Seguidores

viernes, 19 de octubre de 2012

Nothing like us. {13}


Sorpresas




-          Mañana siguiente –


Notaba el aliento de alguien impactar contra mi cara, era agradable, me podía quedar ahí toda la mañana y no cansarme. Abrí mis ojos lentamente, y me encontré la cara de Justin, al principio me sobresalté, pero poco a poco me fui fijando en detalles tontos. Estaba enredado por las sabanas blancas de su cama, dormía plácidamente y… un momento, ¿Qué hacía yo en su cama? Me incorporé bruscamente en la cama ¿Cómo había llegado ahí? Me eché para atrás sin tener en cuenta que la cama no era tan grande como para hacer esas cosas, me caí dejando ir un grito de susto debido a mi golpe contra el suelo. Estaba de espaldas en el suelo, con los pies encima de la cama.

Vi la cabeza de Justin asomarse de entre las sabanas, y como no en vez de ayudarme empezó a reírse como un loco, yo también me hubiese reído si no fuese por el golpe que me había dado en la muñeca al caer.

-          ¿Te has caído?- preguntó intentando aguantarse la risa.
-          No, es qué me gusta darle abrazos al suelo.- dije irónicamente, cosa que hizo que Justin riese aún más- Para de reír Justin, que me he hecho daño.
-          ¿Te has hecho mucho daño?- dijo mi amigo parando de reír en seco.
-          Si.- me miré la muñeca, la tenía algo roja. Y el dolor iba aumentando a medida que pasaban los minutos.
-          ¿Dónde?- salió de entre las sabanas y se incorporó en la cama.
-          En la muñeca.- hice una mueca de dolor deje ir un leve “au”.
-          Déjame ver.- se levantó de la cama y se agachó para ver mi mano ya que, yo, seguía tumbada en el suelo- esta roja, habrá que ponerle hielo.- observó Justin.

No contesté, seguí observando mi mano e intentándola mover, y aunque doliese lo podía hacer, eso era señal de que no me había roto nada. Y parezco exagerada, pero el golpe había sido fuerte.

Justin sin ton ni son me cogió en brazos y salió de su habitación conmigo encima.

-          Justin, que no me duele el pie, que me duele la muñeca.- reí.
-          Estoy medio dormido.- se excusó- no me hagas caso.- soltó una risotada tímida.

Le sonreí con las mejores de mis sonrisas, Justin siempre sabía que hacer para que me olvidara de los problemas, en este caso el dolor de mi mano.

Bajó las escaleras con rapidez y me dejó en el suelo. Le sonreí como signo de gracias y fuimos para la cocina ya que necesitaba hielo. Me senté en una silla enfrente de la mesa esperando a que Justin me trajese el hielo. Me quedé pensando en la manera de cómo me había caído, la verdad es que había sido gracioso y también había sido una manera muy tonta de caerse. Solté una pequeña risa y negué con la cabeza, lo que no me pase a mí.

