Cuando esté enamorado de ella, se lo diré |
Estuvimos
un rato en el sofá sin hacer nada. Nadie sabía que podríamos hacer esa noche.
No queríamos hacer el típico plan de “película y palomitas”, queríamos hacer
algo distinto, pero nadie parecía estar por la labor de pensar.
-
Venga decid algo ya.- se impacientó Ryan.
-
Pues di algo tú también.- le reclamó Caitlin.
-
Haber, chicos tranquilidad.- intenté poner
calma- podemos jugar a la botella.- propuse el típico juego.
-
Un poco cutre, ¿no cari?- me miró raro mi
novio.
-
Pues juguemos con otras reglas.- sonrió
pícaramente Chaz. Parecía que había estado esperando que alguien propusiese ese
juego.
-
A ver, di.- alzó una ceja Justin.
-
Es más o menos lo mismo, uno hace girar la
botella, al que le toque elige prueba o verdad, si no quiere hacer la prueba o
contestar a la pregunta se tiene que beber un chupito en vez de quitarse una
prenda de ropa.- explicó Chaz.
-
Sí pero, ¿de dónde sacamos el alcohol?-
preguntó Caitlin, que al parecer estaba de acuerdo con la idea de Chaz.
-
Todo controlado.- sonrió Ryan.
-
¿Enserio queréis jugar así?- yo, raramente
bebía al igual que los otros chicos pero parecía que hoy sí que querían beber a
no ser que hiciesen todas las pruebas o contestasen todas las preguntas que me
da a mí que no.
-
Sí.- contestaron todos al unísono.
-
Vale.- alcé el pulgar.
-
Pues vamos que el tiempo es oro.- rio
Christian. Era la primera vez que sonreía esa noche.
-
Vaya borrachos.- dije por lo bajini.
-
¿Decías?- me preguntó Justin que al parecer
me había escuchado.
-
Que vamos.- sonreí a medias, al fin y al cabo
nos lo íbamos a pasar bien y no quería ser una aguafiestas.
Chaz,
Ryan y Mike fueron a buscar la bebida, mientras, Justin, Christian, Caitlin y
yo nos quedamos esperando en el salón. Justin y Cait hablaban animadamente de
no sé qué. No estaba prestando atención a la conversación ya que estaba
pensando en Christian. Lo miraba atentamente, este jugaba concentrado con el
botón de su camisa. Al minuto alzó la vista y me pilló mirándolo, en su cara se
dibujó una sonrisa, la segunda de esa noche. Parecía que se le había pasado el
enfado, eso me aliviaba, pero de todas formas quería hablar con él ya que si
comportamiento me parecía algo raro. Al cabo de unos segundos le devolví la
sonrisa y miré hacia el suelo. En ese momento me empezó a invadir un
sentimiento de remordimiento y culpa por así decirlo. Me acordé de la
conversación que había tenido con Justin en la habitación, ¿Realmente le
gustaba a Christian?
Chris
es mi amigo, no quiero que nuestra amistad cambie, otra vez no. Esa vez que le
rechacé nos fuimos distanciando, yo no quería, no quería perder a otro amigo
pero al final lo perdí. Por el simple o complicado hecho de que yo no sentía lo
mismo que sentía él, perdí su amistad y quedé hecha polvo. En esos momentos
deseaba poder sentir lo mismo que él, porque me sentía culpable de que por mi culpa
él lo pasase mal. Lo bueno es que lo solucionamos y volvimos a estar igual que
siempre. Según él, ya me había olvidado, ¿así que cual era el problema? Tal vez
que no me hubiese olvidado. Así que ahora me sentía igual, solo que había
cambiado una pequeña cosa, ahora estaba con Justin y no podía obligarme a
sentir nada por Christian, solo ese cariño de amistad y ese querer de hermano.
Pero sentía esa culpabilidad de que por mi culpa lo pudiese pasar mal. ¿Pero
que tenía que hacer?
-
Empanada.- llamó mi atención mi amigo.
-
Hey.- sonreí.
-
¿A qué le das tantas vueltas?- preguntó
alzando una ceja.
-
Nada, que los chicos tardan bastante ¿no
crees?- mentí ya que no le iba a decir “pues nada, estaba pensando en que he
sido una mala amiga contigo ¿no crees? Por cierto, ¿ya no sientes nada por mí?”
-
Ahí vienen.- señaló con la cabeza hacia la
puerta de entrada.
