.
— Tal vez. –me dedicó una
perfecta sonrisa.
— Eh, el vestido lo quiero
de una pieza que es caro. –le avisé.
—
Lo tendré en cuenta. –me besó dulcemente.
Cogimos nuestras respectivas
chaquetas ya que a pesar del calor que hacía por el día, por la noche
refrescaba bastante. Justin cerró con llave nuestro palafito, mientras yo a
toda prisa acababa de ponerme el tacón derecho. Me agarré del brazo de Justin y
a paso ligero casi corriendo nos dirigimos a la primera casita de madera.
En ese minuto de trayecto me
quedé observando meticulosamente a mi chico. Tenía una gran sonrisa en la cara,
vestía una americana dorada con detalles negros y una camisa a blanca, llevaba
unos pantalones apretados negros a juego con la corbata y por último sus Supras
doradas. Me devolvió esa mirada, y supuse que también debía estar observando mi
belleza, se le notaba en la sonrisita tonta que tenía dibujada en la cara. Prácticamente
es una bendición tener un novio así. (http://www.polyvore.com/hi_bb/set?id=101404537)
—
Llegáis tarde. –nos abrió la puerta Christian.
—
¿Christian? –nos miramos sorprendidos Justin y yo.
—
¡¡Sorpresa!! –apareció Caitlin detrás de su hermano.
—
¡Chicos! ¿Qué hacéis aquí? –los abracé efusivamente-
estáis guapísimos.
—
No han venido solos. –Ryan y Chaz también habían venido.
—
Pero… ¿qué es esto? –Justin estaba flipando.
—
Nuestro regalo de navidad. –asomó la cabeza Pattie,
estaba preciosa.
—
¿Entráis o qué? –nos hizo pasar la abuela de Just.
Después de saludar a toda la
familia y a todos nuestros amigos al fin pudimos sentarnos para comer. La verdad
es que había sido la mejor sorpresa de todas, por fin podríamos disfrutar de
unos días como los de antes, cuando estábamos realmente unidos o si más no
cuando Justin y yo teníamos tiempo para todo.
Nos esperaba una noche muy
entretenida, cena con la familia, abrir los regalos y finalmente salir de
fiesta todos juntos. Bueno, más bien sólo los ‘adolescentes’, los mayores se
quedarían festejando la navidad allí mismo.
—
Casi no habéis comido, probad el pavo, está buenísimo.
–mi abuela y su obsesión por hacernos comer.
—
Abuela hemos comido de todo lo que hay en la mesa.
–suspiré cansada de comer- como coma más esta noche me tendréis que llevar
rodando hasta la cama. –reímos todos.
—
_____ (tu abuela) tiene razón, va a sobrar muchísima
comida. –se quejó Diane.
—
Es que, ¿para qué hacéis tanto? –replicó Justin.
—
Porque entre tú, Ryan y Chaz acabáis con un banquete
entero. –nos hizo reír Pattie.
—
No os olvidéis de Jeremy. –rio Erin.
—
Bueno, que tampoco comemos tanto. –habló Ryan mordiendo
un trozo de pavo.
—
Vamos. –río Pattie- cuando Justin está de gira tenemos
que pedir comida para seis personas y sólo coméis vosotros dos. –reímos todos
de nuevo, no habíamos parado de hacerlo en toda la noche.
—
De ahora en adelante tendréis que pedir comida para siete
u ocho. –sonrió con ilusión Justin- _____ vendrá conmigo, ¿no?
Mis ojos se abrieron como platos,
no por la sorpresa de la posible gira juntos, porque eso ya lo sabía, sino por
el descuido de Justin de mencionarlo delante de mi padre, el cual no había sido
informado de nada. Disimuladamente le pegué un codazo en las costillas para que
parase de hablar del tema. Pilló la indirecta. En la mesa se formó un silencio
sepulcral, Bieber me miraba con cara de arrepentimiento, se había dejado llevar
por el entusiasmo y tampoco me iba a molestar con él por ello, pero temía a la
reacción de mi padre. Lo miré llena de curiosidad, ¿Lo había dejado pasar? ¿Se
había dado cuenta? ¿Iba a decir algo?