-          ¿De qué te ríes?- Justin se sentó en la silla de al lado y puso con cuidado el hielo sobre mi mano.
-          De la ostia que me he dado antes.- dije en una risa.
-          Estás loca.- empezó a reír mi amigo- ¿de verdad te habías creído que te iba dejar dormir en el suelo?
-          Ese no era el trato Bieber.- ya que lo acordado era que hasta que no se comiese la pizza no saldría de su habitación.
-          Me comí la pizza.- dijo levantando las manos.
-          ¿Así?- alcé una ceja- ¿Cuándo?
-          Minutos después de que te durmieras.- me sonrió- tenía hambre.- dijo rascándose la nuca.
-          Pues te la podías haber comido antes y me habría ahorrado dormir en el suelo.
-          Eh, que no dormiste en el suelo. Después de comerme la pizza te dejé en la cama.- que considerado, pensé entre mi.
-          Igualmente, me podría haber ahorrado esto.- señale mi mano con el hielo encima.
-          ¿Lo llevas mejor?- levantó la bolsa de hielo y observó detenidamente mi mano.
-          Si, ya no me duele tanto.- sonreí- gracias.
-          No hay de que.- me devolvió la sonrisa.
-          Hoy podemos ir al cine con los chicos.- dije después de unos minutos en silencio.
-          Tengo que ir al estudio.- dejó la bolsa de hielo a un lado y me miró.
-          ¿Por la tarde también?- a veces Justin trabajaba demasiado, pero lo entendía, siempre quiere dar el cien por cien de si para no defraudar a sus fans.
-          Depende de lo que haya hecho por la mañana.- se encogió de hombros.
-          ¿Y que haces aquí perdiendo el tiempo melón?- le di una colleja amistosa en la nuca.
-          Pero si aun es temprano.- dijo mirando la hora en su móvil- pero si me acompañas voy ahora.- no sabía por qué quería que lo acompañase pero bueno, a mi no me importaba.
-          Si por la tarde vienes a ver una película con los chicos.- le “chantajeé”.
-          Si tengo tiempo, eso esta echo.- me sonrió.
-          Voy a ducharme entonces.- me miré la mano, el hielo me había venido muy bien- y, gracias.- alcé la mano golpeada y le sonreí.
-          ¿Está mejor?- asentí con la cabeza y me levanté de la silla.
-          No tardes en ducharte.- le avisé, ya que siempre tardaba bastante.
-          Pero si no tardo nada.- él también se levantó de la silla.
-          ¿Qué no? ¡Pero si tardas más que yo!- salimos de la cocina y subimos las escaleras vagamente.
-          Exagerada.- me empujo amistosamente para un lado.
-          Lo dicho, que no tardes.- le amenacé con el dedo y entré en mi habitación para ducharme.


Rebusqué entre la ropa para ver lo que me pondría hoy, hacía calor, así que una camiseta de tirantes, unos pantalones cortos y unas Vans me irían bien para no pasar tanto calor. Cogí la ropa y entré al baño con ella para luego cambiarme. De paso también cogí mi iPhone para poner un poco de música mientras me duchaba. 

Me desvestí rápidamente, aunque hoy me daba pereza todo, lo típico cuando llevas casi un mes de vacaciones. Entré a la ducha, y abrí el grifo del agua, mientras me duchaba pensé en lo de ir al estudio, no sé, me daba vergüenza, y era raro por qué normalmente nunca me da vergüenza hacer nada y menos esto. Pero conocer al mánager de Justin y tal vez a Usher me cohibía y me motivaba al mismo tiempo, solo yo puedo tener estos problemas. Seguí dándole vueltas a eso un buen rato, y sin darme cuenta ya había acabado de ducharme. Me sequé, me puse la ropa que había escogido un rato antes, me hice una coleta alta y salí del baño. No había tardado mucho en arreglarme, miré el reloj y solo eran las 10 de la mañana. ¿A qué hora nos habíamos levantado hoy? Últimamente no sé en que mundo vivo.


Antes de salir de la habitación cogí mi iPhone, dinero, y me puse unos pendientes. Iba así http://www.polyvore.com/freedom/set?id=60736157.

Al salir de la habitación me topé con Justin, él justo salía de la habitación de su madre. Seguramente le habría ido a decir que nos íbamos al estudio. Sonreí tontamente, iba muy guapo, llevaba unos jeans cortos y caídos, los típicos que llevan ahora todos los chicos, una camiseta de tirantes que dejaba ver gran parte de sus costillas, unas Vans negras y se había dejado el flequillo hacía arriba, como últimamente siempre se lo hacía. Iba simple, pero guapo.

-          ¿Vamos?- propuso Justin.
-          Vamos.- sonreí.
-          Vas muy guapa.- dijo Justin mientras bajábamos las escaleras.
-          Tu también, me encanta tu camiseta.- di un salto al bajar la última escalera.
-          Gracias.- me sonrió.

