Nothing like us. {46}

Las cosas cuando van mal se arreglan, no se tiran a la basura

>>Este capítulo se lo dedico a Ani, una chica que he conocido hace poco y que estoy deseando conocerla en persona, una belieber de verdad, de corazón, espero poder cumplir todos esos planes que tenemos juntas y espero que dentro de dos años estemos en el concierto de nuestro ídolo las dos juntas. Gracias por todo cielo.<<

—     Viernes—

Hoy, después de tres días de estar destrozada me sentía bien. Bueno, bien dentro de lo que cabe, bien a mi manera.

Me esperaba un gran fin de semana y nada ni nada ni nadie me lo iba a amargar. Iba a dar mí primer concierto, normalmente, cuando das “tu primer concierto” lo haces como telonero de algún artista importante, pero yo como otros muchos cantantes lo iba a hacer de diferente forma, y esperaba que saliese bien. También presentaría MTV cazados, grabaría mi primera colaboración y conocería LA entre otros lugares. Iba a ser increíble.

Hacía un rato que había acabado de ducharme, ahora, yacía tumbada en mi cama, con la mirada perdida al blanco techo de mi habitación. Me había levantado demasiado temprano, ya sabéis, la emoción, así que para hacer tiempo decidí conectarme un rato a Twitter. Hacía tres días que no publicaba nada, ni siquiera un triste hola para mis fans, tampoco había mirado el perfil de Justin para ver qué tal le iban las cosas ya que no era capaz de llamarlo. En fin, hoy recompensaría eso.

Palpé las frías sábanas de la cama para encontrar el móvil, y ahí estaba, debajo de la almohada. Me conecté a Twitter, ansiosa. Le di los buenos días a mis fans para luego revisar el perfil de Justin. Miré los tweets de estos últimos tres días. Vaya. Decepción. ¿No había ni una indirecta para mí? ¿Nada? Y entonces fue cuando vi su último tweet “In case”. Vale, si quería una indirecta eso era una muy grande, ¿había escuchado la canción? ¿Se había dado por aludido entonces? Mi cabeza echaba humo, humo a preguntas, a confusión, estaba bloqueada, por una parte me alegraba de que Justin hubiese escrito eso pero por otra… ¿qué significaba?

Sin pensármelo dos veces contraataque con otro tweet, el título de una canción de Justin; “Nothing Like Us”. Y ahí dejé la cosa, esperando una respuesta, otra indirecta. Eso era un juego de niños, ¿desde cuándo nos teníamos que hablar con indirectas, a través de tweets? Dejé el móvil en la cama y fui a vestirme. (http://www.polyvore.com/in_case/set?id=85148061)

—     ¿Lo tienes todo? —preguntó mi padre al verme en la cocina.

—     Ajá. —contesté sin prestar mucha atención.

—     Te veo bien. —dijo acercándose a mí.

—     Estoy bien. —fruncí el ceño— tranquilo, no me voy a romper.

—     ¿Por qué dices eso? —preguntó confundido.

—     Hace tres días que me hablas con tal delicadeza, no sé, hablas como hablan los padres cuando sus hijas han roto con su novio. —mi padre abrió la boca para hablar, pero por su mirada ya sabía lo que iba a decir— no he roto con Justin papá.

—     Pero…

—     No hemos roto, ¿vale? —lo miré enfurecida, ¿por qué creía que querría dejar a Justin?— las cosas cuando van mal se arreglan, no se tiran a la basura.

—     Dejarlas a un lado no las arregla.

—     ¡Oh! —me ofendí— ¡las cosas no son tan fáciles como crees! —le grité. Algo que ya se había hecho costumbre estos tres días.

—     Lo siento. —se disculpó— es que odio verte así de…

—     ¿Destrozada? —acabé su frase.

—     No iba a decir una palabra tan grande, pero…

—     Papá, dejemos el tema, no quiero hablar de esto, ahora no. —le di un leve abrazo para calmar las cosas. Por mi culpa en casa había mucha tensión y me sentía mal por ello.

—     Estoy deseando verte el sábado. —gracias a dios, había cambiado de tema.

—     ¿¡VENDRÁS A VERME!?

—     ¡Claro! —se echó a reír— no me perdería tu primer concierto por nada del mundo y tu hermano tampoco.

—     Gracias papi. —lo abracé fuertemente— te quiero.

***

Había llegado a Los Ángeles, inspiré profundamente el aire de allí, no era diferente al de Atlanta, para qué mentir, pero si me sentía diferente. Me puse las gafas de sol que guardaba en mi mochila, y bajé del avión junto a Alice, Liam y otras personas de seguridad, además de mi ahora pequeño Team.

Estaba algo cansada por las horas de viaje, pero las ganas de empezar a hacer cosas superaban ese cansancio, me sentía bien, sentía que era yo de nuevo. Tal vez lo que necesitaba era un cambio de ambiente, no ver cada día los mismos lugares a los que iba con Justin, no ver cada día su casa, ahora vacía, y no ver cada día el gran tablón de fotos que tenía colgado en mi habitación, fotos que la mayoría eran de nosotros o solo de él. Borré esas ideas de mi mente, ahora no, pensé. Miré sonriente a Alice y a Liam, también ellos radiaban de felicidad, no por estar en LA, si no por verme a mi feliz.

—     Te va a encantar. —dijo sonriente Liam.

—     Encajarás. —afirmó ahora Alice.

—     Solo pienso en el concierto. —les miré— he estado algo ausente, contadme cosas.

—     Será en Staples Center ¿sabes dó…?

—     ¿QUÉ SI SÉ DÓNDE ES? —abrí los ojos como platos, llena de sorpresa y de miedo a la vez— me vaciláis, ¿el estadio de baloncesto? ¿cómo mierda voy a llenar todo eso? Vámonos para casa, ya.

—     ____, ____, ____ para. —me calmó Alice— has vendido todas las entradas. —me miró para darme seguridad— todas.

—     ¿To-todas? —miré a todo el Team— imposible. —estallé a carcajadas como una loca mientras esperábamos nuestras respectivas maletas.

—     Oh dios mío, no puedo con esta chica. —Alice se llevó las manos a la cabeza— ¿por qué eres tan insegura? ¡TIENES TALENTO!

—     Es que…—seguí riendo como una maldita posesa— todas las entradas, ¿qué es lo siguiente? ¿llenar el Madison Square Garden? —seguí riendo— os amo.

—     ¿Qué mierda se ha fumado? —preguntó Liam desconcertado.

—     ¿Nunca la has visto así? —dijo alguien del Team como si fuese lo más normal del mundo.

Al acabar mi ataque de risa pudimos salir del aeropuerto y ahí, aluciné. A fuera, había un cumulo enorme de fans, habían vallas, policías, veía pancartas con mi nombre, con mis fotos, con fotos de mis fans, era increíble. Jamás, había tenido esa sensación. Normal, era una novata en eso pero, al ver todo eso me emocioné, incluso se me saltaron las lágrimas. Ver a todas esas personas ahí, apoyándote, animándote, emocionándose al verte, sentir su calor, sentir que estáis unidos por la música que haces es increíble, es una sensación adictiva, la mejor droga del mundo después de los besos de Justin.

—     Hola, ¿cómo estáis? —grité para que se me pudiese sentir— muchísimas gracias por venir chicos. —estallaron cientos de gritos— espero veros mañana a todos vosotros en Staples Center, estoy más emocionada que vosotros os lo aseguro. —escuché un ¿y los que no tenemos entrada? c ¡pues colaros! Prometo no mirar. —estallamos todos a carcajadas.

Después de hablar un rato más, hacerme fotos, abrazar a los fans y cantar con ellos (estuve una hora, una hora para hacer todo eso) cogimos unos taxis que nos llevarían al hotel. Una vez allí, nos estuvimos otra hora para saludar a fans, hacernos fotos, cantar algo y hablar con ellos. Y después, al fin pudimos entrar al hotel y lo mejor fue entrar y encontrarse a todos los chicos allí. Caitlin, Chaz, Ryan y Christian. Me tiré encima de ellos tirándolos a todos al suelo. Estallamos todos a carcajadas, ahora sí, estaba feliz.

—     Christian no vas a compartir habitación con Chaz y Ryan. —se lo prohibí por enésima vez mientras subíamos las escaleras.

—     Eh…—me miró raro— ¿quieres dormir conmigo?

—     ¡Christian Beadles! —le pegué un codazo en las costillas que hizo que perdiese el equilibrio— encima de tonto patoso. —estallé a carcajadas— lo digo por Chaz y Cait, dejemos que compartan habitación.

—     Ug. —Chris hizo una mueca de asco— _____ no me pidas eso.

—     Es bonito compartir una habitación con tu novio, no seas así, va. —le puse ojos de cachorrito— además, que más quieres que tener unos compañeros como Ryan y yo.

—     Oh, de acuerdo. —puso los ojos en blanco— pero no quiero escu…

—     Christian. —le puse el dedo índice sobre los labios para que guardase silencio— estabas encantador, no la cagues con lo que ibas a decir.

—     De acuerdo. —estalló a carcajadas.

Una vez nos acomodamos en nuestras respectivas habitaciones (Chris, Ryan y yo en una habitación de tres, Chaz y Cait en una habitación de dos y el Team no sé cómo se lo hicieron) decidimos salir hacia los estudios de MTV ya que llegábamos tarde. Me hubiese gustado conocer algo más Los Ángeles e ir a Hollywood pero hoy no era posible, iríamos mañana.

Al ir a los estudios de MTV no nos encontramos fans, suponía que no sabrían que iba a presentar el programa, bueno no lo sabían, nadie lo sabía. Ya tenía a mis tres víctimas escogidas y estaba deseando empezar con las bromas, yo ya había sido una cazada, ahora me tocaba cazar a mí.

Al entrar al plató o estudio de grabación, como prefiráis llamarle, las cámaras ya estaban grabando. Sonreí al ver que en el equipo de cazados estaban las mismas personas que la última vez. Había algunas mesas blancas con ordenadores y en el centro de la sala una gran mesa blanca con un sofá del mismo color.

—     ¿Me echabais de menos? — exclamé al entrar al estudio.

—     ¡Uo! —todo el equipo empezó a aplaudir al verme.

—     ¿Qué pasa? —empecé a bailar haciendo el tonto para después sentarme junto al equipo.

—     Bienvenida al equipo ____, nos encanta tenerte aquí. —dijo mi nombre completo— sabemos que estás muy, muy ocupada con tu nuevo disco.

—     No estoy tan ocupada, pero me encanta que lo digas. —todo el equipo rio.

—     Al lio, tu mandas, son tus amigos es tu vida. —asentí con la cabeza— este es el equipo de actores y guionistas. —señaló a todas las personas que habían en la sala— todos colaborarán contigo, ¿por quién quieres empezar? ¿a quién quieres pillar?

—     Quiero pillar a Zac Efron, me sigue en Twitter. —me encogí de hombros y todos nos echamos a reír— sé que está por Hollywood y me gustaría cazarlo, nunca lo han cazado.

—     Está bien, la broma que le gastarás será juego, set, pillado. —me explicó el cabeza del equipo— irás con Zac a jugar un partido de tenis, el creerá que eres su pareja para un partido benéfico, pero en realidad no iréis a ningún partido.

—     Espera, espera, ¿iré con él? —dije alucinada, pensaba que lo miraría todo desde fuera.

—     Sí, será más divertido. —rio— iréis en coche, de camino os encontraréis a una anciana que cruza la calle con su perro Fil le pitará provocándole un ataque de pánico a la anciana. Andrew hará el papel de colega plomazo de fuera de la ciudad, será odioso y empeorará la situación.

—     ¡Me encanta! —dije entusiasmada— espero no volver a ser la cazada. —de nuevo les hice reír— pero esto es cazados, esta semana es mí programa y las cosas se harán a lo grande, ¿no?

—     ¿Lo dudas? —me preguntó Andrew, un actor del equipo.

—     Tenemos a unos setentaicinco miembros del equipo, seis coches de policía y un helicóptero. —me explicó el hombre de la barba, no lograba recordad su nombre— vamos a llevarlo al límite, ¿entendido?

—     ¿Cuándo empezamos?

—     ¡Ya! —me contestó— Zac está en Hollywood norte, esperándote. Irás a buscarlo en taxi.

—     Ahí tienes la ropa para cambiarte y empezamos. —me indicó una chica.

Fui al vestidor que me indicaron y cambié la ropa que llevaba por unos pantalones cortos deportivos y una camiseta de tirantes del mismo color que mis Vans, los pantalones eran negros.

Ahora entendía por qué Alice quería que le dijese los nombres de los que quería pillar lo más antes posible. Ella se lo tuvo que decir al equipo para que pudiesen preparar las bromas ya que no me puedo quedar mucho en LA y tengo poco tiempo, así que iríamos al lio.

Salí del vestidor, el equipo me dio las últimas indicaciones para que la broma saliese a pedir de boca. Había cámaras y micros por todas partes, todo estaba bajo control así que iba a ser la mejor broma de MTV cazados. Subí al taxi que me indicaron y en quince minutos llegamos al norte de Hollywood, dónde se encontraba Zac. Estaba nerviosísima por concerlo, era uno de mis ídolos desde pequeña y lo había elegido a él por eso. Pero tenía que mantener la calma y hacer como si nada, como si fuese lo más normal del mundo ir en un coche con él. Empecé a hiperventilar al verlo salir de una casa, supongo que sería suya. Llevaba una gorra negra, iba con una camiseta de tirantes, con la cual se le marcaban todos los músculos, en la parte inferior de su dorso llevaba unos pantalones cortos por encima de las rodillas y por último unas deportivas.

—     ¡Hola! —me saludó con un beso.

—     Soy ____, encantada. —le sonreí con total naturalidad.

—     ¡Vamos al lio! —se le veía con ganas.

—     Espero que seas tan bueno como yo. —reí.

—     Oye, ¿ese de ahí no es uno de esos paparazzi? —preguntó Andrew.

—     Eh…—me asomé por la ventanilla al igual que Zac— sí. —genial, eso sí que no era parte de la broma.

—     Una vez que fui a jugar al tenis, me siguieron hasta Malibú, no pudimos deshacernos de él, era imposible.

—     Yo sufro eso por las calles. —reímos.

—     Oye, me gusta tu música. —si no estuviese formando parte de esa broma hubiese gritado a más no poder.

—     A mí las películas en las que actúas. —le sonreí amablemente. “_____ deja de ligar con Zac, lo vas a enamorar a este paso” escuché por el auricular que llevaba puesto. Puse los ojos en blanco.  

—     ¡OYE CUIDADO! —dijo Andrew al conductor.

Una anciana de pelo blanco que iba con su perro se cruzó delante del coche, este frenó de sopetón. Genial, ahora sí, la broma acababa de empezar. Dejé ir un grito de susto, obviamente estaba actuando. Me asomé curiosamente por la ventanilla del coche, Zac también estaba asomado, observaba la escena atentamente y algo asustado por la aparición tan poco ocasional de la vieja.

—     ¡Qué susto tío! —exclamó el cazado.

—     ¡Tened más cuidado! —nos gritó la anciana.

—     ¡Vieja mira por donde miras! —Andrew se encargó de su papel, meter mierda, hablando mal— largo de ahí viejo saco de huesos.

—     ¿Qué dices? —miró por el cristal del parabrisas— vamos, vamos remiendos. —le habló a su perro— oh cariño, no pasa nada, no pasa nada. —la anciana seguía sin apartarse de nuestro camino.

—     Perdone, ¿está bien? —preguntó el conductor, que al parecer era un amigo de Zac.

—     Es un dinosaurio. —Andrew siguió a lo suyo.

—     ¡No me grites! —gritó la abuela sin ton ni son.

—     ¡¡Largo de ahí vieja!! —ya podéis imaginar quien hizo ese comentario.

—     ¿Puede apartarse? —pidió amablemente el amigo de Zac.

—     ¡Qué no me chilles! —la actriz tiró la bolsa con la caca de su perro al parabrisas del coche. Se me hizo difícil aguantarme la risa, pero lo hice.

—     ¿Qué hace? —estalló a carcajadas Andrew— vamos, vamos, vamos, nos largamos de aquí.

—     ¿Qué llevas en el parabrisas? —preguntó Zac.

—     Tío, llevas caca de perro en el parabrisas. —estallé a carcajadas.

—     Oh dios mío. —se empezó a mofar mi nuevo amigo.

—     ¿Qué ha sido eso? —dijo el conductor.

—     ¡Qué bueno! —estallamos todos a carcajadas.

—     Creo que está bien, ¿no? —Zac miró hacia atrás para ver cómo estaba la anciana— ¿qué acaba de pasar? Enserio.

—     ¡Mira mi parabrisas! —se siguió quejando su amigo— ¡mierda! —estalló a carcajadas de nuevo. Yo reí, por la situación y por pensar que dentro de poco las risas de Zac cambiarían drásticamente.

Seguimos por la carretera, el equipo me iba informando de todo lo que iba a pasar y todo lo que tenía que hacer, decir o actuar. Ahora llegaba la parte en la que un coche de policía nos paraba. Los chicos ya se habían dado cuenta de que había un coche de policía que nos perseguía desde hacía un rato, bueno, todos menos Zac.

—     Nos está persiguiendo la poli.

—     Llevamos dos coches de la poli detrás. —añadí.

—     Intentaba pasar desapercibido. —la víctima se empezaba a preocupar.

—     ¡Hey! ¿Queréis venir de fiesta con Zac y _____? —gritó el actor a los coches de policía.

—     Oh dios mío. —me llevé las manos a la cabeza, actuando, claro.

—     Zac Efron va aquí colega.

—     ¿No te estás pasando? —dijo ya cabreado Zac.

—     Ya llevamos tres. —avisé.

—     Eso es de locos. —el cazado estaba cada vez más frustrado.

Fuimos tirando por la carretera, a pesar de llevar tres coches de policía detrás no nos paramos. Andrew seguía haciendo el tonto, diciendo tonterías y haciendo cabrear a Zac, que por cierto, cada vez estaba más irritado y más frustrado. Después de unos minutos entró en juego el helicóptero, Zac ya daba por hecho que nos estaban siguiendo, todos lo habíamos convencido de tal cosa, así que ya imagináis su cara. Lo más bueno fue cuando se intentó convencer de que no habíamos hecho nada malo y Andrew le saltó con que tenía la condicional, es decir que no podía salir del país por ciertas cosas que había hecho. El pobre estaba flipando, además el conductor se iba saltando los stop y la policía no nos daba un respiro. Hasta que los del equipo me avisaron de que nos iban a parar.

—     Manos fuera de la ventana. —dijo un policía al pararnos. Todos hicimos caso y sacamos las manos por las ventanillas.

—     ¿Por qué nos siguen? —preguntó descaradamente Andrew— ¿qué hemos hecho? —iba replicando mientras Zac no paraba de decir “Oh dios”.

Los policías ordenaron al conductor que tirase las llaves fuera del coche, antes de que pudiese hacer nada Andrew ya estaba fuera del coche encarándose con los policías. Les estaba montando un buen follón, y los dos chicos no paraban de decirle que se metiese en el coche. Hasta que los policías lo arrestaron.

—     Esto no acaba bien. —dijo Zac negando con la cabeza.

Ahora nos hicieron bajar a todos los que quedábamos en el coche y ponernos contra el coche. No podía más, se me escapaba la risa, la cara de Zac era brutal.

—     Zac diles la verdad, tú querías atropellar a la vieja. —gritó Andrew desde el coche de policía.

—     ¿Qué? —dijo alucinando.

Y era el momento de acabar la broma, me despegué del coche y fui corriendo hasta detrás de Zac, este no paraba de negar con la cabeza, le iba a dar algo.

—     Zac, Zac, Zac. —le llamé y este se giró— ¡te hemos cazado! —grité con todas las cámaras detrás. Zac me abrazó y me levantó del suelo.

—     Oh, gracias dios mío. —dijo feliz— eres la peor amiga del mundo, nos acabamos de conocer. —bromeó.

—     Lo siento. —le abracé— vamos dinos que acaba de pasar. —reí.

—     Soy Zac Efron, y me han cazado. —estalló a carcajadas.

Estallamos todos a carcajadas, eso sí que había sido una broma. Hasta había hecho buenas migas con Zac, era un chico muy majo y había sabido aceptar la broma, me caía bien.

***

Después de la broma volví al estudio de MTV, grabamos las presentaciones de las dos siguientes bromas, mis víctimas eran Taylor y Cody Simpson, pero lo grabaríamos más tarde, tal vez ni esta semana, no tenía tiempo, tenía tanas cosas a hacer. Taylor había cancelado nuestra “cita” por la noche ya que tenía una presentación, así que saldría con los chicos. ¿Qué mejor que salir con tus amigos por LA?

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Sé que el capítulo es aburrido y no avanza nada pero prometo que los próximos estarán mejor. He subido el capítulo para hacer algo de tiempo mientras voy escribiendo el otro, que por cierto lo subiré este fin de semana si tengo tiempo, ¿sí? Hoy no me voy a enrollar JAJAJA.

Lo de siempre chicas, comentad mucho, hacedme feliz y sacadme una sonrisa. Os quiero mucho cielos, sois las mejores lectoras.