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martes, 2 de abril de 2013

Nothing like us. {39}


La broma (MARATÓN)



-          ¡Un coche!- grité al ver que venía uno de frente.


Nos quedamos paralizados por un segundo, ¿qué podíamos hacer? No es que tuviésemos mucho tiempo para pensar. Pero era prácticamente imposible hacer algo, si alguien saltaba saldría disparado a causa de la velocidad, y si alguien intentaba frenar igual. Por suerte el skate se desvió hacia la izquierda. No tuvimos tanta suerte cuando se subió a la acera saliendo disparado y haciendo que todos cayésemos. Mike, Chaz y Caitlin tuvieron suerte, cayeron unos encima de otros, en cambio Ryan, Chris y yo no tuvimos tanta suerte. Christian cayó de caras al suelo, yo me estampé de espaldas contra un árbol y Ryan, no sé qué le pasó a Ryan.

Cerré los ojos y me froté la zona adolorida de la espalda, me dolía bastante, me salía sangre de una rodilla y para colmo me había mordido el labio, que ahora también sangraba. Tenía razón, esto no había salido bien, pero bueno, por lo menos nos habíamos reído algo.

-          ¿Estáis bien?- me levanté como pude.
-          Esto no ha salido bien ¿no?- se levantó Ryan del suelo.

Y en tres, dos, uno… estallamos todos a carcajadas. Éramos idiotas sí, pero en realidad, ¿a quién le pasa esto? Solo a nosotros. Nadie intenta hacer una tontería como esta, que casi les atropelle un coche y después de caerse estallar a carcajadas como si le hubiese explicado el chiste del año.

Todos nos levantamos, Christian llevaba en sus manos mi skate partido, lo sabía, sabía que se rompería. Menos mal que no tenía ningún valor sentimental para mí, me lo había comprado yo misma, así que solo era un simple vehículo de cuatro ruedas y con una tabla encima. Miré a mis amigos, todos teníamos alguna magulladura por algún sitio. A los tres que iban sentados les dolía el trasero del golpe, a mí la espalda, la rodilla y un poco la cabeza, a Ryan le dolía el tobillo y la cadera y Christian tenía la barbilla pelada, le salía un poco de sangre al igual que en la rodilla.

-          Os dije que se partiría.- dije al ver la tabla partida en dos.
-          Gafe.- Ryan me miró como si fuese un bicho raro.
-          Recordadme que me tenéis que comprar un skate, ¿vale?- cogí las dos partes- vamos a mi casa, anda.
-          ¿Has dejado a Justin y Ali solos?- me preguntó de repente Caitlin.
-          No me lo recuerdes.- puse los ojos en blanco.
-          Me duele todo.- cambió de tema Chaz.
-          Y que lo digas.- rio Ryan.
-          No me hagáis reír.- me toqué una costilla- que me duele cuando me rio.

Fue inevitable estallar a carcajadas otra vez.

Llegamos a casa después de bastante rato, y eso que estábamos al lado. Pero íbamos a paso de caracol a causa de los golpes que teníamos y también porque nos encontramos a algunas fans. Nos hicimos algunas fotos aunque no estábamos para fotos con las pintas que llevábamos, pero bueno, no iba a negarme.

Entré a casa sentada en una de las partes del skate, Christian tiraba de mí, así habíamos ido todo el camino. Y no me caí, hasta que llegué a casa, Chris tropezó, dejó ir la mitad y yo caí hacia atrás.   

-          ¡Christian Beadles!- le regañé- ahora me duele el trasero también.
-          Ven.- me tendió la mano.
-          ¡Un botiquín, estamos heridos!- grité agarrándole la mano a Chris.
-          ¿Qué pasa?- salió del salón mi novio- ¿qué os ha pasado?- dijo al vernos.
-          Accidentes de tráfico.- se encogió de hombros Ryan, todos reímos.
-          Hola chicos, cuanto tiempo.- apareció Alison.
-          Hola Ali.- contestaron todos al unísono.
-          Voy a por el botiquín.- me dirigí al baño de la planta de abajo.

Rebusqué por los cajones que había ahí, ya no me acordaba dónde estaba guardado el botiquín. Me miré en el espejo, ug… parecía que me habían dado una paliza. Me toqué el labio inferior, tenía sangre y dolía. Di un respingo al ver por el espejo que Justin estaba detrás de mí. Le sonreí, quería hacer las paces, bueno quería disculparme por mi comportamiento de niña pequeña y celosa. Me abrazó por detrás, posó sus manos en mi cintura y me dio un beso en el pelo.