Salimos de casa de Justin, yo lo seguía a él ya que no tenía idea de donde estaba el estudio. Aunque tal vez fuésemos en coche, pero igualmente tampoco tenía idea de donde había aparcado su coche. Avanzábamos sin hablar, el silencio no era incómodo, pero si seguíamos así el camino se iba a hacer aburrido. Aunque mi idea cambió al segundo, de enfrente nuestro salió un flash y luego otro, y otro, y otro, y otro. Aún no me acostumbraba a eso, cuando era pequeña siempre quería salir por la tele, y que la gente me conociese, que siempre me persiguieran los paparazzi y esas chorradas. Y a ver, ¿Quién de pequeño nunca ha querido eso? Ahora lo pienso y me parece una tontería, pero todos de pequeños hemos tenido un sueño, como ser presidente, astronauta o princesa.

Los paparazzi empezaron a hacer preguntas las cuales yo no estaba escuchando ya que iba pensando en mis tonterías y me había olvidado del mundo. Miré a Justin esperando que dijese algo, pero él me miraba a mi, estaba confundida, a Justin le había cambiado totalmente la cara la que antes era felicidad ahora se había tornado ¿tristeza y decepción? Si, creo que era eso.

-          ¿Justin? ¿Qué pasa?- logré decir en medio de la confusión.
-          Es mejor que vayamos en coche.- dijo con voz neutra.
-          ¿Qué te pasa?- dije preocupada y con el tono de voz que solo me pudiera oír él, su cambió de humor había sido brutal.
-          Tu solo sígueme.- dijo en el mismo tono de voz que yo.

Me quedé con cara de ¿Qué mierda pasa? Pero le hice caso y le seguí, tampoco tenía otra opción. Justin aligero el paso, yo le iba a coger de la camiseta ya que se estaba alejando bastante y pasaba de correr, pero fue el quien me cogió de la mano y tiro de mi para que fuera más rápido.

Entre los flashes, las preguntas, el cambio de humor de Justin y sus prisas me estaba poniendo de malhumor. Y eso me pasaba por vivir en mi mundo,  me hundo en mis pensamientos y me olvido de lo de fuera ¿a quien no le ha pasado? Justin seguía aligerando el paso, y dejando  poco a poco los paparazzi atrás.

-          ¿Me vas a contar ahora que te pasa?- me solté de su mano y paré en seco.
-          _____ aquí no es el mejor sitio.- se giró y puso las manos en sus bolsillos- espera que lleguemos al estudio.
-          Esta bien.- me resigné.

Fuimos caminando en silencio y esta vez si que era incómodo. No sabía si decir algo o mejor callarme. Así que opté por lo segundo. Todo el camino estuvimos sin hablar, mirando hacía el lado para evitar nuestras miradas ¿por qué? Pues no lo sé, no estábamos enfadados ni nada por el estilo pero la situación era rara.
 
Al cabo de unos cinco minutos largos llegamos a un edificio, bastante grande, supuse que ese era el estudio, y no me equivocaba ya que Justin estaba entrando en él. Me puse detrás de él ya que nunca había estado ahí, y era raro ya que vivía en Atlanta.

Entramos dentro, en la primera planta había una cafetería, el recibidor y otras cosas más que no me dio tiempo a ver. Donde Justin grababa y componía era en el tercer piso, así que subimos por las escaleras ya que los dos somos claustrofóbicos, yo no lo soy tanto como Justin pero tengo mis ataques.

-          Me encanta todo esto.- rompí el silencio que eternos minutos antes se había formado.

-          Es increíble.- dijo pensativo.
-          ¿En que piensas?- subimos las ultimas escaleras y por fin llegamos a la tercera planta.
-          En la primera vez que estuve aquí.- hizo una pausa y recorrió su mirada por toda la planta- estaba fascinado, lo primero que hice cuando vi a Usher es cantar para él- solté una pequeña risotada al imaginarme la escena- estaba cumpliendo mi sueño.
-          Estás cumpliendo tu sueño.- le corregí.
-          Cierto.- me sonrió- ven, te enseñare donde grabo y a veces compongo.

