Seguidores

sábado, 23 de febrero de 2013

Nothing like us. {33}


Nadie es perfecto, hasta que te enamoras





Al bajar sentí las olas del mar, eso significaba que el restaurante estaba en el mar. Pero pronto comprendí que no íbamos a un restaurante. Just me cogió en brazos, noté como le costaba andar, estábamos en la arena ¿dónde íbamos?Antes de dejarme en la arena me quitó delicadamente los zapatos, los dejó en el suelo para luego dejarme a mí de pie. Se puso detrás de mí y lentamente me fue quitando el pañuelo de los ojos. Parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz, entonces fue cuando miré al frente y vi un precioso camino de farolillos que llevaban a una pequeña carpa iluminada por algunas antorchas y faroles, era precioso. 


Me llevé las manos a la cara, dios, era la mejor sorpresa que me habían dado en mi vida, ¿lo había planeado todo él? Era todo tan perfecto. En ese momento se me llenaron los ojos de lágrimas por la felicidad, pocas veces había llorado de felicidad. Me sentía tan llena, tan bien, tan a gusto, tan completa con él a mi lado. Ver todo eso y saber que detrás de ello habían muchas horas de dedicación, me hacía sentirme aún más querida. Me giré hacia Justin tirándome a sus brazos, apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos disfrutando más que nunca de uno de sus abrazos.

-          Te amo.- le dije en un suspiro.
-          ¿Te gusta?- besó mi pelo con ternura.
-          ¿Qué si me gusta?- me aparté para mirarlo a los ojos- es perfecto Justin, me encanta. Gracias.- lo besé.
-          Te quiero.- me dijo abrazándome nuevamente.
-          ¿Cómo te puedo agradecer todo esto?- le dije mientras me apartaba del abrazo para mirarlo a los ojos, él me secó las lágrimas que me caían.
-          Disfrutando de esta noche conmigo.- me sonrió.
-          No lo dudes.- lo besé efusivamente.


***


Estábamos acabando de cenar, la noche no podía haber ido mejor, puedo decir que esta sorpresa ha sido la mejor que me han dado en la vida. Estar así de bien con Justin es genial, lo mejor de todo es que aparte de estar juntos, gustarnos, atraernos físicamente y eso, es que somos dos mejores amigos. Sabe cuándo estoy bien y cuando estoy mal, cuando hablar o callar, cuando hacerme reír, sabe lo que me gusta al igual que yo sé todas esas cosas de él. Hasta hace poco me parecía imposible poder tener una relación así, pero ahora la tengo y no la cambiaría por nada del mundo.

Después de haber acabado de cenar, fuimos a dar un paseo por la orilla del mar, las estrellas brillaban con fuerza esa noche, el tiempo había cambiado radicalmente, ya no llovía. Y ya lo dicen, después de la tormenta viene la calma.

-          No me voy a cansar de darte las gracias.- le di un apretón de manos.
-          Y yo no me voy a cansar de decirte que no me las des, hago esto porque te quiero.- soltó mi mano para rodearme por la cintura- vamos a sentarnos.- me propuso.
-          Estropearé el vestido.- y ya no era por lo bonito que era, sino por la persona que me lo había regalado.
-          Es solo arena.- rio- ven.- dijo tirándome de la mano mientras se sentaba.
-          Vale.- reí como una tonta y me senté entre sus piernas.
Nos quedamos en silencio unos minutos, me acariciaba los rizos del pelo mientras yo inspiraba su olor una y otra vez, era tan agradable. En ese momento, me dieron ganas de decirle todo lo que sentía, todo lo que me hacía sentir, tenía ganas de gritárselo a los cuatro vientos, pero esta vez se lo diría a él.
-          ¿Sabes?- rompí el silencio que se había creado- Te amo, por ti soy quien soy y no me refiero a la fama ni nada de eso, me refiero como a persona. Siempre estás ahí, apoyándome día a día haciéndome ver lo que está bien, lo que está mal. Sacándome siempre una sonrisa con tus tonterías. No me importa que ocurra con nosotros en el futuro, cada día que estamos juntos es el mejor día de mi vida. No me faltes nunca Justin.
-          Te amo.- dijo mientras me abrazaba más fuerte contra él y me besaba- siempre voy a estar a tu lado ¿me oyes? Siempre, no importa la distancia, ni las personas que se pongan por el medio, eres lo mejor que me ha pasado.
-          Eres perfecto.- sonreí como una tonta enamorada.
-          Nadie es perfecto cariño.- me devolvió la sonrisa.
-          Nadie es perfecto, hasta que te enamoras.- me encogí de hombros.
-          ¿Eso es una indirecta?- preguntó Justin confundido.
-          Justin mi amor, no es ninguna indirecta.- dije girándome hacia él para estar cara a cara- te estoy diciendo claramente que estoy total y perdidamente enamorada de ti.- sí, acababa de declararme, nunca antes lo había hecho.
-          ¿E-e-enserio?- dijo en estado de shock.
-          No te mentiría en esto.- asentí algo asustada por su reacción.

De repente me cogió por la cintura y me hizo caer encima de él, dejé ir un grito por el susto pero pronto ese grito se convirtió en risas.  

Nunca antes le había dicho eso a Justin, no se lo había dicho porque nunca me había dado cuenta de que estaba enamorada de él, no me había dado cuenta hasta ahora. El amor para cada uno es una cosa, yo no sé muy bien que es, pero no me he enamorado de Justin por su físico, me he enamorado de él por como es, por su manera de pensar, por su manera de actuar y animarme. Estoy enamorada de él porque ver su sonrisa por la mañana es lo más bonito del mundo. Porque cuando está cerca de mí ya soy feliz. Porque me entiende cuando me quejo de todo, porque me aguanta día tras día sin quejarse. Porque me quiere y simplemente por el hecho de existir me hace la persona más feliz del mundo.


-          ¿A que le das tantas vueltas?- me preguntó Justin de vuelta al coche.
-          Nada.- le sonreí encogiéndome de hombros.
-          Dímelo.- me insistió.
-          En lo que te he dicho antes en la playa.- dije tímidamente.
-          ¿Qué estás enamorada de mí?- dijo orgulloso de ello.
-          Ahá.- le contesté cortada.
-          ¿Qué problema hay cielo?- se paró en seco quedándose enfrente de mí.
-          No sé, no me has dicho nada.- me encogí de hombros. Su reacción me había encantado, pero estaba confundida ¿él lo estaba de mí o no?
-          Y eso te lleva a pensar que…- dijo frunciendo el ceño.
-          No sé.- no encontraba palabras para explicarle lo que pensaba.
-          ¿Crees que no estoy enamorado de ti?- me preguntó sorprendido.
-          No sé, no me has dicho nada.- dije mirando hacia el suelo- pero cielo, no te quiero presionar ni nada, enserio.
-          Estás loca.- estalló en una gran carcajada.
-          ¿Qué te hace tanta gracia?- estaba hablando enserio.
-          ¿Enserio crees eso?- negó con la cabeza- ______(tu nombre) estoy enamorado de ti desde antes que empezásemos a salir.- abrí los ojos como platos ¿qué?
-          ¿Y por qué no me has dicho nada?- dije sorprendida.
-          No lo sé.- se encogió de hombros sonriendo- ahora ya lo sabes.  
-          Tonto.- dije alargando la primera o.
-          Te amo.- me cogió la mano y seguimos caminando.

Le besé efusivamente colgándome de su cuello. Pero me separé pronto, ya era hora de volver a casa.

En el camino no paraba de pensar en mi regalo para Justin, ya se lo había comprado y todo pero no me convencía, no quería que fuese material. Quería que fuese especial, él había preparado todo esto por mí y quería agradecérselo.

Cuando llegamos a su casa era la una de la noche, me quité los tacones para no hacer ruido y subimos las escaleras en silencio. Al llegar a su habitación nos cambiamos, él me dejó un pijama suyo para dormir, aunque me iba grande.

-          ¿Tienes sueño?- me preguntó Justin dejándose caer en su cama.
-          Sí, ha sido un día bastante largo.- le respondí bostezando.
-          Ven.- le dio unas palmaditas al colchón.
-          Cielo, no debería dormir aquí contigo.- me negué- tu madre me matará.
-          Ya hemos dormido más veces juntos.- se incorporó en la cama.
-          Ya, pero antes no estábamos juntos.- me encogí de hombros.
-          Mi madre no se enterará, ven, me apetece dormir contigo.- me insistió.
-          Si tu madre dice algo le diré que me has obligado.- reí.
-          Trato hecho.- siguió mis risas.
Me dejé caer en la cama junto a él, pronto me acogió en sus brazos y lentamente fuimos durmiéndonos, él uno apegado al otro.


***


Me desperté sobresaltada, había tenido la misma pesadilla que esta tarde. Era horrible. Miré a mi lado, Justin dormía plácidamente agarrándome por la cintura. Me deshice de sus manos, necesitaba ir a por un vaso de agua. Por suerte ni se inmutó. Con cuidado y sin hacer ruido abrí la puerta de su habitación y bajé las escaleras. Entré a la cocina y me serví el agua. Me apoyé en la encimera y me quedé pensando en todo lo que había pasado hoy. Just me había hecho olvidar por completo a Chris, pero ahora no podía dejar de pensar en su actitud. Necesitaba hablar con él pero no me dejaba, es tan cabezota. No me podía dar por vencida, nuestra amistad no podía acabar aquí. Mañana hablaría con él sí o sí. Mi subconsciente al parecer no estaba muy de acuerdo ¿en que estaba pensando? Después de lo que me ha hecho esta tarde. Qué lío, ¿qué se supone que debía hacer?

Intenté dejar de pensar en ese tema así que me dirigí hacia el salón y me senté en la banqueta del piano. ¿Qué mejor manera de olvidarse del mundo que con la música? Deslicé mis dedos por las teclas del piano, me dejé ir y empecé a tocar una bonita melodía. En ese momento se me ocurrió, ya sé lo que le podría regalar a Justin, ¡una canción! Rápidamente busqué un papel y un boli, decidí terminar la que habíamos empezado juntos, sí, estaba segura de que eso le encantaría.

Me pasé ahí unas cuantas horas, hasta que me empezó a entrar el sueño y sin darme cuenta me dormí.


-          ______(tu nombre), cielo, despierta.- fui despertando lentamente- vamos cielo, ¿qué haces aquí?- vi la sonrisa de Pattie.
-          ¿Me he dormido?- dije incorporándome a la banqueta.
-          Sí.- rio Pattie.
-          Vaya.- miré a mi alrededor, y sí, efectivamente me había dormido. A un lado estaban los papeles que había hecho servir anoche, casi había terminado la canción.
-          ¿Qué hacías aquí?- me miró con el ceño fruncido- ¿estabas componiendo una canción?- preguntó al ver los papeles.
-          Sí, para Justin.- sonreí tiernamente.
-          ¿Enserio? ¿Puedo verla?- dijo con entusiasmo.
-          Aún no está acabada, pero claro.- cogí los papeles y los ordené.
-          Es preciosa.- se llevó las manos a la boca- ¿has estado toda la noche para hacerla?
-          Más o menos, se me había ido el sueño y me dio por componer.- reí.
-          Deberás estar cansada, ve a la cama cielo.- me acarició con cariño el pelo para después besármelo.
-          No le digas nada a Justin, es una sorpresa.- me levanté y la abracé efusivamente.
-          Esto queda entre tú y yo.- me sonrió- gracias por todo lo que haces por él.
-          Tendría que darle las gracias yo a él por lo que hace por mí, es lo mejor que me ha pasado Pattie.- las palabras me salían solas, al darme cuenta de lo había dicho noté un calor en mis mejillas, me estaba poniendo roja, que vergüenza.
-          Hacéis una pareja perfecta, sois tal para cual.- me acarició la cara- ahora ve a dormir.
Le hice caso a Pattie, tenía sueño y necesitaba descansar. Subí las escaleras perezosamente y entré en la habitación de Justin. Estaba completamente dormido, tapado hasta arriba por las sabanas estaba tan mono. Me metí en la cama junto a él y me acorruqué en su espalda, lentamente volví a coger el sueño y me dormí.


***


Estaba en el estudio, concretamente en el despacho de Alice, esta mañana me había llamado para que me pasase por la tarde, tenía que hablar conmigo así que ahí estaba.


-          Hola, ¿te he hecho esperar mucho?- me preguntó mi manager entrando por la puerta.
-          No tranquila, acabo de llegar.- le sonreí- ¿de qué querías hablar?
-          De muchas cosas.- me sonrió alegremente- para empezar, necesitas un móvil nuevo nunca puedo localizarte.
-          Esta tarde me encargo de eso.- reí.
-          Perfecto.- siguió mis risas- más que nada te he llamado para hablar del primer CD que vas a sacar, tiene que ser pronto así que te tengo que pedir que te des prisa en componer algunas canciones más.
-          Espera, ¿un CD?- estallé a carcajadas- si ni si quiera tengo fans.
-          Lo que no tienes es autoestima ______(tu nombre), ¿sabes en que número de ITunes está Who you are?
-          No.- hacía tiempo que no miraba ITunes.
-          En el número 4.- abrí los ojos como platos ¿qué, qué, qué?- si está en ese puesto es porque le has gustado a la gente, el video en YouTube tiene más de 2 millones de visitas, tienes más seguidores en Twitter, se han creado páginas de ti en Facebook  y hablan en todas las redes sociales de ti ¿sabes lo que es? Y solo acabas de empezar.
-          ¿E-enserio?- dije asombrada. Había conseguido todo eso y ni me había enterado, estos días no habían sido los mejores, de ahora en adelante estaría más atenta.
-          Confía en mí, ¿vas a hacer lo que te he pedido?- me preguntó alzando una ceja desde el otro lado de la mesa.
-          Claro.- sonreí- es más hoy he acabado una canción.
-          ¿Enserio? Déjame verla.- parecía bastante interesada.
-          Bueno, más bien es un dueto.- le sonreí tímidamente.
-          ¿Con quién?- esta vez estaba sorprendida.
-          Con Justin.- le respondí- pero él no lo sabe, es una sorpresa.
-          ¡Genial!- Alice estaba entusiasmada- por cierto, mañana tienes que ir a un programa de televisión. ¡Tú primera vez!- estaba más motivada que yo.
-          ¡Sí!- estallé a carcajadas- dime dónde es.
-          Está bien, en teoría era una sorpresa.- puso los ojos en blanco- irás a The Ellen DeGeneres Show.
-          ¿ENSERIO?- exclamé levantándome de la silla y dando saltitos como una loca- estoy deseando ir, ¿cómo lo has conseguido?
-          Yo no he hecho nada, me han llamado ellos.- dijo encogiéndose de hombros- te lo he dicho, le gustas a la gente.
-          ¡¡Muchas gracias Alice, eres la mejor!!- me dirigí al otro lado de la mesa y la abracé efusivamente.
Me encantaba ese programa, Ellen me cae genial por lo que he visto en los programas, estaba deseando ir allí. Estaba nerviosa y contenta, seguro que sería genial.
-          Bueno, eso es todo.- me sonrió contenta- te veo mañana.
-          Sí, hasta mañana, estoy ansiosa.- dije dando saltitos hasta la puerta- adiós y gracias por todo.
-          Es mi trabajo.- rio- ¡Y cómprate un móvil!
-          Lo haré.- solté una gran carcajada.


Salí del despacho de Alice y bajé las escaleras hasta la planta principal, parecía que hoy no me iba a encontrar a nadie conocido, así que salí del edificio. En teoría tenía que llamar a Liam, pero como no tenía teléfono me tendría que ir a casa andando.

Sin duda hoy estaba de más buen humor, sentía que nada podía amargarme el día, por fin las cosas empezaban a tomar un buen rumbo, el buen rumbo que hace unos días dejé de lado. Con Justin estaba mejor que nunca parecía que nada nos podía separar y así era, nada nos separaría. Con mi padre me entendía mejor, teníamos más confianza al igual que con mi hermano, vamos que ahora me iba todo genial. Bueno me iría mejor si tuviese móvil, un pequeño grupo de paparazzi se dirigía hacia a mí y yo no podía llamar a Liam. Esta era la primera vez que me enfrentaba sola a ellos, aunque después de todo no es que fuese algo tan malo, es simplemente su trabajo.


-          Hola.- dije sonriente cuando me rodearon. Mi reacción les sorprendió un poco, y a mí también.
-          Hola.- me dijo un hombre alto y vestido de negro- ¿nos podrías responder a algunas preguntas?
-          Claro.- contesté con naturalidad.
-          ¿Te gusta la carrera que estás empezando?- me preguntó una mujer esta vez.
-          Claro, siempre me ha gustado la música pero nunca he tenido la oportunidad de empezar una carrera, hasta ahora.- les contesté avanzando.
-          ¿Cómo te has acostumbrado a toda esta fama?- me preguntó el tercer paparazzi.
-          Simplemente aún no me he acostumbrado, todo esto es nuevo para mí y estoy intentándolo hacer de la mejor manera posible.- me encogí de hombros.
-          ¿Te gusta ser famosa?- me preguntó otra vez la mujer.
-          Tampoco es que sea tan famosa ¿no?- reí- no sé, la fama tiene cosas malas y buenas. Creo que ahora voy a poder a ayudar a mucha gente a mi manera, como lo está haciendo Justin, pero por otra parte no me gusta que mi vida personal sea tan pública.- vaya este interrogatorio lo estaba llevando mejor de lo que me esperaba.
-          ¿Se podría decir que Justin es tu modelo a seguir?- me preguntó el hombre alto.
-          Sin duda.- sonreí.
-          Eso es todo, muchas gracias.- se despidió la mujer.
-          A vosotros.- sonreí tímidamente mientras me despedía con la mano.


Suspiré aliviada, me había ido mejor de lo que me esperaba. Sonreí satisfecha, una prueba más que había superado hoy. Sin darme cuenta ya estaba en la urbanización, en unas manzanas ya estaría en casa.

Al cabo de unos minutos llegué, no había estado mucho tiempo fuera de casa. Eran las cuatro de la tarde y no tenía planes así que podría componer algo o mejor, pasar tiempo con mi hermano.

-          Hola, ya estoy en casa.- dije abriendo la puerta.
-          Hermanita.- Alex vino corriendo hacia mí y se tiró a mis brazos.
-          ¿Qué haces renacuajo?- le besé la frente.
-          Estaba jugando con Justin.- me dijo contento.
-          ¿Justin está aquí?- que raro- ¿y papá?
-          También está aquí, ahora va a llevarme a jugar un partido de béisbol.- estaba tan contento, le encantaba jugar al béisbol.
-          ¿Enserio?- me hice la sorprendida- Wow, ¿puedo ir con vosotros?
-          Tú tienes que ir con Justin.- me dijo haciendo morritos.
-          ¿A sí?- dije confundida entrando hacia el salón.
-          Sí.- me sonrió mi perfecto novio.
-          ¿A dónde?- dije confundida.
-          Vamos a jugar al Paintball.- me sonrió ilusionado.
-          ¿Quién?- pregunté con curiosidad.
-          Todos.- me contestó en tono obvio.
-          ¿Quién son todos?- reí.
-          Pues los de siempre, tú, Cait, Mike, Ryan…- no le dejé acabar.
-          De aquí pronto es el cumpleaños de Ryan.- pensé en voz alta.
-          El 14 de septiembre, sí.- puso cara de no comprender.
-          Tenemos que hacerle algo.- me encogí de hombros- justo ese día empiezo las clases.
-          Ya se nos ocurrirá algo, aún queda una semana cielo.- tenía razón, pero al final el tiempo siempre se nos echaba encima.
-          Alex tenemos que irnos ya.- le avisó mi padre.
-          Espera, tengo que coger mi guante de béisbol.- mi hermano se escapó de mis brazos dando un salto, subió a todo gas por las escaleras. Era un aficionado al béisbol, demasiado.
-          Bueno pues nosotros nos tenemos que ir ya también.- me avisó Justin- hemos quedado en el campo de paintball a las cuatro y media.
-          Vale, adiós papá, nos vemos esta noche.- lo abracé efusivamente y le di un beso en la mejilla- tengo que hablar de muchas cosas contigo.
-          ¿Sí?- me sonrió- estoy impaciente.
-          Adiós _____(tu padre), pasároslo bien.- se despidió Just.
-          Adiós chicos.- se despidió mi padre.


-          Volviendo al tema.- dije una vez dentro del coche- ¿quién has dicho que iba a venir?
-          Todos los del grupo.- me aclaró Justin encendiendo el motor.
-          ¿Christian también?- pregunté preocupada.
-          Sí, también.- me miró- y tendré una pequeña charla con él.
-          Olvida lo que pasó el otro día Just.- le acaricié el pelo con ternura.
-          ¿Qué lo olvide?- alzó un poco el tono de voz- estás loca si piensas que voy a dejar de lado ese tema.


Genial, el día se había torcido. No quería una pelea entre Justin y Christian, no quería posicionarme en ningún bando, porque sabía que si se peleaban lo tendría que hacer y es lo que menos quería en esos momentos, tener que elegir.


*************************************************
Ya está aquí el capítulo 33, espero que os haya gustado. Mañana intentaré subir otro capítulo lo más seguro es que lo haga tengo el fin de semana libre y dedicaré mi tiempo a escribir. Lo malo es que estas tres próximas semanas estaré otra vez de exámenes pero seguiré subiendo aunque no sé cuánto tardaré, supongo que no mucho.

Una vez más os quiero dar las gracias a todas las que no habéis dejado de leer la novela y seguís comentando, enserio, gracias por todo. Con cada comentario que dejais, por corto que sea me sacáis una sonrisa y me dais más ganas de seguir. Os quiero mucho <3. 

sábado, 16 de febrero de 2013

Nothing like us. {32}


Es mi salvavidas 





-          ¡Jo! ¡Echo de menos a Justin!- rompí el silencio que se había creado.
-          Yo también te he echado de menos.- sentí como unas manos me rodeaban el cuello, y alguien me besaba la cabeza. ¡POR FIN IBA A VER A JUSTIN!


Eché la cabeza hacia atrás para ver la cara de mi precioso novio, y ahí estaba, con esa sonrisa tan perfecta en su cara. Me levanté lo más deprisa que pude de la silla y me abalancé contra él. Lo abracé con todas mis fuerzas, en dos días lo había echado mucho de menos, ¿era posible? Hundí mi cara en su hombro mientras él me besaba la coronilla del pelo, me hubiese quedado así horas, pero teníamos público, o más bien animadoras.


-          Así se hace biebs.- empezó a aplaudir Ryan.
-          ¡Bésala!- exclamó Chaz.
-          Iros a un hotel, por favor.- rio Cait.
-          Que os den a todos.- sonreí con irónicamente separándome del abrazo- Liam, me están acosando, deberías de hacer algo.- le dije divertidamente a mi guardaespaldas.
-          ¿Qué quieres que haga?- se encogió de hombros riendo.
-          Protégeme.- le hice un pucherito.
-          Oye, que para eso estoy yo.- se hizo el ofendido Justin.
-          Lo siento cielo, me he dejado llevar por el momento.- bromeé.
-          Estás loca.- rio Mike- dices cosas sin sentido.
-          No te pases con mi chica.- dijo Justin rodeándome con su brazo por la cintura.
-          Te quiero.- reí besándole la comisura de los labios.

Dios, como lo había echado de menos, no me podía imaginar cómo lo echaría de menos cuando estuviese de gira. Pasaríamos semanas, incluso meses sin vernos. Pero aún era demasiado pronto para pensar en eso, ahora que lo tenía a mi lado tenía que disfrutar de él al máximo. Nos sentamos nuevamente, para después seguir desayunando.


***


Hacia un rato que había acabado de comer, estaba estirada en el sofá con mi hermano al lado y mi padre en el otro sofá. Los chicos se habían quedado en casa de los Beadles a comer, yo me había negado a ir ya pasaba que hubiese tensión entre Christian y yo. Además el cielo se estaba nublando, tenía toda la pinta de que iba a llover y no me gusta salir con mal tiempo. ¿Pero qué le pasa a Christian? ¿No me lo puede contar? Somos amigos, esta situación me frustra tanto. Suspiré desesperada, estar así con mi mejor amigo me ponía enferma.

-          ¿A qué le das tantas vueltas?- la pregunta de mi padre me sobresaltó.
-          Nada.- dije pensativa- tengo que ir a casa de los Beadles.- me bajé del sofá de un salto.
-          ¿Y eso?- me miró extrañado.
-          Tengo que hablar con Christian.- le expliqué mientras subía las escaleras.
-          ¿Qué ha pasado?- escuché que mi padre me preguntaba desde el salón.
-          ¡Luego te cuento!- alcé la voz para que me escuchara.
-          ¡Abrígate, qué va a llover!- oí su voz débilmente.


Puse los ojos en blanco, y me dirigí a mi habitación mientras le daba vueltas al tema de Christian. Iba a hablar con él sí o sí y me iba a escuchar quisiese o no. Me quité los shorts y la camiseta de tirantes que llevaba para ponerme algo que abrigase más. (http://www.polyvore.com/october/set?id=60344905) Eran prendas de invierno y estábamos en septiembre, pero hoy, corría un aire frio por la ciudad, así que era mejor abrigarse algo más. Cogí solo las llaves de casa, no iba a tardar mucho. Bajé las escaleras y entré al salón a paso ligero.


-          Papá, me voy no tardaré.- dije mientras le daba un beso en la frente.
-          ¿Quieres que te lleve?- me preguntó amablemente.
-          No, está a dos manzanas de casa.- negué con la cabeza- adiós Alex, luego vuelvo y jugamos ¿eh?
-          ¡Vale!- dijo contento.
-          No tardo.- dije despidiéndome con la mano y saliendo de casa.


Vaya, en la calle hacía más frio del que me esperaba y ya empezaban a caer algunas gotas. El invierno iba a ser algo frío. Seguí caminando cada vez más rápido. Había empezado a llover y en ese momento maldecía haber rechazado la oferta de mi padre para llevarme en coche. Corrí lo más rápido que pude, aunque ya estaba completamente empapada cuando llegué a casa de los Beadles. Toqué al timbre, y como me temía me contestó Christian.


-          ¿Quién es?- su voz resonó por el altavoz del timbre.
-          ______(tu nombre).- le dije tímidamente, ¿por qué estaba tímida? ¿de qué tenía vergüenza?
-          Ellos no están aquí.- me dijo fríamente.
-          No he venido a verlos a ellos.- le respondí confundida- ábreme Chris.- intenté sonar segura de mi misma, pero en ese momento es lo que menos estaba.
-          ¿Qué quieres?- seguía utilizando ese tono de voz tan frío.
-          Hablar contigo.- ¿por qué no me abría la puerta? Me estaba helando de frío y estaba empapada.  
-          Déjalo.- dijo desganado.
-          No me voy a mover de aquí hasta que me abras la puerta.- le avisé.
-          Espera sentada entonces.- al escuchar eso sentí como la tierra se abría debajo de mí.

¿Qué tan malo le había hecho? Me dejé caer en el suelo, en ese momento me daba igual si diluviaba. Quería arreglar las cosas con Christian y si tenía que pasar frío por hablar con él lo haría. Me abracé las rodillas y apoyé mi cabeza entre ellas, dios que frío, que frío, que frío. Aguanta. Cerré los ojos y me quedé ahí sentada.


-          ¡DIOS ______(tu nombre)! ¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?- escuché una voz de fondo.
-          Esperar.- dije débilmente, dios me encontraba fatal.
-          Te va a dar algo.- alguien me cogió en brazos, era Justin- te llevaré a casa.
-          No quiero que mi padre me vea así.- me mataría.
-          Pues a mi casa.- estaba preocupado.


