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domingo, 9 de septiembre de 2012

Nothing like us. {05}


Las únicas personas que necesitas en tu vida, son aquellas que te demuestran que te necesitan en la suya. 



Me desperté a causa de los rayos del sol que entraban por la ventana. Noté el peso de una mano rodear mi cintura, no pude evitar sonreír ante la escena, estaba a gusto, feliz. Empecé a darle vueltas a todo lo de anoche, aun no me creía que Justin estuviese aquí, y la tonta de mi en vez de escucharlo, comprenderlo y pasar tiempo con el voy y hago todo lo contrario, a veces por orgullo pierdes a las personas que quieres y no quiero que este sea mi caso. Justin era, es y será muy importante para mí, y me mataba la idea de que estuviese a 5 metros de mí y no poder hablarle, contarle como me ha ido, que me cuente sus historias, sus movidas, sus chorradas…

Empecé a pensar en Caitlin, también es alguien muy importante para mí y no le he dado la ocasión de explicarse, tal vez me estaba comportando como una niñata, pero mi orgullo no me dejaba llamar a alguno de los dos. Y tampoco esperaba que estuviesen detrás de mí siempre. Así que era hora de tragarse el orgullo, de dejar de mirar al pasado, de dar el paso yo, tal vez ya era hora de eso. No siempre puedo tener en cuenta lo malo, ellos han hecho miles de cosas por mí, y os digo yo que esas mil cosas compensan a las malas. Una encantadora voz hizo que saliera de mis pensamientos.


-          Buenos días dormilona, ya te empezaba a echar de menos.- reí ante su frase.
-          Me gusta.
-          ¿El qué?- dijo el quitando la mano que tenía en mi cintura.
-          Pues que hayas sustituido el típico "Buenos días princesa, he soñado toda la noche contigo" por el "Buenos días dormilona, ya te empezaba a echar de menos".
-          Esa frase te ha quedado bien.
-          Lo sé.- parecíamos una parejita feliz, y no niego que me encantaría que lo fuésemos, por qué si no lo habéis notado el chico me gusta, pero no sé que debe sentir él.- Cambiando de tema ¿Cuándo te vas de aquí?- me incorporé a la cama y giré para verlo.
-          Pues de aquí una semana o así.
-          ¡¿QUÉ?! ¿Tan pronto?- me entristecía imaginarme que de aquí una semana no iba a tener su compañía.- ¿Quién me va a curar ahora cuando me caiga?- reímos fuertemente, a lo malo se le tiene que poner un poco de humor.
-          Sabes que te vendré a ver o si no me puedes venir a ver tú.- le sonreí con mi mejor sonrisa, no iba a perder el tiempo lamentándome por lo que tenía que pasar, es mejor vivir el presente y dejar de pensar en lo que pasará en el futuro.
-          ¿Qué hacemos hoy?- de un salto me levanté de la cama y fui hacía mi armario para coger la ropa que me iba a poner hoy.
-          ¿Pasamos el día juntos?- una idea perfectísima.
-          Hecho. ¿Vamos al parque?
-          Pero te vas a tener que columpiar sola.- me aguanté la risa e hice un pucherito.
-          Jo, que malo.
Empezamos a reírnos a carcajada limpia, como de costumbre. Le revolví el pelo y fui hacía el baño. Cerré la puerta y me quité el pijama lentamente, no sabía la hora que era, tampoco tenia idea en que día vivía pero por suerte el año si, 2012, creo vamos. 

Me vestí así: http://www.polyvore.com/hi_swagy/set?id=57782294http://www.polyvore.com/hi_swagy/set?id=57782294
, me hice la raya de abajo,  me puse rímel  y salí del baño. Taylor ya había acabado de cambiarse.


-          ¿Vamos?- asentí y fui hacía la puerta para quitar el pestillo.
-          ¿Qué hora es?- seguía sin tener idea de que hora era.
-          Las… once.- dijo él mirando al reloj que llevaba en la muñeca izquierda.
-          ¿Desayunamos? Tengo hambre.- anoche no había cenado mucho y realmente tenía demasiada hambre.
-          Por mi vale.- le sonreí. Bajamos las escaleras y nos dirigimos a la cocina. Abrí la nevera y empecé a inspeccionar que había.
-          Mmm, yo voy a desayunar un donut y para beber un batido- saqué el batido de la nevera y miré a Taylor.- ¿Tú que quieres?
-          Lo mismo.- sonrió. Cogí otro batido i se lo lancé, después saqué dos donuts de una estantería y me senté enfrente de la barra de la cocina, al lado de Taylor. Empezamos a comer sin decir palabra alguna, sonriéndonos el uno al otro, como dos tontos.


NARRA JUSTIN:


Esta noche casi no he podido dormir, encontrarme con _____, así de repente me ha dejado un poco chocado. He estado dándole vueltas toda la noche y no sé, hay algo cambiado en ella. La noto fría, distante, perdida, necesito hablar con ella y explicarle ciertas cosas, pero no me quiere escuchar, si algo no ha cambiado es esa actitud cabezona y orgullosa. Pero en todo lo otro esta totalmente cambiada, y a mejor, se ha vuelto más guapa, más mayor, más madura y normal después de 4 años la gente cambia y de que manera.

Me levanté de la cama y me dirigí hacía la maleta que me faltaba por deshacer si mi madre entraba y la veía ahí en medio me empezaría a echar la bronca. Empecé a sacar las camisetas que era lo que más arriba estaba, las puse en el armario y seguidamente saqué las sudaderas y los pantalones que quedaban. Pensaba que ya lo había sacado todo pero en el fondo de la maleta vi algo relucir me agache para cogerlo y no pude evitar sonreír y reírme al ver lo que era. Una foto mía y de _____ de pequeños abrazados y sonriendo. Ver fotos antiguas y pensar en como las cosas han cambiado. Dejé la foto encima de la cama, no sabia donde ponerla así que lo pensaría más tarde. Salí de mi habitación y bajé las escaleras a paso ligero, vi a mi madre en la cocina.

-          Buenos días mamá.- ella se giró, ya que estaba de espaldas.
-          Buenos días cielo, ¿Qué tal has dormido?- cogí el zumo de naranja que había en la nevera y un vaso, luego me senté enfrente de ella.
-          Bueno, no muy bien.- alzó una ceja y me miro extrañada.
-          Si tenias unas ganas enormes de volver a Atlanta, Justin ¿Qué pasa?- empecé a poner zumo en el vaso, necesitaba hablar con alguien este tema, ¿y quien mejor que una madre?
-          Es _____, esta enfadada, y no creo que me perdone. Dice que durante estos años no me he puesto en contacto con ella y le ha dolido.
-          Justin cariño, piensa una cosa ¿ella ha intentado ponerse en contacto contigo?- me encogí de hombros.
-          Pero la necesito como amiga igual.
-          Las únicas personas que necesitas en tu vida, son aquellas que te demuestren que te necesitan en la suya.
-          Tienes razón mamá, eres la mejor.- le sonreí y me levanté para darle un fuerte abrazo.
-          Pero no creas que te esté dando la razón, tanto tu como ella os habéis equivocado, y si ella no te ha demostrado que te necesita es porqué tu tampoco se lo has demostrado a ella.
-          O al revés.- mi madre puso los ojos en blanco.
-          Como sea, la cosa es que os habéis equivocado los dos y tarde o temprano se dará cuenta y lo solucionareis.- le sonreí una vez más, que grande llegaba a ser mi madre.- por cierto hoy vamos a cenar con _____ (tu padre), Álex y _____.
-          Está bien, yo ahora he quedado con los chicos.
-          ¿A que hora volverás?
-          Vamos a casa de los Beadles a comer así que después de comer vuelvo.- mi preciosa madre asintió sonriéndome y yo le di un beso en la frente.- Adiós mamá.
-          Adiós hijo.

Salí de casa con mi mejor sonrisa, mi madre me había animado y sin duda era la mejor madre del mundo.

Tenía ganas de pasar tiempo con mis amigos, hacía tantísimo tiempo que no les veía, pero por fin podíamos estar todos juntos, sin distancias por el medio. Noté una vibración en el bolsillo, era mi móvil.