Miré
hacia donde me señaló Christian, vi a
Ryan, Mike y Chaz entrar con unas cuantas botellas. Si nos negábamos a hacer
muchas pruebas o a contestar preguntas eso iba a ser un descontrol. En cierto
modo era culpa mía por haber propuesto el típico juego de la botella, pero era
más de Chaz por haber propuesto lo de la bebida. Esperaba no tener que beber
mucho, más que nada por qué al día siguiente te sientes fatal y no te dan ganas
de hacer nada. A decir verdad, también me podía haber negado a jugar a ese
juego, pero no lo hice así que me atenía a las consecuencias.
Todos
nos miramos entre todos, todos parecíamos de acuerdo en empezar a jugar, pero
nadie parecía querer decir palabra.
-
¿Vamos al jardín?- preguntó Mike.
-
Sí, mejor.- contestó por todos Justin.
-
Pues vamos.- sonrió Chaz.
Me
puse al lado de Christian y le sonreí, todos fueron saliendo al jardín, por
último quedamos Christian y yo. No nos dijimos nada pero al menos quería
hacerle ver que estaba ahí. Al salir al jardín los chicos se estaban poniendo
en círculo para jugar al juego, me senté al lado de Mike y Christian, Justin
estaba enfrente de mí. Chaz puso la botella en medio del círculo y se volvió a sentar.
-
¿Quién hace girar la botella?- preguntó
Caitlin.
-
Tu misma.- le contesté. Como nadie se opuso
Cait hizo girar la botella.
-
Ryan.- dijo Cait cuando la botella paró y
señaló a nuestro amigo.
-
Pero si apunta más hacia Justin que a mí.- se
quejó Ryan.
-
¿Prueba o verdad?- le preguntó Cait evadiendo
su comentario.
-
Verdad.- contestó Ryan sin pensárselo dos
veces.
-
Mmm…- Cait pensó la pregunta un rato- ¿hasta
dónde llegarías en una primera cita?
-
¿Qué pregunta es esa?- la miró extrañado
Ryan.
-
Una pregunta embarazosa.- rio Caitlin.
-
No voy a contestar a eso.- se negó nuestro
amigo.
-
Pues bebes.- le dije sonriendo.
-
Vale.- dijo tranquilamente.
-
Tú lo que quieres es beber.- rio Chaz.
-
También.- estalló a carcajadas Ryan y después
se bebió el chupito que le había puesto Chaz, que por cierto no tenía ni idea
de que era- me toca girar la botella.- dijo mientras hacía girar la botella.
-
Que suerte.- dijo Christian al ver que le
había tocado a él.
-
¿Prueba o verdad?- le preguntó Ryan.
-
Verdad.- contestó sin pensárselo.
-
Te voy a hacer la típica pregunta.- le
anunció Ryan- ¿te gusta alguien?
-
No voy a contestar.- dijo rápidamente, yo lo
miré y él me aguantó la mirada- bebo.- dijo aun mirándome.
-
Chaz.- Ryan le hizo un gesto para que pusiese
otro chupito en el vaso.
-
Joder, ¿Qué es esto?- Chris se bebió el
chupito dejando ir una mueca de asco al bebérselo. Nuevamente la botella giró y
fue a parar a mí- vaya.- sonrió Christian.
-
Prueba.- dije sin dejarle que me formulara la
pregunta.
-
Oh, que valiente.- rio Justin, yo le guiñé un
ojo.
-
No te pases.- le avisé a mi amigo.
-
A ver…- pensó- bésale los pies a quien tengas
a tu izquierda.
-
¿Qué dices?- puse una mueca de asco- no le
pienso besar los pies a Mike.- reí- Bebo.- dije sin pensármelo dos veces, no me
gusta tocar pies y menos besarlos- bueno me toca girar la botella.- dije tras
beberme el chupito.
-
Preciosa.- Chaz me miró pestañeando
rápidamente al ver que la botella apuntaba hacia él.
-
¿Prueba o verdad?- le pregunté mientras se me
escapaba una risa.
-
Prueba.- me sonrió.
-
Mmm…- pensé lo que iba a decir- comete una
cuchara de café.
-
Ug, que asco.- negó con la cabeza- bebo.
-
¿Es que nadie va hacer ninguna prueba?-
preguntó retóricamente Caitlin.
-
Como vayamos a este paso de aquí media hora
se nos habrá acabado la bebida.- rio Chaz.
-
No quiero saber cómo acabaremos.- negué con
la cabeza al imaginarme lo que pasaría si nos bebíamos entre todos esas
botellas.
-
Me toca.- dijo Chaz tras beberse el pequeño
vaso de bebida- ese Mike.- Chaz señaló con el dedo índice a Mike ya que la
botella apuntaba hacia él.
-
Verdad.- dijo sin dejar que Chaz le
preguntase.
-
¿Alguna vez has sido infiel?- le preguntó
Chaz con voz de presentador.
-
Para ser infiel primero tienes que tener
novia.- vaciló Ryan a Mike.
-
Zasca.- reí al igual que todos.
-
No, nunca he sido infiel.- Mike paso del
comentario de Ryan y de nuestras risas. Nuestro amigo hizo girar la botella,
ésta apunto hacia Caitlin- ¿Verdad o reto?
-
Venga, reto.- respondió nuestra amiga.
-
Baila algo durante un minuto.- parecía que
Mike ya se había pensado antes lo que iba a decir.
-
No me apetece bailar.- se quejó Cait.
-
Pues bebes.- Chaz volvió a poner voz de
presentador- aquí tiene la señorita.- le pasó un vaso de bebida.
-
Joder, es que no me va a tocar nunca.-
comentó Justin al ver que le había tocado a Chaz.
-
Prueba.- le dijo Chaz a Cait.
-
Beso.- grité para luego esconderme detrás de
Christian y Mike. Sabía que los dos estaban deseando eso, pero también sabía
que ninguno diría nada de darse un beso.
-
¿Alguna vez te has enamorado de alguien?- le
preguntó seria Cait.
-
Emm…- Chaz se empezó a ruborizar.
-
Se está poniendo rojo.- rio Justin.
-
Bebo.- decidió Chaz.
-
Entonces eso significa que sí.- dijo
Christian.
-
O no, tal vez le de vergüenza decir que no,
quien sabe.- dije yo.
-
Bueno mejor giro la botella.- Chaz hizo un
movimiento de muñeca y la botella empezó a girar.
-
¡Por fin!- exclamó Justin alzando los brazos
y alargando la i.
-
¿Prueba o verdad? Machote.- le sonrió
pícaramente.
-
Prueba.- le devolvió la sonrisa mi novio.
-
Mmm…- Chaz estuvo pensando un rato- tienes
que dejar que alguien te de un mordisquito cariñoso.
-
¿Quién?- pregunté yo.
-
Ui, que se pone celosa.- empezó a reír Mike y
los otros siguieron sus risas.
-
Quien quiera darle un mordisco amoroso.- me
aclaró Chaz.
-
Me ofrezco voluntaria.- sonreí.
Me arrodillé
en el suelo y me fui acercando a Justin, no sabía dónde le iba a dar el
mordisco. Tal vez en la cara, en el cuello o mejor aún, en los labios. Justin
me miraba con impaciencia y yo lo miraba con una sonrisa, sabía que estaba
deseando que le mordiese. Me quedé a muy pocos centímetros de su boca, y una
vez más, como tantas veces había hecho estos días sonreí en sus labios. Luego
acorté la poca distancia que quedaba y le mordí delicadamente el labio
inferior, deslizando lentamente mis dientes hasta llegar al final de su labio.
Los chicos permanecían callados, como si eso fuese la escena final de una
película. Al acabar Justin me sonrió tiernamente. Le había gustado. De repente
noté sus labios sobre los míos, cerré los ojos para disfrutar más ese beso. Creía
que iba a ser un beso corto, pero estaba equivocada. Su lengua empezó a jugar
con la mía, haciendo ese beso más apasionado. Hubiese seguido horas y horas
pero los chicos estaban contemplando ese escena y no me gustaba mucho besarme
delante de otras personas.
Me
separé de él con una sonrisa de felicidad pero a la vez de timidez, ya que los
chicos me estaban mirando. Volví a mi sitio rápidamente, se había creado un
silencio algo incómodo.
-
Joder, solo era un mordisco.- habló Chaz
bromeando. Todos estallamos a risas.
-
Déjalos, no saben que es un mordisquito.-
siguió riendo Cait.
-
No ha sido mi culpa.- alcé las manos.
-
Sí, pero te has dejado. Eh, pillina.- me
vaciló amistosamente Mike.