Le sonreí y lo seguí, estaba realmente asombrada, nunca había estado en un estudio de música y realmente me gustaba. Entramos en una sala de grabación, no había nadie, según Justin la gente venía más tarde. Se sentó dejó caer en un sillón y yo hice lo mismo en el de al lado.

-          ¿Te gusta?- preguntó Justin.
-          ¿Qué si me gusta? Me encanta.- eché un vistazo a la sala donde estábamos- debe ser genial trabajar para la música.
-          Lo es.- suspiró- y lo mejor de todo esto, son mis fans.- sonrió orgulloso.
-          Son un encanto.- ahora suspiré yo- siempre te defienden ante todo, te apoyan, te animan y lo mejor de todo, es que sois una gran piña.
-          Una gran familia.- acabó de decir Justin.  
-          Por cierto, a todo esto.- fui cambiando de tema ya que me picaba la curiosidad de lo que había pasado anteriormente- ¿Qué ha pasado antes?
-          Ah, si.- la cara de Justin cambió por completo, parecía haberse olvidado del tema y yo se lo había vuelto a recordar- los paparazzi han empezado a hacer preguntas, lo típico vamos…- hizo una pausa y me miró.
-          ¿Y?- lo miré curiosa.
-          Uno de ellos ha dicho algo que…- miró al suelo y empezó a toquetearse los dedos, eso hacía que me pusiera más nerviosa.
-          ¿Qué ha dicho Justin?- Justin no acababa la frase, y no tenía ni idea de que podía haber dicho ese hombre.
-          Pues que Selena y Taylor han estado liados.- abrí los ojos como platos, no esperaba que me dijera eso.
-          ¿QUÉ?- me puse una mano en la frente, me había matado con eso. A parte de afectarle a él también me afectaba a mí- a ver, no saquemos concusiones precipitadas, ya sabes lo que dicen, no confirmes con tu boca, lo que tus ojos no han visto.
-          ¿Tu ves el aire?- hundió su cabeza entre sus manos.
-          No, pero es diferente.- y era verdad, aunque no puedas ver el aire o el viento sabes que siempre esta ahí.
-          ¿Y el amor lo ves?- sacó su cabeza de entre sus manos para mirarme.
-          No, pero eso no se tiene que ver Justin, eso se siente.- Justin se estaba poniendo filosófico. La verdad yo no sabía si creer o dudar. Ya no confiaba en Taylor pero tampoco quería dudar de él.
-          Anda ven aquí.- dijo extendiéndome los brazos. Me levanté del sillón donde estaba sentada para sentarme en su regazo mientras nos dábamos un fuerte abrazo.
-          No creo que sea cierto.- dije aun abrazada a él.
-          ¿Por qué se lo deberían haber inventado?- acaricié su pelo, y la verdad no se por qué, estar a tan poca distancia de él hacía que perdiera la cabeza, cosa que antes no me pasaba.
-          Para ver lo que decías Justin.- suspiré- hasta que no salgan fotos, o ellos digan algo o nosotros los veamos no podemos suponer nada.- concluí- así que sonríe.
-          Siempre quieres que esté sonriendo.- se separó del abrazo y me miró.
-          Normal, soy tu amiga melón.- le sonreí.
-          Solo lograras sacarme una sonrisa si cantas algo conmigo.- dijo poniendo cara de cachorrito.
-          Justin, tienes que empezar a hacer trabajo, me lo has prometido.- alcé una ceja.
-          Aún no hay nadie aquí, no puedo grabar.- se encogió de hombros- venga canta algo conmigo.
-          No.- me negué.
-          Si.- insistió.
-          No.- negué con la cabeza.
-          Si.- asintió él.
-          No.- negué esta vez con el dedo.
-          Si.- intento asentir con el dedo, cosa que me hizo gracia.
-          No.- me mantuve firme.
-          No.- hizo el típico no para que te equivoques, y aunque creía que eso ya no funcionaba esta vez si le funcionó.
-          Si.- se me escapó sin querer.
-          A cantar se ha dicho.- sonrió victorioso.
-          ¿Por qué siempre acabo haciendo lo que quieres?- me resigné como muchas veces hacía. Todo lo que se proponía Justin le salía bien.
-          Eso a sonado mal.- me miró seriamente Justin, pero se le escapaba la risa a quilómetros.
-          Tienes una mente bastante perversa chico.- reí levantándome de su regazo.
-          Nos tenemos que grabar cantando.- él también se levantó poniéndose a mi lado.
-          Ni hablar, eso si que no.- me negué, aunque, ¿a quien quiero engañar? Me iba a convencer igual.
-          Y te prometo que no dejo de sonreír en todo el día.- sonrió ampliamente. Yo solo volteé los ojos y me encogí de hombros.
-          Que remedio.- Justin me abrazo efusivamente.
-          ¿Pero sabes como va todo eso?- dije señalando a la máquina de grabación.
-          Estas hablando con Justin Bieber.- sonrió.
-          Ui, perdona, lo había olvidado.- volví a voltear los ojos.
-          Entra dentro, voy a probar como suena.- se dirigió hacía la máquina de sonido y yo entré dentro tal y como dijo.
-          ¿Seguro que lo sabes manejar?

