Buenos días princesa |
Su cuerpo yacía en el suelo. En mi garganta se
formó un nudo, ahora sí que estaba asustada, ¿Qué hacía Justin ahí? Me
arrodillé en el suelo, casi tirándome, las lágrimas empezaron a caer de mis
ojos rápidamente, no entendía nada, no sabía a quién pedir ayuda, estaba sola
ahí.
-
Eh,
Justin, contéstame.- dije entre sollozos- joder, no me hagas esto.- estallé en
llanto.
Ahora, ¿Qué se suponía que debía hacer?
De la boca de Justin salió una sonrisa, eso, más o
menos respondía a mi pregunta. Todo había sido una broma, y hacía tiempo que
había perdido la gracia. Sequé mis lágrimas y miré a Justin con desprecio,
estaba muy enfadada, demasiado. No sabían hasta qué punto me había preocupado y
asustado, lo había pasado realmente mal por una estúpida broma. Mi ira cada vez
se iba haciendo más grande parecía que me consumía y no me dejaba pensar con
claridad. Si le decía algo a Justin no iba a ser nada bueno, así que me levanté
dispuesta a irme de ahí.
-
Deberías
haber visto tu cara.- soltó una carcajada Justin incorporándose en el suelo.
-
¿Te
parece gracioso?- dije enfadada- estaba preocupada, asustada, desorientada,
llorando y sin saber que hacer ¿Y te ríes?
-
Era
una broma.- dijo arrepentido.
-
No
sabes cómo lo he pasado.- dije mirándolo.
-
Lo
siento, enserio. No pensábamos que te pondrías así.- ese pensábamos significaba
que los chicos también habían participado en la bromita.
-
¿Y
qué esperabas que hiciera? ¿Reírme?- Justin intentó abrazarme, pero estaba
demasiado enfadada con todo el mundo como para seguirle el abrazo, así que me
aparte- déjame sola, no tengo ganas de hablar.
-
¿Cómo
quieres que te deje aquí sola?- dijo exaltado Justin.
-
Por
favor, Justin.- dicho esto empecé a caminar.
-
¿Dónde
vas?- dijo en un tono preocupado.
No respondí a su pregunta, una vez más mi
comportamiento no era el mejor, pero haber visto a Justin en el suelo, tumbado
y de apariencia inconsciente me había dejado tocada. Esa broma había sido de
muy mal gusto, y necesitaba estar sola para que se me pasase el enfado.
Justin, como era de esperar, fue detrás de mí, pero conseguí deshacerme de él, por así decirlo. Nuevamente estaba yo sola en ese frío bosque, me senté en una gran roca y apoyé mis codos en mis piernas haciendo que mis manos sostuviesen mi cabeza. Poco a poco me fui calmando, pensando en frío llegué a la conclusión que al fin y al cabo solo era una broma, peores me habían hecho, encima, Justin estaba bien y se le veía realmente arrepentido.
Justin, como era de esperar, fue detrás de mí, pero conseguí deshacerme de él, por así decirlo. Nuevamente estaba yo sola en ese frío bosque, me senté en una gran roca y apoyé mis codos en mis piernas haciendo que mis manos sostuviesen mi cabeza. Poco a poco me fui calmando, pensando en frío llegué a la conclusión que al fin y al cabo solo era una broma, peores me habían hecho, encima, Justin estaba bien y se le veía realmente arrepentido.
Pensaréis que soy bipolar o algo, pero no. Me pasa
constantemente, como a todo el mundo supongo. Cuando me enfado mucho, no pienso
con claridad, mi rabia, ira o furia no me deja hacerlo. Así que estoy un rato
pensando barbaridades y cuando me calmo consigo razonar las cosas un poco
mejor, como en este caso. El problema ahora es que estaba perdida, y esta vez
no era ninguna broma. Me levanté esa gran roca e intenté recordad por donde
había venido, pero era prácticamente imposible, había pasado por tantos sitios
que no recordaba casi nada. Todo parecía igual, mi sentido de la orientación no
me estaba ayudando mucho en esos momentos. Desesperada empecé a caminar sin
rumbo intentando buscar alguna salida. Tenía suerte, esta vez no había perdido
la linterna así que tenía algo con lo que alumbrar.