-
A ver, contéstame una cosa ¿quién es la
idiota que no se dejaría besar por él?- le pregunté a Mike alzando una ceja.
-
Yo, por ejemplo.- me contestó Christian.
-
¿Tú eres una chica?- estallé a risas junto a
los demás.
-
Oye, que lo he entendido mal.- se excusó
Chris- anda, sigamos jugando.
Hicimos
caso a Christian y seguimos jugando durante una hora más e increíblemente la
bebida ya se había acabado. Unos habíamos bebido más que otros pero todos
habíamos bebido. Bueno, en general habíamos bebido bastante.
Al
levantarme noté un leve mareo, notaba poco a poco como me iba subiendo todo lo
que había bebido. Las mejillas me empezaban a arder, pero me encontraba la mar
de bien, ligera, feliz, con energías para todo, tenía unas ganas de bailar
tremendas y entre otras cosas, también, tenía ganas de besar a Justin ya que me
sentía atraída por él, parecía estar en una nube.
Fui
hacia adentro sin decir nada a los otros chicos, necesitaba un vaso de agua,
tenía bastante sed. Al entrar fui directamente a la cocina y me serví un vaso
de agua bien fresquito. Dejé el vaso encima de la encimera y me dispuse a salir
a fuera nuevamente con los chicos. Pero me topé con Justin que al parecer me
había visto entrar o bien también quería algo de la cocina.
-
Hola guapo.- le sonreí mientras le rodeaba el
cuello con mis manos.
-
Has bebido mucho.- negó con la cabeza
sonriendo.
-
Me han hecho beber, que es diferente.- y
cierto era, yo no acostumbraba a beber así porque sí- encima, tú también has
bebido.
-
Bueno,
yo soy mayor de edad.- rio.
Ante
su respuesta solo reí, la verdad es que no sabía que decirle. Justin rodeó mi
cintura con sus manos. Me acerqué hasta sus labios y empecé un beso. Cerré los
ojos y me dejé llevar. Era increíble lo que me hacía sentir Justin, con tan
solo una caricia, un beso, una palabra, una sonrisa, una mirada o un gesto suyo
me hacía estremecer completamente, me hacía tocar el cielo. Dicen que nadie es
perfecto, pero él os lo aseguro que lo es. Él es esa persona que sabe cuándo
hacerme reír o cuando dejarme tranquila. Cuando hacerme cosquillas o cuando
darme un abrazo. Él está ahí en los peores momentos y eso lo hace completamente
perfecto.
-
Eres perfecto.- le dije después de separarme
del beso.
-
Y tú eres toda mi vida.- acarició mi espalda
hasta llegar a la parte de arriba del bikini.
-
Con eso ya soy feliz.- metí mis manos por
dentro de su camiseta y acaricié su espalda como él, anteriormente había hecho
con la mía.
-
¿Sabes una cosa?- dijo mirándome a los ojos-
¿recuerdas la noche en que nos vimos por primera vez en mi coche?- asentí,
recordaba esa noche como si hubiese sido ayer- esos tíos- miró hacia el suelo-
si te hubiesen hecho algo, yo, ______(tu nombre), yo no me lo perdonaría.
-
Justin, gracias a ti no me pasó nada.- le
cogí del mentón e hice que me mirara- olvídate de eso, enserio.
-
Das unos buenos puñetazos.- rio.
-
Anda, vamos a fuera.- reí ante su
comentario.
La
verdad es que no me gustaba para nada recordar esa noche. Cada vez que lo hacía
sentía unas ganas terribles de llorar de rabia y de impotencia al no poder
haberles dicho ni hecho nada a esos animales.
Solo
sabían lo que me había ocurrido dos personas, Justin y Taylor. Taylor, hacía
tanto tiempo que no sabía nada de él. ¿Estaría bien? Un día de estos podría
llamarle ¿O era demasiado pronto? Bueno, la verdad es que quisiese o no
llamarlo, fuese pronto o tarde mi orgullo era demasiado grande. Odio este puto
orgullo que me impide hacer tantas cosas. Pero forma parte de mi carácter y
parece ser que no puedo cambiarlo. Aunque de vez en cuando consigo tragármelo y
arreglar las cosas con las personas que la he cagado ¿Taylor me seguía
importando? Qué sé yo. No pensaba con claridad, al parecer el alcohol me había
subido a la cabeza y solo pensaba tonterías.