-          Lo siento, soy una idiota.- dije arrepentida.
-          Pues estoy enamorado de una idiota.- besó mi cabello.
-          Y yo de la mejor persona del mundo.- me dirigí hacia la puerta del baño y la cerré- ¿me curas?- hice un pucherito.
-          Siéntese.- me señaló la taza del váter.
-          Dr. Bieber.- reí.
-          Así mejor.- echó el pestillo en la puerta- ¿dónde está el botiquín?
-          Ahí.- señalé en la pared el pequeño armario blanco con una cruz roja, sí soy idiota no me había dado cuenta de que estaba ahí- ¿qué habéis hecho?- pregunté con curiosidad.
-          Acabar lo que habíamos empezado.- fruncí el ceño, ¿qué?
-          Lo del sofá…- dije sorprendida.
-          ¿Qué dices?- hizo una mueca- ¡NO! Bajar colchones y quitar muebles.
-          Ah…- me sonrojé- ha sonado mal.
-          Mal pensada.- negó con la cabeza mientras me ponía Betadine en la herida de la rodilla.
-          Au.- hice una mueca de dolor.
-          Se puede saber ¿cómo os habéis hecho esto y por qué está partido tu skate?- me miró preocupado.
-          Íbamos los seis montados en él y…- me encogí de hombros.
-          Estáis locos, completamente locos.
-          Yo me negué.- suspiré- pero tenemos unos amigos muy convincentes, ¿sabes?
-          Ya, claro.- besó mi rodilla- ¿qué te duele?
-          La cabeza.- me la toqué.
-          A ver si con esto se te calma.- me dio un beso en la frente- ¿mejor?
-          ¡Sí! Pero ahora me duelen los labios.

Justin negó con la cabeza y rio para luego acercarse a mí lentamente. Se paró en mis labios, me dio un pico y después, yo, me abalancé sobre él. Justin introdujo su lengua en mi boca, me gustaba ese contacto, esa sensación de tener mariposas en el estómago cuando me besa de esa manera. El baño de mi casa no es el lugar más romántico para besarte con alguien, pero Justin cambiaba eso por completo, con él cualquier sitio era romántico para hacer cualquier cosa.

-          ¿Tengo que curarte algo más?- se separó del beso.
-          Si quieres curar mi fiebre.- me encogí de hombros.
-          Voy a hacer que tú fiebre suba.- me guiñó un ojo.

Puse cara de sorprendida, Justin hoy estaba juguetón. Mi perfecto novio se levantó del suelo, me miró y se mordió el labio inferior. Me estaba incitando, intentaba provocarme y lo había conseguido. Me subí a la taza del váter y me tiré encima de él, me cogió por el trasero, yo me aferré a su cuello y lo besé como si no hubiese mañana. Besos mojados por el cuello, luego por el esternón, bajó poco a poco, me desabrochó con la boca el primer botón del jersey, ¿cómo sabía hacer eso tan bien? Parecía que ya tenía práctica. Reí, Justin me volvía loca. Yo también sabía jugar a ese juego. Besé su cuello suavemente, con delicadeza y dulzura, sintiendo los dulces escalofríos de Justin. Fui subiendo, mordí el lóbulo de su oreja para luego besarla. Y lo conseguí, perdió la poca cordura que le quedaba. Me acorraló contra la pared, sonreí en sus labios, y metí mis manos debajo de su camiseta, toqué sus músculos marcados y definidos, jugueteé con su ombligo y cuando me dispuse a quitarle la camiseta... Alguien tocó precipitadamente la puerta.

-          ¿Enserio?- susurré cabreada.
-          Desgraciadamente no estamos solos shwaty.- besó mi frente y me dejó en el suelo.
-          Como sea Alison… la mato.- quité el pestillo de la puerta y la abrí de mala gana.
-          ¿Interrumpo?- y ahí estaba, ella tan feliz.
-          Sí.
-          Vamos cielo.- salió Justin detrás de mí.
-          Es que te juro que…- me contuve.
-          Va, otro día será.- rio Justin dándome un azote en el trasero.
-          ¡Justin!- reí y me subí a sus pies de puntillas para poder llegar a sus labios.
-          Bajita.- me besó.

 Fuimos al salón, que era donde estaban los otros chicos. Habían cogido sábanas y almohadas y ahora estaban preparando las camas para esta noche. Nos quedaríamos en el salón viendo películas y ya de paso dormiríamos ahí.

 La verdad es que no sé en qué momento decidimos que los chicos eligiesen las películas, porque las que habían alquilado eran todas de miedo, TODAS. Si pretendían que no durmiese esta noche lo estaban haciendo bien. Me gustan las películas de miedo, podría decir que son mis favoritas, pero ver cinco en una noche es de locos, si no puedo dormir con una, con cinco ni te cuento.

-          Habéis elegido las películas pensando en mí ¿verdad?- miré a Chaz y Ryan.
-          Como nos conoces.- rieron mirándose entre ellos.
-          No podré dormir.- me quejé.
-          Esa es la idea.- siguieron riendo.
-          Oye, dejad a mi chica.- me abrazó Justin por detrás.
-          Uh… Ya viene su príncipe a defenderla.- se burló Chaz.
-          Eso deberías hacer tu con tú novia.- le sonreí satisfecha por habérsela devuelto.
-          O-oye…- me miró sin saber que decir.
-          Voy a hacer palomitas.- reí.
-          ¿Qué película ponemos primero?- me preguntó Ryan.
-          Os dejo elegir.- reí- o no, mejor no, que elija Justin.
-          Eso es favoritismo.- se indignó Mike.
-          De él me fio.- reí haciendo broma- no, elegid la que queráis.

Entré en la cocina, puse una bolsa de palomitas en microondas unos tres minutos. Saqué vasos y bebidas y me senté en una de las sillas de la cocina. Me quedé mirando como el microondas daba vueltas, total, no tenía nada mejor que hacer, hasta que Alison, mi queridísima prima entró a la cocina.

-          ¿Interrumpo?- se burló.
-          ¿Qué quieres?- no tenía ganas de pelearme con nadie.
-          Hablar contigo.- se sentó enfrente.
-          ¿Sobre qué?- fruncí el ceño, ¿qué se llevaba entre manos?
-          Sobre Justin.- me sonrió.
-          Somos familia, ¿Por qué me haces esto?- si fuese una desconocida aun lo podría llegar a entender, pero ¿cómo le puedes hacer eso a alguien que lleva tu misma sangre?
-          Ya sabes que soy muy ambiciosa, no es por ti, es por lo que consigues sin mover un dedo.- se miró las uñas- no te mereces nada de lo que tienes.
-          La envidia mata.- reí- me da igual que intentes destruirme.- dije con indiferencia- pero a Justin ni lo toques.
-          ¿O si no?- rio irónicamente.
-          Verás, no querría llegar a las manos.- le sonreí falsamente.
-          A la prensa le gustará.- ¿intentaba manipularme?
-          No querría partirte la cara, enserio.- estallé.


Hasta yo estaba sorprendida, nunca he amenazado a alguien con partirle la cara, pero esto me supera. Nadie me va a hundir y nadie toca lo que es mío, si me buscas las cosquillas me las encontrarás, tengo paciencia pero hasta un límite, aguanto cosas inaguantables, y después a la mínima tontería estallo, sí. Pero cuando estallo, estallo de verdad. Desde pequeña me he tragado sus insultos y me he callado, pero ahora he crecido y he madurado, y si piensa que me va a pisotear como lo hacía antes está equivocada. No sé si me odia, si es la envidia o qué, pero estoy harta de aguantarla solo porque sea de la familia.

El microondas sonó, las palomitas ya estaban. Cogí un bol y las vertí dentro, iba a ir para el salón, pero no me podía ir sin antes gastarle una pequeña broma a Ali. Cogí una botella de Coca-Cola, la removí hacia arriba y hacia abajo sin que Alison me viese.

-          Ayúdame a abrirla.- le tendí la botella.
-          Debilucha.- cogió la botella y con decisión la abrió.

El contenido de la botella salió disparado hacia arriba, justo en la cara de Alison. Esta intentó parar el chorro, pero no pudo y quedó prácticamente bañada en el líquido gaseoso. Estallé a carcajadas, oh sí, se lo merecía
.
-          Te juro que esta, te la devuelvo.- me amenazó.
-          Mira como tiemblo.- cogí las palomitas y me fui de la cocina.

Mi prima se fue hecha una furia hacia su habitación, genial, estaríamos un rato sin su presencia. Pero bueno, ya basta, ya era hora de dejar de pensar en ella y de dejar de hablar de ella. Había estado así prácticamente todo el día y ya se hacía cansado, así que ahora iba a centrarme en mis amigos y dejar todo este tema de lado, a Justin y a mí no nos podría separar nada.