Intenté ver a Justin por el cristal que nos separaba, pero Justin ya no estaba. Y a los segundos entendí por qué.  La puerta se cerró de golpe quedándome yo ahí encerrada. El pánico me empezó a invadir ya que era claustrofóbica. Vi a Justin de nuevo detrás del cristal cosa que no sé si me producía alivio o más pánico. Me habló por una especie de micro.

-          Canta.- sonrió.
-          ¿Sola?- arrugué la frente- ese no era el trato.
-          Canta.- volvió a sonreír.
-          Justin, esto no tiene gracia, sabes que soy claustrofóbica y como pase más tiempo aquí encerrada me va a empezar a venir el pánico.- me eché manos a la cabeza desesperada.
-          Solo te tienes que poner los auriculares y cantar la canción que me enseñaste en la playa.- dijo tan tranquilo.
-          ¿Qué? ¿Sin música ni nada? Se te ha ido la olla. Ábreme va.- alcé una ceja y lo miré mal.
-          Venga, tampoco es tan difícil. Es lo último que te pido hoy.- se acercó más al cristal y siguió hablando por el micro- tu solo cierra los ojos, y piensa en algo que te tranquilice o te guste mucho y canta.- sonrió.
-          Sin trucos Justin.- le señalé con el dedo amenazándole. No me quedaba otra que cantar sola, Justin era muy cabezón. Después de esto no le pensaba hablar lo estaba pasando realmente mal.

Cerré los ojos para concentrarme mejor y así no estar tan nerviosa. Empecé a cantar la canción que días antes le había cantado a Justin en la playa. Le había puesto el título de Payphone. Sí, me gustaba ese nombre para la canción. Seguí cantando con ganas, con fuerza aunque sin música. Y poco a poco se fue acabando la canción y así mi voz dejó de sonar poco a poco.

Abrí los ojos después de estar unos minutos con ellos cerrados. Y ahí casi me muero, juro que más tarde mataría a Justin. Abrí los ojos como platos, delante de mí estaba ni nada más ni nada menos que el mismísimo Usher, y a su lado Scooter. Me tapé las manos con la cara, del impacto y de la vergüenza, Justin sonreía victorioso yo solo quería que la tierra me tragase.

Mi gran amigo me abrió la puerta de la sala de grabación, lo miré mal y salí sin decirle nada. Estaba paralizada, no sabía donde ir, ni que hacer, ni que decir.

-          Ella es _____.- sonrió Justin.
-          Encantado.- Scooter me sonrió y me tendió la mano- tienes una voz espectacular.- le di la mano y sonreí. Las manos me temblaban, estaba desconcertada, no sabía si reír, llorar, matar a Justin o agradecérselo.
-          Opino lo mismo.- esta vez habló Usher. Otro de mis ídolos ya no solo por su música sino por haber creído en Justin- ¿nunca has pensado en dedicarte a esto?
-          Muchas gracias.- sonreí nerviosamente- no lo sé.- me encogí de hombros.
-          Pues deberías pensarlo.- volvió a hablar Usher.
-          Tal vez…- no tenía idea de que contestar, mis nervios aumentaban por segundos.
-          Me gustaría hablar contigo unos minutos a solas.- Usher me sonrió.
-          Nosotros dos nos vamos.- Justin le dio a Scooter dos palmaditas en la espalda y estos se dirigieron hasta la salida- tengo que ponerme a trabajar- rio- esta tarde hemos quedado para ver una película ¿no?
-          Avisa tú a los chicos.- dije fríamente. Me parecía mal lo que Justin estaba haciendo aunque quien sabe, a lo mejor en un futuro se lo podría agradecer.
-          Anda no te enfades.- me dedicó una perfecta sonrisa y se marcho con Scooter.

La sala quedó sumida en el silencio, miré a Usher y le sonreí. Estaba muy nerviosa, enserio, no os podéis imaginar cuanto. Me devolvió la sonrisa y se sentó en uno de los sillones donde nos habíamos sentado Justin y yo anteriormente. Hizo un gesto con la mano para que también yo tomase asiento.

-          No estés nerviosa.- me volvió a sonreír.
-          Un poco difícil no estarlo teniendo a una gran estrella del pop enfrente de mí.- me toqué uno de los pendientes que llevaba nerviosamente. Usher soltó una carcajada.
-          Tienes talento para la música _____.- suspiró- de verdad.
-          Hay gente que se lo merece más que yo.- dije como tantas veces se lo había dicho a Justin.
-          ¿Por qué crees eso?- alzó una ceja.
-          No sé, habrá gente en el mundo que cante mejor que yo y que se lo merezca más ¿no crees?
-          Puede ser, pero yo quiero que seas tú la que cumpla tu sueño.- ¿y por qué quería eso?
-          ¿Por qué yo?- habían millones de personas en el mundo y tenía que ser yo.
-          ¿Crees que Justin me ha convencido para que haga esto?- no creía del todo que Justin hubiese echo eso pero si que había tenido gran influencia.
-          No lo sé.- me encogí de hombros.
-          Pues él no ha insistido en nada.- hizo una pausa- solo me contó vuestra historia de pequeños y me dio su opinión sobre tu voz. La curiosidad me pico y por eso estas aquí.
-          ¿Enserio?- sonreí enternecida.
-          Enserio.- me confirmó- tienes algo especial en tu voz y mira que solo te he escuchado cantar una vez.
-          Muchas gracias.- dije ruborizada. Que un artista como él me dijese eso me hacía sentirme orgullosa.
-          No me las des, solo te estoy diciendo la verdad pequeña. Piénsatelo.- y me había convencido, me iba a pensar más seriamente su propuesta.
-          Lo haré.- sonreí- muchas gracias de nuevo.- dije levantándome de mi asiento.
-          Gracias a ti por haberme escuchado.- nos dimos un abrazo y me acompañó hasta la puerta.

_________________________
Hola chicas, siento no haber subido ayer, hoy tenía dos exámenes. Prometo subir unos cuantos más este finde ¿vale? Espero que os este gustando la novela. Pues naaaada os dejo ya que me tengo que ir a estudiar, la semana que viene la tengo llena de exámenes. Desgraciadita que soy jajajajaja osquieroooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

3 comentarios: