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jueves, 6 de septiembre de 2012

Nothing like us. {04}



Me encanta tu sonrisa, es como si los problemas no fuesen contigo.


-          Uuuuh, la gatita saca las uñas.- escuché como empezaban a correr detrás de mí. Noté como una mano me agarraba del hombro.- ¿Dónde creías que ibas?
-          Lejos de tu sucia cara, gilipollas.- le escupí en la cara, con asco y rabia ¿Qué más podía hacer? ¿Suplicar que me dejaran? Já, seguro que me hubiesen echo caso.
-          Yo de ti no me haría la chulita.- se limpió mi saliva de su cara y me apretó fuertemente la muñeca.
-          ¿A no?

Con la mano que me quedaba libre le di un puñetazo en la cara, justamente en la nariz. Él se llevo las manos a la cara, yo aproveché para correr. Oí las voces de sus amigos como le preguntaban si estaba bien. Vale, ahora ¿Qué haría? Mejor dicho ¿Qué me harían esos sí me pillaban?

Noté sus pasos más cerca, no quería girarme, estaba nerviosa y mis piernas me empezaron a fallar de nuevo. Tropecé con algo y caí al suelo, vi como esos asquerosos se acercaban más y más a mí. Me había echo sangre en la pierna y me dolía intente de levantarme pero no podía me fallaban las piernas, así que empecé a caminar a cuatro patas lo más deprisa posible, sabía que el esfuerzo era en vano, tarde o temprano me cogerían. Noté como unos brazos rodeaban mi cintura fuertemente levantándome del suelo. Empecé a pegar patadas al aire como si eso sirviese de mucho.

-          ¿Y ahora que?-al chico que le había dado un puñetazo se puso enfrente de mí. Le sangraba la nariz.


Estaba perdida, definitivamente no podía hacer nada. 

A lo lejos de la carretera vi las luces de un coche. Eso podía ser mi salvación, o no. Tenía dos opciones, una que en ese coche fuesen personas decentes, y la segunda que en ese coche hubiese más imbéciles como los que me rodeaban. Empecé a chillar y a pegar patadas al aire para que el conductor del coche me viese.


-          ¡SOCORRO!- el que me sujetaba de la cintura me dejó en el suelo y me tapó la boca con una mano.

La única opción que me quedaba era morderle la mano a esa cosa y salir corriendo de nuevo. El coche estaba cerca. Me tiré hacia atrás y le pegué un mordisco en la mano, seguidamente le pise el pie con el tacón y me deshice de sus manos. Salí corriendo hacia el coche que estaba a unos metros de mí. Ellos nuevamente salieron corriendo detrás de mí ¿Es que no se cansaban?
El coche paró en seco y se abrió la puerta del conductor. De ella salió un hombre súper alto. Se puso delante de mí dándome la espalda.

-          Sube al coche.- se giró para mirarme y me sonrío.
-          Muchas gracias, enserio.- le sonreí y me fui para el coche.

Era un coche grande, y negro. Abrí la puerta de atrás apresuradamente y me senté. Solté un gran suspiro, escondí mi cara entre mis manos y apoye los codos en mis rodillas. Mis ojos se llenaron de lágrimas, noté una mano posarse en mi espalda y acariciar mi pelo. Me sobresalté un poco, pensaba que estaba sola en el coche, pero al parecer no.

-          No llores, una chica tan guapa como tu no debería llorar, todo esta bien ¿vale?- me sequé las lágrimas levantando la cabeza…


NARRA CAITLIN:


_____ se había ido hace una hora, tal vez un poco menos. Estaba preocupada por ella, es de noche y esta sola le podía pasar algo. Y si le pasara algo no me lo perdonaría en la vida. 



Cogí mi móvil por quinta vez y la llamé. Como era de esperar no me lo cogía. Sé que la he cagado con ella, y la he cagado bien por no decirle que Justin venía hoy a Atlanta pero era una sorpresa que le queríamos dar y ni siquiera me ha dejado explicárselo. ¿Qué pensara ahora de mí? No la podía perder, es mi mejor amiga y no sé que haría sin ella. Tiene que entender que era una sorpresa, y tal vez se lo tenía que decir para que no lo pasara más mal pero todo el mundo se equivoca.


-          Caitlin no te comas más la cabeza, seguro que está bien- unas manos se posaron sobre mis hombros. Era Christian.

-          ¿Y tú que sabes? ¿Y si le ha pasado algo?- estaba sumamente preocupada por ella, es que es mi otra mitad joder.
-          Tranquila, seguro que está con Taylor o se ha ido a su casa.- que fácil era pensar eso.
-          ¿Y si no? Estoy muy preocupada Christian.- se sentó a mi lado, donde antes se sentaba _____.
-          ¿Y crees que yo no Caitlin?- parecía molesto- también es mi amiga ¿sabes? Solo intento ser optimista. Encima,  si le hubieras dicho desde el principio lo de Justin ahora estaría aquí con su mejor cara.
-          Gracias, me has hecho sentir mejor Christian, que crac chaval.- su cara ahora era de compasión, pena por como me sentía.
-          Lo siento, no tendría que haber dicho eso, estoy nervioso.
-          ¿Y si salimos a buscarla?
-          ¿Por donde Caitlin? Atlanta es enorme, puede estar en cualquier sitio.
-          No sé Christan solo quiero saber si esta bien.- ojalá volviera o me llamara- ¿Y si llamo a Justin?
-          Llámalo.

Cogí mi móvil y marqué el número de Justin, esperé un rato y no me lo cogía ¿Qué pasaba? En teoría ya tendría que estar aquí en Atlanta. Este chico es tan oportuno, me manda el mensajito cuando _____ esta con mi móvil y ahora no me lo coge. Genial, perfecto.

-          No me lo coge.- tiré el móvil encima de la mesa.
-          Pues no sé Caitlin… no lo sé de verdad.- Christian estaba decaído al igual que Chaz, les importaba _____ y sabían lo mal que lo estaba pasando, y ahora con esto, lo tendría que estar pasando peor, y todo por mi puta culpa.
-          ¿Y si llamamos a Taylor para que la busque?
-          Buena idea.- cogí mi móvil desesperadamente marcando el número de Taylor. Enseguida me lo cogió.

LLAMADA TELEFÓNICA#

-          ¡TAYLOR!- No le dejé que saludara, o preguntara quien era, estaba desesperada.- Soy Caitlin, ¿esta _____ contigo?
-          Em, no ¿Por qué que pasa?
-          Es que se ha ido enfadada de la cena y no se donde esta.
-          ¿Esta sola por ahí a estas horas?- me iba a matar.
-          Ajá..
-          Ahora mismo, la llamo o salgo a buscarla o lo que haga falta.- se había preocupado también mucho, _____ se hace querer fácilmente. Espero que Taylor la encuentre o que le coja el teléfono por lo menos.
-          Much…- se lo iba a agradecer, pero ya me había colgado.

FIN DE LA LLAMADA#

Taylor es un tozo de pan con _____, siempre la cuida, esta con ella, la apoya cualquiera diría que son mejores amigos y que se queda ahí. Pero yo sé que los dos sienten algo el uno por el otro.
-          ¿Y bien?- salí de mi mundo al escuchar las palabras de Chaz, había estado ahí desde el principio.
-          Pues que va a buscarla..
-          Tal vez le estemos dando demasiadas vueltas, sabe cuidarse sola y sabe por donde debe ir y donde no, ya es mayorcita y no ha desparecido ni nada por el estilo, solo se ha ido.- esta vez hablaba Christian.
-          Tal vez- a veces éramos demasiado exagerados y pesimistas.


NARRAS TÚ:


Levanté mi cabeza mientras me secaba las lágrimas. Lloraba por lo que me había pasado, del susto. No me gusta llorar, soy más de hacerme la fuerte, de las que tienen orgullo y mucho. Estaba mirando al suelo sin saber que decirle al chico que tenia a mi lado, ni si quiera le había mirado a la cara.



Dejó de acariciar mi pelo y cogió con suavidad el colgante que llevaba. Yo me quedé extrañada es decir ¿Qué hacía?


-          ¿_____?- levanté mi mirada del suelo de golpe, y lo miré, lo miré directamente a los ojos.

En ese momento mi corazón empezó a latir rápidamente, me empezaron a temblar las manos. Me solía pasar cuando estaba muy nerviosa. No sabía que hacer. Estaba sin palabras, como una estatua, de piedra.

-          ¿Justin?- conseguí decir después de unos minutos algo incómodos. Tenia un nudo en la garganta, no quería llorar, no quería mostrarme débil ahora.- No sé si abrazarte o salir de aquí.
-          ¿Porqué no optas por la primera?- se acordaba de mi, pero ¿Por qué no me había llamado en todo este tiempo? No tenía tiempo para sus amigos, o bueno solo para Caitlin.
-          Por qué me has fallado,  ¿Por qué no me has llamado en todo este tiempo eh? ¿Por qué hablas con Caitlin en vez de conmigo?- mi voz temblaba por ese maldito nudo en la garganta.
-          Déjame explicártelo, _____, por favor.
-          ¿Explicarme que? Que se te ha subido la fama a la cabeza, y pasas de mí, que no te importo. Justin, dime una cosa, ¿sabes como lo he pasado todo este tiempo? ¿Lo sabes? He soñado cada noche contigo con la despedida en el aeropuerto, eso me comía por dentro, me despertaba cada noche a la madrugada pensando en donde estabas en que hacías en si me llamarías. Joder Justin, me has fallado.- una lágrima recorrió mi mejilla, era imposible ser fuerte.
-          Todo tiene una explicación, escúchame, solo te pido eso.- secó la lágrima que aún seguía en mi mejilla.
-          Espera, ¿y ese hombre que se ha bajado? Tarda demasiado.- cambié de tema radicalmente, ese hombre llevaba un buen rato ahí y yo y Justin ni nos habíamos dado cuenta.
-          Espera, esos hijos de… ¿Qué te han hecho _____? Dime que te han hecho porque los mato, te juro que los mato.- abrió la puerta para bajarse del coche ¿Qué hacía? ¿estaba loco?
-          Justin, para, no me han hecho nada- lo cogí del brazo para que no saliera del coche.- Entra, por favor, si aún te importo cierra la puerta y entra.- se podía meter en un lio y era lo que menos quería en ese momento. Conocía a Justin desde pequeña y tenía un pronto un poco malo.
-          _____, no me pidas eso ¿Qué hacías en estas calles? ¿Estas loca? Me importas, y mucho por eso les voy a..
-          Basta, no digas eso.- estaba molesta con el y enfadada muy enfadada, pero eso no quitaba que aun me importa y mucho.- mira, no me han hecho nada, enserio, no te metas en un lio- Cerró la puerta y me miró a los ojos.
-          Te he echado de menos.- ¿este chico era bipolar?
-          Em.. si- ahora mismo pasaba de historias, de charlas sobre que había pasado, pasaba de cuentos chinos y de tonterías.
-          Quiero saber como esta Kenny.- dijo él aún mirándome.
-          Pero iré yo, tu te quedas aquí.- iba a llevarme la contraría.- Mira si te estoy pidiendo esto es porque no quiero que te metas en ningún problema.- él me sonrió como signo de aprobación.

Abrí la puerta y salí del coche lentamente, en realidad tenía aun miedo por si me hacían algo. Vi a Kenny, hablando con esos.. esos… esas cosas, mas bien chillándoles. 



Me acerqué poco a poco todos se giraron al escuchar el ruido de mis tacones. Cogí aire para seguir adelante y así poderle decir a Kenny que no perdiera mas el tiempo con esos.


-          Oye Kenny, mejor vámonos ya, no pierdas más el tiempo.- seguramente le extraño que supiera su nombre.
-          Si claro, vamos.- uno de los chicos se acercó a mí y me cogió de la muñeca. Kenny estaba de espaldas y no lo vio.
-          Tú no vas a ninguna parte.



Me apretó mas fuerte la muñeca alzándola hacía arriba. Antes de que Kenny pudiera reaccionar Justin abrió rápidamente la puerta trasera y salió disparado hacía mí. Empujó al que me tenía cogida y lo tiro al suelo. Yo lo cogí de la mano con fuerza, para que no se abalanzara sobre él o algo por el estilo.


-          Vámonos ¿si?- intenté calmarlo sonriéndole.
-          Vamos Bieber.- esta vez intervino Kenny.

Fui a paso ligero aun cogida de la mano de Justin. Kenny iba detrás de nosotros. Supuse que era su guardaespaldas. Entramos en el coche, y en menos de dos minutos ya habíamos salido de esas calles. En el coche había un silencio mortal, estaba incomoda. No tenia ganas de hablar con Justin seguía molesta y enfadada con el y mi orgullo era demasiado grande para escucharlo ahora. Aunque hace un rato lo había dejado por los suelos. Noté la vibración de mi móvil en el bolso, lo abrí y vi que era Taylor. Se me había olvidado que esta noche habíamos quedado en vernos. Hacía ya una semana más o menos que había llegado a Atlanta y nos llevábamos como si fuésemos amigos de toda la vida, solo que a veces pienso que lo quiero como algo más. Cogí el teléfono antes de que me colgara.


LLAMADA TELEFÓNICA#

-          ¿__________tn?- no, se lo iba a coger mi abuela.
-          ¿Quién si no?- le respondí con otra pregunta.
-          ¿Dónde estas?- lo dijo con un tono preocupado, desesperado por decirlo de alguna manera.
-          Eso no importa mucho ahora.. ¿Qué quieres?- lo dije de la mejor manera que me pudo salir en ese momento, ya que los nervios y el cabreo que tenia en ese momento eran enormes.
-          Verte.- genial, ya tenía una excusa para no hablar con Justin. No es que no me importase, ni mucho menos. Solo que necesitaba asimilar por así decirlo, que él estaba aquí, que Cait me había ocultado eso y a saber si algo más, necesitaba aclarar mis sentimientos, ¿que es lo que he sentido cuando he visto a Justin? Y Taylor. ¿Qué es lo que siento por el? Estoy echa un lío y me vendría bien pasar tiempo con el.
-          Ven a mi casa dentro de 10 min.
-          Te veo allí tonta.
-          Vale feo.- colgué y dejé el móvil en mi bolso.

FIN DE LA LLAMADA#

Justin me miraba atentamente, como si esperara que le dijese algo. Yo lo miraba de reojo y Kenny nos miraba por el retrovisor. La verdad es que era una escena divertida pero no tenía ganas de reír. Empecé a dar golpecitos con las uñas en el cristal de la ventana. Y por fin Kenny rompió el silencio que había en el coche.

-          ¿Dónde te dejo?
-          Kenny, vive al lado de mi casa.- contesto Justin por mí.
-          ¿Así que sois vecinos?
-          Ajá.- no tenía muchas ganas de hablar, solo quería ver a Taylor y abrazarlo fuerte, sabía que el me entendía como nadie.

Después de eso nadie dijo palabra alguna. Mientras el coche avanzaba notaba que me salía sangre de la rodilla. Pero no le di mucha importancia solo quedaban unos minutos para llegar a casa, así que ya me curaría ahí. 



Al cabo de unos minutos ya habíamos entrado en la urbanización, estaba un poco más tranquila. Mi padre no se podía enterar de la escena que había pasado hace un rato. Le daría algo y a saber que sermón me daba. 




Kenny aparcó delante de mi casa, baje como pude del coche ya que la rodilla me dolía bastante. Kenny fue cogiendo las maletas de Justin mientras yo con la mirada buscaba el coche de Taylor. Hasta que lo vi, se me escapó una pequeña sonrisa al verlo bajar del coche tal vez la única desde hace horas. 

Mientras cruzaba la calle me giré hacía Justin.

-          Justin, de lo que ha pasado ni una palabra a nadie.- el me miró extrañado.
-          ¿Qué?- dijo casi gritando.
-          Prométemelo, a nadie.- bajó la mirada hacia el suelo- O bueno mejor no te hago prometer nada, ya que por lo visto no sueles cumplir tus promesas.
-          Pf, está bien te lo prometo.- sabía que esas palabras le harían guardar silencio. De repente noté unas manos sobre mis ojos. Reí levemente.
-          Te he visto antes tonto.- Apartó sus manos mientras reía por lo bajo. Se puso delante de mí y me inspecciono con la mirada.
-          ¡_____! Tienes sangre en la rodilla.- ya ni me acordaba- ¿Cómo te has hecho eso?
-          Mm, ahora te cuento.- Justin carraspeó su garganta. Y Taylor lo miró.
-          ¿Justin Bieber?- dijo con cara de ¿Qué haces aquí? Taylor sabía mi historia con Jusitn, yo misma se la había contado. Teníamos mucha confianza para lo poco que nos conocíamos era un poco raro, pero me agradaba poder confiar en él así.
-          ¿Taylor Launter?- dijo Justin con la misma cara de él.
-          Un amigo.- miré a Taylor y luego a Justin.- Bueno adiós- me despedí fríamente.
-          ¿No me vas a escuchar verdad?
-          Tal vez otro día.- le hice un gesto a Taylor con la cabeza para que me siguiera- adiós Justin.- El ni siquiera se despidió de mí, y lo entendía, estaba siendo una estúpida y bueno con razones aunque él no las conocía.

Abrí la puerta del jardín de casa y Taylor pasó delante de mí y cerré la puerta. Se posó delante de mí, esperando una explicación.

-          ¿Qué?- estaba un poco incómoda por como me miraba.
-          Tu rodilla esta fatal enserio.

Tenía razón pero no me la había podido curar antes. Me encogí de hombros y empecé a caminar o eso intenté, pero al primer paso que di mi tobillo se torció y caí al suelo. Taylor empezó a reírse, a carcajada limpia, al principio me molestó un poco que se riera así de mi, pero pensándolo bien ¿Quién no se ríe de su amigo o amiga cuando se pega el ostión del año? Al rato me contagió su risa y empecé a reír fuertemente sin saber porque la verdad y cada vez reíamos más fuerte. Se tiró en el césped tocándose la barriga del dolor que le causaban sus risas. Al cabo de dos minutos ETERNOS paramos de reír poco a poco.

-          Tengo frío.- empezaba a correr un poco de aire e iba bastante desabrigada. Él se levantó dirigiéndose hacía mí, me tendió su mano y me levanté con su ayuda.
-          ¿Te duele?
-          Bastante.- hice una mueca de dolor, entre el tobillo torcido, y la rodilla llena de arañazos por mí caída casi no podía mover la pierna.
-          Anda ven tonta.

Me tomó suavemente en brazos, y al momento me acorruqué en su pecho. Me gustaba el dulce olor que desprendía su cabello, estaba un poco alborotado pero le quedaba bien, le daba un toque sexi. Al llegar a la puerta principal de casa saqué mis llaves del bolso y abrí la puerta, él la cerró con el pie ya que yo seguía en sus brazos. Empezaba a coger el sueño y mis parpados se iban cerrando involuntariamente.

-          ¿Te estas durmiendo?- escuche reír a Taylor.
-          Ala, ya me has despertado.- abrí lentamente los ojos él soltó una carcajada y me dejó sobre mi cama.
-          ¿Dónde tienes un botiquín?- supuse que me quería curar la rodilla.
-          En el baño, en uno de los cajones del armario pequeño.

Mientras el buscaba en el baño yo me incorporé en la cama, miré el reloj de la mesita de noche, ya eran las 2 de la mañana las horas volaban como minutos.
Empecé a quitarme los tacones ya que los pies me empezaban a doler. Los dejé a un lado de la cama. Vi a Taylor salir del baño con el botiquín, y me quedé embobada como de costumbre, iba vestido con una camiseta de manga corta de color negra, unos jeans un poco ajustados y unas bambas Nike negras. Con esa risa tonta me lo quedé mirando hasta que empezó a curarme la rodilla, noté como el agua oxigenada limpiaba la sangre que tenía.

-          Au, pica.- me sonrió con su perfecta sonrisa- te ves muy tierno curándome.
-          Y tu eres tierna siempre.- no pude evitar que me saliera esa sonrisa tonta, no sé lo que me pasa con este chico  que hasta en los peores momentos logra hacerme sonreír- me encanta tu sonrisa, es como si los problemas no fuesen contigo.
-          Oh, que bonito.- acaricié su mejilla con ternura, ya que era lo que me transmitía en ese momento.
-          Tan bonito como tú.- vale, iba a conseguir que enrojeciese.
-          Pero tan bonito como tú no creo.- le seguí el rollo.
-          Bueno, ahora dime como te has hecho eso.- acababa de estropear un momento realmente bonito ogg.

Cogí aire y suspiré. No tenía ganas de recordar todo lo de esta noche, simplemente lo quería olvidar y punto. Pero Taylor estaba preocupado y no le quería mentir, no se merece eso. Cogí aire nuevamente, pero esta vez para hablar y empecé a contarle todo lo ocurrido, desde mi enfado con Cait hasta mi encuentro con Justin. El pobre estaba alucinando y preocupado por lo que casi me hacen esos desgraciados. Nos pasamos tooooooda la noche hablando, estirados en mi cama y mirando al techo, como si no hubiese mañana para hablar. Al cabo de dos horas empecé a coger sueño y para mi sorpresa Taylor ya se había dormido. No le podía decir que se fuese, encima me gustaba su compañía, pero para mi padre sería una sorpresa levantarse y verle en mi habitación. Papá conoce a Taylor, sabe que somos muy amigos, pero sin avisar ni nada se llevaría una sorpresa y yo me llevaría alguna que otra bronca. Me levanté de la cama y puse el cerrojo de mi habitación así mi padre no podría entrar mañana por la mañana. Aunque tampoco suele entrar demasiado a mi habitación, pero mejor prevenir que curar.

-          Yo me debería ir ya.- escuché decir a Taylor con voz dormida.
-          Quédate si quieres.- se incorporó a la cama frotándose los ojos.
-          ¿Segura? No debería.
-          Quédate.- le insistí.
-          ¿Y tu padre?
-          Mi padre no se enterará.
-          ¿Vas a mentirle a tu padre?
-          Mmm, oye, si no quieres vete.- me hice la ofendida intentando no reír.
-          No es eso, solo que no quiero que te metas en líos por mi culpa.
-          Que no me voy a meter en ningún lío.- si mi padre, por casualidad, se llegase a enterar lo único que me haría sería echarme un poco la bronca, y ya.
-          ¿Segura?- puse los ojos en blanco- me has convencido.- reímos los dos por lo bajo, para que mi padre o Álex no se despertasen.
-          ¿No dormirás así verdad?- se rascó la cabeza y se miró a si mismo.
-          No llevo otra cosa.- me dirigí al armario y rebusqué entre los pantalones de deporte, cogí unos Adidas cortos y los tiré a la cama.
-          Ponte esos, y camisetas solo tengo de chica.
-          Da igual dormiré sin camiseta.- enrojecí un poco, no sé por qué, tal vez al imaginármelo sin camiseta, nunca lo había visto así, bueno solo en fotos, pero en persona cambia la cosa.- ¿no te importa no? Si no duermo con la camiseta que llevo ahora.
-          No me importa, tranqui hombre lobo.- rio ante mi broma- cámbiate aquí, yo me cambio en el baño.

Cogí mi pijama de debajo de la almohada y entré en el baño. Me quité el vestido y me puse el pijama, luego me quité el maquillaje con una toallita y me hice un moño mal echo. Salí del baño y vi a Taylor estirado en la cama, sin camiseta. La luz de la luna que entraba por la ventana iluminaba su cuerpo, y eso me mataba, me atraía mucho, pero no me quería dejar llevar por un impuso, aunque eso a veces es lo mejor. Sonreí levemente y el me devolvió la sonrisa. Me senté en la cama para luego estirarme.

-          Buenas noches feo.- me estiré en la cama mirando  al techo.
-          Buenas noches tontita.- se inclinó un poco hacía mi y me dio un beso en la frente.
-          Oh, ¿Qué tierno eres no? Jajajaja.
-          Eso dicen.- sonrió él.

Y así como el que no quiere la cosa, me acurruqué en su pecho mientras el acariciaba mi pelo. Se estaba bien así, sin pensar en los problemas, las ralladas, el conmigo y yo con él como si fuésemos dos, en uno.

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