El miedo me comenzó a invadir, las historias de miedo que habían contado anteriormente Mike y Ryan me vinieron a la cabeza, me empecé a hacer paranoias ¿Y si me aparecía un psicópata? ¿O el niño que se escapó del centro? O es más ¿Y si me encontraba el mismísimo edificio? Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, corrí como una loca apartando las ramas de los árboles a mi paso. Las piernas me temblaban, me fallaban, mi corazón iba más rápido, las pulsaciones aumentaban, las manos me sudaban y tenía un nudo en el estómago. Ese miedo no era el que tienes cuando estás viendo una película de miedo o cuando estás en lo alto de la montaña rusa, no, ese miedo era terror. A nadie, que yo sepa, le gustaría estar perdido en medio de un bosque a altas horas de la noche después de que te hayan explicado una leyenda sobre ese mismísimo bosque.
El miedo me comenzó a invadir, las historias de miedo que habían contado anteriormente Mike y Ryan me vinieron a la cabeza, me empecé a hacer paranoias ¿Y si me aparecía un psicópata? ¿O el niño que se escapó del centro? O es más ¿Y si me encontraba el mismísimo edificio? Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, corrí como una loca apartando las ramas de los árboles a mi paso. Las piernas me temblaban, me fallaban, mi corazón iba más rápido, las pulsaciones aumentaban, las manos me sudaban y tenía un nudo en el estómago. Ese miedo no era el que tienes cuando estás viendo una película de miedo o cuando estás en lo alto de la montaña rusa, no, ese miedo era terror. A nadie, que yo sepa, le gustaría estar perdido en medio de un bosque a altas horas de la noche después de que te hayan explicado una leyenda sobre ese mismísimo bosque.
Tenía tres opciones para intentar salir de allí,
la primera era correr y encontrar yo sola el camino para volver a la casa de
campo. La segunda era mantener la calma e intentar encontrar a los chicos. Y la
tercera era quedarme ahí y esperar que me encontrasen que no parece ser muy
inteligente.
Paré a causa de mi cansancio y falta de aire, mi
respiración era agitada y me costaba respirar. Me apoyé en un árbol cansada, eso
parecía interminable, maldecía el momento en el que me había marchado, dejando
solo a Justin también. ¿Habría encontrado a los chicos? ¿Estaría tan perdido
como yo? Esperaba que él tuviese más suerte. En ese momento me vinieron unas
terribles ganas de llorar, estaba asustada y no sabía qué hacer. Me agaché
apoyándome en el árbol y dándole vueltas a la cabeza intentando buscar una
solución. Se me paró el corazón unos segundos cuando noté que algo se movía
entre mis pies, asustada bajé la vista para comprobar que era. Un grito ahogado
salió de mi boca cuando vi una pequeña culebra. Las piernas me empezaron a
temblar más y más, estaba paralizada, le tenía un pánico tremendo a las
serpientes y culebras, que llegan a ser lo mismo. La culebra se seguía moviendo
entre mis pies, pegué un salto y empecé a gritar como una loca corriendo. A lo
lejos escuché que alguien gritaba mi nombre, parecía la voz de Justin, era mi
salvación.
-
¡Justin!-
grité con todas mis fuerzas.
-
¡_____(tu
nombre)!- escuché nuevamente su voz y con ella vi la luz de una linterna.
Con la linterna que llevaba alumbré por dónde
había escuchado la voz ahí vi la silueta de Justin. Llena de alegría corrí
hacia él, salté a sus brazos tan buen punto lo tuve enfrente. Nos fundimos en
un abrazo, el pique que había tenido con él momentos anteriores ya no me
importaba. Justin me sostenía por la cintura, yo lo abrazaba por el cuello con
fuerza. Había pasado mucho miedo y ahora me sentía protegida entre sus brazos,
parecía que estando él a mi lado nada malo podría ocurrirme. Quedé embriagada por
el dulce perfume que llevaba, cerré los ojos para disfrutar más ese momento.
Aun sin decir palabra dejé una sonrisa en sus labios como signo de alegría al
verle. Justin me miró directamente a los ojos, para luego besar mis labios
tierna y suavemente. Mis labios recibieron con gusto los suyos, dejando que se
fundieran poco a poco, moviéndose al compás. Su sonrisa entre beso y beso
parecía iluminar el eterno bosque.