-          ¿De qué hablabais?- me tiré en un colchón al lado de mi novio.
-          De nada.- me respondió Justin.
-          Del videoclip de Mistletoe.- me respondió Caitlin a la misma vez.
-          ¡Caitlin!- se quejó Justin.
-          ¿Qué?- se encogió de hombros ella.
-          ¿Qué pasa ahora?- pregunté yo.
-          Estábamos hablando del beso.- acabó diciendo Christian.
-          ¿Y? Es solo un beso.- me encogí de hombros.
-          Que se repitió quince veces.- dijo Ryan.
-          ¡Ryan, tío!- se quejó Justin-  shwaty, solo te quiero a ti.
-          Ya lo sabía.- reí- sois idiotas, me habíais asustado.- encima, eso había pasado antes de que Justin y yo estuviésemos juntos- ¿qué película veremos primero?
-          El grito.- me respondió Ryan.
-          ¿Qué? ¿Estáis de coña?- los miré a todos- odio esa película, después no duermo.- me quejé.
-          Sí pues también han cogido la dos y la tres.- me avisó Caitlin.
-          Me queréis matar.- siempre que quedábamos para ver películas tenían que ser de miedo.
-          Y por último está mamá.- Chaz, puso voz tenebrosa.
-          Dile a tu novio que deje de poner esa voz.- empujé amistosamente a Cait.
-          Chaz…- lo avisó Caitlin mientras se acorrucaba en su pecho.
-          Oh, qué cuquis.- le susurré a Justin.
-          Tengo frío.- se removió mi novio en el colchón.
-          ¿Quieres una manta?- aunque yo no tenía frío.
-          No, lo que quiero es que me abraces.- abrió los brazos.
-          ¿Se te puede querer más?- lo abracé efusivamente acorrucándome en su pecho.


***


Abrí los ojos lentamente, me había quedado dormida, no recuerdo exactamente en qué momento, en que parte de la película ni en qué película, pero me había quedado dormida. Miré a mi lado, Justin estaba agarrado a mí, sonreí y le di un beso en la frente. Se removió un poco y luego sonrió, por suerte no lo había despertado. Delicadamente me escapé de sus brazos, necesitaba beber agua, las palomitas y la pizza me habían dejado la boca seca. Me incorporé al colchón, todo el mundo estaba dormido, intentaría no hacer ruido. Salí del salón con cuidado de no tropezarme con nada, todo estaba oscuro pero no quería encender la luz para no despertar a nadie. Fui directamente a la nevera, cogí una botella de agua y me serví en un vaso. Me apoyé en la encimera y me lo fui bebiendo poco a poco. La casa estaba sumida en el silencio, hasta que escuché un crujido, venía de las escaleras. Lo dejé pasar, a veces los suelos de las casas crujían ¿no? Lo volví a oír. Debía estar paranoica, había visto demasiadas películas de miedo, tenía que ser eso. Pero volvió a pasar. ¿Me lo estaba imaginando o no? Salí de la cocina, aun con el vaso en las manos y me dirigí hacia las escaleras, estaba todo demasiado oscuro para ver algo. Volví sobre mis pasos, cuando fui a entrar a la cocina escuché un ruido, venía del sótano. Me quedé parada ahí. ¿Era una broma o qué? Volví a escuchar ese golpe, parecía que alguien estaba tirando cosas al suelo en el sótano.

-          ¿Hola?- dije dirigiéndome hacia la puerta- ¿Alison?- encendí la luz del sótano.

Ya no se escuchaba nada, pero esta vez sí estaba segura de que había oído, no era una simple paranoia. Abrí la puerta lentamente y bajé un escalón, otro, otro y al cuarto... la puerta se cerró dando un portazo. Me giré precipitadamente y del susto se me cayó el vaso. Los cristales volaron en mil pedazos, quedaron esparcidos por el suelo y para mi suerte yo, iba descalza. Subí con cuidado un par de escaleras e intenté abrir la puerta, pero imposible, estaba atrancada. Al principio pensé que tenía que haber sido un accidente, ya que nadie de la casa estaba despierto. Pero cuando la luz del sótano “se fue” me di cuenta de que eso no era ningún accidente, era una broma pesada, muy pesada.

Intenté forzar la puerta de nuevo, empujé y tiré con todas mis fuerzas, pero era imposible, estaba totalmente atrancada. Si nadie me escuchaba no podría salir de allí. Y fue entonces cuando me entró el pánico. Soy claustrofóbica, y mi sótano es un espacio completamente cerrado no hay ni una ventana, solo hay una salida y es la puerta. Encima de estar encerrada, con la luz apagada (no la podía encender porque el interruptor está fuera), el suelo lleno de cristales y yo descalza me empezaron a venir imágenes de las películas que habíamos visto esta noche. Mi miedo aumentó, me entró el pánico, necesitaba salir de ahí de cualquier forma.
Di puñetazos en la puerta, di patadas, tirones, grité y nadie parecía escucharme. Me daba la sensación que me iba a quedar sin aire. La respiración se me entrecortaba, tenía sudores fríos, sentía una presión impresionante en mi cabeza, ¿quién quería hacerme esto? Y al segundo yo misma me respondí a esa pregunta. Ya había vivido una situación idéntica a esta cuando era pequeña, fue ahí donde me di cuenta de que era claustrofóbica.


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Tendría unos siete años, estábamos en Nueva York, mis padres y yo habíamos ido allí a pasar unos días a casa de los padres de Ali. Ese día fue cuando nos empezamos a llevar mal, aun no puedo explicar muy bien lo qué pasó, pero a partir de ese día todo entre ella y yo cambió para mal.
Estábamos jugando al escondite ella y yo solas. En esos tiempos era muy buena jugando a ese juego, nadie conseguía encontrarme y siempre acababa ganando yo, para mí era un simple juego, para Alison no.
Era la tercera vez que Ali no me encontraba. Siempre me escondía en el mismo sitio, dentro del armario de sus padres. A ella nunca le daba por buscar ahí, así que era el escondite perfecto. Cuando me encerraba en el armario sabía que podría salir sin problemas, así que no sentía miedo ninguno por los espacios cerrados.
Fue entonces cuando Alison entró en la habitación de sus padres, y empezó a buscarme por allí. Sin querer se me escapó la risa, entonces ella supo donde me escondía, en vez de abrirme y “pillarme” me cerró con llave ahí. El miedo me entró y me dio un ataque de asma, era la misma sensación que la que estaba viviendo ahora. Ahí me di cuenta de que no podía estar en un espacio cerrado sin ventanas, donde no entre el aire.
Alison nunca se disculpó, desde ese día parecía que me tenía odio y aun no sé porque. Se lo conté a mis padres, pero ellos creyeron que solo era un juego de niños, pero estaban muy equivocados.
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-          ¡ALISON!- grité- ¡ABRE LA MALDITA PUERTA!- pero no obtuve respuesta alguna.

La muy… tenía que estar disfrutando al verme así, pero no era gracioso, eso ya era pasarse de la raya. Hubiese aceptado que me encerrara unos minutos, pero llevaba ahí por lo menos un cuarto de hora y no aguantaba el calor, la presión que sentía en el pecho, esos sudores fríos, así que me quité la camiseta del pijama, quedándome en pantalones y sujetador y me senté en uno de los escalones.

Al cabo de unos minutos oí unos pasos detrás de la puerta, me levanté precipitadamente y empecé a chillar y a dar golpes de nuevo.

-          ¿Hola?- grité.
-          ¿_____?- escuché la voz de Justin.
-          Ábreme, Justin por favor.- le pedí desesperada- soy claustrofóbica y esto está oscuro.
-          Cielo.- mi novio abrió la puerta, detrás de él estaban todos los chicos- ¿qué te ha pasado?- me acogió entre sus brazos tapándome ya que iba en sujetador.
-          Alison me ha cerrado ahí dentro.- dije enfurecida.
-          ¿Qu-qué?- frunció el ceño Caitlin- ¿estás bien?
-          Me apagó la luz, me cerró ahí sabiendo que soy claustrofóbica, casi me da algo.- abracé a Justin.
-          ¿Por qué vas sin camiseta?- me preguntó Mike.
-          Sentía presión, y tenía sudores fríos ¿vale?- Justin me abrazó aún más fuerte- ¿dónde está Alison?
-          No la hemos visto, nos ha despertado Justin cuando no te encontraba.- respondió Christian.
-          Te echaba de menos en la cama.- me susurró mi novio.
-          ¡Justin!- reí.
-          ¿Enserio ha hecho esto ella?- preguntó incrédulo Justin.
-          Sí.- me separé de él- y se va a enterar.

Me aparté de Justin y salí casi corriendo hacia la habitación donde dormía Alison, los chicos iban detrás de mí. No me dijeron nada, supongo que entenderían que se había pasado y que no me quedaría callada. 

2 comentarios:

  1. Que linda tu nove, la estoy leyendo por segunda ves, esque sube los capis mas seguido vale? me encanta tu nove <3

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