—
¿Cómo? –preguntó mi padre confundido.
—
Mierda. –susurré mirando a Justin, éste me cogió la mano
con fuerza esperando a que mi padre dijese lo que todos teníamos pensado oír, un rotundo no.
—
Tranquila cariño. –rio mi padre- ya lo hablaremos.
—
Tengo derecho a guardar silencio hasta que no tenga a mi
representante aquí. –contesté de un tirón- espera, ¿qué? –reí.
—
¿Cuándo continúa la gira? –preguntó de nuevo mi padre.
—
Pues en enero, seguimos por Estados Unidos y después nos
vamos a Europa. –contestó muy nervioso mi novio.
—
¿EUROPA? –pregunté alucinada- dios, adoro ese continente.
Y Sud América, también es precioso, necesito ir.
—
Y que lo digas… las latinas son ca… -fulminé con la
mirada a Justin.
—
Acaba la frase y no acabas Believe Tour en tu vida.
—
_____ saca las garras. –estalló a carcajadas Caitlin.
—
Cariño sabes que tú eres la mejor en todos los aspectos.
–llenó mi cara de besos.
—
En todos los aspectos eh _____. –Christian se burlaba de
mí.
—
¡No me refería a eso! –se estresó Justin.
—
Ah, ¿o sea que en ese aspecto nada? –preguntó con
curiosidad Chaz.
—
¡Chaz Somers! –se enfadó Caitlin.
—
¡Callaos! –grité al ver que toda la familia nos estaba
mirando.
—
¡Celosa! –me picó Ryan.
—
Ya te gustaría tener una novia como la mía. –se mofó mi
novio.
—
Chicos, ¿os calláis? –volví a repetir al ver que todos se
estaban riendo de esa conversación.
—
Como sois los jóvenes de hoy en día. –rio mi abuelo.
—
No abuelo, no creo que todos los jóvenes sean como
nosotros. –imposible, nadie podía haber pasado todo lo que hemos pasado Justin
y yo.
—
Creo que viene de familia. –rio Justin para luego
contagiarnos su risa.
Seguimos hablando de tonterías,
riendo, bromeando y esas cosas que se hacen en una cena de Navidad. Hasta que
por fin llegó el postre, era una tarta enorme, ocupaba media mesa, de ahí
tendríamos para comer por lo menos una semana. Vale que fuese navidad y que
todos en ésta época comemos como cerdos, pero hay límites, aunque nuestras
abuelas no parecen conocerlos.
Erin empezó a grabarnos a todos,
quería hacer uno de estos típicos videos familiares que pasas años sin
acordarte de que lo has hecho pero cuando lo encuentras no puedes parar de reír
al recordar esa situación, pues eso. Jaxon y Jazzy querían ser los primeros en
comer de esa deliciosa tarta, pero como no Justin quería hacerlos rabiar, así
que confiadamente acercó su cara a la tarta para morderla. Hay que decirlo, fue
algo tonto. Cuando faltaban milímetros para que su boca tocase la tarta en un
hábil movimiento hundí su cara dentro del pastel, provocando las carcajadas de
todo el mundo.
—
_____. –lentamente Justin levantó la cara de la tarta
pronunciando con rencor mi nombre completo.
—
No creas que me asustas. –mentí.
—
Corre, corre como no has corrido en tu vida. –me amenazó.
—
¡Vale sí, tengo mucho miedo! –grité empezando a correr
alrededor de la mesa- ¡papá dile algo! ¡Pattie! ¡Jeremy!
—
_____ no corras, sabes que te cogeré.
—
Pero si hace dos segundos decías que corriese, bipolar.
–reí mientras intentaba quitarme los tacones- una ayudita, por favor, chica en
apuros. Godzila me persigue. –estallé a carcajadas sin apenas poder correr.