Con delicadeza Justin me dejó en el suelo, me
examinó con la mirada y después de ese “reencuentro” por decirlo de alguna
manera, rompió el silencio.
-
¿Estás
bien?- aguantó mi cabeza entre sus manos- te he sentido gritar.- acarició mi
pelo.
-
Sí,
me he asustado, solo eso.- suspiré en una sonrisa.
-
Estás
helada.- dijo abrazándome por los hombros y apegándome más a su cuerpo.
-
Tengo
algo de frío.- confesé.
-
Tienes
los labios morados.- pasó sus dedos por mis labios.
-
No
debería hacer este frío en verano.- pensé en voz alta.
-
Me
habías asustado.- habló nuevamente Justin.
-
¿Perdona?-
alcé una ceja- no sé quién ha asustado más a quien.
-
Lo
siento.- parpadeó seguidamente poniendo cara de cachorrito.
-
Casi
me da un infarto ¿Estás loco? ¿Qué tipo de broma es esa?- dije mientras
empezábamos a caminar.
-
Los
otros chicos también eran cómplices.- intentó quitarse un poco de culpa.
-
Estáis
todos locos.- negué con la cabeza.
-
Pero
a mí me quieres.- me dedicó una dulce sonrisa.
-
Puede.-
dije vagamente.
-
Me
adoras.- volvió a sonreírme mi novio.
-
Creído.-
lo abracé más fuerte a causa del frío.
-
Sabes
que es verdad.- besó mi frente.
-
No lo
he negado.- solté una pequeña carcajada ante esa conversación.
-
Por
si acaso.- me dio una palmadita en la espalda.
-
Eso
no tiene sentido.- dije medio riendo.
-
Bueno,
pero soy sexy igual.- sonrió tiernamente.
-
Estás
loco.- empecé a reír fuertemente- ¿Sabes? Estamos perdidos en el bosque y haces
que me olvide de ello, a tu lado los problemas desaparecen.
-
¿Estamos
perdidos en el bosque?- bromeó- haces que me sienta igual.- Justin retiró un
mechón de pelo que caía por mi cara.
-
¿Eso
ha sido una linterna?- dije mirando hacia el frente.
-
No he
visto nada.- me miró extrañado Justin.
-
¡Mike!-
grité con todas mis fuerzas para comprobar si eran ellos.
-
¿______(tu
nombre)?- escuché la voz de Christian.
Justin y yo empezamos a correr como locos hacia
donde habíamos sentido la voz de nuestro amigo. Por fin estábamos todos juntos
después de una larga noche encontrando y perdiendo a gente. A pesar de que
estaba helada y no tenía muchas fuerzas corrí lo más rápido posible hasta
llegar con mis compañeros. Temía que se hubiese perdido alguien en mi ausencia
pero hice rápidamente un recuento con la vista y estaban todos. Los abracé a
todos uno por uno contenta de poderlos volver a ver. En mi pérdida por el
bosque había llegado a pensar lo peor, el miedo y el susto que me había llevado
con Justin me habían dejado algo aturdida y no pensaba con claridad. Suspiré
aliviada y contenta, esa pesadilla estaba a punto de terminar.
-
¿Dónde
os habíais metido?- dijo preocupado Christian.
-
Una
larga historia.- contesté- por cierto, os voy a matar.- dije recordando la
broma que me habían hecho.
-
¿Puedes
hacerlo después? Tenemos que salir de aquí.- bromeó Ryan.
-
Claro,
aún queda noche.- le vacilé.
Ryan rio dándome un abrazo amistoso, todos se
habían preocupado ante mi desaparición. Así que su broma les había servido a
ellos mismos de escarmiento.
Mike empezó a caminar, parecía saber el camino de
vuelta. Eso me tranquilizaba, ya no tendríamos que dar más vueltas para
encontrar una salida ni nos perderíamos nuevamente. Justin iba junto a Mike y
Ryan hablando de no sé qué, Caitlin, cómo no, iba junto a Chaz, estaban
abrazados por la cintura, parecía que iban avanzando poco a poco. Y por último
quedábamos yo y Christian al final.
-
Tienes
un aspecto horrible.- dijo Christian mirándome raro.
-
Gracias.-
sonreí irónicamente ante su ocurrencia.
-
¿Te
encuentras bien?- puso su mano derecha en mi frente.
-
Sí,
solo tengo un poco de frío.- me encogí de hombros.
-
Pues
estás ardiendo.- abrió los ojos como platos- ten mi chaqueta.- Chris me pasó la
chaqueta Adidas que llevaba en las manos.
-
Gracias.-
sonreí poniéndome la chaqueta.
-
¿Estás
segura de que estás bien?- dijo preocupado mi amigo.
-
Bueno…-
noté como las piernas me flaqueaban.
-
Me
estás preocupando.- se asustó Christian.
-
No te
preocupes, será la fiebre o algo.- sonreí a medias.
-
Ven,
sube.- dijo dándome la espalda invitándome a subir.
-
¿Tengo
que saltar?- reí.
-
Venga.-
insistió Christian.
En un pequeño saltito subí a sus espaldas y me
acorruqué en su hombro. Me encontraba realmente mal pero no quería preocupar a
nadie. No sabía por qué de repente tenía esos síntomas y tampoco me importaba
mucho en ese momento. La cabeza me daba vueltas, me sentía cansada, sin
fuerzas. Fui cerrando los ojos poco a poco, estaba medio dormida y medio
despierta, escuchaba las voces de mis amigos hablar, pero no entendía muy bien
lo que decían a causa del sueño que tenía. Sin darme cuenta me quedé dormida en
las espaldas de Chris, como una niña pequeñita.
***
Abrí los ojos con pesadez, estaba sola en una
habitación, supuse que era en la que dormía Justin pero él no estaba a mi lado,
cosa que me desilusionó un poco no sé por qué. Me incorporé lentamente en la
cama, parecía haberme recuperado del todo. Me sentía ligera y descansada, no
tenía nada de sueño, parecía que hubiesen pasado bastantes horas desde mi
llegada a esa cama pero al mirar por la ventana vi que aun todo seguía oscuro.
Estaba algo desconcertada y desorientada. Una luz detrás de la puerta hizo
tranquilizarme, suponía que era Justin, sus pasos se fueron acercando más y
más, parecía ir a cámara lenta. Sus
pasos se pararon en la puerta, el manillar fue bajando poco a poco, esa escena
me hizo recordar a esas películas de miedo en las que detrás de la puerta sale el
típico psicópata asesino con un cuchillo ensangrentado. Pensar eso me hizo
venir un escalofrío, me tapé con las sabanas como si me pudiesen proteger de
cualquier cosa. El manillar de la puerta giró al completo y se abrió lentamente
acompañada de un ruidoso y suave chirrido. Justin se estaba comportando de una
manera algo extraña.
Pero pronto comprendí que ese no era Justin, un
rostro de un niño apareció detrás de la puerta, su cara era pálida y tenía unas
enormes ojeras y la ropa ensangrentada. De mi garganta salió un chillido
ensordecedor.
-
¿Qué
te pasa?- unas manos me zarandeaban suavemente- ¿Por qué gritas?- vi el rostro
de Justin preocupado, casi al segundo me abalancé contra él.
-
Ha
sido una pesadilla.- dije con la respiración agitada.
-
Me
has asustado.- era la segunda o tercera vez que le escuchaba decir esa frase
hoy.
-
No
quiero volver a dormir.- aún tenía el susto en el cuerpo.
-
No
digas tonterías.- tocó mi frente con su mano- sigues ardiendo, deberías estar
delirando o algo.- supuso mi novio.
-
Ha
sido horrible.- dije recordando esa pesadilla.
-
¿Qué
has soñado?- acarició mi pelo mirándome compasivamente.
Me recosté sobre el pecho de Justin mientras él me
acariciaba suavemente, me tranquilizaba que estuviese a mi lado. Le conté mi
pesadilla, y lo real que me había parecido, pero siguió tranquilizándome
diciéndome que era solo una pesadilla y que él estaba a mi lado y no dejaría
que nada malo me pasase. Gracias a él volví a coger el sueño, él me abrazaba
mientras yo seguía recostada en su pecho, me sentía segura con él a mi lado. Y
así quedé dormida en un profundo sueño.
