|
Nos fundimos en un agradable beso, uno de esos besos que hacen estallar los sentidos, uno de esos besos que lo recuerdas siempre, hayas vivido lo que hayas vivido. |
Habíamos pasado una mañana
tranquila, bueno, tranquila dentro de lo que cabe ya que el hecho de haberme
tatuado por primera vez no era la cosa más tranquila del mundo. Pero sí
habíamos estado alejados de los medios de comunicación, es decir, de los
paparazzi. No nos habíamos cruzado ni uno en toda la mañana y era raro, pero
Dios, habíamos podido descansar de toda esa locura por lo menos una mañana entera.
Aunque si os soy sincera prefiero enfrentarme a centenares de molestos
paparazzi con sus cámaras, sus preguntas estúpidas y sus acosos que enfrentarme
a hablar con mi padre sobre el tema de la gira. Sí, seguía estando cagada. Pero
Justin y yo habíamos decidido hablar con él esa misma tarde. Sólo nosotros
tres.
Justin intentaba tranquilizarme,
pero no había manera. Y el hecho de haberme tatuado sin el consentimiento de mi
padre no me ayudaba para nada. Es más, me ponía más nerviosa aún. Parecía una
maldita cebolla, iba con cuatro o cinco capas de ropa y vale que hoy hiciese
frío, pero llevar cinco capas de ropa era excesivo. Aunque no sé si eso iba a
ayudar a ocultar mi tatuaje o a descubrir mi mentira más rápidamente. Todo era
una completa mierda. Sólo deseaba el momento en que mi padre nos diese una
respuesta. ¿Sí o no?
—
¿A qué hora llega tu padre? –me preguntó con nerviosismo
Justin.
—
Tendría que llegar ahora. –me recosté en el sofá- habrá
salido del trabajo a las dos, después habrá recogido a mi hermano de inglés, lo
habrá llevado a comer, después a béisbol y ahora tendría que volver ya para
casa. –bufé.
—
Joder, tu hermano es un tipo ocupado.
—
¡Justin! –reí, ese no era para nada el tema- ya sabes que
es un terremoto, hay que mantenerlo ocupado.
—
En eso se parece a ti. –se recostó encima de mí y empezó
a llenarme de besos- ¿crees que tenemos tiempo a…?
—
Absolutamente no. –carcajeé.
—
No me has dejado acabar. –se quejó.
—
Sé por dónde ibas. –le amenacé con el dedo índice.
—
Sólo quería practicar lo que le vamos a decir. –frunció
el ceño.
—
Oh, ¿lo hacemos? –era buena idea.
—
Claro nena, si insistes. –Bieber empezó a quitarse la
camiseta.
—
¡Idiota! –le di un golpe en el pecho mientras estallaba a
carcajadas.
Nuestras risas y bromas cesaron
cuando escuchamos que la puerta de casa se abría. Era mi padre. Justin y yo nos
quedamos inmóviles por unos segundos hasta que reaccionamos y nos sentamos
adecuadamente en el sofá. Rectos, serios, algo rígidos y cogidos de la mano
fuertemente. Parecía que íbamos a anunciar la muerte de alguien o algo por el
estilo, pero sinceramente, no teníamos ni pizca de experiencia en tratar estos
temas y menos yo.
—
¡PAPÁ! –grité- ven al salón.
—
Cariño, no te pongas nerviosa. –me susurró Justin- diga
lo que diga no le hables mal, empeorará la situación.
—
Difícil que no haga eso. –conociendo mi carácter, era
algo imposible.
—
Por mí. –me miró directamente a los ojos y como negarme
si su sonrisa y sus ojos mieles me lo pedían así.
—
Dime cielo. –apareció mi padre.
—
Siéntate. –le ofrecí el sofá de delante.
—
Eh… ¿qué he hecho? –dudó- oye, ¿estáis cambiando los
papeles? Debería ser yo el que hiciese eso. –nos hizo reír.
—
Papá, siéntate, queremos hablar contigo. –que pesado se
pone cuando quiere.
—
¿Qué pasa? ¿Estás embarazada?
—
¡Joder que pesados, me cago en mi vida! ¡Qué te sientes
leche! –Justin me dio un apretón de mano, no habíamos empezado a hablar del
tema y ya la estaba cagando.
—
Lo que _____ quería decir es que no está embarazada.
–intentó calmar la cosa- tan sólo queremos hablar contigo, pero si prefiere
hablar de pie no le vamos a obligar _____. –Justin siempre saber qué decir y
cómo decirlo.
—
Exacto. –sonreí.
—
Hablad.
Papá se sentó justo enfrente de
nosotros, Justin cada vez apretaba más mi mano y si seguía así la circulación
sanguínea se me pararía. Pero ese no es el tema. Era el momento, el momento de
hablar con mi padre, de salir de dudas, de empezar o no empezar mi viaje, de
estar o no con Justin, de seguir o no con mis estudios. Un sí o un no que
cambiaría muchísimas cosas de muchísimas vidas. Diréis que soy una exagerada,
pero hablo enserio. La decisión de mi padre influiría a mucha gente, a él, a mi
hermano, a Justin, a mis fans, al Team, a una larguísima lista, pero
principalmente a mí. Y tenía miedo, realmente no sabía si quería escuchar ese
sí. Por qué todo mi mundo cambiaría, mi estilo de vida cambiaría, ¿y si no
quería que cambiase? Todo es complicado.
—
Como ya deberías saber Justin se va de gira de aquí una
semana más o menos. –empecé- y hace meses que llevamos comentando el si yo iba a
formar parte o no de esa gira.
—
Sólo necesitamos tu aprobación. –me apoyó Justin.
—
Papá en días sale mi cedé, he trabajado duro. Necesito
promocionarme, darme a conocer por todo el mundo y no sólo por América y es una
oportunidad de oro.
—
Entenderemos si dices que no, _____ tiene diecisiete
años, es joven y lo que decidas lo decidirás por su bien. –como amo a este
chico.
—
¿Cuántos meses dura la gira? –las primeras palabras que
salían de la boca de mi padre.
—
Acaba en noviembre de este año, once meses, con descansos,
_____ podrá venir aquí cuando quiera, cuando quieras, tú y Alex podréis venir
el tiempo que queráis o que podáis con nosotros. –Justin intentó quitarle
importancia a esos once largos meses.
—
Papá son once meses. Eso es mucho. –la voz se me iba a quebrar
en breves- estoy completamente enamorada de Justin, hasta las trancas, sé que
es con la persona que quiero estar el resto de mi vida. No quiero que una gira
nos separe, porque una relación de pareja no es lo mismo que una relación
familiar. –suspiré- Pase lo que pase sé que siempre te tendré a mi lado y que
nuestros lazos son mucho más fuertes que la distancia, pero, entiéndeme.
–Justin me abrazó- aparte de querer formarme como cantante, quiero vivir esta
experiencia junto a Justin, y…
—
Cariño, te entiendo, puedes ir. –papá me cogió las manos-
ve, pásatelo bien y disfruta.
Al segundo comprobé que esas eran
las palabras que quería escuchar y que por suerte, había escuchado. Así que era
libre, libre de irme. ¡ME IBA DE GIRA CON JUSTIN! ¡ONCE MESES A SU LADO! Oh
Dios mío. Justin y yo empezamos a saltar y a gritar como unos locos, nos
abalanzamos encima de mi padre. Le dimos miles de gracias, estábamos
contetisisisisismos, no nos cabía la felicidad en el pecho, enserio, era increíble.
Nos llevó bastante tiempo, pero
al final conseguimos informar a medio mundo de que nos íbamos juntos de gira.
Lo anunciamos en redes sociales, Instagram, Twitter, Facebook, MySpace, etc.
Llamamos a nuestros representantes, a nuestros familiares y por último al Team.
Todos estaban emocionados y contentos por nosotros. Incluso papá que aunque que
le costaba dejarme ir, estaba contento, contento de verme radiar felicidad por
todos lados.
***
Nuestros representantes, minutos
después de enterarse de la noticia organizaron una precipitada reunión, vamos,
todo fue preparado a última hora. Tenían que acabar de hablar con nosotros
algunos puntos de la gira, yo tenía que acabar de grabar las últimas canciones
del disco, que saldría en unos días y Justin tenía que seguir ensayando con las
actuaciones del Tour, ensayos a los que yo me uniría al acabar mi trabajo en el
estudio. Vamos, que me esperaba una tarde muy, muy, muy larga.
—
Primer punto de la reunión y diría que el más importante.
–empezó Scooter- el tour. –Justin y yo nos miramos con una sonrisa en la cara e
inevitablemente empezamos a abrazarnos, no pudimos contenernos.
—
Chicos, debéis separar lo profesional y lo sentimental.
–nos avisó Alice.
—
Que yo sepa nos vamos juntos de gira mayormente por
nuestros sentimientos. –me encogí de hombros- ¿no?
—
Sí, pero hay normas. –empezó a explicarnos Scot.
—
¿Normas? –exclamamos Justin y yo a la vez.
—
Para los conciertos. –nos concretó Alice.
—
En cada concierto cantaréis alguna canción juntos, Justin
será la estrella principal y tú _____ cantaras algunas de tus canciones, vamos,
lo que hace un telonero. –nos siguió explicando Scooter- en las actuaciones
juntos no habrá besos ni demasiados arrumacos, sólo esa complicidad que tenéis,
¿de acuerdo? –asentimos- las beliebers podrían tomárselo mal.
—
Y si por alguna razón, peleáis, rompéis, no os habláis,
os odiáis o lo que sea que pueda pasar, no se puede abandonar, ¿vale? –Alice me
miró- esto va por ti _____.
—
No abandonaré, sé como ignorar a Justin. –reímos.
—
Podrás ignorarlo fuera del escenario, pero cuando estéis
actuando tendrás que seguir la actuación.
—
De acuerdo, de acuerdo.
—
Habláis como si lo fuéramos a dejar durante el tour. –nos
reprochó probablemente.
—
Seguramente pelearemos. –era obvio, ¿qué es una pareja
sin peleas?
—
Lo que digas ____. –rodó los ojos.
—
Ya estamos. –le pegué un golpe en el pecho.
—
Justin tienes ensayo a las siete y tú _____ a las ocho.
–nos informó ahora el representante de Justin- por ahora punto zanjado.
—
Segundo punto de la tarde. –nos sonrió Alice- la gira se
tendrá que aplazar unos días en el mes de febrero.
—
¡¿QUÉ?! –gruñó Justin.
—
Tranquilo tío. –lo calmó Usher- escucha.
—
Justin tienes que actuar en el desfile de Victoria’s
Secret el día uno de ese mes. –le miró Scot.
—
Y tú _____ ese mismo día tienes que presentar la alfombra
roja de los Teen Choice Awards junto con…
—
Espera, ¿ESTOY NOMINADA EN LOS TCA Y PRESENTARÉ LA
ALFOMBRA ROJA? OH DIOS MÍO, OXÍGENO. –grité- No me lo creo, ¿has oído Justin?
–le besé y abracé seguidas veces.
—
Pero Alice, es el cumpleaños de ____. –nos recordó mi
chico- quiero estar con ella ese día.
—
Lo siento chicos, es lo que hay, no van a aplazar ni el
desfile ni los premios. –se encogió de hombros mi mánager.
—
No asistiré a los premios. –se negó Justin.
—
¡Oh vamos Justin! Podemos celebrar mi cumpleaños cualquier
otro día, sabes que no me importa. Además, con un poco de suerte lo podremos
celebrar esa misma noche. –le intenté convencer- no seas terco.
—
Está bien. –contestó resignado- no creo que haya otra
opción.
—
No. –le sonrió burlón su mánager.
—
Contigo hablaré luego. –le amenazó con el dedo índice.
—
Oye, no cambies los papeles. Debería ser yo quien
adoptase esa actitud. –reímos.
—
¿Hay alguna cosa más? –preguntó Bieber, tan impaciente
como siempre.
—
No, sólo decidir las canciones que cantaréis y hacer lo
que os queda de trabajo. –Scooter miró su agenda- pero eso es cosa vuestra.
Nosotros tenemos un tour que organizar.
—
Pensé que ya estaba organizado. –reí.
—
Bueno, lo tenemos que perfeccionar.
—
La presencia de mi chica ya lo perfecciona. –me abrazó
Justin.
—
Ya basta de charla. –nos regañó en broma Ryan, el
estilista de Jus- a trabajar.
—
Una última cosa. –dije antes de levantarme- ¿con quién
presento la alfombra roja de los Teen? –la curiosidad me mataba, había millones
de opciones y hoy no podría dormir sin antes saberlo.
—
Oh… -Alice rebuscó entre sus papeles- Harry. –no lo digas, no lo hagas- Harry Styles. –lo dijiste.
Creo que todos los que estábamos
presentes en la sala miramos a Justin, sin excepción alguna. Apretó fuertemente
su mandíbula, su cuerpo se tensó y el silencio que se había formado no ayudaba
mucho a disimular la tensión que había en el ambiente. Me maldecía. No tenía
que haber preguntado, aunque bueno, Justin se hubiese enterado de todas formas.
Estaba nominado en bastantes categorías y no creo que se hubiera perdido los
premios.
Le miré con temor a su reacción.
Era obvio que detestaba esa idea y en parte lo entendía, pero Justin sabía
perfectamente que entre Harry y yo sólo había una amistad, tal vez ni eso. No
hemos vuelto a hablar desde la última vez que nos vimos, yo por Justin y él
supongo que también. Respeta nuestra relación y sé que jamás se meterá por en
medio. Pero me estaba yendo del tema, sabía lo que le producía a Justin que
Harry y yo presentásemos la alfombra pero, a mí, ¿qué me producía?
Mentiría si dijese que me
desagradaba la idea, que no quería verlo y que no estaba contenta. Harry es un
buen chico, con él te ríes un montón, es muy divertido y me agrada pasar tiempo
con él, pero siempre, siempre, siempre desde el punto de vista de una amiga.
Así que creo que formábamos un buen equipo para presentar la gala.
Nadie dijo nada, supongo que
todos los presentes sabían lo que pensaba Justin y lo que pensaba yo, así que
no había nada más que hablar. La reunión se dio por acabada. Pero el tema no
quedó zanjado. Maldije el momento en el cual nuestros mánagers nos dejaron unos
minutos para hablar a solas sabiendo que eso conllevaría a una posible
discusión.
—
Justin. –me paré enfrente de la entrada del estudio- sólo
son unos premios.
—
Que vas a presentar con un tío al cual le gustas. –me
recordó.
—
Gustaba. –le corregí.
—
O gustas.
—
No voy a discutir. Él te dijo que no intentaría nada
conmigo y no creo que lo intente en unos premios.
—
Como sea, no me hace gracia _____. Sé que a ti no te
desagrada la idea.
—
Ya bueno, a ti tampoco te desagrada mucho ir al desfile.
—
¿Perdona?
—
Perdonado. –le sonreí cínicamente.
—
No quiero discutir.
—
Tarde. –me encogí de hombros.
—
Mira, digas lo que digas no voy a cambiar de idea.
—
No entiendo porque estás enfadado conmigo. –me llevé las
manos a la cabeza- yo no he elegido nada de esto. Si hubiese podido elegir
créeme que tú hubieses sido quien hubiese estado a mi lado en esa alfombra
roja. –pellizqué el puente de mi nariz- es absurdo Justin, sólo es un trabajo
más, todo será cordial.
—
Créeme, si hubiese podido elegir tú serías la única chica
que desfilaría en ese desfile. Pero sólo para mí, sin cámaras, y sin público
eh, sólo yo.
—
¡Idiota! –me hizo reír- eso lo puedo hacer cuando
quieras. –le guiñé un ojo pícaramente.
—
¿Esta noche? ¿En tu casa? –me abrazó por la cintura.
—
Hecho. –besé la punta de su nariz.
—
Espera… -me miró confuso- hace un momento estaba
enfadado, lo has vuelto a hacer.
—
¿Eh? –reí.
—
Lo que siempre haces. Cambiar de tema sin que me dé
cuenta. –negó con la cabeza riendo.
—
Te quiero Drew. –le abracé efusivamente- te veo a las
ocho mi amor.
—
A las ocho, pequeña. –besó mis labios- te amo.
***
Después de una dura tarde por fin
acabé de grabar mi primer disco. Estaba emocionadísima, era un sueño hecho
realidad, enserio, no me lo creía. Creo que es la mejor sensación del mundo,
después de los besos de Justin claro. Todo el trabajo de meses se resumía en un
simple disco de catorce canciones, catorce canciones que contaban mi historia,
momentos con Justin, como me siento, la pérdida de mi madre, canciones para los
fans, etc. Creo que es un disco para conectar con ellos, un disco con el cual
fácilmente la gente se puede sentir identificada y fácilmente pueden llegar a
conocerme, estoy muy contenta con mi trabajo y todo se lo debo a Justin. Juro
que en cuanto le vea, le comeré a besos.
No tardé en cumplir mi promesa.
Después de conducir hasta uno de los estadios de baloncesto de Atlanta me reuní
con Justin y con todo el Team en general. Teníamos que ensayar para el Tour, y lo
admito, se me hizo difícil separar lo profesional de lo sentimental, se iba
hacer duro, muy duro.
— ¿Qué tal si descansamos
un rato? –apoyé mis manos en mis rodillas.
— _____ tiene razón,
llevamos más de una hora sin descansar. –aceptó la coreógrafa de Justin.
— ¿Te encuentras bien
cielo?
— Sólo estoy algo mareada.
–me senté en el suelo.
— ¡VOY A SER PADRE! –gritó
Justin.
— ¡Idiota! Para de bromear
con ese tema. –le regañé riendo- quieres ser padre demasiado joven.
— Ten. –Alfredo me ofreció
una botella de líquido azul- es una bebida energética, te sentará bien. –me
sonrió- y tú Bieber siempre igual.
— Eh, sólo me preocupo por
mi chica. –rio- ¿estás mejor amor?
— Sí cielo. –me levanté-
pero necesito ir al baño.
— Te acompaño. –me cogió de
la mano.
— Negativo, tú te quedas
aquí. –le paré los pies.
— Puedes perderte. –hizo un
mohín.
— Correré el riesgo.
— Pero yo no quiero correr
ese riesgo.
— Oh dios mío, que alguien
me quite este pegajoso de encima.
— ¡No soy pegajoso! –replicó.
— Lo eres. – Alfredo me dio
la razón.
— Os habéis puesto en mi
contra, ¿verdad? –Justin entrecerró los ojos.
— ¿Me vas a dejar ir al
baño?
— No.
— Pues me haré pis encima
de ti. –reí despreocupada.
— ¡Sois unos cerdos! –rio todo
el Team.
— Eh, que es ella la que
tiene complejo de perro. –alzó las manos Justin.
—
Hoy duermes en el sofá. –golpeé su pecho.
Gracias a Dios Justin dejó que
fuese al baño, necesitaba refrescarme un poco, hoy había trabajado muy duro y
el estrés me superaba. Sólo quería irme a casa y dormir, ni siquiera me
apetecía comer. Pero debo decir que Justin me ayuda muchísimo, siempre sabe cómo
sacarme una sonrisa y cómo amenizar días tan duros como estos.
Después de tomarme unos minutos
para respirar, refrescarme y pensar decidí que ya era hora de volver otra vez a
la cancha, ya que era el lugar donde ensayábamos y Justin se estaría empezando
a preocupar y seguramente se estaría replanteando si venir a por mí o no. Pero
cuando estaba a punto de llegar a la cancha recibí una llamada.
—
LLAMADA TELEFÓNICA –
—
Hola caracola. –el número
era desconocido- ¿Quién eres?
—
Hola melona. –esa voz…
—
¿Harry? –exclamé medio
asustada medio contenta.
—
¿Te has enterado?
—
¡Sí! ¡Presentamos la
alfombra roja! –dije contenta.
—
¡Es genial! Los chicos
están celosos. –rio- dicen que tengo suerte.
—
Se podrían unir a
nosotros. –reí- después de los premios podríamos salir por ahí juntos.
—
Sería genial, Louis está
como loco por conocerte y Liam.
—
¡Tío, ¿por qué se lo
dices?! –escuché una voz desconocida.
—
¿Estás con los chicos? –carcajeé.
—
Sí, estamos a punto de
dar un concierto. –escuché la voz de Niall.
—
¡Niall! –reí- dile hola a
esos melones de mi parte.
—
Dice que hola. –siguió riendo
Harry- dicen que hola y que les sigas en Twitter.
—
Que idiotas. –reí- oye
Harry, te llamo más tarde, ¿vale? Es que estoy ensayando y llego tarde.
—
Espera un momento. –me paró-
podrías celebrar con nosotros tu cumpleaños después de los premios. Justin no podrá
asistir, ¿verdad?
—
Mhm. –dudé. Justin se pondría
celoso, muy celoso- me encantaría, hablaré con Justin.
—
Genial. –sonrió- me
alegro de volver a hablar contigo.
—
Pero espera, ¿cómo sabes
que es mi cumpleaños?
—
Lo sé y punto. –volvió a
reír.
—
Como sea. –sonreí-
también me alegro de haber hablado contigo. Mucha mierda en el concierto, adiós
Styles.
—
Adiós petarda.
—
Idiota, ojalá te caigas
en el concierto. –reímos todos.
—
Ojalá te caigas tú en la
alfombra roja. –carcajeamos de nuevo.
—
Me agarraría a ti y
caerías junto a mí. -me burlé.
—
Que te den. –volví a
reír- venga ya pesado, que te enrollas más que una persiana.
—
Pero si has continuado tú
la conversación. –replicó.
—
Sh, no contestes a los
mayores.
—
Soy mayor que tú _____
-me recordó.
—
Como sea, adiós
dinosaurio.
—
¿Dinosaurio?
—
Te está llamando viejo
tío. –rio Zayn.
—
No pillas las bromas
Styles.
—
Como sea. –me imitó- nos
vemos peque.
—
Hasta lue. –reí.
No recordaba lo divertido que era
hablar con los chicos, sin duda tenía ganas de pasar tiempo con ellos, enserio
hacen sentir bien a cualquiera. Miré a la pantalla del móvil riendo, recordando
la conversación que había tenido con la banda y… ¡mierda! Llegaba muy tarde,
¿cuánto tiempo había estado hablando?
—
Shwaty. –escuché la voz de Justin detrás de mí.
—
¡Ah, joder! –me asusté.
—
¿Qué hacías? –me miró de forma extraña.
—
Hablaba por teléfono con… -no debía decir el nombre.
—
¿Con? –insistió.
—
Con Niall. –no era del todo una mentira.
—
¿Sólo con Niall?
—
Sí. –vale, eso sí era una mentira- me ha preguntado por
los premios, mi cumpleaños y te manda recuerdos. –cállate ya me dije a mi misma.
—
Oh, eso es genial. –me sonrió- ¿vienes? Te estábamos
esperando.
—
Claro. –gracias a Dios Justin no siguió con el
interrogatorio.
Justin se fue corriendo hacia la
cancha yo en cambio fui a mi ritmo, no tenía necesidad de correr, pero pronto
maldije mi decisión. Tan sólo al poner un pie dentro de la cancha de baloncesto
un cubo de agua cayó encima de mí. Solté un grito ensordecedor, no acababan de
hacer eso. Miré a Justin hecha una furia. Por supuesto que había sido idea
suya.
—
No acabáis de hacer eso. –empecé a correr.
—
Shwaty que yo no he sido. –corrió Justin.
—
¡Justin Drew Bieber que te den! –dije cogiendo mi botella
de agua y en cuanto pude se la vertí encima.
—
No acabas de hacer eso. –me miró Justin.
—
Lo acabo de hacer. –me crucé de brazos- y vosotros. –señalé
a todo el team- no os iréis de rositas.
Estalló una guerra de agua. Corríamos
a rellenar con agua cubos, botellas, vasos, cualquier recipiente que sirviese
para introducir agua y tirarla. No había aliados, a quien pillases zas agua. Era muy divertido, lo más
divertido que habíamos hecho esa tarde pero hay que decir que fue un desastre.
Todo quedó lleno de agua, nuestra ropa, el suelo y lo peor de todo, los
móviles. Pero realmente mereció la pena.
—
Alfredo tío, se te transparentan los pantalones. –se mofó
mi novio.
—
¡Lleva los calzoncillos rosas! –estallé a carcajadas
junto a todos los presentes.
—
¡Pervertidos! –corrió en círculos- no me miréis. –intentó
taparse, pero no le servía de nada.
—
¡Ryan se ha caído! –señalé al estilista de Jus- oh Dios
mío, no puedo. –me apoyé en mis rodillas y seguí riendo como una loca.
—
¡Agua va! –me gritó Justin y justo en ese momento pam cubo de agua.
—
¡BIEBER! –grité riendo.
—
No me cogerás, lalalala.
El idiota de mi novio intentó
correr, pero al hacerlo resbaló con agua que había en el suelo y cayó de culos.
Todos volvimos a reír, era un sinvivir. Aproveché el momento para perseguir a
mi novio, pero soy tan lista que no recordé el agua y sí, yo también caí, pero
por lo menos lo hice encima de él. Si no moríamos de la risa, moriríamos de una
caída.
— Eres un completo idiota
empapado. –besé la punta de su nariz.
— Estás enamorada de un
idiota. –se agarró a mi cintura.
— Lo sé. –reí- quiero a un
idiota.
— Empapado.
— Y sin empapar.
— Pero empapado soy más
sexy. –besó repetidas veces mi cara.
— No empecemos Bieber.
— Di que soy sexy.
— ¡No! –rodé por el suelo
intentando escapar de él.
— Ven aquí croqueta. –gateó
detrás de mí.
— Ni lo sueñes gatito.
— Da igual, tengo tu
grabación como tono de llamada. –me enseñó su móvil.
— ¿Qué tienes qué? –ahora fui
yo detrás de él- ¡que te den! –reí, habíamos pasado de ‘pelearnos’ contra todos
a sólo picarnos entre nosotros.
— En casa me das cariño. –me
lanzó besitos.
— No gracias. –hice ver que
me daban arcadas.
— Uh, Bieber. –dramatizaron
todos.
— ¡_____ _____! –rio- ¡corre!
— No. –dejé que me
atrapase.
— Tu qué, ¿siempre vas al
revés del mundo? –me cogió entre sus brazos.
—
Te adoro.
Nos fundimos en un agradable
beso, uno de esos besos que hacen estallar los sentidos, uno de esos besos que lo recuerdas siempre, hayas vivido lo que hayas vivido. Estábamos en medio de mucha
gente, pero ¿y qué? Todos ellos son de confianza, más de una vez nos han visto
así de acaramelados y debo decir que mí me resulta incómodo que la gente me
mire cuando me estoy besando. Pero en esos momentos sólo quería disfrutar de
ese beso, quería disfrutar de Justin.
_________________________________
Hola panes sexys aquí tenéis el
capítulo. ¡PRIMER CAPÍTULO DEL AÑO! Bastante largo por cierto. Lo he hecho así
de largo para recompensar el tiempo que he tardado jeje. Sabéis que siempre
tardo mucho, pero es que entre que era fin de año y todo pf, no he estado mucho
por escribir y además, hoy me he puesto de mala hostia al ver lo de Jelena y
todo y uf, no sabéis lo que me ha costado escribir.
A ver, primerísimo de todo decir
que feliz año nuevo y que os deseo lo mejor en este 2014. Después, SÍ HAY
MARATÓN. Sólo que me he esperado a hacerla en los capítulos que vienen ahora
que van a ser muy, muy interesantes, compensaran a estos tan sosos ¿vale?
Pues nada, lo de siempre, que
comentéis muchísimo que lo necesito ajkdñlkfds y que os quiero mucho. Hasta
dentro de poquito unicornios.