LLAMADA TELEFÓNICA#


-          ¿Si?
-          Juby cariño ¿Cómo estas?- era Selena.
-          Selly, bien por Atlanta ¿y tú dónde estás?- oía voces de mucha gente.
-          En el aeropuerto.
-          ¿Qué haces ahí?- me extrañaba, porqué Selena estaba de vacaciones y no tenía pensado en viajar a ningún sitio.
-          Pues que voy a Atlanta para verte.
-          ¿Enserio? Eso es genial ¿a que hora llegarás?- me encantaba la idea de que Selena viajara a Atlanta para verme, pero a la vez no quería. Quería pasar tiempo con mis amigos y si venía ella no podría hacer todo lo que tenía pensado con ellos ya que ella pasaría gran tiempo conmigo.
-          ¿No te gusta la idea?
-          ¿Cómo dices esto tonta? Me encanta, estoy deseando que llegues.
-          Cuando llegue te llamo ¿vale? Te quiero.
-          Yo más.- me colgó. 

FIN DE LA LLAMADA#



Llevo un mes con Selena, y la quiero mucho me da igual lo que la gente llegue a decir o a pensar, si la quiero la quiero y punto. Mi madre no opinaba nada al respecto, no sé si eso era bueno o malo.

En menos de lo pensado ya había llegado a casa de los Beadles, estaba bastante nervioso ya que nadie excepto Caitlin sabía que hoy iba a comer con ellos. Llamé al timbre, y en un minuto apareció Christian por la puerta, abrió los ojos como platos al verme, yo solo le sonreí y le revolví el pelo.

-          Pequeñajo.
-          ¿JUSTIN? No puede ser..- me abrazo fuertemente mientras yo le seguí el abrazo, había echado de menos a mis amigos y bueno, lo mejor de las despedidas siempre son los reencuentros.

Detrás de Christian aparecieron Chaz, Caitlin, y Ryan, Christian se separó de mi. Todos los otros chicos corrieron a abrazarme, definitivamente eran los mejores.


NARRAS TÚ:

Había pasado casi todo el día con Taylor, por la mañana fuimos al parque a pasear un rato, después le invité a comer a casa papá como de costumbre no estaba y tuvimos que pedir pizza para comer, le presenté a Álex y estuvimos mirando los tres una película después de eso Taylor se fue con Liam a hacer no sé qué. Yo me quedé con Álex viendo la tele.

Quiero ir a hablar con Justin pero no sé si tengo el valor suficiente para plantarme ahí, enfrente de él y decirle “Lo siento”, parece tan sencillo, pero sé me hace demasiado complicado. 

Oí como la puerta de casa se abría, deduje que era mi padre hoy llegaba pronto. Me levanté del sofá para ir a recibirlo.


-          Hola papá.
-          Hola cielo.- le sonreí y me dio un beso en la mejilla.
-          Oye, voy un rato a casa de Pattie aún no la he visto.
-          Esta noche hemos quedado para ir a cenar todos juntos.
-          Vale, pero igualmente iré a verla.
-          ¿Y Justin?
-          ¿Qué pasa con Justin?- me puse un poco nerviosa ante la pregunta de mi padre.
-          Nada hija- soltó una pequeña carcajada- ¿qué si lo has visto ya?
-          No.- mentí- ahora voy a verlo. Hasta luego papá.- le di un beso en la mejilla y me dirigí a la puerta.
-          Adiós princesa.

Abrí la puerta y salí al gran jardín de casa, me estaba empezando a poner nerviosa y de que manera. Caminé lentamente como si al final del jardín estuviese el fin del mundo. Abrí la puerta y caminé unos metros, ahí me encontré con la casa de Justin toqué al timbre con miedo, con nervios.

-          ¿Quién?- era Pattie, su voz no había cambiado, seguía siendo tan dulce como siempre.
-          Pattie, soy _____, no sé si te acuerdas de mí.
-          _____, pasa ¿Cómo no me voy a acordar de ti? Pasa anda.

La puerta que daba al jardín se abrió entré y recorrí el gran jardín, la casa de Justin era parecida a la mía ya que vivíamos en una urbanización. Cuando llegué a la puerta principal vi a Pattie esperándome con una gran sonrisa.
-          ¡_____! Estas muy grande.- me abrazo con fuerza y yo le devolví el abrazo.
-          Después de 4 años la gente cambia y se hace mayor, pero tu estas mas joven.- estalló a risas, dejó de abrazarme para mírame mejor.
-          Enserio, estás cambiadísima, si no me llegas a decir que eres tú ni te reconozco.- acarició mi pelo con una tierna sonrisa.
-          Pattie, que me sacas los colores mujer.- soltamos unas carcajadas.
-          Oh, perdona no te he invitado a pasar- le sonreí- pasa.
-          Gracias.

Entré observando cada detalle de la casa, hacía tiempo que no entraba, me venían a la mente un montón de recuerdos de Justin y de mí cuando éramos pequeños.

-          ¿Lo echabas de menos?- me giré hacia Pattie de repente.
-          ¿A qué?- no sabia muy bien de lo que me hablaba, o tal vez si pero me hacía la tonta.
-          A Justin cielo, él también te ha echado de menos.
-          Lo sé.- sonreí tiernamente- ¿Dónde está?

-          Con los chicos, no tardará en venir me dijo que estaría aquí después de comer, y ya son las cinco.- asentí con una gran sonrisa.- espéralo en su habitación, así se llevará una sorpresa.
-          Buena idea.-dije riendo- voy subiendo.
-          Está bien cielo.- antes de subir la abrace fuertemente, con todas mis fuerzas como si no hubiese mañana, al principio se sorprendió un poco pero rápidamente me acogió el abrazo.

A ella también le había echado de menos, siempre es tan cariñosa con todo el mundo que es difícil no quererla. Acabé de subir las escaleras y entré en la habitación de Justin, aún recordaba donde estaba. Se me hacía raro estar ahí esperándolo, me senté encima de la cama aun sin hacer. Pasé mi mano por la fina tela del colchón y empecé a examinar su cama con la mirada, el aburrimiento es lo que hace. Vi un cuadro en medio de la cama que se me hacía familiar. Lo cogí y lo observé con más detalle, oh dios mío, era una foto de él y yo de pequeños aun la guardaba y eso era un detalle enrome para mí. En ese instante me sentía como una tonta, una niña mal criada, orgullosa, que no escucha a nadie. Cuando Justin entrase por esa puerta le iba a dar un abrazo enorme. Estaba algo equivocada pensando que la culpa solo era de él, los dos teníamos culpa en esto, y no se merecía lo que le estaba haciendo.

Un montón de emociones habían provocado un nudo en mi garganta, tenía ganas de llorar, la verdad no sé porque, tal vez cuando llevas tanto tiempo intentando ser fuerte, intentando no derramar ninguna lágrima más por cosas del pasado llega un momento que necesitas explotar, decir todo lo que te has aguantado, llorar hasta quedarte sin lágrimas para así al día siguiente poder seguir con más fuerza. Me aguanté mis ganas de llorar, pero igualmente sabía que cuando abrazase a Justin estallaría en un llanto.


Oí como alguien subía las escaleras, dejé el cuadro encima de la cama y me levanté de ella. Estaba muy nerviosa, empecé a toquetear el anillo que llevaba con nerviosismo. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca y mis nervios aumentaban a cada segundo. Escuché los pasos de alguien detrás de la puerta y se detuvo ahí estaba por abrir la puerta y decir “Oye lo siento pero no tengo todo el día para que decidas entrar o no”. El manillar de la puerta empezó a bajar, yo cogí aire y suspiré, estaba muy nerviosa y esto parecía ir a cámara lenta.

Al fin la puerta se abrió y vi a Justin absorto por su móvil, ni se había dado cuenta de que estaba ahí. Sonreí nerviosamente y me abalance contra él. Le abracé fuertemente haciendo que su móvil cayera al suelo, él estaba alucinando no me esperaba allí, tampoco esperaba esa actitud de mi y mucho menos esperaba que yo me tragara mi orgullo. Al cabo de un buen rato me agarró fuertemente por la cintura alzándome hacia arriba. Tragarme mi orgullo por una vez había servido de algo, hacía mucho tiempo que esperaba este momento y lo estaba disfrutando y de que manera, mis risas se escuchaban por toda la casa y apuesto lo que sea que hasta en la calle se podían oír.

