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martes, 15 de enero de 2013

Nothing like us. {27}


Todos sabemos lo que causa un beso en el cuello

>>Hoy, hace 6 años que nuestro pequeño creó su cuenta en youtube y además ya somos 33 millones en esta gran família. Cada día me siento más orgullosa de él, y también de mis hermanas beliebers. Gracias a él y a vosotras, por estar ahí y por apoyarle. 
Still Kidrauhl<<




Como pude me levanté y subí al caballo de Justin junto a él. Mi caballo se lo llevó Alan junto al suyo. Después de llegar a la hípica nos despedimos de Alan y volvimos a casa. Estaba exhausta. 

Para volver a casa los chicos habían decidido que esta vez irían en el coche de Chaz, dejándome a mí y a Justin asolas. En parte se lo agradecía, me apetecía pasar rato a su lado. Pero el rato que estábamos pasando no era el que yo me esperaba. Yo iba apegada a la ventanilla, en mi regazo yacía la camiseta de Justin manchada por mi sangre, me sabía mal que se hubiese manchado, aunque a él le daba igual. Pero el caso no era ese, el caso es que estábamos en silencio, un silencio un poco incómodo. Tal vez, yo, estaba algo rara a causa de ese sueño que había tenido. Además no me encontraba muy bien, el golpe que me había dado era fuerte, pero no era nada más que un golpe. No sabía si Justin estaba molesto conmigo o si le pasaba alguna otra cosa, o tal vez no tenía ganas de hablar, o simplemente no le pasaba nada.
-          ¿Qué te pasa?- rompí el silencio que se había formado.

-          ¿A mí? Nada.- dijo sin dejar de mirar a la carretera- ¿por qué?
-          No sé, como no has dicho palabra en todo lo que llevamos de camino.- aunque yo tampoco lo había hecho.
-          Tu tampoco.- soltó una pequeña carcajada, tan floja que me costó de oírla.
-          No me encuentro bien.- le confesé.
-          ¿Quieres ir al médico?- ahora sí, dejó de mirar a la carretera para mirarme a mí.
-          No, no me duele nada le sonreí.- él me cogió de la mano mientras con la otra manejaba el volante- solo estoy algo  asustada por lo que ha pasado.- aparte de asustada por la caída que había tenido estaba… ¿cómo decirlo? Nostálgica, sí, esa es la palabra, estaba nostálgica.
-          Bueno la verdad es que yo estoy algo impactado por todo.- suspiró apretándome más fuerte la mano- cuando te he visto en el suelo sangrando, no sé, me he asustado tanto.
-          Lo siento.- me disculpé por habérselo hecho pasar mal.
-          Si no ha sido cumpa tuya.- me sonrió tiernamente.
-          Parece ser que nunca puedo tener una tarde normal.- dije con algo de rabia- siempre me tiene que pasar algo.
-          Cielo, son cosas que pasan.- supongo que tenía razón- a alguien le tiene que pasar ¿no?- esas palabras me acordaban a las de mi madre en el extraño sueño que había tenido.
-          Supongo.- todo pasa por algún motivo, tal vez me tenía que pasar eso para poder volver a ver a mi madre, aunque solo fuese en un sueño- un estúpido sueño.- espeté en voz baja.
-          ¿Tienes sueño?- me preguntó Just que al parecer me había sentido, aunque no lo había entendido bien.
-          No.- le sonreí para luego acariciarle la pierna.
-          No hagas eso, a no ser que quieras que tengamos un accidente.- desvió la vista hacia mí- tengo cosquillas.
-          Vaya por dios.- estallé en risas.

No tengo ni idea de cómo lo hacía Justin, pero siempre, siempre que tenía un problema y estaba sumida en mi tristeza lograba sacarme una sonrisa o una carcajada.

Nos quedamos en silencio nuevamente, pero ya no era incómodo. Era un silencio como cualquier otro.

