Seguidores

jueves, 9 de mayo de 2013

Nothing like us. {43}

Me voy de gira



El espantoso ruido de mi despertador empezó a sonar. Genial, fin de las vacaciones, vuelta a clases, exámenes, deberes, trabajos, estudio, no ver a Justin, ¿qué más me podía pasar? Intenté parar el despertador, pero de costumbre no quería hacerme caso, así que harta de intentarlo lo tiré al suelo y al fin, silencio. Empezaba las clases a las ocho de la mañana y las acababa a las dos y media del mediodía, o sea que estaría seis horas en esa maldita cárcel. Solo de pensarlo me ponía enferma. Tenía una hora y media para ducharme, vestirme, desayunar e ir al colegio, pero mi cama insistía en que me quedase un rato más.

Al cabo de unos minutos acabé levantándome, hice la cama rápidamente y fui al armario para elegir lo que me pondría. Y ahora llegaba el mismo dilema de siempre, ¿qué me podía poner? El primer día de clase y sin saber que ponerme, genial. Después de media hora decidí que ponerme. (http://www.polyvore.com/one_love/set?id=79038655)

Me duché a la velocidad de la luz, me vestí, me peiné (para hacerme ese peinado tardé lo mío), me maquillé un poco, cogí la mochila, el móvil y dinero y salí deprisa de mi habitación. No me daba tiempo a comer en casa así que cogí una manzana y un zumo de naranja y salí pitando. Tenía que ir a casa de los Beadles para que me llevasen al instituto, sus padres se habían ofrecido a llevarnos. Cuando llegué a su casa, por suerte ya me había acabado el desayuno. Los padres y los hermanos Beadles me esperaban en el coche.

-          ¿Os he hecho esperar mucho?- me senté en el asiento trasero junto a Christian, Caitlin iba delante.
-          Que va, acabamos de subirnos al coche.- me contestó Christian.
-          ¿Nerviosos?- nos preguntó Sandi.
-          Un poco, mamá.- le contestó Cait.
-          Algo.- se encogió de hombros Christian.
-          Bastante, por no decir mucho, muchísimo.- me mordí el labio- ¿Qué dirán de mí?
-          Nada, ¿qué van a decir? Si no pueden criticar nada de ti.- me consoló Caitlin.
-          No me refiero a eso.- me da igual que me critiquen, a no ser que sean mis amigos, mi novio, mi familia o mis fans, claro- me refiero a  ¿cómo me trataran? No sabré quien me utiliza y quien me quiere de verdad, tendré que soportar miradas no agradables, acosadores, gente que se meta conmigo y sabéis que no me callaré.
-          _____ nada volverá a ser como antes.- eso lo sabía de sobras- pero tendrás que adaptarte, nosotros estaremos contigo para lo que quieras, te ayudaremos en lo que necesites.- me sonrió Christian.
-          Christian tiene razón.- me sonrió Caitlin también.
-          Gracias chicos.- abracé a Chris y luego a Cait.
-          Bueno, ya hemos llegado.- nos avisó Sandi, la madre de los Beadles- suerte chicos, y _____ no te preocupes, todo irá bien.
-          Gracias Sandi, nos vemos.- le sonreí ampliamente y bajé del coche.

Raramente no llegábamos tarde y en la entrada del colegio aun había mucha gente. Seguramente se estarían contando anécdotas del verano o algo así, así que tal vez podría pasar desapercibida. Sinceramente no sé por qué estaba tan nerviosa, solamente era el instituto, allí ya tenía amigos y nada cambiaría ¿no?

Al pasar todas las miradas se fijaban en mí, pero para mi sorpresa la gente no me miraba raro, simplemente me sonreían y me saludaban con la mano. Vale, me había comido la cabeza para nada, genial, soy idiota, siempre me preocupo demasiado por todo. Christian y Caitlin se empezaron a reír, sí, se reían de mí. Los empujé amistosamente y reí junto a ellos, la próxima vez no me preocuparía tanto.

Saludé a los que me saludaban, aunque muchos a los que saludaba no sabían quién eran, pero bueno. Seguimos caminando, hasta llegar dentro de la escuela. En una de las paredes había un gran tablón, en él estaban todas las clases del instituto y los alumnos que estaban en cada clase. Miré en mi curso y busqué mis nombres entre las clases. Los conocía a casi todos, por suerte Christian iba a mi clase, lo malo es que a Cait la habían puesto en otra. Nos miramos apenadas, ¿cómo nos podían haber puesto separadas? Desde pequeñas habíamos ido a la misma clase, no era justo pero tampoco podíamos hacer mucho. Así que sin decir palabra, resignadas, nos fuimos a nuestras respectivas clases.

Christian y yo entramos a clase y nos sentamos juntos. Había poca gente dentro de la clase, ni se habían enterado que estábamos allí.

-          Vuelta a la rutina.- suspiró deprimido Chris.
-          No sé si lo soportaré, eh.- reí.
-          Piensa que es el penúltimo año.- intentó animarme.
-          Aún quedan dos cursos.- apoyé mi cabeza en la mesa.
-          Sobrevivirás.- me dio unas palmaditas en la espalda.
-          Encima estaré sin Justin, no podré sobrevivir.- Christian hizo una mueca rara. Vale no debería haber dicho eso- eh…- no sabía que decir- sobreviviré.- le sonreí.
-          Oh, no creo, sin Justin estás acabada.- oh, vamos, ¿enserio?
-          ¡Christian Beadles!- le pegué un puñetazo en el hombro.
-          ¡AU!- toda la clase se giró- te has pasado.- me susurró.

No le contesté ya que el profesor acababa de llegar, me senté bien en la silla y me fijé en el profesor. Vaya, parecía joven, muy joven. Tenía el pelo negro, un pequeño flequillo le caía a un lado, sus ojos eran azules, un azul muy intenso, muy bonitos, era algo alto y se veía que hacía deporte. Nos sonrió a todos y… ¡vaya! Su sonrisa era perfecta. Había estado esperando toda mi vida un profesor así. La verdad es que es muy guapo, pero es sólo una opinión, jamás tendría nada con un profesor y además, tengo el mejor novio del mundo y… ¿qué hago pensando en eso?

-          Hola chicos yo soy el señor Harding, seré vuestro tutor y vuestro profesor de literatura.- se presentó.
-          Hola.- contestamos todos al unísono.
-          Me costará algo memorizar los nombres de todos vosotros, así que perdonadme si os confundo.- rio- a ver, pasaré lista. Quiero que os presentéis y digáis algo que os guste hacer mucho.

Tal como dijo, el señor Harding empezó a pasar lista, todo el mundo se presentaba y decía algún dato de él. A todas las chicas se les caía la baba cuando el profesor Harding decía su nombre. Lo miraban como si fuese algo comestible, por favor, hay algo que se llama disimular, utilizadlo. Los chicos estaban algo a la defensiva, veían que las chicas le hacían más caso al profesor que a ellos, así que ya tenían con quien tomarla, el señor Harding había “invadido su territorio”, qué maduros.


-          _____- llegó a mi nombre, toda la clase se giró para mirarme.
-          Soy yo.- levanté la mano.
-          Dinos, ¿qué te gusta hacer?- me sonrió amablemente.
-          Cantar.- me encogí de hombros.
-          ¿Enserio?- se sorprendió- ¿es una afición?
-          ¡Claro que no!- contestó por mí una chica que no tenía ni idea de quien era- ¿es que no sabe quién es?
-          Pues no.- me miró extrañado- ¿canta bien?

Después de esa pregunta la clase se convirtió en una jaula de grillos, todo el mundo comentaba algo, empezaron a hablar de cómo cantaba y de mis canciones. Me escondí detrás de Christian, qué vergüenza. ¿Quién me manda a mí a decir nada? Soy idiota, podía haber dicho que me gusta dibujar, o bailar o cualquier otra tontería, pero no.

-          ¡Eh, chicos! ¡Callad!- gritó el señor Harding- ____, ¿podrías cantar algo?
-          Preferiría que no.- me negué.
-          Parece que todos opinan que eres muy buena.- me sonrió.
-          Vaya, gracias.- sonreí a toda la clase.
-          ¿Está segura que no quiere cantar?- insistió un poco más el profesor.
-          Hoy no.- me encogí de hombros.

Gracias a dios el profesor siguió pasando lista y así por fin dejé de ser el centro de atención. Cuando el profesor acabó de pasar lista empezó a explicarnos cosas sobre este curso. No es que hubiese muchos cambios, pero había algunos. El primero era que nos podíamos saltar educación física si elegíamos practicar uno de los deportes que había en el instituto. Obviamente elegí practicar uno de los deportes del instituto. El señor Harding nos pasó una hoja dónde podíamos elegir que deporte hacer. Fútbol, básquet, hockey, voleibol, natación o entrar en el equipo de animadoras. Sin pensármelo dos veces marqué la última opción, siempre me habían encantado los equipos de animadoras, las acrobacias y todo eso, sería divertido.

-          ¿Animadora?- dijo sorprendido Christian.
-          ¿Qué?- me encogí de hombros.
-          Estás loca.- negó con la cabeza.
-          Perdona tú has escogido baloncesto y eres un enano.- reí.
-          Y tú no sabes nada de acrobacias.- rio él.
-          Te odio.- le miré mal.
-          Del odio al amor sólo hay un paso.- bromeó.
-          Es al revés idiota.- estallé a carcajadas.
-          ¿Qué le hace tanta gracia _____?- me llamó la atención el profesor Harding.
-          Lo siento.- intenté no reírme.
-          Bueno, como iba diciendo.- siguió explicando nuestro tutor- este año se hará una obra de teatro, si queréis apuntaros sólo tenéis que decírmelo, ¿queda claro?
-          Sí.- contestamos al unísono.

Las clases transcurrieron de la misma manera, nos explicaron cosas nuevas, los profesores se presentaron y nos hicieron presentarnos a nosotros también, vamos, un rollo. Si el primer día de clases había sido así no me quiero imaginar cómo será mañana. Odio la vuelta a clase y más si tengo menos tiempo para ver a Justin y estar con mis amigos.
Todo el mundo se había ido de clase excepto yo. Hacía unos minutos que había sonado el timbre, señal de que ya era hora de volver a casa, por fin. Recogí mi mochila vagamente y subí mi silla.


-          ¿Tanto le gustan mis clases?
-          Joder, que susto.- me llevé la mano al corazón, no me había dado cuenta de que el señor Harding estaba ahí- no me gusta que me llamen de usted.
-          A mí tampoco.- rio- Ian.- me tendió la mano.
-          Eh… encantada Ian.- reí y le di la mano.
-          Tengo curiosidad por saber que tal cantas.- me sonrió amablemente.
-          Mire en YouTube.- me encogí de hombros- o en ITunes.
-          ¿Qué?- me miró extrañado.
-          No le vacilo.
-          Sigues llamándome de usted.- me avisó.
-          La manía.- reí.
-          Por cierto.- llamó mi atención antes de que me fuese- ¿por qué todas las chicas me miran raro? ¿Me han enganchado algo en la espalda? ¿Tengo tiza en algún sitio?
-          ¡No!- estallé a carcajadas el señor Harding… digo Ian era divertido- te miran como si fueses comestible.- reí de nuevo.
-          Eres la única que no me mira así.- reconoció.
-          Ya, es que no me gustan los humanos.- bromeé, Ian estalló a carcajadas.
-          Swhaty.- escuché detrás de mí.
-          ¡Cielo!- corrí hacia Justin y me tiré encima de él- adiós seño… Ian.- reí.
-          Hasta mañana.- se despidió con la mano.

Justin me aguantaba por el trasero así que bajé rápidamente de encima de él, no quería dar el numerito. Mi novio me cogió la mochila para llevarla él, ¿algo más bonito que eso? Es un cielo. Le cogí de la cintura, le di un beso en la mejilla y me apegué más a él.


-          No deberías haber venido.
-          Te echaba de menos.- hizo un pucherito.
-          Podrías haber esperado en el coche.- alcé una ceja y le miré raro, si alguien lo veía en segundos estaríamos rodeados un centenar de gente.
-          Tardabas mucho.- se encogió de hombros- por cierto, ¿quién era ese tío?
-          Mi tutor y profesor de literatura.- dije con indiferencia.
-          ¿Cuántos años tiene?- preguntó curiosamente.
-          Veintitrés, creo.- no estaba muy segura.
-          Pues se le caía la baba.- me miró directamente a los ojos, y sin saber por qué enrojecí- te estás poniendo roja.
-          Es mí profesor Justin.- negué con la cabeza para quitarme esa idea.
-          A él parece no importarle.- oh, estaba celoso.
-          Exageras.- sólo habíamos cruzado unas cuantas palabras.
-          Te lo digo enserio, sé cómo los tíos miramos a las chicas cuando nos gustan.
-          Oh vamos Justin.- entré en el coche- todas las chicas te miran como si quisiesen violarte- dije una vez él también estuvo dentro- no sé por qué  te pones así.
-          ¿Por qué te quiero tal vez?
-          Oh.- me acerqué a él y besé sus labios- te quiero más.
-          ¿Qué tal ha ido tu primer día?- arrancó el coche.
-          Bueno…- me encogí de hombros- no quiero empezar las clases, es raro.
-          Siempre puedes tener una profesora particular.
-          Lo tendré en cuenta.- reí- por cierto, ¿sabes que voy a ser animadora?
-          ¿Enserio?- me miró sorprendido- ¿cómo es eso?
-          No sé, me gusta.- le sonreí- mira hacia la carretera Bieb.- le giré la cara con mi mano.
-          Mi novia va a ser animadora.- asintió lentamente- ¿más motivos para estar celoso?
-          ¡Justin!- le pegué un puñetazo en el hombro.
-          Au, agresiva.- se tocó el hombro.
-          Eres idiota.- reí.
-          Todos los chicos se fijarán en ti.- me miró de nuevo. Oh, ¿cómo le habían dado el carnet de conducir a éste chico?
-          Habrá más animadoras.- puse los ojos en blanco.
-          Pero ninguna como tú.- sonrió ahora mirando a la carretera.
-          Aw, eres un cielo.- posé mi mano en su pierna.
-          A ver, ¿soy un idiota o un cielo?
-          Las dos cosas.- reí mientras acariciaba su pierna.
-          Quieres que tengamos un accidente, ¿verdad?- apoyó su mano sobre la mía.
-          Yo no, pero parece que tú si.- Justin es un peligro para la carretera- tienes que tener las dos manos en el volante, mirar para la carretera, estar concentrado.
-          Es imposible hacer eso teniéndote a mi lado.- se acercó a mi para besarme mientras miraba a la carretera.
-          Justin…
-          Vamos un beso.- insistió.
-          ¿Quieres concentrarte?
-          Uno pequeño.
-          Ahora no, estás conduciendo.- me negué de nuevo.

Justin se apartó de mi lado sin decir nada, siguió conduciendo, ahora por fin concentrado. El coche empezó a disminuir la velocidad, miré a mi novio extrañada, aún no habíamos llegado a casa y que yo supiese no teníamos que parar en ningún sitio. Miré por la ventanilla, el coche estaba parado a un lado de la acera. Justin puso una mano encima de mi pierna mientras me sonreía ampliamente, lo miré frunciendo el ceño, ¿qué hacía?

-          Ya puedes besarme.- siguió sonriendo.
-          ¿Enserio has parado para eso?- estallé a carcajadas.
-          No te voy a insistir más.- me miró- si no me besas ahora, luego no me beses, eh.
-          ¿Es una amenaza?- lo miré sorprendida.
-          Tic-tac, tic-tac.- movió el dedo índice de un lado al otro.
-          Oh dios mío.- puse los ojos en blanco.
-          Si me vas a besar a la fuerza no me beses.- se hizo el ofendido.

Me quité el cinturón de seguridad y me acerqué a Justin. Era un idiota al pensar que no quería besarlo, por favor, ¿quién no quiere besar a Justin? Cogí su cara entre mis manos, me acerqué más a él hasta llegar a rozar sus labios y sonreí en ellos. Justin sonrió igual, cortó la poca distancia que quedaba entre nosotros y empezamos un beso. En pocos segundos nuestras lenguas ya estaban enredadas, una con la otra. Justin bajó sus manos hasta mi cintura y me acercó más a él.

-          Ya.- le di un pico- no es el lugar ni el sitio más indicado.
-          Me gusta cómo te quedan estas mayas.- acarició mi pierna.
-          Gracias.- reí- ¿quieres arrancar ya? Quiero llegar a casa, ¿sabes?

Justin sonrió contento y volvió a arrancar el coche, enserio, es de lo que no hay. Me senté bien en mi asiento y me volví a poner el cinturón. Miré a Justin de reojo, estaba inquieto en su asiento, le pasaba algo, lo sabía. Por como movía las manos en el volante parecía que me quería decir algo y no sabía cómo.  

-          Vamos dispara.- rompí el silencio.
-          ¿Qué?- preguntó sorprendido.
-          Que me lo digas.- le insistí.
-          ¿El qué?- preguntó desesperado.
-          Sé que me quieres decir algo y no sabes cómo.- lo conocía.
-          Es que… no sé.- se encogió de hombros- no es el lugar más indicado, cuando lleguemos a casa.
-          ¿Me vas a pedir matrimonio?- reí.
-          ¡_____!- exclamó sorprendido.
-          ¿Qué?- me encogí de hombros.
-          Eres de lo que no hay.- negó con la cabeza.
-          Soy única.- me retiré el pelo de la cara.
-          Y una creída.
-          Tengo un buen profesor.- sí, era una indirecta.
-          Ajá.
-          Borde.- le miré mal.
-          Ok.- siguió con su bordería.
-          Eres insoportable.- espeté.
-          Vamos cielo.- rio- sabes que lo hago para que te piques.
-          Pues ok.
-          ¿Ahora te pones tu borde?- me miró.
-          Sí.- le contesté con indiferencia.
-          Eh, no te pongas así.
-          Ajá.- puse los ojos en blanco.
-          ¡_____!- se quejó.
-          Molesta, ¿eh?- acabé riendo- entonces, ¿para cuándo la boda?
-          Para cuando vuelva de gira.- me sonrió a medias.
-          Aún queda mucho para que te vayas de gira.

Justin no contestó, sólo se aclaró la garganta y siguió conduciendo. Parecía que no quería seguir hablando de ese tema, así que lo dejé correr. Aún así sabía que me ocultaba algo, como no quería ser pesada me apoyé en la ventanilla y permanecí callada durante el resto del trayecto.


Al cabo de cinco minutos mi novio aparcó delante de su casa, bajamos del coche en silencio y entramos en ella.

Al entrar casi grito, todo estaba recogido, completamente ordenado y eso no era el motivo de mi miedo. En el salón había unas maletas. Miré a Justin angustiada para luego mirar a Pattie que nos había abierto la puerta. Mi suegra me miró con cara de compasión y pena, Justin estaba inquieto, me miraba a mí y luego a las maletas como queriéndome decir algo.

-          ¿Qué pasa?- pregunté con miedo a saber la respuesta.
-          _____, nos vamos…- dijo al fin Justin.
-          ¿Dónde vamos?- pregunté con una media sonrisa.
-          Cielo… ¿no lo sabías?- dijo Pattie extrañada.
-          Me voy de gira.- soltó Justin y un nudo se hizo en mi garganta.
-          ¿Cuándo?- pregunté con más miedo aún.
-          En unos días.- se acercó a mí, pero al instante me aparté.


¿Cómo que en unos días se iba de gira? ¿Qué? ¿Por qué no me lo había dicho antes? ¿Qué pasaba? ¿Me quería dejar o qué? Miles de preguntas poblaron mi cabeza, no me lo creía, no me podía estar haciendo esto. No me podía decir que se iba de gira justo unos días antes, sentía que no había aprovechado el tiempo con él, me sentía engañada. Toda mi felicidad se vino abajo, mi mundo se vino abajo al escuchar esas palabras. Soy su novia, me lo tenía que haber dicho antes, eso no era justo, ¿quién más lo sabía? ¿Quién más me había engañado? ¿Sería la única en no saber nada? Scooter, Ryan, Kenny, Dan, Alfredo, Chaz Caitlin, Christian, Mike ¿también lo sabían? ¿Por qué me sentía tan sola en ese instante? Inevitablemente las lágrimas empezaron a caer de mis ojos.


Silencio.


-          No llores.- me abrazó fuertemente Justin- di algo, por favor.

Pero en ese momento no tenía palabras, no tenía fuerzas para moverme ni para sostenerme en pie, me sentía vacía y Justin aún no se había ido. Estaba enfadada, llena de rabia e ira pero no dije nada. Me limité a apartarme de Justin, secarme las lágrimas e irme por donde había venido.

-          _____ para, escúchame por favor.- me pidió Justin pero seguí caminando hacia mí casa- te quiero, ven conmigo, me quedaré aquí si quieres, pero dime algo, habla.

Como comprenderéis no quise escuchar a Justin, en ese momento me daba completamente igual lo que me dijese, estaba dejada por la ira y nada me haría cambiar de opinión.

Entré a casa lo más deprisa posible, cerré la puerta de un portazo, subí corriendo a mi habitación, me encerré en ella y rompí en un llanto.   

________________________________

Hola chicas, al fin subo sí. He tardado muchísimo y prometí maratón pero he tenido problemas personales y bueno... No tenía inspiración para escribir hasta hoy que me han vuelto las ganas. Lo siento, no quiero decepcionaros ni nada, así que espero que me podáis entender y os prometo que intentaré escribir lo más rápido posible el siguiente capítulo, además, he tenido examenes y tengo, es la última recta y no tengo tiempo. En verano ya veréis que subiré muy a menudo, os cansaréis de mí y todo. Bueno pues nada, espero que os guste un capítulo, comentad mucho y hacedme feliz, sí? 
Por cierto si queréis que os dedique un capítulo solo me lo tenéis que dejar en un comentario que lo haré encantada. 
OS QUIERO. 

4 comentarios:

  1. Hola bonita! Soy yo Roxy! Quería decirte que bueno...QUE ME ENCANTÓ EL CAPITULO Y QUE NUNCA DEJES DE ESCRIBIR. y tranquíla, yo estoy igual que tú. He tenido muchos problemas estos días y encima las notas me están volviendo loca! Bueno que gracias por subir! Y ... ¿Me podrías dedicar alguún capituloo? *O* Me haría muchísima ilusión. Muchas gracias por leer esto y...Chau!:)

    Kisses***

    ResponderEliminar
  2. No sé si fangirlear más por el capítulo o por el hecho de que hayas puesto a Ian en el.
    Oh por dios, la verdad, lo leí ayer por la noche, pero no pude comentar, y sólo quiero que sepas que hasta ahora, no lo he superado. Es qué, ¡me encanto el capítulo! (claro que sufrí en la parte donde se enterá que Justin se va de gira) pero fuera de eso… no, ¿qué digo? todo fue perfecto.
    ¡Síguela en cuanto puedas! x.
    Pd: ¿me quisieras dedicar un capítulo? sería hermoso, aw.

    ResponderEliminar
  3. WEEEEEEE. CAPÍTULO POR FIN:3

    Jo, al principio todo muy monoso, y después acaba en tragedia D: Caca. Yo no quiero que Justin se vaya :C

    HAY DIOH MI TUTOR QUIERE LIO CON MIGO. JEJEJE. ZOY IRRESISTIBLE.

    ¡El capítulo a estado genial*-*! Sube cuando puedas, yo te esperaré:3 (Oc, que cursi todo. AJJAJAJA)

    Un kiss <333333333333333333333

    PD' No me odies por comentar tarde, ya sabes, exámenes y mierdas de esas D:

    ResponderEliminar
  4. Holaaaaa me encanto el capii enseriio ♥♥♥♥ me podrias dedicar algun capi???? Me haria mucha ilusion. Me oasa igual k a ti nobtengo inspiracio, tengo problemas y tengo k subir la esperada maraton yaaaaaaa!! Jajajaja kisses

    ResponderEliminar