Después
de estar un rato callados y abrazados Justin besó mi frente con fuerza para
luego cogerme de la mano. Habíamos pasado un buen rato en la cocina y ninguno
de los chicos había entrado, me preguntaba que estarían haciendo.
-
Mi amor.- llamé la atención de Justin antes
de salir al jardín- ¿nos hacemos una foto?- me apetecía hacerme una foto con
Justin.
-
Claro, mi vida.- dijo sacándose su móvil del
bolsillo.
-
Me gusta eso de mi vida.- reí.
-
Ven.- dijo enfocándonos con el móvil.
Miré
a Justin y él me miró a mí, nos fuimos acercando más y más, Just hizo la foto
justo cuando nos estábamos besando.
-
Es preciosa.- dije tras ver la foto.
-
Me encanta.- sonrió.
-
Cuélgala en Twitter.- dije ilusionada.
-
¿Segura?- alzó una ceja.
-
¡Claro!- exclamé.
Sí, sorprendentemente,
yo, diciendo eso. La verdad es que en ese momento no me importaba mucho nada de
lo que me pudiesen decir, estaba feliz. Tenía ganas de enseñarle al mundo que
ahora, por fin, estaba completamente feliz. Justin parecía sorprendido ante mi insistencia
de colgar la foto en Twitter, pero aun así me hizo caso y la colgó. En el pie
de foto puso algo así como “te quiero”, no lo llegué a ver bien.
Después
de la foto, por fin, salimos al jardín y nos encontramos con los chicos metidos
en la piscina, salpicándose, haciéndose ahogadillas, tirándose a la piscina
haciendo el loco. Los chicos iban en calzoncillos, y Caitlin en ropa interior,
parecía no darle vergüenza. Tal vez era por el alcohol que había tomado o
porque eso se considera como un bikini. En fin, que eso era un total
descontrol, Justin se quitó la camiseta, los pantalones y las Supras y se tiró
a la piscina. Reí negando con la cabeza, parecían pasárselo bien, así que
quería unirme a ellos. Me quité las Vans rápidamente y luego el pantalón,
cuando fui a tirarme paré en seco. Christian estaba a un lado apartado de los
chicos, decidí ir a ver lo que le pasaba.
-
Ei, Chris.- llamé su atención- ¿Qué te pasa?
-
Nada.- dijo secamente.
-
¿Por qué estás así?- le pregunté nuevamente.
-
¿Qué más da?- dijo de malhumor.
-
Oye, que me lo puedes contar todo.- me senté
a su lado.
-
Todo no.- siguió respondiéndome fríamente.
-
Venga Christian.- dije tragándome mi orgullo,
me estaba preocupando por él y él solo pasaba de mí- no te puedo ver así.
-
Anda, ven.- dijo levantándose y tendiéndome
la mano.
-
Está bien.- le cogí la mano y lo seguí.
Cruzamos
todo el jardín, entramos dentro de la casa y luego salimos a fuera. Andamos
hasta el campo de enfrente de la casa y nos sentamos en la hierba. No tenía ni
idea de lo que le pasaba a Christian, me estaba preocupando. Él miraba hacia el
suelo, y yo hacia el cielo, había miles, millones de estrellas se veían con
claridad, al igual que la luna.
-
Oye Chris, me puedes contar lo que sea.-
rompí el silencio que se había formado- lo que sea ¿vale?
-
Lo sé, pero es complicado.- me miró.
-
Bueno, tu solo inténtalo.- le sonreí.
-
A ver, no sé por dónde empezar.- se rascó la
nuca- a ver, no sé expresarme muy bien, ya me conoces.
-
Ya lo sé, pero te voy a entender igual.- le
sonreí tiernamente- oye, no cualquiera sale en medio del campo donde hay miles
de mosquitos en bikini para escuchar a su mejor amigo.
-
¿Qué haces en bikini?- me preguntó mirándome
mejor.
-
Iba a bañarme con Caitlin y los otros
chicos.- le expliqué a Christian.
-
Oh, vaya, te he fastidiado el plan.- me miró
preocupado.
-
A ver, no me has fastidiado nada.- solté una
pequeña carcajada- estoy para escucharte.
-
Está bien.- suspiró- es sobre ti.
Un
escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Empezaba a creer lo peor, ¿y si ocurría
otra vez? ¿Sería capaz Christian de declararse nuevamente sabiendo que estoy
con Justin? Me estaba poniendo realmente nerviosa, no sabía si había hecho bien
del todo en acompañar a Chris hasta ahí. ¿Pero qué decía? Christian era mi
amigo y estaría ahí dijese lo que me dijese.