Después de unos cinco minutos más llegamos a la casa, lo único que quería hacer era estirarme, descansar y dormir. Sabía que no podría estar un rato tranquila ya que los chicos estarían preocupados y se lo agradecía pero necesitaba estar un rato sola. Quería pensar en todo un poco y llamar a mi padre, que seguro que estaría preocupado por mí y yo sin batería en el móvil.
Entramos todos en silencio, no entendía muy bien por qué estábamos todos tan callados. Parecía que estábamos unos enfadados entre otros, pero no era así, no teníamos motivos para estar enfadados. Suponía que ese silencio era debido a mi caída, pero tampoco entendía por qué tenían que estar en silencio, no se había muerto nadie, estaba bien y no me gustaba verlos a todos tan serios. Cada uno se fue a hacer una cosa, yo me fui para mi habitación. Me tumbé en la cama y puse el móvil a cargar, hacía días que no le prestaba atención. Estaba segura que tendría un montón de llamadas y mensajes de mi padre.

Esperé a que se encendiera el móvil, al segundo de estar encendido empezó a sonar. Eran mensajes. Lo desbloqueé y me entretuve mirando de quién eran los mensajes y de qué días habían sido. Todos eran llamadas de mi padre. Había algunos mensajes que no, pero no me detuve a fijarme mejor, tenía prisa a llamar a mi padre. Marqué rápidamente su número ya que me lo sabía de memoria.


LLAMADA TELEFÓNICA-

-          ______(tu nombre completo) ¿dónde te habías metido?- escuché la voz irritada de mi padre.
-          Hola papá, sí, estoy bien ¿tú que tal?- dije en tono sarcástico.
-          ¿Se puede saber dónde tenías el móvil? Te he llamado mil veces.- aún seguía irritado.
-          No exageres.- tal vez unas cincuenta sí, ¿pero mil?, ni de coña- estaba sin batería papá, lo siento.- me disculpé.
-          Que no vuelva a pasar.- me dijo algo más calmado.
-          No volverá a pasar.- dije con tono cansado.
-          ¿Qué tal estás?- de pronto parecía que estaba de buen humor, no hay quien entienda a mi padre.
-          Perfectamente.- mentí- me lo estoy pasando genial aquí, por ahí ¿todo bien?- pregunté interesada.
-          Sí, como siempre.- me respondió
-          ¿Alex se porta bien?- suponía que sí, pero también estaba segura de que había hecho alguna trastada.
-          Sí, a veces hace travesuras, pero en lo general se porta bien.- soltó una pequeña carcajada- podrías venir aunque sea un día para vernos, te echamos de menos.
-          Oooooooooh.- dije tiernamente- mañana mismo voy.- sonreí aunque mi padre no me pudiese ver.
-          Estaría bien, justo mañana tengo fiesta.- me informó papá- Justin también vendrá ¿no?
-          Claro.- tardé un rato en contestar, parecía que iba siendo hora de decirle a mi padre lo mío con Justin.
-          Pattie tiene ganas de verlo.- eso quería decir que habían estado hablando ¿ninguno de los dos había estado viendo la tele o qué?
-          Pues claro que vendrá.- además, como yo no tenía carnet de conducir me tenía que llevar sí o sí. Pero sabía que él también querría ir.
-          Entonces avisaré a Pattie. ¿Sobre qué hora vendréis?- me preguntó.
-          Ni idea.- me encogí de hombros pensativa- supongo que por la mañana pero a eso de las doce.
-          Perfecto.- me contestó alegre.
-          Bueno, ¿no hay novedades?- estaba segura de que algo interesante tenía que haber pasado.
-          Ah, sí.- se acordó- hoy se ha ido la luz en la urbanización.- me explicó.
-          ¿Qué dices?- dije sorprendida- ¿y eso?- me parecía extraño que en pleno verano se fuese la luz.
-          Problemas técnicos, supongo.- respondió vagamente mi padre.
-          Vaya, que royo.- aunque en cierto modo era una ventaja para mí, si no volvía la luz mi padre no podría ver la tele y así le podría anunciar en persona mi relación con Justin- ¿la tele tampoco se ve?
-          No hija, si se ha ido la luz ¿Cómo quieres que se vea la tele?- preguntó retóricamente.
-          Pobre Alex.- reí, se aburriría bastante sin tele.
-          Qué se le va hacer.- rio mi padre- ¿quieres que te pase al monstruito?
-          ¡Claro!- exclamé.
-          Alex, ponte al teléfono, es tu hermana.- escuché a mi padre.
-          No, me da vergüenza.- al otro lado de teléfono sentí a mi hermano.
-          ¿Cómo te va a dar vergüenza? Es tu hermana.- reí ante eso, mi hermano y sus tonterías.
-          Hola.- escuché  la voz de mi hermano.
-          Hola bicho.- dije animada- ¿te da vergüenza hablar conmigo?
-          No.- rio.
-          Más te vale.- seguí sus risas- ¿qué haces?
-          Pues me estaba vistiendo para ir al parque con papá, van a ir unos amigos.- me explicó- ¿Cuándo vas a venir a jugar conmigo?
-          Pues mañana mismo, si quieres.- reí.
-          Sí, sí, sí.- dijo contentó.
-          Pero te estarás portando bien ¿no?- me gustaba hablar con mi hermano, aunque solo dijese tonterías sabía cómo sacarme una sonrisa.
-          Sí.- respondió inmediatamente.
-          Mentira.- escuché hablar a papá.
-          Bueno…- admitió Alex.
-          ¿Qué has hecho ya?- empecé a reír.
-          Es que el otro día, papá me pidió que le trajera una cerveza de la nevera y yo la cogí y la moví, hacia arriba y hacia abajo.- me suponía lo que venía a continuación- y se la di y entonces empezó a salir disparada.
-          ¡Alex!- estallé a risas- ¿por qué has hecho eso?
-          Me parecía divertido.- sentí como mi padre se quejaba desde el otro lado del teléfono pero no entendí muy bien que decía.
-          Eres de lo que no hay.- seguí riendo.
-          Así seguro que no me manda a por más cervezas.- dijo con orgullo mi hermano.
-          Eso estuvo mal.- no podía parar de reír, era gracioso lo que había hecho.
-          ¿Por qué? Es divertido.- siguió diciéndome mi hermano.
-          Lo divertido no siempre está bien.- paré de reír poco a poco- anda, pásame a papá.
-          Está bien…- se resignó.
-          Dime cielo.- mi papi se volvió a poner al teléfono.
-          Nada, era para colgar ya.- le avisé- mañana nos vemos ¿no?
-          Claro, os esperamos.- también se refería a Pattie.
-          Vale, hasta mañana papá, un beso.- me despedí.
-          Un beso princesa.- colgó mi padre.

FIN DE LA LLAMADA-


Dejé el móvil encima de la mesita de noche y me di la vuelta quedándome bocarriba. Me dolía la cabeza, normal, con el golpe que me había dado. Me paré a pensar, el caballo se había asustado tanto que hasta me había tirado al suelo, pero aun así estando asustado se había quedado todo el tiempo ahí, a mi lado, ¿cómo era posible? Aun lo ocurrido me sentía extrañamente unida a ese caballo, tenía una cosa clara en cuanto pudiese lo iría a ver otra vez.
Pasaron las horas y no conseguía pegar ojo, estaba cansada y tenía sueño, pero no podía dormir. Ninguno de mis amigos había entrado para decirme nada, no sé si eso era bueno o malo. Bueno en el sentido de que me conocían y sabían que necesitaba estar un rato sola y malo en el sentido de que, no sé, podrían haberme preguntado si estaba bien. Sinceramente en ese momento me daba igual, pasaba de enfadarme con cualquiera de mis amigos por una estupidez.

Sentí como la puerta de la habitación se abría lentamente, suponía que era Justin, seguro que no quería despertarme, pero estaba despierta.

-          Estoy despierta.- avisé.
-          ¿Te encuentras bien?- esa voz no era de Justin, si no de Christian.
-          Oh, ¿Qué haces aquí?- dije incorporándome rápidamente a la cama.
-          Si quieres me voy.- señaló a la puerta.
-          No.- alargué la o- solo que pensaba que era Justin.
-          Pues no.- se encogió de hombros- ¿estás mejor?
-          Sí, me encuentro mucho mejor.- le sonreí- siéntate.- le di unas palmaditas a la cama para que se sentase a mi lado.
-          Nos has asustado.- me hizo caso y se sentó a mi lado.
-          No pretendía eso.- reí- pero ya está, a todo el mundo le puede pasar.
-          Ya lo sé.- me sonrió.
-          ¿Por qué no han entrado los otros?- señalé a la puerta con la cabeza.
-          Pensaban que estabas de malhumor.- se encogió de hombros- y no han tenido agallas a entrar, excepto yo.
-          No estoy de malhumor.- fruncí el ceño- y cuando lo estoy no es para tanto.
-          Si lo es.- asintió Chris rápidamente.
-          No.- aunque debo reconocer que hay veces que me pongo histérica cuando estoy de malhumor y me agobian aún más.
-          Reconoce que das miedo.- dijo seguro de sí mismo.
-          Exagerado.- le di un golpe amistoso en el hombro- por cierto, ¿qué hora es?
-          Las diez.- me contestó vagamente.
-          ¿LAS DIEZ?- dije exaltada- ¿pero cuánto tiempo ha pasado?- debería haberme quedado dormida unas horas sin darme cuenta.
-          ¿En qué mundo vives ______(tu apellido)?- negó con la cabeza mi amigo.
-          En el país de las maravillas.- sonreí orgullosa.
-          Ya decía yo que eras demasiado rara.- al parecer el hobbie de Chris es meterse conmigo.
-          Pues ok.- alcé una ceja mirándolo mal.
-          Pero yo te quiero igual eh.- rio.
-          Lo siento Christian, tengo novio.- bromeé.
-          Tranquila, no soy celoso.- empezamos a reír los dos.
-          Pues yo sí.- Justin apareció de repente.
-          Bueno mejor me voy.- Christian puso los ojos en blanco y se acercó a mí para darme un abrazo.
Lo abracé fuertemente, aunque no se lo había dicho le agradecía que hubiese venido para saber qué tal estaba. Me hubiese gustado quedarme un rato más hablando con él pero al parecer no podía ser. En el ambiente había tensión, nadie decía nada, miré a Justin y a Christian, estos se miraban, no sabría decir si bien o mal. Christian salió de la habitación pegando un pequeño portazo, me quedé un poco sorprendida, ¿de qué iba todo eso? Esa tensión, esas miradas tan duras del uno hacia el otro, no decirse palabra. Creía que entre ellos estaba todo bien, vamos, hasta hace unas horas lo estaban. Miré fijamente a la puerta, y después fijé mi mirada en Justin. Estaba apoyado a la pared mirándome, serio. Parecía que en vez de metros nos separaban quilómetros de distancia. Como si fuésemos dos extraños que nunca se han visto en su vida. Fruncí el ceño alzando una ceja, no entendía nada, ¿Qué pasaba?
-          ¿Hola?- alcé una mano moviéndola de un lado para el otro.
-          ¿Cómo te encuentras?- preguntó aun apoyado en la pared.
-          Bien, gracias.- contesté fríamente.
-          Me alegro.- me contestó ahora él frío.
-          Bien.- sonreí un segundo.

Y se volvió a formar el silencio. Enserio, era una situación tan extraña, hace unas horas estábamos la mar de bien, ahora en cambio nuestro comportamiento era frío y distante como si nos hubiésemos discutido y ni quiera lo habíamos hecho. Me estaba empezando a cabrear, sin motivo alguno tenía ganas de romper algo, ese silencio me mataba.

-          ¿Qué mierda pasa?- estallé- que yo sepa no te he hecho nada, a ti ni a nadie. Parecemos dos desconocidos a los cuales les han encerrado en una habitación y no saben qué decirse.- me levanté de la cama hecha una furia- ¿y qué pasa con Christian? No veo el porqué de que os tratéis así.
-          Lo siento.- se disculpó, y la verdad es que no había hecho nada para disculparse.
-          No tienes que disculparte por nada.- dije algo más calmada- solo que no entiendo que nos está pasando.
-          ¿A ti y a mí?- se señaló a sí mismo.
-          No, a todos en general.- las cosas estaban raras y había sido de un momento para el otro.
-          Supongo que será la tensión que ha habido hoy o solo es un mal día. Cualquiera lo puede tener.- caminó hacia mí.
-          Son una mierda los días que pasa esto.- me puse la mano en la frente estresada- solo quiero que estemos todos bien.
-          Y lo estamos.- me sonrió- solo que estábamos preocupados por ti y no sé, supongo que habrá sido esa tensión que nos ha hecho discutir y estar raros.
-          ¿Quién ha discutido?- dije sorprendida y a la vez extrañada.
-          Todos un poco entre todos.- soltó unas carcajadas.
-          ¿Por qué?- ni si quiera me había enterado de la discusión.
-           Nada que Christian me ha echado las culpas a mí por haberte dejado sola y eso y de ahí se ha desencadenado una discusión.- se encogió de hombros.
-          Joder.- no me gustaba que hubiesen malos rollos entre nosotros, así que esperaba que mañana todos estuviésemos bien entre todos- no ha sido culpa tuya.
-          Si no te hubiera dejado sola.- miró hacia el suelo.
-          Ya claro.- negué con la cabeza- si nos ponemos en ese plan, la culpa ha sido mía por montar a ese caballo, o mejor aún la culpa a sido de Mike por proponer de ir a la hípica.- alcé una ceja y lo miré.
-          Visto así.- me dedicó tiernamente una sonrisa.
-          Anda ven.- dije extendiendo los brazos para que me diese un abrazo.


Rapidamente Justin me elevó del suelo haciendo que nos fundiésemos en un tierno y dulce abrazo. Lo necesitaba, necesitaba sentir que estaba ahí a mi lado, necesitaba que me abrazase como nunca, lo necesitaba. Estaba un poco nostálgica y a la vez algo triste, pero sabía que él podía hacerme sentir bien. Con el simple hecho de que estuviese a mi lado me sentía algo mejor. Cuando me toca, me voy olvidando poco a poco de los problemas y que decir de cuando me sonríe, se me para el mundo ¿y cuando me besa? En ese momento solo existe él, él y yo.

Seguía sin tocar el suelo, aún abrazada a Justin y en silencio, sobraban las palabras. Me separé del abrazó y enredé mis piernas en su cintura, me gustaba estar así con él. Lo miré sonriente, ya no existían los problemas me fui olvidando poco a poco del mundo, me centré solo en nosotros dos.

Justin sonrió en mis labios, vaciló en besarme o no, me acerqué más a él, tenía ganas de sentir sus labios sobre los míos una vez más. Pero él se hacía de rogar y yo me estaba impacientando. De repente se tiró a la cama de espaldas, quedé encima de él y estallamos a risas, estaba loco, tan loco como yo. Al cesar las risas nos fundimos en un beso, sin duda, el mejor beso del día. Mientras nuestras lenguas iban jugando a ver quién se rendía primero Justin posó sus manos en mis caderas y yo me dejé caer encima de él. Enredé mis dedos entre su pelo dándole un suave masaje, me estaba dejando llevar, sonreí mientras me separaba de ese apasionado beso. Noté como las manos de mi novio se deslizaban por debajo de mi camiseta, me acariciaba con delicadeza, con suavidad, como si me fuese a romper, me encantaba cuando me acariciaba así, era tan perfecto. Momentos así me hacían olvidar el dolor de cabeza que tenía y el dolor que tenía en general por todo el cuerpo. Justin se mordió los labios cosa que me mató e inconscientemente me relamí los míos. Nuevamente sentí unas ganas tremendas de besarlo y me fundí con él en otro beso, este un poco más salvaje. Deslicé mis manos hasta su cuello, lo acaricié lentamente produciéndole a Justin unos leves escalofríos. En cambió él deslizó sus manos hasta mis muslos y de ahí hasta mi culo, metió las manos en los bolsillos del pantalón y me presionó más hacia su cuerpo, su perfecto cuerpo. Sinceramente, estaba excitada, demasiado.

Tal vez nos estábamos pasando un poco o no ¿Qué tenía de malo? Nada, absolutamente nada. Hubiese continuado así horas pero como de costumbre, alguien nos interrumpió.

-          Chicos, ¿por qué no salís a ver un rato la…?- Ryan abrió la puerta de golpe quedándose con la palabra en la boca. Rápidamente di un salto separándome de Justin, me senté en la cama mirando a Ryan sorprendida.
-          Hay una cosa que se llama tocar a la puerta.- dijo Justin incorporándose a la cama.
-          Mejor os dejo solos.- Ryan fue cerrando la puerta lentamente con cara de asombro.
-          Oye Ryan, no es lo que parece.- señalé a Justin y luego a mí.
-          Ya, claro.- seguía sin cambiar esa cara de asombro.
-          No, enserio.- se excusó Justin también.
-          Olvidemos esta situación.- Ryan movió las manos de un lado hacia al otro rápidamente, como queriéndose quitar esa imagen de la cabeza.
-          ¿Qué situación?- dije haciéndome la extrañada.
-          Exacto.- rio Ryan.
-          No, enserio, ¿Qué situación?- estaba haciendo teatro.
-          Pues la que…- Ryan iba a explicarme esa “situación” pero no le dejé acabar.
-          Que ya lo sé, era broma.- reí. Los tres estallamos a carcajadas.
-          Entonces ¿venís a ver la tele u os quedáis aquí?- nos preguntó nuevamente.
-          Yo prefiero quedarme.- contesté- quiero descansar.
-          Yo igual.- contestó Justin.
-          Está bien, pues hasta mañana.- nos dio las “buenas noches” nuestro amigo.
-          Buenas noches.- dije yo, aunque no me iba a dormir.
-          No hagáis marranadas, eh.- Ryan cerró la puerta sin darnos tiempo a contestarle.

Miré a Justin desconcertada, él se encogió de hombros mientras se le escapaba una pequeña carcajada. Me eché manos a la cabeza mientras me dejaba caer en la cama nuevamente. Ryan nos había interrumpido, pero eso ya era una rutina, siempre nos interrumpían, el caso es que esta vez Ryan nos había pillado en un momento algo embarazoso. Esperaba que no dijese nada a los otros chicos, sabía que si lo hacía en algún momento u otro me empezarían a vacilar con ese tema y no tenía ninguna gana.

-          Qué oportuno.- se tumbó Justin a mi lado.
-          Como siempre, ¿no sabes ya que nuestros amigos son así?- reí.
-          Si.- se unió a mis risas.
-          Cambiando de tema, he llamado a mi padre y me ha dicho que mañana podríamos pasar el día allí.- le informé a mi novio.
-          Claro, tengo ganas de verlos a todos y así de paso nos pasamos por el estudio.- sonrió.
-          Como quieras.- le devolví la sonrisa- por cierto, le tendremos que decir lo nuestro ¿no?- no le había dado muchas vueltas a ese tema así que tendríamos que pensar en la manera de decírselo.
-          Claro que sí.- asintió mi novio.
-          ¿Pero cómo se lo decimos?- encendí la luz de la habitación ya que sin darnos cuenta estábamos a oscuras.
-          Pues que te parece si le digo: Sr. _____(tu padre) me gustaría cortejar a su hija para después pedirle su mano.- dijo en un tono burlón.
-          Justin.- le di un golpe en el hombro estallando a risas.- lo digo enserio.
-          Pues se lo decimos con la boca.- respondió en tono obvio.
-          Og, bueno.- puse los ojos en blanco.
-          Siempre te gusta planearlo todo.- no le dejé que acabara de hablar.
-          Si, ya lo sé, improvisa.- siempre me decía lo mismo, que improvisase.
-          Exacto.- me guiñó un ojo.
-          Bueno, voy a ponerme ya el pijama.- dije levantándome de la cama.
-          Oh, yo también.- se acordó Just- ¿sabes dónde he dejado mi pijama?
-          Ay Drew, qué harías sin mí.- dije rebuscando debajo de la almohada.
-          No me llames Drew, sabes que lo odio.- dijo incorporándose en la cama.
-          ¿Por qué Drew?- seguí llamándole así- ¿Qué tiene de malo Drew?- a mi me gusta- No te quedes callado Drew.- dije después de que pasase un minuto y Justin no dijese ni una palabra.- Contéstame Drew.
-          Basta ya.- se quejó Justin mientras yo estallaba a risas.
-          Vale paro mi amor.- me quité los pantalones para ponerme los del pijama. Justin estaba delante y me daba exactamente igual, total, ya me había visto en bikini.
-          ¿Te vas a cambiar aquí?- preguntó confundido.
-          ¿Qué tiene de malo?- contesté con otra pregunta.
-          Hoy estás que te sales.- rio Justin.
-          Vamos, una cosa.- esta vez me quité la camiseta. Justin también se quitó la suya y me la tiró- no hace falta que me hagas notar que te estás quitando la ropa Justin.
-          ¿Te pone nerviosa?- dijo acercándose a mí.
-          ¿Él que?- lo miré raro- te he visto miles de veces sin camiseta.
-          Bueno, pero no has estado tan cerca.- ahora estaba detrás de mí, posó sus manos en mis caderas y me hizo girar.
-          Creído.- sonreí- el que deberías estar nervioso eres tú.
-          ¿Yo?- se señaló.
-          Sí tú.- recorrí mi mano por su torso desnudo, acariciando sus marcados músculos, después seguí acariciándole el cuello para luego darle un beso en él. Todos sabemos lo que causa un beso en el cuello.
-          Bueno, si sigues así sí que me vas a poner nervioso.- confesó Bieber.
-          Te quiero.- reí mientras besaba sus labios.

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Hooooooooooooooooli preciosas, llevaba una semana sin subir, soy un desastre lo sé, pero esto de la vuelta a las clases es un asco, no me da tiempo para hacer nada. Siempre intento subir más a menudo pero es que como ya he dicho antes no tengo tiempo para hacer nada, espero que me entendáis y que seáis pacientes por qué de aquí poco me va a tocar época de exámenes pero ya iré haciendo huecos para escribir  y subir.

Os quería decir que muchísimas gracias por las visitas, los seguidores y los comentarios, enserio cada vez que votáis la novela u os suscribís o simplemente dejáis un comentario, por corto que sea me sacáis una sonrisa. Así que por favor, seguid visitando, comentando y suscribiéndoos así me dais más ganas de escribir.

También decir que las novelas que me habéis dejado para ver me han encantado, seguidlas que están súper bien. Os quiero chicas <3. 

6 comentarios:

  1. Aww! Me quede sin palabras Morí x__X Hahahaha me encaaaaaaantoooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!! Siigueeeeeelaaaaaaaaaa porfaapleas!! Jeje

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  2. holiiii, me llmo diana soy nueva lecora jo siguelaaaaaa hahahahahahhahahahahah

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  3. siguelao te busco y te mato jajajaj ok no

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  4. sigue asiiii esta super buena la noveee
    Yovii

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  5. hola soy nueva en esto de leer novelas soy believer y directioner adoro tu novela sigela :3

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