Desperté a causa de los rayos de sol que entraban
por la ventana. Noté que los brazos de Justin aún me rodeaban, una sonrisa se
dibujó en mi cara al verlo plácidamente dormido. Miré al hacia el techo
pensando en todo lo que había ocurrido anoche. No quería volver a vivir esa
situación nunca más, había sido horrible pero si hay que ver una parte buena es
que así tendría una historia más que explicar. Una historia no muy bonita, pero
bueno.
Me perdí en mis pensamientos unos cuantos minutos,
pensaba en qué podríamos hacer hoy. Tenía fuerzas para hacer cualquier cosa,
menos ir otra vez a ese horrible bosque. Me sentía mucho mejor, las pocas horas
que había dormido las había aprovechado bien.
Noté como Justin me daba un beso en la coronilla de mi cabeza, se había despertado y en su cara lucía una bonita sonrisa.
Noté como Justin me daba un beso en la coronilla de mi cabeza, se había despertado y en su cara lucía una bonita sonrisa.
-
Buenos
días princesa.- acarició mi pelo.
-
Siempre
he querido que me despertasen con esa frase.- confesé mientras giraba mi cabeza
para poder besar sus labios.
-
Así
es como debo despertarte.- sonrió- como una princesa.
-
Eres
tan tierno.- sonreí en sus labios.
-
No
tanto como tú.- Justin cortó la poca distancia que había mientras empezaba un
bonito beso- ¿te encuentras mejor?- dijo al acabar el beso.
-
Sí.-
sonreí llena de energía- gracias por cuidar de mí anoche.
-
No me
tienes que dar las gracias, siempre voy a estar ahí cuidándote.-me sonrió
tiernamente.
-
¿Qué
haría yo sin ti?- me acorruqué nuevamente en su pecho y lo abracé fuertemente.
-
Pues
lo mismo que yo sin ti.- acogió mi abrazo.
-
Por
cierto, ¿cómo acabé aquí? No me acuerdo.- cambié el tema ya que me daba
curiosidad.
-
Christian
te trajo a caballito.- aclaró mi duda Bieber.
-
Que
mono.- reí.
Después de que la conversación se acabase decidí
ir a darme una ducha. Hacía un calor sofocante y una ducha era lo que más me
apetecía. Así que cogí ropa de la maleta y me metí en el baño que había en la
habitación. Curiosamente esa era la única habitación que tenía baño particular,
también era la única que tenía una cama de matrimonio así que suponía que era
el cuarto de los padres de Mike.
-
¿Vas
a ducharte?- me preguntó Justin desde la cama.
-
Así
es.- le sonreí antes de entrar al baño.
-
Espérame.-
dijo levantándose de la cama.
-
¿Qué?-
abrí los ojos como platos- quédate ahí anda.
-
Dijiste
que no te separarías de mí ni para ducharte.- me recordó mi novio.
-
Oye,
que era una broma.- reí cerrándole la puerta en los morros.
-
Esta
me la apunto.- sentí que renegaba detrás de la puerta.
Empecé a reír, estaba loco, pero me encantaba. Aun
riendo me desvestí, llevaba la misma ropa que anoche que a causa de mi sueño no
me la pude cambiar. Me metí en la ducha y dejé que el agua me fuese relajando
poco a poco. Cerré los ojos mientras me enjabonaba todo el cuerpo y después la
cabeza. Utilicé un jabón de coco, su aroma inundaba todo el baño, me encantaba.
Al cabo de un rato fui aclarándome el pelo y el cuerpo, me puse mascarilla en
el pelo y por último me lo aclaré nuevamente. Mientras me secaba, me miré en el
espejo, tenía mejor aspecto y estaba más relajada.
Una vez seca cogí la ropa que me había escogido de
la maleta y me la puse. (http://www.polyvore.com/where_them_girls/set?id=64386231).
Como hacía bastante calor y
estábamos en confianza, en vez de una camiseta solo me puse la parte de arriba
del bikini. Después de haberme vestido, decidí ponerme una cinta en el pelo.
Rodeaba toda mi frente, me daba un rollo hippie, pero me quedaba bien. Antes de
salir del baño lo recogí y ordene, puse la ropa sucia en un cesto azul y salí
de ahí.
Al salir, vi que Justin ya había hecho la cama
pero él no estaba en la habitación así que supuse que estaría haciendo el
desayuno o algo por el estilo. Ordené un poco la habitación ya que estaba todo hecho
un desastre y eso que solo llevábamos dos días. Salí de la habitación y me
dirigí hacia la cocina, me encontré con Christian, Justin y Mike, al parecer
eran los únicos que se habían levantado.
-
Buenos
días guapis.- le di un beso a cada uno en la mejilla excepto a Justin, que le
di un pico.
-
Buenos
días.- me dijeron al unísono.
-
¿Dónde
te has dejado la camiseta?- me vaciló Christian.
-
Hace
demasiado calor.- reí- estamos en confianza- volví a reír.
-
Ya,
ya.- negó con la cabeza Mike.
-
Excusas.-
siguió picándome Justin.
-
No sé
qué habláis si vosotros tampoco lleváis camiseta.- alcé una ceja.
-
¿Quién
no lleva camiseta?- se asomó por la puerta Ryan cosa que nos hizo reír a todos.
-
Al
parecer nadie.- vi que el tampoco llevaba- por lo menos, yo, llevo la parte de
arriba del bikini.
-
Hoy
vas rollo hippie.- aportó Christian- te queda bien.- sonrió.
-
¿Sí?-
le sonreí amablemente.
-
¿Quién
va a desayunar?- preguntó Justin.
-
Todos.-
contesté- voy a despertar a Caitlin y a Chaz.
A paso ligero fui hasta la habitación donde dormía
Caitlin, se me hacía raro que no se hubiese despertado ya. Abrí la puerta, dejó
ir un pequeño chirrido y se abrió del todo. Casi muero de la sorpresa, lo
primero que vi fueron las dos camas de la habitación juntadas y en ellas
estaban Caitlin y Chaz plácidamente dormidos. ¿Qué hacía Chaz ahí? Aun flipando
decidí que lo mejor sería dejarlos solos y no molestarlos. Cerré la puerta y
volví a la cocina. Intenté disimular la sorpresa que me había llevado y al
parecer lo hice bien.
-
¿Vienen
o no?- me preguntó Justin.
-
Eh…
N-no.- pensé rápidamente una excusa- aún están durmiendo.
-
Pues
vamos a despertarlos.- dijo Ryan.
-
Q-quiero
decir que e-están d-duchándose.- tartamudeé.
-
Si
solo hay un baño.- dijo Mike alzando una ceja.
-
Ya,
pero primero se ducha uno y después el otro.- dije en tono obvio.
-
Que
rara estás.- alzó una ceja Chris.
-
Que
va.- reí.
Los chicos parecieron tragarse mi pequeña mentira
aunque no estaban demasiado convencidos. Pusimos la mesa para desayunar, Justin
con la ayuda de Christian había hecho el desayuno. Había zumo, leche, fruta,
cereales, tostadas, mermelada, cola cao y varias cosas más. Empezamos a
desayunar sin decir palabra alguna, los chicos tenían cara de sueño.
-
¿No habéis
dormido bien?- pregunté cogiendo una tostada de la bandeja.
-
No hemos
dormido mucho, que es diferente.- rio Ryan.
-
Os lo
dije.- pronuncié esa frase triunfal.
-
Eh,
que la idea molaba.- intervino Mike- solo que no estábamos muy coordinados.
-
Ya
será eso.- reí negando con la cabeza.
-
¿Hoy
que hacemos?- preguntó Justin.
-
Nos
quedamos en la piscina ¿no?- sugirió Mike.
-
Sí,
que me tengo que poner morena.- le pegué un bocado a la tostada.
-
También
podemos ver una película de miedo.- me miró burleta Christian.
-
¿No tuviste
bastante con lo de ayer?- alcé una ceja.
-
No.-
contestó Mike por él.
-
Sois
tontos.- reí.
-
Sabes
que te queremos.- me abrazó por los hombros Chris ya que estaba sentado a mi
lado.
-
Lo
sé, lo sé.- sonreí- Justin cielo, ¿me pasas la Nutella?
-
Claro
princesa.- me sonrió tiernamente mientras me pasaba la Nutella.
-
Aquí
hay amor.- sonrió Ryan mirándonos.
-
Ya
decía yo que estos acabarían juntos.- Mike asintió con la cabeza dándose la razón
a sí mismo.
-
Si,
pues al principio no te lo creías.- lo miró haciendo una mueca Justin.
-
Por
qué pensaba que tardaríais lo vuestro.- se encogió de hombros nuestro amigo-
ninguno de los dos parecía querer dar el paso.
-
Bueno,
sorpresa.- reí.
-
¿Sabéis
quienes más van acabar juntos?- hizo una pregunta retórica Ryan- Chaz y Cait.
-
Si
tío.- le chocó los cinco Mike.
Todos reímos ante eso, estaban locos, pero se lo
pasaban bien. Acabamos de desayunar entre broma y broma. Recogimos la mesa y
fregamos los platos, bueno, más bien fregué los platos ya que me había ofrecido
voluntaria. Había sido un desayuno bastante divertido, aunque Caitlin y Chaz no
habían estado presentes por qué estaban durmiendo ¿juntos? La verdad es que no
creo que haya pasado nada, o sí. No sé, tengo que hablar con Caitlin, me tiene
que contar demasiadas cosas. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo que mis
ojos habían visto, ¿Chaz se había lanzado? No sé, tal vez solo estaba ahí por
qué Caitlin se lo había pedido debido a que tenía miedo. Sí será eso.
Después de desayunar cada uno se fue a su
habitación, los chicos se querían duchar. Sabía que ahí se darían cuenta de mi
mentira ya que buscarían a Chaz y lo encontrarían con Cait a no ser que estos
ya estuviesen despiertos y no estuviesen juntos. Yo me fui a la habitación con
Justin, tenía ganas de estar un rato a solas con él. Me dejé caer en la cama y
cerré los ojos aunque no tenía para nada sueño. Justin se dejó caer a mi lado,
iba sin camiseta cosa que me hizo perder la atención. Acaricié su torso suavemente,
al segundo noté su mano encima de mi vientre, haciendo circulitos lentamente.
-
Vas
muy guapa así.- me alagó Just.
-
¿Te
gusta?- sonreí mirándole.
-
Sí.-
sonrió- y no parezco ser el único al que le gusta.
-
¿Qué
dices?- hice una mueca de no comprender.
-
He
visto cómo te miran los otros chicos.- giró su cara hacia la derecha para
mirarme.
-
¿Estás
celoso?- me incorporé en la cama de repente.
-
No he
dicho eso.- lo negó.
-
Pero
estás celoso.- lo señalé con el dedo.
-
Algo.-
se encogió de hombros.
-
Que
mono.- dije alargando la o.
Me tiré encima de Justin abrazándolo con fuerza,
me parecía una monada que estuviese celoso. Y en realidad eso es bueno ya que
demuestra que yo le importo. Besé sus labios suavemente pero poco a poco ese
beso se fue tornando algo más salvaje. Hábilmente Justin hizo un giró poniéndose
él encima de mí. Me quedé mirando sus dulces ojos miel enredando mis dedos
entre su pelo. Just se acercó más a mí hasta llegar a mi cuello dejando un beso
en él. Todo mi cuerpo se estremeció, enredé mis piernas en su cintura e intenté
girar de nuevo para así poder quedarme yo sobre Justin. Pero al hacer eso
caímos al suelo debido a que ya no había más cama. Un montón de carcajadas
inundaron la habitación, estábamos completamente locos, lo que no nos pasase a
nosotros.
-
Eres
la mejor.- susurró a mi oído.
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Preciosas, esta vez he subido mucho antes, eh. Voy
mejorando, ahora tengo mucho más tiempo para escribir, me gustaría hacer uno
por día pero mi imaginación a veces no da para más y se me hace imposible hacer
uno por día. Enserio, hago lo que puedo. Espero que os haya gustado este
capítulo, bonitas. Y bueno, que por fin se acerca navidad, que ganaaaaas
afbuibgerg. Os quiero.
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