-
Creo que somos mejores amigos.- me empezó a
explicar.
-
Claro que lo somos.- lo interrumpí.
-
Pues a veces ni lo parece.- suspiró- no
quiero que te ofendas con esto, pero desde que llegó Justin no has hecho nada
más que estar con él. Entiendo que lo hayas echado de menos todo este tiempo,
pero has sido… ¿Cómo decirlo?
-
Egoísta.- dije yo por él- lo sé.
-
Sí.- agachó la cabeza- no te pido mucho, solo
que me tengas en cuenta, que me llames más, que pasemos algo de tiempo juntos.
-
Lo siento.- me disculpé- hoy he pensado en
eso, y quería hablar contigo, sobre esto mismo. Solo quiero decirte que aunque
no parezca que este ahí lo estoy, aunque no te llame cada día o no nos veamos
tanto me acuerdo de ti y de todo lo que has hecho por mí, ¿vale?- le sonreí-
prometo estar más contigo, enserio.
-
Te quiero.- me dijo abrazándome- pero como
una hermana.
-
Y yo a ti.- empecé a reír.
NARRA
JUSTIN:
Ryan,
Mike, Chaz, Caitlin y yo estábamos en la piscina. No tenía ni idea de donde se
habían metido Christian y ______(tu nombre), más tarde hablaría con ella para saber
qué había pasado.
-
¿Cómo haces para hacer tan feliz a ______(tu
nombre)?- me preguntó de repente Chaz.
-
¿A qué viene eso tío?- le pregunté mirándole
raro.
-
No sé.- se encogió de hombros.
-
Has bebido bastante.- reí.
-
Sí, tal vez.- se encogió de hombros- si no,
no te estaría diciendo esto.- se sumergió en el agua y volvió a salir- venga
dime.
-
Pues no sé.- reí encogiéndome de hombros.- Siempre
la levanto y hago como si fuera a tirarla a la piscina. Ella grita y se enfada
conmigo, pero sé que le encanta que haga eso. Siempre la cojo de la mano cuando
habla o a veces cuando estoy conduciendo. Simplemente la cojo de la mano. Le
digo que está guapa. La miro a los ojos cuando le hablo. La protejo. Le digo
bromas estúpidas. Le hago cosquillas, incluso cuando me dice que pare. Cuando
me insulta le digo que la quiero. Dejo que se quede dormida en mis brazos. Hago
que se vuelva loca.- solté una pequeña carcajada- y la beso. Me burlo de ella y
dejo que ella se burle de mí. La beso en la mejilla y en la frente. Simplemente
la beso. Dejo que se ponga mi ropa. Y cuando esté enamorado de ella, se lo
diré.- le expliqué a mi amigo- ¿sabes? Solo son pequeños detalles, y con eso sé
que puedo hacerla más feliz aun. Son pocos días los que llevo con ella, pero
nos han pasado ya tantas cosas, la quiero demasiado.
-
Joder tío, eso ha sido realmente bonito, ¿de
dónde lo has sacado?- preguntó mirando a Caitlin, que esta estaba jugando en el
agua junto con Ryan y Mike.
-
No lo he sacado de ningún sitio.- reí- y ¿a
ti que te pasa con Cait?
-
Pues que me gusta.- sonrió aun mirándola.
-
Lánzate tío.- le aconsejé.
-
No sé si le gusto.- dejó de mirarla para
mirarme a mí.
-
Se nota que os gustáis.- se notaba desde
hacía tiempo.
-
Esta historia me suena a algo.- empezó a reír
Chaz.
-
Pues eso.- seguí sus risas- no hagas como yo
y no pierdas el tiempo.
-
Intentaré no seguir tu ejemplo.- bromeó mi
amigo.
Después
de esa pequeña conversación seguimos haciendo el tonto en la piscina. ______(tu
nombre) y Christian seguían sin aparecer y yo seguía sin tener idea de que
estaba pasando.
**************************************************************
Me
vais a matar, pero con esto de las fiestas no he podido subir el capítulo
antes, juro que lo tenía hecho. Pero siempre me tiene que pasar algo, lo que no
me pase a mí. Espero que os guste el capítulo, chicas. Feliz año nuevo, os
quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario