Todos sabemos lo que causa un beso en el cuello
>>Hoy, hace 6 años que nuestro pequeño creó su cuenta en youtube y además ya somos 33 millones en esta gran família. Cada día me siento más orgullosa de él, y también de mis hermanas beliebers. Gracias a él y a vosotras, por estar ahí y por apoyarle.
Still Kidrauhl<<
Como
pude me levanté y subí al caballo de Justin junto a él. Mi caballo se lo llevó
Alan junto al suyo. Después de llegar a la hípica nos despedimos de Alan y
volvimos a casa. Estaba exhausta.
Para
volver a casa los chicos habían decidido que esta vez irían en el coche de
Chaz, dejándome a mí y a Justin asolas. En parte se lo agradecía, me apetecía
pasar rato a su lado. Pero el rato que estábamos pasando no era el que yo me
esperaba. Yo iba apegada a la ventanilla, en mi regazo yacía la camiseta de Justin
manchada por mi sangre, me sabía mal que se hubiese manchado, aunque a él le
daba igual. Pero el caso no era ese, el caso es que estábamos en silencio, un
silencio un poco incómodo. Tal vez, yo, estaba algo rara a causa de ese sueño
que había tenido. Además no me encontraba muy bien, el golpe que me había dado
era fuerte, pero no era nada más que un golpe. No sabía si Justin estaba
molesto conmigo o si le pasaba alguna otra cosa, o tal vez no tenía ganas de
hablar, o simplemente no le pasaba nada.
-
¿Qué te pasa?- rompí el silencio que se había
formado.
-
¿A mí? Nada.- dijo sin dejar de mirar a la
carretera- ¿por qué?
-
No sé, como no has dicho palabra en todo lo
que llevamos de camino.- aunque yo tampoco lo había hecho.
-
Tu tampoco.- soltó una pequeña carcajada, tan
floja que me costó de oírla.
-
No me encuentro bien.- le confesé.
-
¿Quieres ir al médico?- ahora sí, dejó de
mirar a la carretera para mirarme a mí.
-
No, no me duele nada le sonreí.- él me cogió
de la mano mientras con la otra manejaba el volante- solo estoy algo asustada por lo que ha pasado.- aparte de
asustada por la caída que había tenido estaba… ¿cómo decirlo? Nostálgica, sí,
esa es la palabra, estaba nostálgica.
-
Bueno la verdad es que yo estoy algo
impactado por todo.- suspiró apretándome más fuerte la mano- cuando te he visto
en el suelo sangrando, no sé, me he asustado tanto.
-
Lo siento.- me disculpé por habérselo hecho
pasar mal.
-
Si no ha sido cumpa tuya.- me sonrió
tiernamente.
-
Parece ser que nunca puedo tener una tarde
normal.- dije con algo de rabia- siempre me tiene que pasar algo.
-
Cielo, son cosas que pasan.- supongo que
tenía razón- a alguien le tiene que pasar ¿no?- esas palabras me acordaban a
las de mi madre en el extraño sueño que había tenido.
-
Supongo.- todo pasa por algún motivo, tal vez
me tenía que pasar eso para poder volver a ver a mi madre, aunque solo fuese en
un sueño- un estúpido sueño.- espeté en voz baja.
-
¿Tienes sueño?- me preguntó Just que al
parecer me había sentido, aunque no lo había entendido bien.
-
No.- le sonreí para luego acariciarle la
pierna.
-
No hagas eso, a no ser que quieras que
tengamos un accidente.- desvió la vista hacia mí- tengo cosquillas.
-
Vaya por dios.- estallé en risas.
No
tengo ni idea de cómo lo hacía Justin, pero siempre, siempre que tenía un
problema y estaba sumida en mi tristeza lograba sacarme una sonrisa o una
carcajada.
Nos
quedamos en silencio nuevamente, pero ya no era incómodo. Era un silencio como
cualquier otro.
Después
de unos cinco minutos más llegamos a la casa, lo único que quería hacer era
estirarme, descansar y dormir. Sabía que no podría estar un rato tranquila ya
que los chicos estarían preocupados y se lo agradecía pero necesitaba estar un
rato sola. Quería pensar en todo un poco y llamar a mi padre, que seguro que
estaría preocupado por mí y yo sin batería en el móvil.
Entramos
todos en silencio, no entendía muy bien por qué estábamos todos tan callados.
Parecía que estábamos unos enfadados entre otros, pero no era así, no teníamos
motivos para estar enfadados. Suponía que ese silencio era debido a mi caída,
pero tampoco entendía por qué tenían que estar en silencio, no se había muerto
nadie, estaba bien y no me gustaba verlos a todos tan serios. Cada uno se fue a
hacer una cosa, yo me fui para mi habitación. Me tumbé en la cama y puse el
móvil a cargar, hacía días que no le prestaba atención. Estaba segura que
tendría un montón de llamadas y mensajes de mi padre.
Esperé
a que se encendiera el móvil, al segundo de estar encendido empezó a sonar.
Eran mensajes. Lo desbloqueé y me entretuve mirando de quién eran los mensajes
y de qué días habían sido. Todos eran llamadas de mi padre. Había algunos
mensajes que no, pero no me detuve a fijarme mejor, tenía prisa a llamar a mi
padre. Marqué rápidamente su número ya que me lo sabía de memoria.
LLAMADA TELEFÓNICA-
-
______(tu nombre completo) ¿dónde te habías
metido?- escuché la voz irritada de mi padre.
-
Hola papá, sí, estoy bien ¿tú que tal?- dije
en tono sarcástico.
-
¿Se puede saber dónde tenías el móvil? Te he
llamado mil veces.- aún seguía irritado.
-
No exageres.- tal vez unas cincuenta sí,
¿pero mil?, ni de coña- estaba sin batería papá, lo siento.- me disculpé.
-
Que no vuelva a pasar.- me dijo algo más
calmado.
-
No volverá a pasar.- dije con tono cansado.
-
¿Qué tal estás?- de pronto parecía que estaba
de buen humor, no hay quien entienda a mi padre.
-
Perfectamente.- mentí- me lo estoy pasando
genial aquí, por ahí ¿todo bien?- pregunté interesada.
-
Sí, como siempre.- me respondió
-
¿Alex se porta bien?- suponía que sí, pero también
estaba segura de que había hecho alguna trastada.
-
Sí, a veces hace travesuras, pero en lo
general se porta bien.- soltó una pequeña carcajada- podrías venir aunque sea
un día para vernos, te echamos de menos.
-
Oooooooooh.- dije tiernamente- mañana mismo
voy.- sonreí aunque mi padre no me pudiese ver.
-
Estaría bien, justo mañana tengo fiesta.- me
informó papá- Justin también vendrá ¿no?
-
Claro.- tardé un rato en contestar, parecía
que iba siendo hora de decirle a mi padre lo mío con Justin.
-
Pattie tiene ganas de verlo.- eso quería
decir que habían estado hablando ¿ninguno de los dos había estado viendo la
tele o qué?
-
Pues claro que vendrá.- además, como yo no
tenía carnet de conducir me tenía que llevar sí o sí. Pero sabía que él también
querría ir.
-
Entonces avisaré a Pattie. ¿Sobre qué hora
vendréis?- me preguntó.
-
Ni idea.- me encogí de hombros pensativa-
supongo que por la mañana pero a eso de las doce.
-
Perfecto.- me contestó alegre.
-
Bueno, ¿no hay novedades?- estaba segura de
que algo interesante tenía que haber pasado.
-
Ah, sí.- se acordó- hoy se ha ido la luz en
la urbanización.- me explicó.
-
¿Qué dices?- dije sorprendida- ¿y eso?- me
parecía extraño que en pleno verano se fuese la luz.
-
Problemas técnicos, supongo.- respondió
vagamente mi padre.
-
Vaya, que royo.- aunque en cierto modo era
una ventaja para mí, si no volvía la luz mi padre no podría ver la tele y así
le podría anunciar en persona mi relación con Justin- ¿la tele tampoco se ve?
-
No hija, si se ha ido la luz ¿Cómo quieres
que se vea la tele?- preguntó retóricamente.
-
Pobre Alex.- reí, se aburriría bastante sin
tele.
-
Qué se le va hacer.- rio mi padre- ¿quieres
que te pase al monstruito?
-
¡Claro!- exclamé.
-
Alex, ponte al teléfono, es tu hermana.-
escuché a mi padre.
-
No, me da vergüenza.- al otro lado de
teléfono sentí a mi hermano.
-
¿Cómo te va a dar vergüenza? Es tu hermana.-
reí ante eso, mi hermano y sus tonterías.
-
Hola.- escuché la voz de mi hermano.
-
Hola bicho.- dije animada- ¿te da vergüenza
hablar conmigo?
-
No.- rio.
-
Más te vale.- seguí sus risas- ¿qué haces?
-
Pues me estaba vistiendo para ir al parque
con papá, van a ir unos amigos.- me explicó- ¿Cuándo vas a venir a jugar
conmigo?
-
Pues mañana mismo, si quieres.- reí.
-
Sí, sí, sí.- dijo contentó.
-
Pero te estarás portando bien ¿no?- me
gustaba hablar con mi hermano, aunque solo dijese tonterías sabía cómo sacarme
una sonrisa.
-
Sí.- respondió inmediatamente.
-
Mentira.- escuché hablar a papá.
-
Bueno…- admitió Alex.
-
¿Qué has hecho ya?- empecé a reír.
-
Es que el otro día, papá me pidió que le
trajera una cerveza de la nevera y yo la cogí y la moví, hacia arriba y hacia
abajo.- me suponía lo que venía a continuación- y se la di y entonces empezó a
salir disparada.
-
¡Alex!- estallé a risas- ¿por qué has hecho
eso?
-
Me parecía divertido.- sentí como mi padre se
quejaba desde el otro lado del teléfono pero no entendí muy bien que decía.
-
Eres de lo que no hay.- seguí riendo.
-
Así seguro que no me manda a por más
cervezas.- dijo con orgullo mi hermano.
-
Eso estuvo mal.- no podía parar de reír, era
gracioso lo que había hecho.
-
¿Por qué? Es divertido.- siguió diciéndome mi
hermano.
-
Lo divertido no siempre está bien.- paré de
reír poco a poco- anda, pásame a papá.
-
Está bien…- se resignó.
-
Dime cielo.- mi papi se volvió a poner al
teléfono.
-
Nada, era para colgar ya.- le avisé- mañana
nos vemos ¿no?
-
Claro, os esperamos.- también se refería a
Pattie.
-
Vale, hasta mañana papá, un beso.- me
despedí.
-
Un beso princesa.- colgó mi padre.
FIN DE LA LLAMADA-
Dejé
el móvil encima de la mesita de noche y me di la vuelta quedándome bocarriba. Me
dolía la cabeza, normal, con el golpe que me había dado. Me paré a pensar, el
caballo se había asustado tanto que hasta me había tirado al suelo, pero aun
así estando asustado se había quedado todo el tiempo ahí, a mi lado, ¿cómo era
posible? Aun lo ocurrido me sentía extrañamente unida a ese caballo, tenía una
cosa clara en cuanto pudiese lo iría a ver otra vez.
Pasaron
las horas y no conseguía pegar ojo, estaba cansada y tenía sueño, pero no podía
dormir. Ninguno de mis amigos había entrado para decirme nada, no sé si eso era
bueno o malo. Bueno en el sentido de que me conocían y sabían que necesitaba
estar un rato sola y malo en el sentido de que, no sé, podrían haberme
preguntado si estaba bien. Sinceramente en ese momento me daba igual, pasaba de
enfadarme con cualquiera de mis amigos por una estupidez.
Sentí
como la puerta de la habitación se abría lentamente, suponía que era Justin,
seguro que no quería despertarme, pero estaba despierta.
-
Estoy despierta.- avisé.
-
¿Te encuentras bien?- esa voz no era de
Justin, si no de Christian.
-
Oh, ¿Qué haces aquí?- dije incorporándome
rápidamente a la cama.
-
Si quieres me voy.- señaló a la puerta.
-
No.- alargué la o- solo que pensaba que era
Justin.
-
Pues no.- se encogió de hombros- ¿estás
mejor?
-
Sí, me encuentro mucho mejor.- le sonreí-
siéntate.- le di unas palmaditas a la cama para que se sentase a mi lado.
-
Nos has asustado.- me hizo caso y se sentó a
mi lado.
-
No pretendía eso.- reí- pero ya está, a todo
el mundo le puede pasar.
-
Ya lo sé.- me sonrió.
-
¿Por qué no han entrado los otros?- señalé a
la puerta con la cabeza.
-
Pensaban que estabas de malhumor.- se encogió
de hombros- y no han tenido agallas a entrar, excepto yo.
-
No estoy de malhumor.- fruncí el ceño- y
cuando lo estoy no es para tanto.
-
Si lo es.- asintió Chris rápidamente.
-
No.- aunque debo reconocer que hay veces que
me pongo histérica cuando estoy de malhumor y me agobian aún más.
-
Reconoce que das miedo.- dijo seguro de sí
mismo.
-
Exagerado.- le di un golpe amistoso en el
hombro- por cierto, ¿qué hora es?
-
Las diez.- me contestó vagamente.
-
¿LAS DIEZ?- dije exaltada- ¿pero cuánto
tiempo ha pasado?- debería haberme quedado dormida unas horas sin darme cuenta.
-
¿En qué mundo vives ______(tu apellido)?-
negó con la cabeza mi amigo.
-
En el país de las maravillas.- sonreí
orgullosa.
-
Ya decía yo que eras demasiado rara.- al
parecer el hobbie de Chris es meterse conmigo.
-
Pues ok.- alcé una ceja mirándolo mal.
-
Pero yo te quiero igual eh.- rio.
-
Lo siento Christian, tengo novio.- bromeé.
-
Tranquila, no soy celoso.- empezamos a reír
los dos.
-
Pues yo sí.- Justin apareció de repente.
-
Bueno mejor me voy.- Christian puso los ojos
en blanco y se acercó a mí para darme un abrazo.
Lo
abracé fuertemente, aunque no se lo había dicho le agradecía que hubiese venido
para saber qué tal estaba. Me hubiese gustado quedarme un rato más hablando con
él pero al parecer no podía ser. En el ambiente había tensión, nadie decía
nada, miré a Justin y a Christian, estos se miraban, no sabría decir si bien o
mal. Christian salió de la habitación pegando un pequeño portazo, me quedé un
poco sorprendida, ¿de qué iba todo eso? Esa tensión, esas miradas tan duras del
uno hacia el otro, no decirse palabra. Creía que entre ellos estaba todo bien,
vamos, hasta hace unas horas lo estaban. Miré fijamente a la puerta, y después
fijé mi mirada en Justin. Estaba apoyado a la pared mirándome, serio. Parecía
que en vez de metros nos separaban quilómetros de distancia. Como si fuésemos
dos extraños que nunca se han visto en su vida. Fruncí el ceño alzando una
ceja, no entendía nada, ¿Qué pasaba?
-
¿Hola?- alcé una mano moviéndola de un lado
para el otro.
-
¿Cómo te encuentras?- preguntó aun apoyado en
la pared.
-
Bien, gracias.- contesté fríamente.
-
Me alegro.- me contestó ahora él frío.
-
Bien.- sonreí un segundo.
Y se
volvió a formar el silencio. Enserio, era una situación tan extraña, hace unas
horas estábamos la mar de bien, ahora en cambio nuestro comportamiento era frío
y distante como si nos hubiésemos discutido y ni quiera lo habíamos hecho. Me
estaba empezando a cabrear, sin motivo alguno tenía ganas de romper algo, ese
silencio me mataba.
-
¿Qué mierda pasa?- estallé- que yo sepa no te
he hecho nada, a ti ni a nadie. Parecemos dos desconocidos a los cuales les han
encerrado en una habitación y no saben qué decirse.- me levanté de la cama
hecha una furia- ¿y qué pasa con Christian? No veo el porqué de que os tratéis
así.
-
Lo siento.- se disculpó, y la verdad es que
no había hecho nada para disculparse.
-
No tienes que disculparte por nada.- dije
algo más calmada- solo que no entiendo que nos está pasando.
-
¿A ti y a mí?- se señaló a sí mismo.
-
No, a todos en general.- las cosas estaban
raras y había sido de un momento para el otro.
-
Supongo que será la tensión que ha habido hoy
o solo es un mal día. Cualquiera lo puede tener.- caminó hacia mí.
-
Son una mierda los días que pasa esto.- me
puse la mano en la frente estresada- solo quiero que estemos todos bien.
-
Y lo estamos.- me sonrió- solo que estábamos
preocupados por ti y no sé, supongo que habrá sido esa tensión que nos ha hecho
discutir y estar raros.
-
¿Quién ha discutido?- dije sorprendida y a la
vez extrañada.
-
Todos un poco entre todos.- soltó unas
carcajadas.
-
¿Por qué?- ni si quiera me había enterado de
la discusión.
-
Nada
que Christian me ha echado las culpas a mí por haberte dejado sola y eso y de
ahí se ha desencadenado una discusión.- se encogió de hombros.
-
Joder.- no me gustaba que hubiesen malos
rollos entre nosotros, así que esperaba que mañana todos estuviésemos bien
entre todos- no ha sido culpa tuya.
-
Si no te hubiera dejado sola.- miró hacia el
suelo.
-
Ya claro.- negué con la cabeza- si nos
ponemos en ese plan, la culpa ha sido mía por montar a ese caballo, o mejor aún
la culpa a sido de Mike por proponer de ir a la hípica.- alcé una ceja y lo
miré.
-
Visto así.- me dedicó tiernamente una
sonrisa.
-
Anda ven.- dije extendiendo los brazos para
que me diese un abrazo.
Rapidamente
Justin me elevó del suelo haciendo que nos fundiésemos en un tierno y dulce
abrazo. Lo necesitaba, necesitaba sentir que estaba ahí a mi lado, necesitaba
que me abrazase como nunca, lo necesitaba. Estaba un poco nostálgica y a la vez
algo triste, pero sabía que él podía hacerme sentir bien. Con el simple hecho
de que estuviese a mi lado me sentía algo mejor. Cuando me toca, me voy olvidando
poco a poco de los problemas y que decir de cuando me sonríe, se me para el
mundo ¿y cuando me besa? En ese momento solo existe él, él y yo.
Seguía
sin tocar el suelo, aún abrazada a Justin y en silencio, sobraban las palabras.
Me separé del abrazó y enredé mis piernas en su cintura, me gustaba estar así
con él. Lo miré sonriente, ya no existían los problemas me fui olvidando poco a
poco del mundo, me centré solo en nosotros dos.
Justin
sonrió en mis labios, vaciló en besarme o no, me acerqué más a él, tenía ganas
de sentir sus labios sobre los míos una vez más. Pero él se hacía de rogar y yo
me estaba impacientando. De repente se tiró a la cama de espaldas, quedé encima
de él y estallamos a risas, estaba loco, tan loco como yo. Al cesar las risas
nos fundimos en un beso, sin duda, el mejor beso del día. Mientras nuestras
lenguas iban jugando a ver quién se rendía primero Justin posó sus manos en mis
caderas y yo me dejé caer encima de él. Enredé mis dedos entre su pelo dándole
un suave masaje, me estaba dejando llevar, sonreí mientras me separaba de ese
apasionado beso. Noté como las manos de mi novio se deslizaban por debajo de mi
camiseta, me acariciaba con delicadeza, con suavidad, como si me fuese a
romper, me encantaba cuando me acariciaba así, era tan perfecto. Momentos así
me hacían olvidar el dolor de cabeza que tenía y el dolor que tenía en general
por todo el cuerpo. Justin se mordió los labios cosa que me mató e
inconscientemente me relamí los míos. Nuevamente sentí unas ganas tremendas de
besarlo y me fundí con él en otro beso, este un poco más salvaje. Deslicé mis
manos hasta su cuello, lo acaricié lentamente produciéndole a Justin unos leves
escalofríos. En cambió él deslizó sus manos hasta mis muslos y de ahí hasta mi
culo, metió las manos en los bolsillos del pantalón y me presionó más hacia su
cuerpo, su perfecto cuerpo. Sinceramente, estaba excitada, demasiado.
Tal
vez nos estábamos pasando un poco o no ¿Qué tenía de malo? Nada, absolutamente
nada. Hubiese continuado así horas pero como de costumbre, alguien nos
interrumpió.
-
Chicos, ¿por qué no salís a ver un rato la…?-
Ryan abrió la puerta de golpe quedándose con la palabra en la boca. Rápidamente
di un salto separándome de Justin, me senté en la cama mirando a Ryan
sorprendida.
-
Hay una cosa que se llama tocar a la puerta.-
dijo Justin incorporándose a la cama.
-
Mejor os dejo solos.- Ryan fue cerrando la
puerta lentamente con cara de asombro.
-
Oye Ryan, no es lo que parece.- señalé a
Justin y luego a mí.
-
Ya, claro.- seguía sin cambiar esa cara de
asombro.
-
No, enserio.- se excusó Justin también.
-
Olvidemos esta situación.- Ryan movió las
manos de un lado hacia al otro rápidamente, como queriéndose quitar esa imagen
de la cabeza.
-
¿Qué situación?- dije haciéndome la
extrañada.
-
Exacto.- rio Ryan.
-
No, enserio, ¿Qué situación?- estaba haciendo
teatro.
-
Pues la que…- Ryan iba a explicarme esa “situación”
pero no le dejé acabar.
-
Que ya lo sé, era broma.- reí. Los tres
estallamos a carcajadas.
-
Entonces ¿venís a ver la tele u os quedáis
aquí?- nos preguntó nuevamente.
-
Yo prefiero quedarme.- contesté- quiero
descansar.
-
Yo igual.- contestó Justin.
-
Está bien, pues hasta mañana.- nos dio las “buenas
noches” nuestro amigo.
-
Buenas noches.- dije yo, aunque no me iba a
dormir.
-
No hagáis marranadas, eh.- Ryan cerró la
puerta sin darnos tiempo a contestarle.
Miré
a Justin desconcertada, él se encogió de hombros mientras se le escapaba una
pequeña carcajada. Me eché manos a la cabeza mientras me dejaba caer en la cama
nuevamente. Ryan nos había interrumpido, pero eso ya era una rutina, siempre
nos interrumpían, el caso es que esta vez Ryan nos había pillado en un momento
algo embarazoso. Esperaba que no dijese nada a los otros chicos, sabía que si lo
hacía en algún momento u otro me empezarían a vacilar con ese tema y no tenía
ninguna gana.
-
Qué oportuno.- se tumbó Justin a mi lado.
-
Como siempre, ¿no sabes ya que nuestros
amigos son así?- reí.
-
Si.- se unió a mis risas.
-
Cambiando de tema, he llamado a mi padre y me
ha dicho que mañana podríamos pasar el día allí.- le informé a mi novio.
-
Claro, tengo ganas de verlos a todos y así de
paso nos pasamos por el estudio.- sonrió.
-
Como quieras.- le devolví la sonrisa- por
cierto, le tendremos que decir lo nuestro ¿no?- no le había dado muchas vueltas
a ese tema así que tendríamos que pensar en la manera de decírselo.
-
Claro que sí.- asintió mi novio.
-
¿Pero cómo se lo decimos?- encendí la luz de
la habitación ya que sin darnos cuenta estábamos a oscuras.
-
Pues que te parece si le digo: Sr. _____(tu
padre) me gustaría cortejar a su hija para después pedirle su mano.- dijo en un
tono burlón.
-
Justin.- le di un golpe en el hombro estallando
a risas.- lo digo enserio.
-
Pues se lo decimos con la boca.- respondió en
tono obvio.
-
Og, bueno.- puse los ojos en blanco.
-
Siempre te gusta planearlo todo.- no le dejé
que acabara de hablar.
-
Si, ya lo sé, improvisa.- siempre me decía lo
mismo, que improvisase.
-
Exacto.- me guiñó un ojo.
-
Bueno, voy a ponerme ya el pijama.- dije levantándome
de la cama.
-
Oh, yo también.- se acordó Just- ¿sabes dónde
he dejado mi pijama?
-
Ay Drew, qué harías sin mí.- dije rebuscando
debajo de la almohada.
-
No me llames Drew, sabes que lo odio.- dijo incorporándose
en la cama.
-
¿Por qué Drew?- seguí llamándole así- ¿Qué
tiene de malo Drew?- a mi me gusta- No te quedes callado Drew.- dije después de
que pasase un minuto y Justin no dijese ni una palabra.- Contéstame Drew.
-
Basta ya.- se quejó Justin mientras yo
estallaba a risas.
-
Vale paro mi amor.- me quité los pantalones
para ponerme los del pijama. Justin estaba delante y me daba exactamente igual,
total, ya me había visto en bikini.
-
¿Te vas a cambiar aquí?- preguntó confundido.
-
¿Qué tiene de malo?- contesté con otra
pregunta.
-
Hoy estás que te sales.- rio Justin.
-
Vamos, una cosa.- esta vez me quité la
camiseta. Justin también se quitó la suya y me la tiró- no hace falta que me hagas
notar que te estás quitando la ropa Justin.
-
¿Te pone nerviosa?- dijo acercándose a mí.
-
¿Él que?- lo miré raro- te he visto miles de
veces sin camiseta.
-
Bueno, pero no has estado tan cerca.- ahora
estaba detrás de mí, posó sus manos en mis caderas y me hizo girar.
-
Creído.- sonreí- el que deberías estar
nervioso eres tú.
-
¿Yo?- se señaló.
-
Sí tú.- recorrí mi mano por su torso desnudo,
acariciando sus marcados músculos, después seguí acariciándole el cuello para
luego darle un beso en él. Todos sabemos lo que causa un beso en el cuello.
-
Bueno, si sigues así sí que me vas a poner
nervioso.- confesó Bieber.
-
Te quiero.- reí mientras besaba sus labios.
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Hooooooooooooooooli
preciosas, llevaba una semana sin subir, soy un desastre lo sé, pero esto de la
vuelta a las clases es un asco, no me da tiempo para hacer nada. Siempre intento
subir más a menudo pero es que como ya he dicho antes no tengo tiempo para
hacer nada, espero que me entendáis y que seáis pacientes por qué de aquí poco
me va a tocar época de exámenes pero ya iré haciendo huecos para escribir y subir.
Os
quería decir que muchísimas gracias por las visitas, los seguidores y los
comentarios, enserio cada vez que votáis la novela u os suscribís o simplemente
dejáis un comentario, por corto que sea me sacáis una sonrisa. Así que por
favor, seguid visitando, comentando y suscribiéndoos así me dais más ganas de
escribir.
También
decir que las novelas que me habéis dejado para ver me han encantado, seguidlas
que están súper bien. Os quiero chicas <3.
Wow
ResponderEliminarAww! Me quede sin palabras Morí x__X Hahahaha me encaaaaaaantoooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!!! Siigueeeeeelaaaaaaaaaa porfaapleas!! Jeje
ResponderEliminarholiiii, me llmo diana soy nueva lecora jo siguelaaaaaa hahahahahahhahahahahah
ResponderEliminarsiguelao te busco y te mato jajajaj ok no
ResponderEliminarsigue asiiii esta super buena la noveee
ResponderEliminarYovii
hola soy nueva en esto de leer novelas soy believer y directioner adoro tu novela sigela :3
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