—
Ya eres m…
Antes de poder acabar la frase
Justin tropezó con uno de los tacones
que había dejado por el suelo, haciendo que cayese encima de él debido a que me
tenía agarrada por la cintura. Todos estallaron a carcajadas, se estaban riendo
de nosotros y de lo torpes que éramos. Prácticamente una costumbre. Rodé por
encima de Justin intentando zafarme de su brazo pero era imposible, éste
aprovecho que estaba de caras y empezó a besarme bastamente. Sus intenciones no
eran buenas, pretendía dejarme toda la cara llena de tarta y lo consiguió. Dejé
de resistirme para devolverle beso por beso.
—
Parejita estamos en horario infantil. –se quejó Jeremy.
—
No me habéis ayudado, culpa vuestra. – intenté quitarme
la nata de la cara- mirad como me ha dejado.
—
No deberías haber empezado. –besó mi frente Justin.
—
Idiota. –le susurré al oído.
—
Pero me quieres. –me susurró de tal manera para que sólo
lo pudiese escuchar yo.
—
Te amo cariño. –le contesté en el mismo tono.
—
Secretos en reunión falta de educación. –llamó nuestra
atención Jaxon, que tenía las manos llenas de tarta al igual que las comisuras
de sus labios.
—
¡Qué el enano se va a comer solo la tarta! –reí.
—
Y se quedará con hambre. –rio Jeremy.
—
Se parece a Justin. –siguió nuestras risas Pattie.
Al segundo Jaxon yacía con la
cara dentro del pastel y adivinad quien había sido el gracioso de la broma. El
mismísimo Justin Bieber. Con esto había provocado un agudo e insistente llanto
del más pequeño de los Bieber.
—
¡Drew! –le regañé cogiendo a Jaxon- no llores mi vida,
¿no has visto mi cara?
—
Justin eres un abusón. –le acusó Ryan.
—
Oye, que se lo merecía.
—
Eres de lo que no hay Bieber. –le fulminé con la mirada-
como trates así a tus futuros hijos…
—
Nuestros futuros hijos Sr. Bieber.
—
Madre mía, ¿qué le habéis echado a la copa de Justin?
–reímos todos.
—
Enserio tío, deja la droga. –estalló a carcajadas Chris.
—
Venga cielo, ya pasó, ¿vale? –besé la frente del pequeño-
¿vienes conmigo al baño y te limpio?
—
Sí. –contestó en una risita.
—
Yo también voy. –Jazzy se manchó a propósito para
acompañarnos.
—
Vale enana, agárrate de mi mano. –besé su pelo.
—
¿Con qué sobornas a mis hermanos? –me preguntó alucinado
Justin.
—
Me quieren más que a ti. –cantuseé sacándole la lengua a
mi novio- vamos, ven tú también.
Éste me hizo caso, sonrió
ampliamente, me agarró de la cintura y caminamos torpemente hasta el baño.
Senté a Jazzy y a Jaxon en el váter, yo me puse a limpiar a la primera y Justin
al segundo. Para qué mentir, la imagen era muy tierna. Parecíamos un matrimonio
con hijos y bueno, debo reconocer que me hacía ilusión, pero eh, aun éramos muy
jóvenes, demasiado para pensar en nuestra descendencia.
—
¿Te imaginas? –me miró Justin con los ojos llenos de
brillo.
—
¿El qué?
—
De aquí diez años, tú y yo limpiando y curando a nuestros
hijos después de haber estado jugando en el parque. Una imagen parecida a esta.
—
Me has leído el pensamiento Bieber. –lo abracé con
desesperación- jamás me dejes, por favor.
—
Oh cielo, que cosas tienes. –me acogió en su pecho- como
dejar ir a mi vida.
—
¡Qué asco! Sois muy cursis. –nos sacó la lengua Jazzy.
—
Tú lo que tienes es envidia.
Justin y yo reímos abrazando a
los pequeños y llenándolos de besos. ¿Se podía pasar una navidad mejor que
esta?
***
Después de limpiar a los pequeños
nos limpiamos nosotros y yo me volví a maquillar y peinar. Después de acabarnos
el postre y limpiar todo el estropicio nos dimos nuestros regalos de navidad,
la casita se llenó de risas, de ilusión y de felicidad, Jazzy y Jaxon
correteaban por ahí con sus nuevos regalos, los mayores hablaban de lo bonitas
y sorprendentes que estaban siendo estas vacaciones y mientras nosotros nos
disponíamos a salir de fiesta por Punta Cana.
Nos despedimos de todos y pusimos
rumbo hacia el local donde habíamos decidido pasar la noche. No estaba muy
lejos de donde nos alojábamos, tan sólo a unas manzanas. Habíamos hecho bien en
elegir ese pub. Estoy segura que al acabar la fiesta mis pies agradecerían no
tener que andar calles y calles, además había un atajo para llegar hasta allí.
—
No la lieis mucho, no quiero salir en periódicos. –nos
avisó Justin.
—
Que cosas tienes, nosotros nunca la liamos. –replicó
Caitlin.
—
¿En Los Ángeles? ¿En la fiesta de Ryan? ¿En todas las
fiestas que hemos celebrado? –nos recordó
Justin.
—
Eh, ¿cómo sabes lo de LA? –que yo sepa no había salido en
ningún sitio.
—
_____ cielo, me entero de todo. –me miró duramente-
aunque tranquila, si hubiese llegado a estar allí te juro que personalmente le
hubiese partido la cara al imbécil que te tocó.
—
Oh… -me sonrojé al recordar aquella noche.
—
Tranquilo bro, lo hicimos Chaz y yo por ti. –rieron estos
últimos.
—
No os paséis con el alcohol. –nos avisó Chris.
—
Es Navidad. –se excusó Ryan.
—
Siempre buscas alguna excusa para beber, tú. –reí.
—
Habló, no hay fiesta en la que no te hayas emborrachado.
—
Estamos acabados, eh. –carcajeó Caitlin.
—
¿Qué tal si entramos? –propuso mi novio.
Nos abrimos paso entre la gente,
algunas personas de las que estaban allí nos reconocieron, pero por suerte
teníamos pase a la zona VIP, así que no había que preocuparse por mucho. Tan
buen punto entramos en la zona VIP Ryan y yo nos dirigimos hacia la barra,
pedimos lo que nuestros amigos nos habían encargado. Por parte de Justin una
Coca-Cola, Chris y Chaz un vodka con Red Bull y Ryan, Caitlin y yo unos mojitos
bien cargados, vamos que Justin era el único que no bebía.
Bailábamos, cantábamos, reíamos,
bebíamos, era un no parar. Sobre todo para Ryan, Caitlin y para mí, que éramos
los que más habíamos abusado del alcohol. Justin estaba totalmente sobrio y,
bueno Chaz y Christian iban algo contentillos, en su punto. Pero para los que
encabezábamos el ranking estaba siendo un desfase, sí, no sabíamos
controlarnos.
—
And we can’t stop. –grité como una posesa.
—
And we won’t stop. –Caitlin siguió la canción y empezamos
a hacer twerking.
—
_____. –me llamó la atención Justin- se te está viendo la
ropa interior, para.
—
Caitlin, cerda. –la insultó su hermano.
—
Tu enano, cállate si no quieres que te deje la cara
plana. –rio mi mejor amiga.
—
¿A quién tengo que pegar? –me apoyé en su hombro decidida
a empezar a repartir hostias.
—
Se supone que a mí. –me desafió Christian.
—
Por qué me están aguantado q… -paré de hablar, la música
que estaba empezando a sonar me sonaba muchísimo- ¡OH, DIOS MÍO JUSTIN, ES
BEAUTY AND A BEAT! ¡VAMOS A CANTARLA, VAMOS, VAMOS!
Como una loca salí de la zona VIP
y empecé a apartar a la gente a empujones para llegar hasta el DJ que estaba
pinchando la canción. Si hubiese estado sobria nada de eso hubiese pasado,
normalmente no me gusta llamar la atención, pero cuando voy en ese estado parece
que ese es mi punto fuerte.
Le grité al DJ que me dejase
pincharla, que me dejase cantarla, bailarla, lo que fuese pero que me dejase
subir ahí para disfrutar de alguna manera esa canción. El joven muchacho rio y
para mi sorpresa asintió, parece que me conocía. Con ayuda subí a la cabina en
donde se producía la música, todo se paró y el muchacho empezó a hablar.
—
Parece que hay alguien que os quiere hacer un pequeño
regalo de Navidad. –anunció- ____ ____ nos va a cantar Beauty and a Beat de
Justin Bieber.
—
Hola. –dije en inglés haciendo el símbolo de la paz con
la mano derecha y sonriendo como una boba.
—
_____ baja de ahí. –me regañó Justin.
—
¡ERES LA PUTA AMA! –gritaba Caitlin como una desesperada.
—
¡____, _____, _____! –Ryan vitoreaba mi nombre.
***
Al final acabé por cantar la
canción y por pinchar unas cuantas junto a Justin aunque yo no tenía ni la más
remota idea de cómo funcionaba una tabla de mezclas, pero por suerte Bieber sí.
Al final todos se animaron, mientras Justin ponía música Ryan y yo bailábamos en
una barra haciendo el gamba, Chaz y Caitlin improvisaban una pésima canción con
el micro que nos había dejado John el muchacho que ponía la música y bueno
perdí de vista a Christian. En resumen, nos hicimos con la discoteca hasta que
nos empezaron a acosar demasiado y tuvimos que abandonar el local.
—
Chrisssssstian. –abracé a mi amigo- ¿dónde te habías
metido?
—
Estaba enganchando bolas de papel mojadas en el baño. –todos
estallamos a carcajadas.
—
Dios, dime que no es verdad. –me tiré al suelo, no podía
continuar de la risa- creo que me he hecho pis encima.
—
Dime que no es verdad. –Caitlin fue la siguiente en caer
al suelo, pero no por la risa, sino por su torpeza.
—
Chicas a casa ahora mismo. –nos miró seriamente Justin.
—
¡Qué dices melón! ¡Vamos a la playa! –me levanté como
pude y me quité los tacones.
—
____, no, a casa.
—
¡El último en llegar pierde! –ignoré las palabras de mi
novio y me eché a correr.
Ryan fue el primero que me
siguió, empezó a desvestirse mientras corría, veía sus intenciones, quería bañarse
en la playa y oye, era una muy buena idea. Pero pensé en Justin, tal vez se
mosquearía, estas vacaciones habían sido planeadas para pasar más tiempo juntos
y no estábamos teniendo mucha intimidad.
— ¡Venga, ¿qué haces que no
te bañas?! -Drew me cogió como un saco de patatas.
— ¡Justin, el vestido! Te he
dicho que lo quería de una pieza, bipolar. –reí intentando zafarme de su
agarre.
— Tienes razón, tienes
razón. –me bajó al suelo y de un tirón me bajo la cremallera- ale lista. –volvió
a cogerme y a correr hacia el agua.
— ¡SOCORRO! ¡BIEBER QUIERE
SERSO CONMIGO DENTRO DEL AGUA! ¡QUE ALGUIEN LO PARE! ¡QUE ME VIOLA! –todos empezaron
a reír, incluso Justin.
— Cariño, que jamás haría
el amor contigo estando tú en ese estado.
— Pues yo estoy cachonda
perdia’. –bromeé.
—
A ti lo que te pasa que has bebido demasiado.
Y dicho esto me sumergió en el
agua junto a él. Dejé ir un agudo grito que hasta los que estaban en la
superficie podían haberlo oído perfectamente. Ahogué a Justin varias veces, me
enrosqué en su espalda, en su cintura, en diferentes ángulos para poder tener
el control bajo él y que así éste no se pudiese vengar.
Al rato llegaron todos los chicos
que se habían desecho de sus ropas quedándose todos en ropa interior y
venían a por guerra.
—
Christian se te cae el moquillo.- me burlé.
—
¿Qué dices? –se asustó y empezó a sumergirse para
intentarse limpiar algo que me había inventado.
—
Que ingenuo eres. –reí para sumergirlo en el agua.
Chris tiró de mi pie haciendo que
me sumergiese dentro del agua sin darme tiempo a coger aire. Para colmo empecé
a reír, pero algo iba mal. Mi pie se había quedado enganchado con alguna cosa o
algo me estaba sujetando fuertemente. Me asusté, me asusté muchísimo y empecé a
gritar, intenté subir con todas mis fuerzas a la superficie pero todo esfuerzo
era en vano. Me faltaba la respiración, me asfixiaba, tenía ese sentimiento de claustrofobia
sobre mis hombros, no aguantaba.
Caí inconsciente.
|NARRADOR|
Christian esperaba impaciente a
que _____ volviese a salir a la superficie para hundirla una vez más. Pero lo
que el muchacho no sabía es que su amiga no volvería a salir del agua por sí
sola, necesitaba ayuda y si alguien no acudía pronto a por ella la noche podía
acabar muy mal.
Justin fue el primero en darse
cuenta. Notaba la ausencia de su novia, aunque sólo hubiesen pasado dos
minutos, echaba en falta su melodiosa y pegadiza risa y sabía que algo no iba
bien, lo presentía.
—
¿Y _____? –gritó.
—
Creo que quiere que nos preocupemos. –se encogió de
hombros Christian tan extrañado como sus otros amigos.
—
No, no, algo no va bien. –se desesperó el novio- ¿por qué
cojones no sube a la superficie?
Pero no era momento de preguntas,
el muchacho de ojos miel se sumergió en el agua en busca de su novia, y aunque
era de noche, la luna alumbraba lo suficiente para poder distinguir el cuerpo
de la chica inmóvil.
El corazón de Justin se paró, no puede estar pasando se repitió una y
otra vez a sí mismo. Pero de nada le servía, sí, estaba pasando y le estaba
pasando a él.
Con la ayuda de todos lograron
sacara la chica con cuidado del agua, sin movimientos bruscos pero lo más rápido
posible. La extendieron en la arena y la rodearon.
—
Llamad a una ambulancia. –gritó en un horroroso y
doloroso llanto Caitlin.
—
Tenemos que hacer algo ya. –Ryan contempló con lágrimas
en los ojos el inmóvil cuerpo de la chica- ¿alguien sabe primeros auxilios?
—
Tiene pulso. –informó Chaz.
—
Pero no respira, joder. –gritó Justin.
Las lágrimas inundaban los ojos
de todos los presentes, debían actuar, debían ser fuertes. Pero, ¿cómo serlo si
una de las personas más importantes de su vida se les estaba yendo?
El primero en actuar fue Justin,
a pesar del dolor que sentía en su pecho y de las ganas que tenía de ser él el
que no respirase empezó a reanimar a _____.
—
Vamos cielo. –lloró desconsoladamente- por favor, por mí,
respira, muévete, sonríeme, por favor.
____________________________
Hola unicornios morados, pues sí,
he vuelto a tardar dos semanas y sí, por la misma excusa. Estoy en las DOS
ÚLTIMAS semanas de exámenes y bueno estoy muy estresada, pero he buscado un
rato libre para escribir. No os podéis quejar del capítulo, eh. Sé que os voy a
dejar con la curiosidad de lo que sigue, pero sólo por dos semanas. En cuando
acabe los exámenes capítulo. Y después NAVIDAD Y OS ESPERA UN PEDAZO DE
MARATÓN, ¡PINKYPOMISE! Enserio, ya veréis.
Nada, deciros que si queréis me
podéis dar ideas de lo que queréis que pase o situaciones que os gustarían que
pasasen y yo las meto en la novela, ¿vale? No os cortéis que a mi me encanta
que me deis ideas enserio. Leo todos los comentarios y enserio, tengo en cuenta
todo lo que me pedís.
Como siempre gracias por todo
chicas, sin vosotras nunca hubiese seguido adelante con esto, enserio, gracias
por el apoyo. Os pediría que comentaseis mucho, mucho, mucho y que si podéis
recomendéis la novela ya sea por twitter, blogs o páginas que tengáis, pls
ILY<3 .