Me metió en el coche delicadamente, ¿Siempre llegaba cuando más lo necesitaba? ¿Qué hacía aquí? No hice preguntas, me sentía débil hasta para hablar. Noté como Justin pisó el acelerador y el coche salió disparado hacia delante. Di un pequeño saltito, me había asustado.
-          No hace falta que vayas tan rápido. Estoy bien cielo.- puse mi mano sobre la suya.
-          Estás helada.- me miró serio- ¿Qué hacías ahí? ¿Estás loca?
-          No me regañes.- lo único que quería en ese momento era entrar en calor.
-          No sabes lo preocupado y nervioso que estoy ahora mismo.- pisó de nuevo el acelerador.


En cinco minutos estábamos en su casa, por suerte Pattie no estaba. No quería que me viese con esas pintas. Justin me subió a su habitación y me dejó en su cama, la iba a dejar empapada pero parecía no importarle. Entró rápidamente al baño de su habitación y empezó a llenar la bañera de agua caliente. Me hizo que me incorporase en la cama.

-          ¿Puedes quitarte tú la ropa?- me preguntó mientras me acariciaba la cara.
-          ¿Me ayudas?- le sonreí. Empezaba a encontrarme algo mejor.
-          Si te digo la verdad, esperaba que la primera vez que te tuviese que quitar la ropa fuese más romántico.- dijo mientras me quitaba la camiseta.
-          Gracias.- reí.
-          ¿Por qué?- preguntó confuso.
-          Por cuidar de mí y estar siempre a mi lado cuando te necesito.- lo abracé tiernamente.
-          Para eso estoy amor.- me besó el pelo.


Acabé quitándome los pantalones, las zapatillas y los calcetines para entrar con ropa interior en la bañera. El agua estaba caliente y me sentía muchísimo mejor, ya no tenía frío y me sentía más relajada. Justin estaba siendo un amor conmigo, él siempre es un amor.

Me quedé mirando al techo y sentí como el sueño me invadía, fui cerrando los ojos y entré en un profundo sueño.


Estoy en un supermercado con Justin, voy en el carrito de la compra mientras él me empuja y vamos de pasillo en pasillo, es divertido. Nos reímos, las carcajadas resuenan en todo el supermercado y de repente Justin ya no está. Así de la nada desaparece y me desespero. Salto del carrito y empiezo a buscarlo por todo los rincones del supermercado ¿dónde demonios se ha metido? Grito su nombre desesperada. Encuentro una puerta, la abro y estoy en una sala oscura, iluminada por una tenue luz. La sala está llena de espejos, y me desespero, no encuentro la salida. Me siento en el suelo rendida, sin saber qué hacer. Entonces en uno de los espejos se refleja Justin, me sonríe y siento como si me acabase de salvar la vida, es mi salvavidas. Le sonrío y me levanto, y de repente aparece Christian reflejado en los otros espejos. Le sonrío esperando que me devuelva la sonrisa, y lo hace. Entonces la nostalgia llega a mí, lo echo de menos, echo de menos nuestras tardes de tonterías, nuestras locuras, nuestros secretos, lo echo de menos a él. Pero ahí está Justin también, que es mi salvavidas y sin él no sería quien soy. ¿Qué me pasa?

-          Te quiero.- me susurra Justin. Miro a todos sitios, ¿dónde está?
-          Yo te quiero más.- esta vez me susurra Christian. Desesperada busco detrás de los espejos y solo encuentro más espejos- yo siempre he estado ahí.
-          Ahora ya no estás.- le contesta frío Justin- Él o yo.
-          Elige.- me mira con expresión fría Chris.
Me siento asfixiada, ¿Qué es esto? ¿Qué elija? No puedo respirar, noto la presión en mi pecho y despierto.


Lo primero que vi al despertar fue la cara de Justin asustado y zarandeándome dentro de la bañera. Vale, me había quedado dormida ¿soy un poco estúpida no? Me incorporé de repente y abracé a Justin fuertemente, se le veía preocupado.

-          Joder, que susto me has dado.-dijo estrechándome contra su cuerpo- te has dormido.
-          Lo siento.- dije apegándolo más contra mí.
-          ¿Qué te pasa últimamente? Estás muy rara.- se separó del abrazo.
-          No sé, estoy estresada, te he echado de menos, Christian está raro, son muchas cosas.- me encogí de hombros- siéntate.- dije tirando hacia abajo para que se sentase conmigo en la bañera.
-          Como venga mi madre…- me dijo intentando esconder una sonrisa.
-          Correré el riesgo.- solté una risita.


Antes de que se sentase le quité la camiseta y la tiré al suelo. Se quedó algo chocado, tal vez porque ese comportamiento no era muy propio de mí, pero es mi novio, me gusta verlo sin camiseta y además me gusta el contacto piel con piel con él. Se sentó lentamente mientras el agua se derramaba por los filos de la bañera. Le sonreí, echaba de menos estar un rato a solas con él.

Llevaba unos pantalones “cagados” grises y ahora estaban totalmente empapados. Reí, estábamos locos. Me giré para darle la espalada y así poderme acorrucar en su pecho. Me acogió agradablemente mientras me agarraba por la cintura.

-          ¿Me vas a decir que hacías ahí?- me preguntó para después darme un beso en el pelo.
-          Había ido a buscarlo para hablar con él.- me encogí de hombros.
-          ¿No estaba?- siguió preguntándome.
-          Sí, no me quiso abrir y le dije que me iba a quedar ahí hasta que me abriese.- suspiré. Al acabar de decírselo a Justin noté como se tensaba.
-          ¿No te abrió con la que está cayendo fuera?- mierda, me arrepentía de habérselo contado se iba a enfadar mucho con Chris.
-          Déjalo.- intenté quitarle hierro al asunto.
-          Te podría haber pasado algo.- me apretó más contra su cuerpo abrazándome por la cintura.
-          No me ha pasado nada, estoy aquí gracias a ti.- acaricié sus manos- ¿cómo es que fuiste a casa de los Beadles?
-          Te llamé y no me lo cogías, fui a tu casa y tu padre me dijo que estabas en casa de los Beadles y fui y mira…- noté como se encogía de hombros.
-          Justin tengo el móvil roto.- dije echando la cabeza hacia atrás para mirarlo con el ceño fruncido.
-          ¿Qué le ha pasado?- levantó las cejas con cara de sorpresa.
-          Cielo, hace un mes que no me va.- estallé a carcajadas- ¿Cómo no te has podido dar cuenta?- mi novio es de lo que no hay- cuando salté a por Jazzy a la piscina llevaba el móvil encima y se me murió.
-          ¿Qué dices?- dijo sorprendido.
-          Despistado.- le di un beso en los labios.
-          Echaba de menos tus besos.- me dijo mientras me hacía girar en la bañera para que quedase de caras a él.
-          ¿Sólo mis besos?- le pregunté alzando una ceja.
-          Entre otras muchas cosas.- me sonrió haciendo que me derritiese en ese mismo momento- te echaba de menos a ti.
-          Te quiero tanto.- me puse a ahorcajadas encima de él.


Me acerqué a sus labios para besarlo de la mejor manera que sabía. Me recibió con gusto y con una amplia sonrisa. En unos segundos nuestras lenguas ya se estaban buscando para encajar a la perfección, entre beso y beso suspiraba o sonreía ¿había algo más perfecto? Reí a carcajada limpia cuando Justin se fue  metiendo poco a poco dentro de la bañera para sumergirnos.

Después de estar un rato haciendo el tonto salimos de la bañera, teníamos frío y Pattie no tardaría en llegar, encima, tenía que llamar a mi padre o algo ya que le había dicho que me quedaría solo un rato en casa de los Beadles. Justin me secó el pelo, decía que le hacía ilusión y lo hizo muy bien, Justin lo sabe hacer todo bien. Luego, me dejó unos pantalones y una camiseta suya, dice que le gusta cómo me queda esa ropa. Llamé a mi padre para avisarle de que me quedaría a cenar en casa de Justin.


LLAMADA TELEFÓNICA –

-          ¿Sí?- escuché la voz de mi padre.
-          Papi.- llamaba desde el móvil de Justin- soy ______(tu nombre).
-          Dime cielo.- me contestó en tono amable.
-          Te llamaba para decirte que me quedo en casa de Justin a cenar ¿vale?- me dejé caer en uno de los sofás del salón.
-          Ningún problema.- me contestó alegre- ¿te quedarás a dormir?- ¿ese era mi padre?
-          Eh… ¿me dejas?- dije incrédula.
-          Siempre que duermas en otra habitación que no sea la de Justin.- hizo una pausa- sí.
-          Papá es ridículo que me quede en su casa a dormir solo para dormir en otra habitación.- puse los ojos en blanco.
-          Ya… Haz lo que quieras.- dijo en el mismo tonto de alegría. Odiaba cuando me decía que hiciese lo que quisiese.
-          ¿Sí o no?- le pregunté cansada.
-          ¿No me llamabas solo para quedarte a cenar?- me contestó con otra pregunta.
-          Ya que has sacado el tema.- me encogí de hombros.
-          Mientras no hagáis nada raro.- sentí su sonrisa al otro lado del teléfono, mi padre cuando quería era estresante.
-          ¡Papá!- lo regañé.
-          Bueno, aunque ya tienes 16 años, ya eres mayorcita.- ¿me estaba vacilando?
-          Papá, ¿Qué has fumado?- le dije intentando distraerle del tema.
-          ¿Qué dices?- estalló a carcajadas- si puedes quedarte a dormir y a cenar cielo, pero cuidado con…
-          Que sí papa, que no haremos nada raro.- dije cansada de que me estuviese tomando el pelo- adiós.- colgué.

FIN DE LA LLAMADA –


Justin me miraba raro desde la otra punta del salón, seguramente habría escuchado la conversación. Me encogí de hombros como símbolo de que mi padre no tenía solución y él rio. Empezaba a tener hambre y aun no habíamos hecho nada para cenar. Me toqué la barriga como signo de que tenía hambre y Justin frunció el ceño.

-          ¿Tienes hambre?- preguntó algo muy obvio.
-          Sí.- le sonreí tímidamente- ¿qué me vas a hacer para cenar?
-          Oh, ¿tengo que hacer yo la cena?- me preguntó sonriendo.
-          Claro, es lo que un chico hace por su novia.- le dije incorporándome al sofá.
-          Creo que hay otros planes.- me sonrió ampliamente.
-          ¿Qué?- le dije desconcertada.
-          Tú y yo nos vamos a cenar afuera.- me dijo señalando hacia la puerta.
-          Ah, no. Mira que pintas llevo.- le dije negándome- encima, le he dicho a mi padre que me quedaría a cenar y a dormir aquí, si no te importa claro.
-          Para mi estás perfecta así.- se acercó hasta a mí y me besó- tu padre ya lo sabe.
-          ¿Qué?- pregunté aún más desconcertada.
-          Tenemos que celebrar algo.- mierda, nuestro primer mes juntos.
-          Ya hace unos días de eso.- tenía el regalo en casa, mierda.
-          Por eso lo celebramos hoy.- me sonrió ampliamente.
-          Voy a casa a cambiarme.- dije levantándome mientras me colgaba de su cuello.
-          No.- me cogió en brazos.
-          ¡Ah!- solté un pequeño grito de sorpresa.
-          Estás muy delgada.- me miró frunciendo el ceño mientras se dirigía hacia las escaleras.
-          Estoy normal.- me encogí de hombros, no quería sacar el tema de mis problemas alimenticios.

Me llevó escaleras arriba y entramos en la habitación de invitados, encima de la cama había un vestido precioso. Demasiado bonito solo para una cena, era elegante, muy elegante. Lo miré boquiabierta, ¿ese era mi regalo? Porque era precioso y perfecto, enserio.

Poco a poco fui enlazando cosas, Justin había ido a mi casa para hablar con mi padre sobre la sorpresa que me iba hacer, como no estaba en casa después de hablar con mi padre fue a casa de los Beadles y me encontró allí. Mi padre me hacía insinuaciones raras por qué ya lo sabía todo y me quería vacilar un rato. Puse los ojos en blanco al recordar nuestra conversación.

-          ¿No te gusta?- dijo Justin preocupado.
-          ¡Claro que me gusta! ¡Es perfecto!- dije mientras lo abrazaba con efusividad- no hacía falta cielo.
-          Tú te mereces más que esto.- me dijo dándome un tierno beso en la frente.
-          Contigo tengo todo lo que quiero.- le dije mientras empezaba un bonito beso.


Me cogió por la cintura y me alzó hacia arriba mientras giraba sobre sí mismo, nos seguíamos besando hasta que estallé a carcajada, estaba feliz. Me dejó en el suelo y me miró con dulzura, me hizo un gesto rápido con la cabeza indicándome que me pusiese el vestido. Le hice caso, cogí el vestido con cuidado, le di un beso y después me metí en el baño para cambiarme.


-          Cielo si te tienes que maquillar o arreglarte el pelo, las cosas están en el cajón del medio.- escuché la voz de Justin desde el otro lado de la puerta.
-          Vale cariño.- sonreí tontamente.


En media hora estaba lista, salí del baño, Justin me esperaba en la cama, también se había cambiado. Iba con unos pantalones negros, unas Supras negras, una camisa blanca y una americana negra también. Estaba guapísimo. Cuando escuchó el ruido de los tacones, que también me había regalado él se giró y se quedó embobado al verme. Le sonreí con timidez, él iba igual o más guapo que yo. (http://www.polyvore.com/laugh/set?id=62758094).

-          Estás preciosa.- se levantó y me cogió la mano.
-          Tu sí que estás guapo.- le besé en la comisura de los labios.
-          ¿Lista?- me abrió la puerta de la habitación.
-          ¿A dónde vamos?- pregunté saliendo de ella.
-          Sorpresa.- me dijo ilusionado.
-          Jo Justin, no me gustan las sorpresas.- hice un pucherito- ¿nos va a acompañar Kenny?
-          Sólo nos va a llevar y recoger, también estará cerca por si le necesitamos.- rio.
-          Estoy intrigada.- suspiré.
-          Así me gusta.- me besó el pelo.

Negué con la cabeza riendo, él sabía que no me gustaban las sorpresas. Me desesperaba por saber que pasaría o que haríamos. Ni siquiera tenía una pista de lo que íbamos a hacer, aunque por cómo íbamos vestidos me suponía que algún restaurante caro. Puse los ojos en blanco. No hacía falta ir a un restaurante caro para celebrar nuestro primer mes, una cena en casa hubiese estado bien. Pero bueno, sabía que a Justin le gustaba currárselo.

Subimos al coche, Kenny estaba en el asiento de conductor. Nosotros nos sentamos atrás.

-          Hola Kenny.- le saludé alegremente.
-          Hola pequeña.- dijo en una sonrisa- Justin.- le saludó con el saludo de manos que tenían.
-          ¿Qué tal Kenny?- le sonrió Just.
-          ¿A dónde os llevo?-  nos miró por el retrovisor el gandullón.
-          Ya sabes.- asintió Justin con la cabeza.
-          Oh, es tan frustrante ser la única persona que no sabe a dónde va.- dije cruzándome de brazos. Justin y Kenny estallaron a carcajadas- muy gracioso.
-          Te vas a frustrar más ahora.- me avisó mi novio.
-          ¿Por qué?- pregunté confundida.
-          Te voy a tapar los ojos.- dijo sacándose un pañuelo blanco del bolsillo.
-          Genial.- puse los ojos en blanco. Pero al final se me escapó una pequeña risita.

Con cuidado me tapó los ojos. Después el coche se puso en marcha. Justin me las iba a pagar, yo también sabía jugar a ese juego. Aún me quedaba darle su regalo, le haría sufrir un rato. Sonreí al pensarlo. Él me cogió la mano y se acercó más a mí, empezó a dejar un rastro de besos por todo mi brazo hasta llegar a mis labios. Me besó con suavidad, enroscando su lengua con la mía, y de beso en beso me iba mordiendo el labio inferior. ¿Sabéis? Eso que dicen que cuando te tapas los ojos se te agudizan más los sentidos, es verdad, y de qué manera se te agudizan.

Perdí la noción del tiempo, al cabo de un rato llegamos al misterioso sitio. Justin me ayudó a bajar del coche, aun no me quería quitar el pañuelo de los ojos. Al bajar sentí las olas del mar, eso significaba que el restaurante estaba en el mar. Pero pronto comprendí que no íbamos a un restaurante. Just me cogió en brazos, noté como le costaba andar, estábamos en la arena ¿dónde íbamos?