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sábado, 16 de febrero de 2013

Nothing like us. {32}


Es mi salvavidas 





-          ¡Jo! ¡Echo de menos a Justin!- rompí el silencio que se había creado.
-          Yo también te he echado de menos.- sentí como unas manos me rodeaban el cuello, y alguien me besaba la cabeza. ¡POR FIN IBA A VER A JUSTIN!


Eché la cabeza hacia atrás para ver la cara de mi precioso novio, y ahí estaba, con esa sonrisa tan perfecta en su cara. Me levanté lo más deprisa que pude de la silla y me abalancé contra él. Lo abracé con todas mis fuerzas, en dos días lo había echado mucho de menos, ¿era posible? Hundí mi cara en su hombro mientras él me besaba la coronilla del pelo, me hubiese quedado así horas, pero teníamos público, o más bien animadoras.


-          Así se hace biebs.- empezó a aplaudir Ryan.
-          ¡Bésala!- exclamó Chaz.
-          Iros a un hotel, por favor.- rio Cait.
-          Que os den a todos.- sonreí con irónicamente separándome del abrazo- Liam, me están acosando, deberías de hacer algo.- le dije divertidamente a mi guardaespaldas.
-          ¿Qué quieres que haga?- se encogió de hombros riendo.
-          Protégeme.- le hice un pucherito.
-          Oye, que para eso estoy yo.- se hizo el ofendido Justin.
-          Lo siento cielo, me he dejado llevar por el momento.- bromeé.
-          Estás loca.- rio Mike- dices cosas sin sentido.
-          No te pases con mi chica.- dijo Justin rodeándome con su brazo por la cintura.
-          Te quiero.- reí besándole la comisura de los labios.

Dios, como lo había echado de menos, no me podía imaginar cómo lo echaría de menos cuando estuviese de gira. Pasaríamos semanas, incluso meses sin vernos. Pero aún era demasiado pronto para pensar en eso, ahora que lo tenía a mi lado tenía que disfrutar de él al máximo. Nos sentamos nuevamente, para después seguir desayunando.


***


Hacia un rato que había acabado de comer, estaba estirada en el sofá con mi hermano al lado y mi padre en el otro sofá. Los chicos se habían quedado en casa de los Beadles a comer, yo me había negado a ir ya pasaba que hubiese tensión entre Christian y yo. Además el cielo se estaba nublando, tenía toda la pinta de que iba a llover y no me gusta salir con mal tiempo. ¿Pero qué le pasa a Christian? ¿No me lo puede contar? Somos amigos, esta situación me frustra tanto. Suspiré desesperada, estar así con mi mejor amigo me ponía enferma.

-          ¿A qué le das tantas vueltas?- la pregunta de mi padre me sobresaltó.
-          Nada.- dije pensativa- tengo que ir a casa de los Beadles.- me bajé del sofá de un salto.
-          ¿Y eso?- me miró extrañado.
-          Tengo que hablar con Christian.- le expliqué mientras subía las escaleras.
-          ¿Qué ha pasado?- escuché que mi padre me preguntaba desde el salón.
-          ¡Luego te cuento!- alcé la voz para que me escuchara.
-          ¡Abrígate, qué va a llover!- oí su voz débilmente.


Puse los ojos en blanco, y me dirigí a mi habitación mientras le daba vueltas al tema de Christian. Iba a hablar con él sí o sí y me iba a escuchar quisiese o no. Me quité los shorts y la camiseta de tirantes que llevaba para ponerme algo que abrigase más. (http://www.polyvore.com/october/set?id=60344905) Eran prendas de invierno y estábamos en septiembre, pero hoy, corría un aire frio por la ciudad, así que era mejor abrigarse algo más. Cogí solo las llaves de casa, no iba a tardar mucho. Bajé las escaleras y entré al salón a paso ligero.


-          Papá, me voy no tardaré.- dije mientras le daba un beso en la frente.
-          ¿Quieres que te lleve?- me preguntó amablemente.
-          No, está a dos manzanas de casa.- negué con la cabeza- adiós Alex, luego vuelvo y jugamos ¿eh?
-          ¡Vale!- dijo contento.
-          No tardo.- dije despidiéndome con la mano y saliendo de casa.


Vaya, en la calle hacía más frio del que me esperaba y ya empezaban a caer algunas gotas. El invierno iba a ser algo frío. Seguí caminando cada vez más rápido. Había empezado a llover y en ese momento maldecía haber rechazado la oferta de mi padre para llevarme en coche. Corrí lo más rápido que pude, aunque ya estaba completamente empapada cuando llegué a casa de los Beadles. Toqué al timbre, y como me temía me contestó Christian.


-          ¿Quién es?- su voz resonó por el altavoz del timbre.
-          ______(tu nombre).- le dije tímidamente, ¿por qué estaba tímida? ¿de qué tenía vergüenza?
-          Ellos no están aquí.- me dijo fríamente.
-          No he venido a verlos a ellos.- le respondí confundida- ábreme Chris.- intenté sonar segura de mi misma, pero en ese momento es lo que menos estaba.
-          ¿Qué quieres?- seguía utilizando ese tono de voz tan frío.
-          Hablar contigo.- ¿por qué no me abría la puerta? Me estaba helando de frío y estaba empapada.  
-          Déjalo.- dijo desganado.
-          No me voy a mover de aquí hasta que me abras la puerta.- le avisé.
-          Espera sentada entonces.- al escuchar eso sentí como la tierra se abría debajo de mí.

¿Qué tan malo le había hecho? Me dejé caer en el suelo, en ese momento me daba igual si diluviaba. Quería arreglar las cosas con Christian y si tenía que pasar frío por hablar con él lo haría. Me abracé las rodillas y apoyé mi cabeza entre ellas, dios que frío, que frío, que frío. Aguanta. Cerré los ojos y me quedé ahí sentada.


-          ¡DIOS ______(tu nombre)! ¿QUÉ DEMONIOS HACES AQUÍ?- escuché una voz de fondo.
-          Esperar.- dije débilmente, dios me encontraba fatal.
-          Te va a dar algo.- alguien me cogió en brazos, era Justin- te llevaré a casa.
-          No quiero que mi padre me vea así.- me mataría.
-          Pues a mi casa.- estaba preocupado.


Me metió en el coche delicadamente, ¿Siempre llegaba cuando más lo necesitaba? ¿Qué hacía aquí? No hice preguntas, me sentía débil hasta para hablar. Noté como Justin pisó el acelerador y el coche salió disparado hacia delante. Di un pequeño saltito, me había asustado.
-          No hace falta que vayas tan rápido. Estoy bien cielo.- puse mi mano sobre la suya.
-          Estás helada.- me miró serio- ¿Qué hacías ahí? ¿Estás loca?
-          No me regañes.- lo único que quería en ese momento era entrar en calor.
-          No sabes lo preocupado y nervioso que estoy ahora mismo.- pisó de nuevo el acelerador.


En cinco minutos estábamos en su casa, por suerte Pattie no estaba. No quería que me viese con esas pintas. Justin me subió a su habitación y me dejó en su cama, la iba a dejar empapada pero parecía no importarle. Entró rápidamente al baño de su habitación y empezó a llenar la bañera de agua caliente. Me hizo que me incorporase en la cama.

-          ¿Puedes quitarte tú la ropa?- me preguntó mientras me acariciaba la cara.
-          ¿Me ayudas?- le sonreí. Empezaba a encontrarme algo mejor.
-          Si te digo la verdad, esperaba que la primera vez que te tuviese que quitar la ropa fuese más romántico.- dijo mientras me quitaba la camiseta.
-          Gracias.- reí.
-          ¿Por qué?- preguntó confuso.
-          Por cuidar de mí y estar siempre a mi lado cuando te necesito.- lo abracé tiernamente.
-          Para eso estoy amor.- me besó el pelo.


Acabé quitándome los pantalones, las zapatillas y los calcetines para entrar con ropa interior en la bañera. El agua estaba caliente y me sentía muchísimo mejor, ya no tenía frío y me sentía más relajada. Justin estaba siendo un amor conmigo, él siempre es un amor.

Me quedé mirando al techo y sentí como el sueño me invadía, fui cerrando los ojos y entré en un profundo sueño.


Estoy en un supermercado con Justin, voy en el carrito de la compra mientras él me empuja y vamos de pasillo en pasillo, es divertido. Nos reímos, las carcajadas resuenan en todo el supermercado y de repente Justin ya no está. Así de la nada desaparece y me desespero. Salto del carrito y empiezo a buscarlo por todo los rincones del supermercado ¿dónde demonios se ha metido? Grito su nombre desesperada. Encuentro una puerta, la abro y estoy en una sala oscura, iluminada por una tenue luz. La sala está llena de espejos, y me desespero, no encuentro la salida. Me siento en el suelo rendida, sin saber qué hacer. Entonces en uno de los espejos se refleja Justin, me sonríe y siento como si me acabase de salvar la vida, es mi salvavidas. Le sonrío y me levanto, y de repente aparece Christian reflejado en los otros espejos. Le sonrío esperando que me devuelva la sonrisa, y lo hace. Entonces la nostalgia llega a mí, lo echo de menos, echo de menos nuestras tardes de tonterías, nuestras locuras, nuestros secretos, lo echo de menos a él. Pero ahí está Justin también, que es mi salvavidas y sin él no sería quien soy. ¿Qué me pasa?

-          Te quiero.- me susurra Justin. Miro a todos sitios, ¿dónde está?
-          Yo te quiero más.- esta vez me susurra Christian. Desesperada busco detrás de los espejos y solo encuentro más espejos- yo siempre he estado ahí.
-          Ahora ya no estás.- le contesta frío Justin- Él o yo.
-          Elige.- me mira con expresión fría Chris.
Me siento asfixiada, ¿Qué es esto? ¿Qué elija? No puedo respirar, noto la presión en mi pecho y despierto.


Lo primero que vi al despertar fue la cara de Justin asustado y zarandeándome dentro de la bañera. Vale, me había quedado dormida ¿soy un poco estúpida no? Me incorporé de repente y abracé a Justin fuertemente, se le veía preocupado.

-          Joder, que susto me has dado.-dijo estrechándome contra su cuerpo- te has dormido.
-          Lo siento.- dije apegándolo más contra mí.
-          ¿Qué te pasa últimamente? Estás muy rara.- se separó del abrazo.
-          No sé, estoy estresada, te he echado de menos, Christian está raro, son muchas cosas.- me encogí de hombros- siéntate.- dije tirando hacia abajo para que se sentase conmigo en la bañera.
-          Como venga mi madre…- me dijo intentando esconder una sonrisa.
-          Correré el riesgo.- solté una risita.


Antes de que se sentase le quité la camiseta y la tiré al suelo. Se quedó algo chocado, tal vez porque ese comportamiento no era muy propio de mí, pero es mi novio, me gusta verlo sin camiseta y además me gusta el contacto piel con piel con él. Se sentó lentamente mientras el agua se derramaba por los filos de la bañera. Le sonreí, echaba de menos estar un rato a solas con él.

Llevaba unos pantalones “cagados” grises y ahora estaban totalmente empapados. Reí, estábamos locos. Me giré para darle la espalada y así poderme acorrucar en su pecho. Me acogió agradablemente mientras me agarraba por la cintura.

-          ¿Me vas a decir que hacías ahí?- me preguntó para después darme un beso en el pelo.
-          Había ido a buscarlo para hablar con él.- me encogí de hombros.
-          ¿No estaba?- siguió preguntándome.
-          Sí, no me quiso abrir y le dije que me iba a quedar ahí hasta que me abriese.- suspiré. Al acabar de decírselo a Justin noté como se tensaba.
-          ¿No te abrió con la que está cayendo fuera?- mierda, me arrepentía de habérselo contado se iba a enfadar mucho con Chris.
-          Déjalo.- intenté quitarle hierro al asunto.
-          Te podría haber pasado algo.- me apretó más contra su cuerpo abrazándome por la cintura.
-          No me ha pasado nada, estoy aquí gracias a ti.- acaricié sus manos- ¿cómo es que fuiste a casa de los Beadles?
-          Te llamé y no me lo cogías, fui a tu casa y tu padre me dijo que estabas en casa de los Beadles y fui y mira…- noté como se encogía de hombros.
-          Justin tengo el móvil roto.- dije echando la cabeza hacia atrás para mirarlo con el ceño fruncido.
-          ¿Qué le ha pasado?- levantó las cejas con cara de sorpresa.
-          Cielo, hace un mes que no me va.- estallé a carcajadas- ¿Cómo no te has podido dar cuenta?- mi novio es de lo que no hay- cuando salté a por Jazzy a la piscina llevaba el móvil encima y se me murió.
-          ¿Qué dices?- dijo sorprendido.
-          Despistado.- le di un beso en los labios.
-          Echaba de menos tus besos.- me dijo mientras me hacía girar en la bañera para que quedase de caras a él.
-          ¿Sólo mis besos?- le pregunté alzando una ceja.
-          Entre otras muchas cosas.- me sonrió haciendo que me derritiese en ese mismo momento- te echaba de menos a ti.
-          Te quiero tanto.- me puse a ahorcajadas encima de él.


Me acerqué a sus labios para besarlo de la mejor manera que sabía. Me recibió con gusto y con una amplia sonrisa. En unos segundos nuestras lenguas ya se estaban buscando para encajar a la perfección, entre beso y beso suspiraba o sonreía ¿había algo más perfecto? Reí a carcajada limpia cuando Justin se fue  metiendo poco a poco dentro de la bañera para sumergirnos.

Después de estar un rato haciendo el tonto salimos de la bañera, teníamos frío y Pattie no tardaría en llegar, encima, tenía que llamar a mi padre o algo ya que le había dicho que me quedaría solo un rato en casa de los Beadles. Justin me secó el pelo, decía que le hacía ilusión y lo hizo muy bien, Justin lo sabe hacer todo bien. Luego, me dejó unos pantalones y una camiseta suya, dice que le gusta cómo me queda esa ropa. Llamé a mi padre para avisarle de que me quedaría a cenar en casa de Justin.


LLAMADA TELEFÓNICA –

-          ¿Sí?- escuché la voz de mi padre.
-          Papi.- llamaba desde el móvil de Justin- soy ______(tu nombre).
-          Dime cielo.- me contestó en tono amable.
-          Te llamaba para decirte que me quedo en casa de Justin a cenar ¿vale?- me dejé caer en uno de los sofás del salón.
-          Ningún problema.- me contestó alegre- ¿te quedarás a dormir?- ¿ese era mi padre?
-          Eh… ¿me dejas?- dije incrédula.
-          Siempre que duermas en otra habitación que no sea la de Justin.- hizo una pausa- sí.
-          Papá es ridículo que me quede en su casa a dormir solo para dormir en otra habitación.- puse los ojos en blanco.
-          Ya… Haz lo que quieras.- dijo en el mismo tonto de alegría. Odiaba cuando me decía que hiciese lo que quisiese.
-          ¿Sí o no?- le pregunté cansada.
-          ¿No me llamabas solo para quedarte a cenar?- me contestó con otra pregunta.
-          Ya que has sacado el tema.- me encogí de hombros.
-          Mientras no hagáis nada raro.- sentí su sonrisa al otro lado del teléfono, mi padre cuando quería era estresante.
-          ¡Papá!- lo regañé.
-          Bueno, aunque ya tienes 16 años, ya eres mayorcita.- ¿me estaba vacilando?
-          Papá, ¿Qué has fumado?- le dije intentando distraerle del tema.
-          ¿Qué dices?- estalló a carcajadas- si puedes quedarte a dormir y a cenar cielo, pero cuidado con…
-          Que sí papa, que no haremos nada raro.- dije cansada de que me estuviese tomando el pelo- adiós.- colgué.

FIN DE LA LLAMADA –


Justin me miraba raro desde la otra punta del salón, seguramente habría escuchado la conversación. Me encogí de hombros como símbolo de que mi padre no tenía solución y él rio. Empezaba a tener hambre y aun no habíamos hecho nada para cenar. Me toqué la barriga como signo de que tenía hambre y Justin frunció el ceño.

-          ¿Tienes hambre?- preguntó algo muy obvio.
-          Sí.- le sonreí tímidamente- ¿qué me vas a hacer para cenar?
-          Oh, ¿tengo que hacer yo la cena?- me preguntó sonriendo.
-          Claro, es lo que un chico hace por su novia.- le dije incorporándome al sofá.
-          Creo que hay otros planes.- me sonrió ampliamente.
-          ¿Qué?- le dije desconcertada.
-          Tú y yo nos vamos a cenar afuera.- me dijo señalando hacia la puerta.
-          Ah, no. Mira que pintas llevo.- le dije negándome- encima, le he dicho a mi padre que me quedaría a cenar y a dormir aquí, si no te importa claro.
-          Para mi estás perfecta así.- se acercó hasta a mí y me besó- tu padre ya lo sabe.
-          ¿Qué?- pregunté aún más desconcertada.
-          Tenemos que celebrar algo.- mierda, nuestro primer mes juntos.
-          Ya hace unos días de eso.- tenía el regalo en casa, mierda.
-          Por eso lo celebramos hoy.- me sonrió ampliamente.
-          Voy a casa a cambiarme.- dije levantándome mientras me colgaba de su cuello.
-          No.- me cogió en brazos.
-          ¡Ah!- solté un pequeño grito de sorpresa.
-          Estás muy delgada.- me miró frunciendo el ceño mientras se dirigía hacia las escaleras.
-          Estoy normal.- me encogí de hombros, no quería sacar el tema de mis problemas alimenticios.

Me llevó escaleras arriba y entramos en la habitación de invitados, encima de la cama había un vestido precioso. Demasiado bonito solo para una cena, era elegante, muy elegante. Lo miré boquiabierta, ¿ese era mi regalo? Porque era precioso y perfecto, enserio.

Poco a poco fui enlazando cosas, Justin había ido a mi casa para hablar con mi padre sobre la sorpresa que me iba hacer, como no estaba en casa después de hablar con mi padre fue a casa de los Beadles y me encontró allí. Mi padre me hacía insinuaciones raras por qué ya lo sabía todo y me quería vacilar un rato. Puse los ojos en blanco al recordar nuestra conversación.

-          ¿No te gusta?- dijo Justin preocupado.
-          ¡Claro que me gusta! ¡Es perfecto!- dije mientras lo abrazaba con efusividad- no hacía falta cielo.
-          Tú te mereces más que esto.- me dijo dándome un tierno beso en la frente.
-          Contigo tengo todo lo que quiero.- le dije mientras empezaba un bonito beso.


Me cogió por la cintura y me alzó hacia arriba mientras giraba sobre sí mismo, nos seguíamos besando hasta que estallé a carcajada, estaba feliz. Me dejó en el suelo y me miró con dulzura, me hizo un gesto rápido con la cabeza indicándome que me pusiese el vestido. Le hice caso, cogí el vestido con cuidado, le di un beso y después me metí en el baño para cambiarme.


-          Cielo si te tienes que maquillar o arreglarte el pelo, las cosas están en el cajón del medio.- escuché la voz de Justin desde el otro lado de la puerta.
-          Vale cariño.- sonreí tontamente.


En media hora estaba lista, salí del baño, Justin me esperaba en la cama, también se había cambiado. Iba con unos pantalones negros, unas Supras negras, una camisa blanca y una americana negra también. Estaba guapísimo. Cuando escuchó el ruido de los tacones, que también me había regalado él se giró y se quedó embobado al verme. Le sonreí con timidez, él iba igual o más guapo que yo. (http://www.polyvore.com/laugh/set?id=62758094).

-          Estás preciosa.- se levantó y me cogió la mano.
-          Tu sí que estás guapo.- le besé en la comisura de los labios.
-          ¿Lista?- me abrió la puerta de la habitación.
-          ¿A dónde vamos?- pregunté saliendo de ella.
-          Sorpresa.- me dijo ilusionado.
-          Jo Justin, no me gustan las sorpresas.- hice un pucherito- ¿nos va a acompañar Kenny?
-          Sólo nos va a llevar y recoger, también estará cerca por si le necesitamos.- rio.
-          Estoy intrigada.- suspiré.
-          Así me gusta.- me besó el pelo.

Negué con la cabeza riendo, él sabía que no me gustaban las sorpresas. Me desesperaba por saber que pasaría o que haríamos. Ni siquiera tenía una pista de lo que íbamos a hacer, aunque por cómo íbamos vestidos me suponía que algún restaurante caro. Puse los ojos en blanco. No hacía falta ir a un restaurante caro para celebrar nuestro primer mes, una cena en casa hubiese estado bien. Pero bueno, sabía que a Justin le gustaba currárselo.

Subimos al coche, Kenny estaba en el asiento de conductor. Nosotros nos sentamos atrás.

-          Hola Kenny.- le saludé alegremente.
-          Hola pequeña.- dijo en una sonrisa- Justin.- le saludó con el saludo de manos que tenían.
-          ¿Qué tal Kenny?- le sonrió Just.
-          ¿A dónde os llevo?-  nos miró por el retrovisor el gandullón.
-          Ya sabes.- asintió Justin con la cabeza.
-          Oh, es tan frustrante ser la única persona que no sabe a dónde va.- dije cruzándome de brazos. Justin y Kenny estallaron a carcajadas- muy gracioso.
-          Te vas a frustrar más ahora.- me avisó mi novio.
-          ¿Por qué?- pregunté confundida.
-          Te voy a tapar los ojos.- dijo sacándose un pañuelo blanco del bolsillo.
-          Genial.- puse los ojos en blanco. Pero al final se me escapó una pequeña risita.

Con cuidado me tapó los ojos. Después el coche se puso en marcha. Justin me las iba a pagar, yo también sabía jugar a ese juego. Aún me quedaba darle su regalo, le haría sufrir un rato. Sonreí al pensarlo. Él me cogió la mano y se acercó más a mí, empezó a dejar un rastro de besos por todo mi brazo hasta llegar a mis labios. Me besó con suavidad, enroscando su lengua con la mía, y de beso en beso me iba mordiendo el labio inferior. ¿Sabéis? Eso que dicen que cuando te tapas los ojos se te agudizan más los sentidos, es verdad, y de qué manera se te agudizan.

Perdí la noción del tiempo, al cabo de un rato llegamos al misterioso sitio. Justin me ayudó a bajar del coche, aun no me quería quitar el pañuelo de los ojos. Al bajar sentí las olas del mar, eso significaba que el restaurante estaba en el mar. Pero pronto comprendí que no íbamos a un restaurante. Just me cogió en brazos, noté como le costaba andar, estábamos en la arena ¿dónde íbamos?

2 comentarios:

  1. Dioooooos me encanta porfis siguela y no la dejes NUNCA!!

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  2. ¡Oh oh oh oh! SIGUE, me encanta! Me flipa, me fascina! Hahaha ¿donde me llevará Just? Aii diooos cuanta intriga!! Jupee...que malo Chris... :/ Me dejó que muriera de frio...Menos mal que estaba mi principe purple para salvarmee jeje :))))) SIGUEEEEEE GOGOGO C'mon hahaha En serio tu nove me deja dorogi! XD

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