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domingo, 14 de octubre de 2012

Nothing like us. {12}


 Sonríe, yo existo.


Abrí los ojos lentamente, la fuerte luz del sol iluminaba mi cara haciendo que casi no pudiera ver. Me incorporé en la cama y  dejé caer mis pies en el frío suelo, me quedé un rato mirando al suelo, tenía sueño y especialmente hoy no tenía ganas de hacer gran cosa.

Al cabo de un rato reaccioné y a duras penas fui a la ducha, me desvestí lentamente y entré. Abrí el grifo y dejé que el agua recorriera cada centímetro de mi cuerpo. Estaba cansada, ¿de qué? No lo sé. Solo sé que estaba cansada, tal vez fuera por lo de anoche, demasiadas emociones juntas, demasiada confusión y demasiadas decisiones. Todavía no sé si lo estoy haciendo bien, creo que si, solo le tengo que dar tiempo al tiempo.

Acabé de ducharme, salí de la ducha y envolví mi cuerpo en una toalla de color azul hice lo mismo con mi pelo, solo que la toalla era más pequeña. Salí del baño y me dirigí al armario de la habitación, ya había colocado la ropa que me había traído de casa para estar esta semana en casa de Pattie, aunque más que una semana parecía que me iba por un mes.

Entre al baño de nuevo para cambiarme, me puse esto http://www.polyvore.com/you_me/set?id=60669580#stream_box y me dejé el pelo suelto ya que no tenia muchas ganas de arreglarme hoy.

Antes de bajar a desayunar arreglé un poco la habitación ya que estaba algo desordenada. Y echo esto salí de ella. Al pasar por enfrente de la habitación de Justin pensé en mirar si estaba pero al final me eché para atrás y fui directamente hacía abajo.

No había nadie, ni mi hermano, ni Pattie, ni Justin, nadie. Supuse que estaba durmiendo o que se habían ido todos y me habían dejado sola. Una nota pegada con un imán en la nevera resolvió mis dudas, decía así:
_____, Justin y Alex han ido al estudio, Justin ha insistido en llevarlo para pasar la mañana con él, yo he salido a hacer unas compras. El desayuno está encima de la mesa, si vas a salir tienes las llaves colgadas en el recibidor. Nos vemos a la hora de comer cielo.
Un beso Pattie.

-          Genial, a desayunar solita.- suspiré por lo bajini. La verdad es que me había parecido un poco raro que Justin no me hubiese invitado a ir con el al estudio.

Me senté en la mesa y empecé a desayunar, Pattie me había dejado cereales de chocolate con leche, aparte de eso había puesto tostadas, Nutella, crema de cacahuete, mermelada y mil cosas más que no me iba a comer. Hoy tampoco tenía mucha hambre, así que me comí los cereales, recogí la mesa y fregué los platos que había ensuciado.

Se presentaba un día algo aburrido, no tenía nada que hacer, Justin estaba en el estudio con Alex, no sabía muy bien el por qué se lo había llevado con el, pero me gustaba que pasasen tiempo juntos.

Miré la hora ya que no la había mirado en todo este tiempo, eran las once y media así que calculaba que me había levantado a las once. Después de un rato dándole vueltas a ver que hacía decidí ir a casa de Caitlin, suponía que estaría allí. Así que antes de que se me hiciera más tarde subí arriba, recogí mi móvil del suelo, no tenía ni idea de cómo había llegado hasta ahí, antes de volver a bajar alcancé el dinero que tenía encima de la mesita de noche  y bajé. Al pasar por el recibidor cogí las llaves que me había dejado Pattie, y ahora sí, me fui hacía casa de Cait.

Ni siquiera la había llamado para decirle que iba, pero eso era lo de menos, siempre lo hacíamos. Mientras caminaba no paraba de pensar en la noche de ayer, cualquiera me dirá que estoy loca por dejar al mismísimo Taylor Launter, que encima de guapo es famoso, pero quien diga eso es realmente superficial, puede ser todo eso y más, pero a mi no me importa para nada, lo que me importaba era como estábamos juntos, y al principio era perfecto tal vez porqué aun no nos conocíamos demasiado y lo único que habíamos visto eran las virtudes del otro y sigo pensando que hemos ido demasiado rápido que ha sido todo muy precipitado y eso es lo que más a fallado. Ahora tampoco esperaba ser su amiga, sería tonto la verdad, la “herida” por decirlo de alguna manera aun no se había cerrado.

Como siempre, sin darme cuenta ya había llegado a casa de los Beadles, el camino se había echo corto, bueno, en realidad el camino era corto. Toqué al timbre y a los segundos me abrió un Christian adormilado.

-          Buenos días, despierta.- le di un beso en la mejilla.
-          Hoy especialmente tengo sueño.- me devolvió el beso.
-          Pero si te pasaste toda la noche durmiendo.- reí.
-          Solo fue un ratito, exagerada.- me revolvió el pelo y rio.
-          Que bonito día hace verdad…- puse mis manos detrás de mi espalda y empecé a balancearme con los pies.
-          Oh, lo siento, pasa, pasa.- se echó a un lado para que pudiese pasar.
-          Veo que pillas bien las indirectas Beadles.- reímos, y pasamos hacia dentro de su casa- ¿Y tu hermana?
-          A salido con las otras chicas.- y con otras chicas se refería a con las que normalmente salíamos.
-          Vaya, yo que venía a verla.- me encogí de hombros.
-          Muy bonito, solo vienes a ver a mi hermana.- se hico el ofendido frunciendo el ceño.
-          Y a ti el primero.- sonreí ampliamente.
-          Si, si, ahora intenta arreglarlo.- se cruzó de brazos y se dejó caer en el sofá.
-          No te enfades Beadles.- le seguí el rollo.
-          ¿Y que me das a cambio?- alzó una ceja.
-          Lo que quieras.- reí- mientras que no sea un beso.- volví a reír.
-          ¿Me estás diciendo que soy feo?- volvió a hacerse el ofendido, esta vez exagerándolo más- la estas cagando más ______ (tu apellido).
-          Si que estás sensible hoy señor Beadles.- me senté a su lado y le revolví el pelo.
-          Te perdono a cambio de…- lo dejo en suspense mientras se lo pensaba- a cambio de las supras que llevas.
-          Claro, y que más.- reí.
-          Eh, que me has dicho lo que quiera.- siguió bromeando.
-          ¿Qué vas a hacer esta tarde?- cambié de tema.
-          No tengo planes.- se encogió de hombros
-          Pues ahora ya los tienes.- yo tampoco tenía nada que hacer, así que ¿porqué no pasar toda la tarde con uno de mis mejores amigos?
-          ¿Así?- se rascó la cabeza.
-          ¡Christian! Pensaba que las indirectas eran tu fuerte.- negué con la cabeza riendo.
-          ¿Te quieres quedar a comer? Voy a estar solo.- puso cara de cachorrito y yo reí.
-          Claro.- sonreí- pero antes tengo que avisar a Pattie.
-          Vale.- me devolvió la sonrisa.

Saqué el móvil y busqué en la agenda el número de Pattie para luego llamarla. Justo en ese momento me acordé de que tenía que llamar a mi padre, hacía dos días que no hablaba con él, pero eso lo haría más tarde. Marqué el número i la llamé.

LLAMADA TELEFÓNICA#

-          ¿Si?- escuché a Pattie desde el otro lado del teléfono.
-          Pattie soy ______(tu nombre).- contesté simpáticamente.
-          Hola cielo.- me dijo en el mismo tonto.
-          Pattie, te llamaba para decirte que si podía quedarme en casa de los Beadles a comer.
-          Claro no hay problema.- sonreí a Christian como signo de que Pattie estaba de acuerdo.
-          Vale, nos vemos más tarde Pattie.- sonreí- hasta luego.
-          Hasta luego cielo.- se despidió.

FIN DE LA LLAMADA#

-          ¿Qué vas a hacer para comer?- dijo Christian sonriente.
-          ¿Cómo que, que voy a hacer?- me cruce de brazos- que morro tienes.
-          ¿Espagueti?- como me conocía. Sabía que me volvía loca la pasta.
-          Perfecto.- sonreí- ¿lo empezamos a hacer ya?
-          Vale.- me sonrió.

Entramos a la cocina y Christian empezó a buscar todos los ingredientes que hacían falta. Mientras los buscaba yo fui preparando el agua para los espaguetis. Se me daba bien cocinar pasta pero con la ayuda de Christian seguro que saldrían mejor.

Acabamos de cocinar y de poner la mesa a la una y cuarto. Nos sentamos en la mesa y empezamos a comer. Los espaguetis habían salido perfectos.

-          ¿Qué harías sin mi?- dijo Christian tocándose la barbilla.
-          Pero si no has hecho nada flipado.- arrugué mi frente- solo me has pasado los ingredientes.
-          ¿Te parece poco? Lo más importante.- rodeé los ojos y reí.
-          No voy a discutir contigo, eres demasiado cabezón.- y cierto era, hasta podría decir que era más cabezón que yo.
-          Y demasiado guapo.- se echó el pelo para atrás con la mano.
-          Anda come y calla guaperas.- le saqué la lengua.

Raramente Christian me hizo caso y se quedó calladito. Comimos lentamente, habíamos echo demasiada comida para los dos. Nos habíamos acabado todo lo del plato, pero en la olla de encima de la mesa aun quedaban espaguetis para una semana.

-          Has hecho demasiada comida.- se quejó Christian.
-          Pero si eres tú que me has ido pasando los ingredientes.- le reproché- solo sirves para quejarte chico.
-          ¿Cómo?- se ofendió.
-          Pues es...- antes de que pudiera decir el “eso” Christian me había lanzado un puñado de espaguetis a la cara- ¿Qué acabas de hacer Beadles?- dije histérica. Cogí un puñado de espaguetis y se los lancé. Así que la guerra había empezado.
-          No sabes lo que acabas de hacer.-Christian se limpió la cara.

Empecé a dar vueltas por la mesa mientras el me perseguía, si sus padres venían y nos veían así nos echarían una buena bronca. Chris se paró y cogió otro puñado de espaguetis, antes de que pudiera lanzármelos me agache y empecé a ir de cuclillas. Pero Christian me cogió por detrás y empezó a restregarme todos los espaguetis por la cara.

-          ¡MI PELO CHRISTIAN!- grité.

Y cuanto más me quejaba más veces me pasaba la mano llena de comida por el pelo. Conseguí deshacerme de sus manos y de un salto agarré la olla que había encima de la mesa, sin dar tiempo a que Christian se levantara o corriera le tiré todo lo que quedaba de comida por encima.

-          Te has pasado.- rio- y mucho.
-          ¿Si? ¿y que me vas a hacer? Si ya no queda mas comida.- me eché a reír.
-          Pero aun queda agua en la piscina.- sonrió malvadamente.

Volví a correr de nuevo alrededor de la mesa, lo que menos me apetecía ahora era un baño. Christian me perseguía lleno de espaguetis cosa que hacía que yo me riese, Christian reía al igual que yo.

Sin darme cuenta en donde pisaba, resbalé con un pequeño charco de tomate que yacía en el suelo. Caí de culos al suelo, Christian en vez de ayudarme se echó a reír sin parar, se estiró en el suelo con las manos en la barriga a causa del dolor que le hacía reír tan seguido.

-          Chris.- estallé a carcajadas. Él me miró dejando de reír lentamente.
-          ¿Qué pasa?- suspiró después de una carcajada.
-          Que…- volví a estallar a carcajadas- te has acostado encima de todo el tomate.

Este se levantó bruscamente para comprobar si era verdad lo que le estaba diciendo. Se echó manos a la cabeza viendo que era cierto lo que decía.

-          Mi camiseta.- se lamentó mi amigo.
-          Mira mis pantalones y te consuelas- reímos.
-          Espera, no te creas que me he olvidado.

Se dirigió hacía mi cogiéndome como un saco de patatas. Y ahí me acordé, próxima parada, piscina. No tenía escapatoria así que hábilmente me quité las supras para que no se mojaran. Christian hizo lo mismo, salió por la puerta que daba a su jardín dirigiéndose directamente a la piscina.

-          Vamos a ensuciar la piscina.- le avisé.
-          Luego me ayudas a limpiarla.- rio.
-          Pues no tienes fe ni nada.- le di unas palmaditas en la espalda.

Al segundo de decir eso ya estábamos en el agua, salí a la superficie al mismo tiempo que mi amigo. Miré alrededor nuestro, estaba lleno de espaguetis, acto seguido miré a Christian empecé a reír al igual que él, reímos aún más, parecía que todo estaba diseñado para hacernos reír, me reí, me reí sin cesar, parecía que el destino estaba de mi parte, sí, vale la pena reír sin parar. Por qué pasas un momento de ésos en los que, de verdad, la barriga se tensa de lo mucho que te has reído. En los que empiezas a soltar esas pequeñas lágrimas de risa, que haces que el otro, en este caso Christian, se ría más por la cara que pones, y que tú al ver al otro, te rías y no pares de reír, pidiendo que pare, que te falta el oxígeno. En esos instantes que no hay nada más hermoso que esa risotada, te olvidas de todo lo que te ha salido mal y te sientes de verdad reconciliado con el mundo. Y entonces dejas de reírte, sueltas alguna que otra risita nerviosa, pero después te sientes casi satisfecha y exhalas un largo suspiro, como de alivio. Pues bien eso era lo que me había pasado con Christian, eso quedaría para el recuerdo, sin duda.

-          Como me he reído.- suspiré limpiándome una lágrima.
-          Me lo dirás a mi.- se tocó la barriga a causa del dolor por las risas.
-          Anda, vamos a recoger todo esto antes de que vengan tus padres o tu hermana.- salí de la piscina, el sol pegaba fuerte, así que nos había venido bien.
-          Si, antes de que nos de otro ataque de risa.- rio.
-          No empecemos a reír Christian, por favor.- Chris salió de la piscina.
-          Limpia la piscina mientras yo voy limpiando lo de adentro.
-          Esta bien.- acepté- recuérdame que nunca más vuelva a comer espaguetis contigo.- le sonreí.

Christian se fue para adentro a limpiar todo el estropicio que habíamos echo mientras yo me quedaba afuera limpiando la piscina. Cogí el cazamariposas y fui quitando poco a poco los espaguetis i restos de comida que flotaban por el agua. Lo tiré todo en una bolsa de basura que me había dejado Christian. Salí con la bolsa a la calle para tirarla en un conteiner, la gente que pasaba por ahí me miraba con cara rara ya que iba con toda la ropa mojada.

La piscina había quedado perfecta, así que volví a entrar a casa de Christian para ver si podía ayudarle en algo más. En el suelo ya no habían manchas de tomate, ni espaguetis esparcidos. Vi a Christian que estaba acabando de recoger la mesa.

-          ¿Te ayudo en algo más?- le sonreí.
-          Solo queda fregar los platos, pero eso ya lo haré yo.- me devolvió la sonrisa.
-          No, tranquilo ya has hecho bastante.- entré a la cocina antes de que Chris me llevara la contraria.

Fregué lo que habíamos ensuciado y lo coloqué todo en su sitio. No me había llevado mucho tiempo en fregar todos los platos y utensilios. Pero para mi sorpresa ya eran las seis y media de la tarde, impresionante, como había pasado el tiempo.

Chris también había acabado de limpiar y recoger lo que quedaba, así que por fin, habíamos acabado del todo.

-          Por fin.- dijo Christian extendiendo los brazos.
-          Eso es lo que pasa por empezar una guerra de comida.- lo miré de arriba abajo.
-          No haberla seguido.- se cruzó de brazos.
-          Pero ha sido divertido.- sonreí.
-          ¿Entonces de que te quejas?- me miró extrañado.
-          Pues de haber tenido que limpiar todo lo que hemos ensuciado.- reí- y bueno, de estar mojada.
-          Mi ropa tampoco se a secado.- miró su ropa completamente mojada.
-          Por lo menos tú te puedes cambiar ahora.- y era cierto, yo tenía que ir hasta casa de Pattie, aunque tampoco quedaba muy lejos.
-          Puedes coger ropa de mi hermana si quieres.- se ofreció mi amigo.
-          No, ya me voy para casa de Justin, tengo que llamar a mi padre y todo.- me encogí de hombros.
-          ¿Segura?- asentí- te acompaño hasta la puerta entonces. Cogí mis supras con alguna que otra mancha de tomate y me las puse.
-          Gracias por todo Chris.- le dije una vez estuvimos en la puerta.
-          Gracias a ti.- me sonrió- por cierto, ¿que pasó con ayer con Taylor?
-          Lo dejamos.- me encogí de hombros.
-          ¿Pero tú estás bien?- se apoyó en el marco de la puerta.
-          Si, no sé.- me encogí de hombros- pero gracias a ti hoy casi ni he pensado en eso.
-          Me alegra escuchar eso tontaina.- revolvió mi pelo mojado.
-          Bueno, gracias de nuevo.- lo abracé- nos vemos mañana, adiós.
-          Hasta mañana.- besó mi mejilla y se despidió con la mano.

Cuando llegué a casa de Pattie, mi ropa aún estaba húmeda y algo mojada, como mi pelo. Y estaba empezando a coger frío, y eso que era verano. Toqué al timbre, Pattie me abrió la puerta al cabo de un minuto. Entré rápidamente hacía el interior de la casa.

-          Cielo, ¿Qué te a pasado?- preguntó Pattie acariciando mi pelo.
-          La típica broma de la piscina.- reí.
-          Ya lo veo ya.- miró mi ropa mojada y negó con la cabeza riendo- anda, ve a cambiarte antes de que te de algo.
-          Volando que voy.- le di un beso en la mejilla como muestra de cariño y subí rápidamente las escaleras.

Entré a la habitación, cogí el pijama y fui al baño para cambiarme. Una vez cambiada me tumbé en la cama y me puse a ver la tele. No sabia si Justin estaba en casa, ni si quiera lo había ido a mirar, me sentía mala amiga por estar con él cuando lo estaba pasando mal por Selena. Después de cenar hablaría con él, aunque el no quisiese o estuviese de malhumor, como me llamo _____ que conseguiría animarlo.  

Estuve mirando la tele hasta que Pattie nos llamó para ir a cenar. Había pizza, mmm perfecto, me encantaba. Nos sentamos todos en la mesa menos Justin ¿Qué mierda le pasaba a Justin?

-          Pattie ¿y Justin?- suspiré.
-          Dice que no tiene hambre.- suspiró ella.
-          ¿Tan desanimado esta?- cogí un trozo de mi pizza i le di un mordisco.
-          Al parecer si, hoy Selena ha venido a recoger todas sus cosas, parece ser que ya no volverán.
-          ¿Enserio?

Y en ese momento me sentí rara, no sé, no quería que Justin estuviese mal por qué eso me afectaba a mí también, pero en parte me alegraba de que lo hubiesen dejado. ¿Estaba siendo una mala amiga? O era que en realidad me gustaba. No, imposible, lo acababa de dejar con Taylor y no estaba bien pensar ahora en eso. Pero en parte uno de mis motivos para no estar con él era mi confusión por lo que sentía por Justin. Estaba echa un lio de nuevo.
-          Cielo, sé que tu lo puedes animar.- me sonrió Pattie.
-          Tal vez.- le devolví la sonrisa.

Cenamos hablando de tonterías, Alex me contaba lo que había echo hoy con Justin, que se lo había pasado muy bien y que echaba de menos a papá. Hablando de estas cosas acabamos de cenar.

Antes de subir para hablar con Justin cogí su cena, la puse en una bandeja con un baso de agua y me dirigí hacía su habitación. Toqué a la puerta, pero no oí ningún “adelante” o “pasa”. Así que entré igual. Me encontré a Justin tumbado en la cama con el móvil. Dejé la bandeja encima de su mesita de noche y me senté a un lado de la cama.

-          Anímate.- fue lo primero que me salió.
-          ¿Para que?- dijo sin dejar de mirar al móvil.
-          Pues para no preocupar más a tu madre, para no preocuparme más a mi.- suspiré- no eres el único que lo pasa mal Justin.
-          No eres tú quien lo ha dejado con tu novio.- dijo malhumorado.
-          Pues resulta que si.- dejó su móvil a un lado y me miró- y mírame, aquí estoy intentando animarte.
-          Se hace raro, siempre ha sido al revés.- y era cierto, él siempre era el que me animaba el que nunca se rendía, el que siempre luchaba por lo que quería.  
-          Justin, habrán más chicas en tu vida a parte de ella.- intenté reanimarlo- venga, sonríe, yo existo.- y ahí lo conseguí, Justin soltó una pequeña carcajada y me sonrió.
-          Siempre sabes que decir.- se incorporó a la cama.
-          Tú me has enseñado, así que ahora no te puedes derrumbar, me vas a tener ahí para lo que quieras, y siempre.- acaricié su espalda para consolarlo.  
-          Lo mismo te digo.- volvió a sonreír- gracias por existir.
-          No me las des a mi, dáselas a mi padre.- bromeé, Justin soltó unas carcajadas y negó con la cabeza- así me gusta.- sonreí.
-          Eres de lo que no hay.- suspiró.
-          Eso dicen.- reí- pero ahora comete la pizza que te he traído.
-          Es que no tengo hambre.- se encogió de hombros.
-          No me voy a ir de aquí hasta que te la comas.
-          Pues ya te puedes quedar a dormir si quieres.- rio.
-          Tu mismo, dormiré en el suelo.- le amenacé.
-          No serás capaz.- alzó una ceja.
-          Mírame.- cogí un cojín de la cama de Justin y me tumbé en el suelo.
-          No aguantarás mucho.- rio de nuevo al ver la escena. Aunque no se comiese la pizza lo estaba animando.
-          Ya lo veremos.- lo desafié con la mirada.- ala buenas noches, cabezón.
-          ¿Tan pronto te vas a ir a dormir?
-          O te comes la pizza o me dejas dormir.
-          Vale, vale, me callo.- apagó la luz.
-          Mala persona.- no me creía que me dejase dormir en el suelo, pero tampoco me iba a ir de ahí hasta que no comiera, yo era así de cabezona.
-          Cabezota.- suspiro- buenas noches, aunque durmiendo en el suelo no se yo.- rio.
-          Que te calles ya pesado.- acabé riendo yo.





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He tenido problemas técnicos, el mierda ordenador se me reiniciaba todo el rato y se me borraba el capitulo, pero bueno aquí lo tenéis por fin.  No tengo muchas más cosas que decir, bueno sí pero es una chorrada, de aquí poco es mi cumpleaaaaaaaaaaaaaaños, oh si nenas. Jajajajajaja que ganas, por dios. Bueno a todo esto gracias por las visitas chicas. A recompensa de eso pronto tendréis el próximo capitulo, graciaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas. ¡OSQUIERO!

3 comentarios:

  1. Jopeeee, peroo que haces para que ame tanto tus capiitulooosssss????? Si alguna vez dejas esta maravillosa nove...ME VERAS EN TUS PEORES PESADILLAS hahaha es bromiiis pero si que lloraree!!! :(

    Chaaaaaaaauuuuuuuuu
    Pd: siguelaaaaaa

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    1. Oooooooh, muchisimas gracias, enserio, me sacas una sonrisa con lo que dices :) ! Aunque no puedo subir muy amenudo por que estoy en el puto instituto y tal:(
      A mi me encanta la tuyaaaaa, siguela también :D !
      Besoooos guapi!

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