-          ______, ¿Qué haces aquí?- Justin me había dejado en el suelo después de estar un rato abrazados.
-          He venido a ver a mi mejor amigo.- le sonreí con la mejor sonrisa del mundo.
-          Definitivamente eres bipolar.- soltó una pequeña carcajada y prosiguió- ayer no me aguantabas me odiabas, y ahora dices que soy tu mejor amigo, estas loca.
-          Aunque no lo creas eso de consultar con la almohada ayuda, es lista.- empezamos a reír descontroladamente. Echaba de menos esos momentos con el.
-          Te echaba de menos.- y ahí caí. Lo volví a abrazar con más fuerza que antes, yo también le había echado de menos. Las ganas de llorar que hace unos minutos se habían desvanecido ahora volvían con más fuerza. Mis ojos se cristalizaron y a los segundos empezaron a caer lágrimas de ellos - ¿por qué lloras tonta?
-          Por qué yo también te he echado de menos Justin.- él se separo del abrazo y secó mis lágrimas con su pulgar.- ¿Sabes? No me gusta que la gente me vea llorando, ni si quiera tú, no me siento cómoda, no sé me siento débil.
-          Llorar no se significa ser débil, significa que llevas demasiado tiempo siendo fuerte.
-          Siempre sabes como sacarme una sonrisa.- sonreí- Bueno, pero a todo esto cuéntame ¿Qué has hecho todo este tiempo?
-          Pues…
-          Justin cielo, tienes visita.- la voz de Pattie interrumpió a Justin, el volteó los ojos y pasó su mano por encima de mis hombros.
-          Después seguimos hablando ¿vale?- asentí con una sonrisa- vamos.

Bajamos las escaleras haciendo el tonto así que como era de esperar nos caímos. Por suerte fue en el último escalón así que a los segundos estábamos rodando por el suelo sin parar de reír.

-          Parecéis niños pequeños.- escuché una voz al fondo del salón. Justin y yo nos levantamos del suelo aun riendo.
-          ¿¿Selena??- su cara era de sorpresa, no sé si a su visita o a lo que había dicho. Yo solo la miré con mala cara, el tono que había utilizado para decir eso no me había agradado.- Me habías dicho que me llamarías cuando llegaras.
-          Sorpresa.- dijo con una sonrisa falsa. Ya me imaginaba quien era esa tipa, su novia obviamente. Y lo más probable es que se pensara cosas que no eran.

Era un momento algo incómodo Justin no sabía que decir y yo sobraba ahí. Empecé a balancearme con los pies pensando en qué excusa pondría para salir de ese marrón. Miré a Justin, este se rascaba la cabeza sin saber que decir luego miré a Selena estaba de brazos cruzados esperando una respuesta, una acción algo. Y bueno luego quedaba yo aún seguía balanceándome con mis pies y las manos detrás de la espalda, toda una escena. De detrás de Selena salió Pattie.

-          ¿Chicos?- yo le sonreí.
-          Bueno, yo me voy a casa ya nos vemos en la cena.- me giré y le di un beso a Justin en la mejilla, el me lo devolvió.
-          ¿Qué cena?- dijo Selena mirando a Justin.
-          Hoy habíamos quedado en salir a cenar yo y mi madre y ella su padre y su hermano.
-          Selena también puede venir cielo.- dijo Pattie sonriendo.
-          Pues yo me voy, poneos guapos.- y dicho esto le di un abrazo a Pattie y salí de ahí.

Eso había sido una situación algo incómoda y me aliviaba haber salido de ahí.
Recorrí el jardín de mi casa y luego entré en ella. Dejé las llaves encima de la mesa del recibidor de casa. Pasé por el salón y no había nadie a si que supuse que Álex y papá estarían arriba. Subí las escaleras y toqué la puerta de la habitación de papá.


-          Pasa.- abrí la puerta y vi a mi padre buscando ropa en el armario.
-          ¿Qué haces?- le sonreí.
-          Pues estoy pensando en que ponerme esta noche, y no sé que camisa ponerme ¿me ayudas?- asentí y empecé a buscar con él.
-          Esta te quedara bien con todo.- le saqué una camisa blanca.
-          Si tú lo dices.- dijo sonriéndome- oye _____, ¿puedes ir a ver que hace Álex? Está en su habitación.
-          Eso está hecho.- salí de su habitación y me dirigí a la de Álex, que era la que estaba al lado- ¿se puede?- toqué a la puerta.
-          No, no quiero ver a nadie.- me quedé ahí parada con cara de tonta. Mi hermano nunca me hablaba así.

Abrí la puerta y me lo encontré sentado en la cama con la cabeza agachada. Cerré la puerta y me senté a su lado. Le empecé a acariciar el pelo suavemente.

-          ¿Qué te pasa cosita?- levantó la cabeza y vi que estaba llorando- ¿Álex? ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Te has hecho daño?- el negó con la cabeza y empezó a sollozar- Álex, no me preocupes por favor ¿Qué te pasa?

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